Posts Tagged ‘burguesía’

Vida y muerte de las cajas de ahorro

28 May, 2019

Fuente: http://www.eldiario.es

Las cajas de ahorro en España iniciaron su actividad en la tercera década del siglo XIX. La nueva clase, la burguesía, necesitaba herramientas de control social que sustituyeran las instituciones de asistencia que monopolizaba la Iglesia en el Antiguo Régimen. El largo proceso de desamortización dejaba desamparados a amplios sectores populares creando un potencial foco de rechazo a su ascenso y hegemonía.

Las cajas crecieron ligadas en principio a los montes de piedad y a la lucha contra la usura para acabar consolidándose, en un largo proceso de más de un siglo, como la hucha de las clases populares ante las contingencias de la vida.  A finales del siglo XX eran ya parte esencial del sistema financiero y llegaron a manejar las dos terceras partes del ahorro español. A partir de la última década iniciaron un proceso de concentración, mediante fusiones o absorciones.

Al iniciarse la actual centuria Galicia contaba con dos grandes cajas que controlaban la práctica totalidad del ahorro de los gallegos: la Caja de Ahorros de Galicia, formada a lo largo de varias décadas mediante la fusión de las pequeñas entidades del norte de la comunidad autónoma alrededor de la Caja de Ahorros de A Coruña, y en el sur de la comunidad, Caixanova, creada en 1999 como resultado de la imposición de la Xunta de Manuel Fraga, que agrupó las entidades de Pontevedra y Ourense alrededor de la Caja Municipal de Vigo.

La crisis económica iniciada en 2008 supuso la práctica desaparición de las cajas como consecuencia de varios factores. Unos, internos: gestión orientada preferentemente al sector inmobiliario, expansión desordenada, comercialización de hipotecas, créditos y nuevos productos financieros de alto riesgo e inversión en sectores industriales en declive. Y otros, externos: la desregularización impuesta desde los centros del pensamiento neoliberal.

La crisis económica supuso para Galicia la pérdida de todas las entidades financieras que obedecían a intereses asentados en la comunidad autónoma. Tras 242 años de existencia, el Banco Pastor acabó integrado en el Banco Santander, y el pequeño Banco Etcheverría, comprado por el venezolano Banesco Banco Universal.

Fue un proceso largo y complejo para las cajas. Primero, el Gobierno de la Xunta de Galicia de Alberto Núñez Feijóo impuso la fusión de las dos entidades asegurando disponer de una auditoría de la consultora neerlandesa KPMG que la recomendaba. La auditoría costó un millón de euros y, hoy por hoy, la Xunta se niega a entregarla a la oposición del Parlamento de Galicia. La entidad resultante Novacaixagalicia acabó siendo intervenida por el Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), que desembolsó 10.118 millones de euros para mantenerla a flote y convertirla en banco. Fue un paso previo para venderla en 2013 a Juan Carlos Escotet, propietario de Banesco Banco Universal, por 1.003 millones de euros, y se cambió la marca comercial para Abanca. La venta supuso para el FROB la pérdida de 8.551 millones de euros, dinero de todos los contribuyentes, mientras que al tercer año Abanca ya había recuperado en beneficios la inversión de su adquisición.

Al mismo tiempo, el proceso de venta destapó todo tipo de irregularidades en la gestión de las inversiones y depósitos. Los principales gestores, Julio Fernández Gayoso, José Luis Pego, Gregorio Gorriarán, Domingo González Mera, Óscar Rodríguez Estrada y Ricardo Pradas fueron condenados por administración desleal, apropiación indebida, cobro de prejubilaciones y retiros fraudulentos a diversas penas de prisión y devolución de lo robado, y se enfrentan a nuevos juicios en la Audiencia Nacional.

Jefe de Falange

Pero la condena de los gestores de cajas de ahorro popular en Galicia tenía un precedente. En la década de 1970 los altos ejecutivos de Caixa Ourense, una de las entidades que acabó formando en 1999 Caixanova, también fueron encausados y el Tribunal Supremo impuso a su director, Ricardo Martín Esperanza, 15 años de cárcel. Fue indultado por el rey Juan Carlos I en 1982.

Ricardo Martín Esperanza lo había sido todo en la entidad desde que entró en 1947. Además, fue uno de los fundadores y jefe de la Falange provincial, alcalde de Ourense, procurador en las Cortes franquistas y uno de los hombres más poderosos a nivel político de Galicia, pues tenía acceso directo al dictador. En el plano económico había llevado a una pequeña entidad de ahorro montada en 1933 por los republicanos y socialistas que regían la Diputación Provincial a ocupar a finales de la década de 1960 el octavo lugar, de un total de 82 cajas, en la clasificación de depósitos. O el segundo en imposiciones en divisas, solo por detrás de la Caixa de Estalvis i Pensions de Catalunya, la actual Caixabank. Y todo a cuenta de la diáspora hacia Europa que en la década de 1960 propició la emigración de alrededor del 60% de la mano de obra provincial en edad de trabajar.

