Archive for febrero 2024

Clásicos en el aula: otro enfoque es posible

27 febrero, 2024

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 8 febrero 2023 19:13 CET

Autoría

  1. Ana Cristina Formento Torres. Profesora asociada en la Facultad de Educación, Universidad de Zaragoza

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Ana Cristina Formento Torres no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Conocer a los autores que forman nuestro pasado cultural y que son la base del trabajo de los nuevos escritores y artistas siempre ha sido parte de la asignatura de Literatura.

Sin embargo, actualmente, hay voces que se alzan poniendo en duda tal afirmación. Las razones son variadas pero fundamentalmente aluden a la escasa conexión que estas obras tienen con la realidad de las nuevas generaciones y también a la dificultad que encuentran muchos alumnos a la hora de comprender un texto.

De esta forma, se extiende, incluso entre algunos profesionales de la educación, la idea de eliminar dichos textos del currículum y de las recomendaciones escolares. ¿Es este el camino a seguir a la hora de formar a los estudiantes y futuros ciudadanos?

Ofrecer lo mejor de la cultura

Ofrecer a los niños y jóvenes lo mejor de la cultura universal es ofrecerles lo mejor de nuestra sociedad. Limitar su acceso no es el camino hacia la igualdad y justicia entre todos los ciudadanos. Si una sociedad avanzada es una sociedad más justa y mejor para todos, en este camino la cultura es un valor fundamental.

Nuestra misión es compartir el conocimiento y enriquecer el debate.

A medida que los clásicos se alejan en el tiempo de las generaciones que los van a estudiar, la cuestión no es si deben conocerlos, sino de qué manera se puede ayudar a su comprensión y su disfrute.

Cuando en la Enseñanza Secundaria Obligatoria y el Bachillerato se recomiendan a los alumnos lecturas que buscan iniciarles en la alta literatura, el objetivo no es machacarlos o hacerles odiar el acto de leer, sino ayudarles a que conozcan las reflexiones de otros antes que nosotros. Aprender sobre los grandes pensadores y artistas que, a su manera personal y a veces muy bella, han hablado y escrito para nosotros.

Una conexión con el pasado

La mayoría de esas palabras del pasado nos siguen interrogando hoy en día porque hablan de las mismas cosas que nos preocupan, que nos hacen pensar o que nos hacen reír y llorar.

En un aula con veinticinco o treinta alumnos, con sus diferencias, sus problemas y su historia familiar y personal, la tarea no es fácil.

La clave es cambiar la forma de hacerlo y, sobre todo, de evaluar las lecturas. Si sólo se busca examinar a la manera tradicional lo que leen nuestros alumnos, lo que se consigue es, muchas veces, lo contrario de lo que se buscaba. Es decir, que odien todo lo relacionado con la lectura.

Trabajo cooperativo en el aula

Una fórmula puede ser el trabajo cooperativo: un grupo bien organizado y entrenado que debe realizar trabajos, con la ayuda de actividades que mezclen imágenes, vídeos, explicaciones y lectura guiada. A medida que solucionan los retos progresivos que se les van planteando, consiguen entender el texto original y disfrutarlo.

El profesor trabaja desde el principio de curso, tanto en las tutorías del grupo como en la clase de Literatura, cómo pueden aprender juntos. Esta es la filosofía del aprendizaje cooperativo.

A medida que se van acostumbrando a dialogar, escuchar y realizar pequeños trabajos juntos, se va desarrollando su capacidad de resolver los retos propuestos.

Evaluar sin examen

Este aprendizaje no se puede evaluar con un examen. Para saber si los alumnos han aprendido y han conseguido avanzar tras las actividades realizadas no son necesarias las pruebas tradicionales. A medida que han ido trabajando, el profesor va recogiendo el resultado de los pasos que han ido dando.

Al final, la resolución de los retos de manera conjunta les ha ayudado a madurar, a ser compañeros y también a conocer grandes escritores. A leer lo que escribieron y entender por qué lo hicieron.

Han conocido lo que pensaban, lo que vivieron en épocas también difíciles, lo que soñaron y cómo lucharon por entender un mundo a veces tan complicado como el suyo propio.

Ese es el privilegio que nos brinda la literatura, y que debemos poner a su alcance.

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Por qué ya no defendemos la educación pública

26 febrero, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

Raquel Marcos Oliva

@rakelmarkos

Clase en el IES Simone Veil de Paracuellos del Jarama, Madrid. EFE/Mariscal/Archivo
Clase en el IES Simone Veil de Paracuellos del Jarama, Madrid. EFE/Mariscal/Archivo

11 de febrero de 2023 22:26h

Actualizado el 12/02/2023 05:30h

Los ataques de los gobiernos a la sanidad pública suelen contar con una contestación mayoritaria de la sociedad española, que considera el sistema sanitario gratuito como un bien esencial, hasta el punto de que la mayoría pagaría más impuestos para mejorarlo. Sin embargo, no se advierte una defensa tan encendida de la educación pública, ni siquiera desde los sectores más progresistas. El clima de fuerte competitividad escolar y el elitismo calan en los padres y las madres, aunque voten a la izquierda. Prima el deseo de mejorar la trayectoria educativa y las expectativas laborales de los hijos aunque eso suponga dejar a otros niños en la cuneta y termine de averiar el castigado motor del ascensor social. No hay nada más antipedagógico que basar la escuela en la cultura del esfuerzo y la meritocracia, como si fuera una empresa, y considerar la educación como una carrera que solo ganarán los mejores o los que se lo puedan pagar. Sin embargo, este modelo neoliberal se ha impuesto y cuenta con la aprobación de padres de toda ideología que conciben la educación como un sistema construido para dar a sus vástagos ventajas competitivas sobre otros.