Por eso, para los orensanos la historia de la Caja de Ahorros Provincial de Ourense era un pasado para olvidar, un tabú de la tribu que era necesario dar de lado. De ella solo se hablaba en pequeños círculos de amigos que presumían de haber estado en el ajo y que interpretaban su evolución en función de las relaciones familiares o personales con la entidad. Porque si hubo una institución de ahorro popular en Galicia opaca, esa fue Caixa Ourense.

Caixa Ourense desapareció, como el resto de las entidades gallegas, tras un largo proceso de concentración, de luchas de poder, de juicios y de condenas, debido a la falta de control de un Estado que estaba por la desregularización del sector. De hecho, tras las múltiples reformas financieras, la verdad es que los gestores operaban a su aire y utilizaron en gran medida las entidades para el enriquecimiento personal o familiar. Las consecuencias políticas, sociales y económicas de este fracaso todavía están pendientes de un clarificador debate, un debate que vaya más allá de cuatro razones demagógicas tan de moda en esta sociedad sometida a los intereses de las fuerzas que se beneficiaron de su privatización. Es un triste final para unas entidades financieras que operaban, en principio, bajo criterios de rentabilidad social.

Félix García Yánez es autor del libro Caixa Ourense (1933-1999). Siete décadas de ahorro popular provincial, publicado por Alternativas Económicas.

[Este artículo ha sido publicado en el número 68 de la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]

Alternativas Económicas

A ver si desde las izquierdas políticas y sociales nos volvemos a centrar en lo esencial

31 octubre, 2018

Fuente: http://www.attac.es

30 agosto 2018 | Categorías: InternacionalOpinión | |

Carlos Martínez – Consejo Científico de ATTAC España

No distingue a la izquierda de la derecha y más desde la aparición del socialismo a partir de Cabet, Proudhon y Marx el deseo de aplicar tan solo la utopía liberal con más y mejor democracia o las teorías nacionalistas surgidas de forma moderna y con fuerza a partir de las crisis de los imperios. La izquierda social, socialista y de transformación y/o cambio, se distingue por la búsqueda de la igualdad y para ello es imprescindible la crítica al capitalismo y el desarrollo de ideas y acciones tendentes a superarlo y cambiar “el mundo de base hundiendo el imperio burgués”.

La izquierda surgida en la revolución francesa en contra del antiguo régimen es decir la monarquía y por la soberanía del pueblo se transforma de liberal (en el más noble sentido de la palabra, que lo tiene) en socialista y ya en el propio partido de la “Montaña” en la Francia revolucionaria, surgen aspectos socializantes. Pero desde los utópicos a Marx todo cambia encontrando su camino en desde la crítica al capitalismo, alcanzar el socialismo.

Para ello es imprescindible el internacionalismo. No un internacionalismo utilizado como coartada en contra de aspiraciones populares de independencia o autogobierno, sino como organización unitaria de la clase obrera de un sistema injusto y que se basa en el dominio de clases propietarias y burguesas en su exclusivo beneficio, dado que estas clases si utilizan en todo el mundo métodos y alianzas similares para explotar a clases subalternas y pueblos colonizados. Incluso cuando se pelean entre sí por la hegemonía como en la I Guerra Mundial sus soldados son sus propios obreros movilizados.

De forma que hay un sistema injusto el capitalismo, que evoluciona y hace evolucionar la sociedad, la cultura, la religión o la política según sus necesidades de dominio o de ganancia.

Por eso las clases trabajadoras fueron conscientes de que solo la unidad logrará doblegar a un capitalismo que es mundial con una organización internacional de trabajadores. Las conquistas sociales y de la clase, ya sean laborales o políticas necesitan incluso sin buscarlo de huelgas generales, revoluciones o amplias victorias electorales que influyen de unos países-estado a otros. Así tenemos que conquistas republicanas, voto universal, voto femenino, ocho horas, bienestar o independencias de las antiguas colonias son ejemplos que hacen avanzar el mundo. Este artículo no es exhaustivo, no puede serlo, pero para poner ejemplos, ¿Acaso la revolución de Octubre de 1917 no tuvo amplias repercusiones o la lucha contra el fascismo antes y durante la II Guerra Mundial o la independencia de Argelia y su lucha anticolonial o el estado del bienestar centro-europeo?

Sé que son ejemplos diversos, pero todos ellos, sea cual sea su resultado tienen repercusiones mundiales. Por eso cuando el capitalismo reacciona, pues ve peligrar su tasa de ganancia y dominio, incluso por opciones políticas que a algunos les resultan moderadas, arma la contra-revolución conservadora (Thacher-Reagan), se dota de una idea política, el neoliberalismo e inicia su transformación financiera y de deslocalización de la fabricación de bienes. La globalización es la gran arma del capitalismo internacional. Dinero circulando libremente y con transacciones instantáneas, burbujas especulativas ya sean con vivienda, petróleo, arroz o trigo como la actual. Rebajas salariales y del bienestar generalizadas utilizando la deuda pública como excusa para ello y negocio a la vez, que la introducción de una competencia fiscal entre estados que les lleva a conseguir que hoy en día sean imposibles la reformas fiscales progresivas porque si un estado practica la justicia fiscal, pues se llevan a otro las inversiones y punto y ante esa amenaza no hay quien aguante. Ejemplos como el de Grecia y SYRIZA son significativos. Claro podemos hablar de traiciones alegremente, pero si silenciamos la acción genocida y criminal del capitalismo contra la justica, los derechos humanos, la democracia parlamentaria y la igualdad estamos siendo cómplices del propio capitalismo, aunque lo hagamos por miedo. También somos cómplices por mentir y desviar el asunto y ese es el fallo de los populismos buscando enemigos diferentes al capitalismo como inmigrantes y refugiados, castas y política, pues si no vamos a la raíz, solo engañamos o desviamos la cuestión.

No es ahora por ejemplo en el Estado Español nuestro principal problema real para el pueblo trabajador, una batalla de lazos o el seguir a burguesías de tal o cual identidad o centralista, todas ellas igual de corruptas y vividoras a costa de lo público. Es cómo combatir una desigualdad creciente que todas las burguesías hispanas (ese es el nombre que nos dieron a todas los romanos) propician y su férrea alianza con otras burguesías y con su instrumento principal: las multinacionales, los tratados de libre comercio y las alianzas militares. Los recortes, la llamada reforma laboral, la deuda pública y su pago por encima de todo, son los instrumentos que nos imponen ni siquiera desde Madrid, ni siquiera desde Bruselas sino desde la City, Wall Street o Singapur, Tokio, Hong Kong. Claro mejor nos peleamos entre nosotros y así ellos felices. Porqué claro, cual es la solución ¿Crear dos o tres paraísos fiscales más? ¿Quién pagará nuestras pensiones en una España desigual, con bajos salarios y empleos de mierda, peores cuando más jóvenes son sus perceptoras y más turismo hay?

El capitalismo existe. De verdad. El capitalismo son personas privilegiadas que rigen nuestras vidas. Tienen a su servicio ideas, medios de creación cultural y religiosa o inventan estados, uniones internacionales… Lo que haga falta. No soy un demagogo, ni miento. Ahora busquemos soluciones, incluso gradualistas, sociales y de más democracia. Salvemos el planeta. Pero sepamos en qué mundo vivimos: La nueva crisis económica mundial capitalista que está ya con nosotros. Cómo la mala gestión de la crisis de 2008 hace reaparecer otra crisis financiera y de deuda pública. Cómo se comienza a especular con el trigo y pronto subirá el pan en el mundo. Cómo está la guerra mundial de divisas y del comercio. ¿Qué es eso de la ruta de la seda? ¿Van EE.UU y sus aliados en camino de una crisis sistémica irremediable?

Mientras tanto vamos a ir retejiendo alianzas internacionales del Trabajo y la izquierda, pero no desde las capillitas y el sectarismo radicalero, sino desde la realidad. Por ejemplo las huelgas de Ryanair, Amazón y similares. Los conflictos contra la “uberización” de la economía y las luchas internacionales de taxistas contra Uber y compañía; la solidaridad de los estibadores del mundo, son pequeños ejemplos, pero ahora es lo mejor que tenemos para mejorar el mundo, aunque no queramos verlo, aunque no nos dejen verlo, aunque nos desinformen. Observemos a las izquierdas socialistas de los EE.UU y Gran Bretaña. La lucha por Lula pues de lo que sea Brasil depende gran parte del mundo o de la reorganización de la izquierda del trabajo en Sudáfrica o las revueltas en Marruecos… las ya próximas revueltas del pan. Hay mucho que hacer.

Politólogo, del Consejo Científico de ATTAC y de la plataforma pro Partido Socialista por la libre federación

ATTAC España no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.