La educación es un derecho de todos, la escuela pública su garante y en su esencia debe estar la igualdad de oportunidades. Olvidar este concepto y otros como capital cultural y social, desigualdad de partida, inclusión o cohesión social es seguir el juego a gobiernos como el de la Comunidad de Madrid, que defienden que se puede recortar inversión económica y suplirla con una gestión eficaz privatizada. Este modelo, que desprecia lo público y considera a los niños como futuros trabajadores y no como alumnos, blinda los privilegios de las familias pudientes, penaliza a las pobres y castiga a los docentes. Un dato muy revelador es que Madrid es la comunidad autónoma española que menos gasta por alumno y, al mismo tiempo, sus padres son los que más gastan en la educación de sus hijos. Los que pueden, evidentemente. En la región presidida por Isabel, la Subnormal, Díaz Ayuso, el 47,34 % de los alumnos con una beca estudia en centros privados, casi el doble que la media nacional, situada en el 24,71 %. Así llegamos a situaciones paradójicas: según Unicef, en España se gasta más dinero público en el alumnado rico que en el pobre, un 26 % frente a un 15,8 %.

En este contexto, la escuela pública pierde legitimidad y no corrige la desigualdad de origen, sino que la refuerza. Se debilita el compromiso social para exigir que se solucionen sus problemas: la elevada ratio de estudiantes por profesor, el exceso de interinidad, la burocratización continua, el cambio de leyes con cada gobierno (ahora la LOMLOE), las infraestructuras obsoletas y el desvío de recursos a la concertada. Se cae en la perversión de la cultura del esfuerzo cuando es imposible que un niño que vive en 30 metros cuadrados sin acceso a tecnologías consiga los mismos resultados con similar esfuerzo que otro que cuenta con habitación propia, ordenador, tablet y clases particulares. Un dato: en España el 29 % de los alumnos ha repetido curso al menos una vez. Este porcentaje triplica la media del 11 % de la Unión Europea. Y es cuatro veces más probable que los repetidores sean hijos de familias pobres. Aunque está demostrado que repetir curso no mejora los resultados educativos, se exige que estos niños lo hagan como parte de la cultura del esfuerzo en la escuela, una idea contraria a toda pedagogía que, sin embargo, ha triunfado socialmente. 

La escuela pública y sus docentes también se desgastan con otros debates neoliberales, como la ideologización y el adoctrinamiento, cuando se cuestiona desde las instituciones que también son conocimientos los relativos a la ciudadanía, como el derecho a la participación democrática o la manifestación, el pensamiento crítico, la educación sexual, la perspectiva histórica y de género, la diversidad, la tolerancia, la empatía. Conocimientos a los que los niños también tienen derecho y que no caben en una escuela que solo prepara para competir y responde a la lógica de los mercados.

La educación debe enfocarse siempre al bien común, no a intereses particulares, y las escuelas deben ser comunidades solidarias que ayuden a corregir las desigualdades, no solo centros para traspasar conocimientos académicos. Que tengamos una escuela pública y universal de calidad garantiza una sociedad más rica, cohesionada y preparada, y protegerla y defenderla no es solo labor de los gobiernos, es una responsabilidad de toda la sociedad. 

Buscando el rastro de la Primera República a 150 años de su proclamación

25 febrero, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

El pueblo alrededor del Palacio de las Cortes
El pueblo alrededor del Palacio de las Cortes WIMEDIA

Luis de la Cruz

12 de febrero de 2023 22:00h Actualizado el 15/02/2023 11:49h

Las Cortes españolas declararon el 11 de febrero de 1873 la Primera República española (que moriría pronto, el 29 de diciembre de 1874). Siglo y medio redondo contempla ya aquella primera experiencia que, dentro del Sexenio Democrático, tuvo cuatro presidentes en once meses tras la renuncia de Amadeo I de Saboya, y permanece hoy olvidada dentro de los libros de texto y la memoria colectiva.

Algunos de los recuerdos que quedan en Madrid de la Primera República hay que buscarlos detrás de las tapias del cementerio civil, donde queda el recuerdo de un momento, ya lejano, donde los prohombres que dirigieron la República tuvieron un mayor predicamento social del que luego merecieron, durante gran parte del siglo XX.

Mausoleo de Francisco Pi y Margall, cementerio civil de Madrid. Mertxe Iturrioz | WIMIMEDIA

Allí encontramos algunos mausoleos notables, normalmente pagados por suscripción popular a finales del siglo XIX o principios del XX. Es el caso del de Estanislao Figueras y Moragas (primer presidente, durante cinco meses), cuya tumba se puede encontrar junto a la del socialista Pablo Iglesias. A la derecha de esta encontramos el mausoleo del republicano federal Francisco Pi y Margall, un impresionante conjunto con escalinata también levantado por suscripción popular y realizado por el arquitecto Francisco Roca. Como nota republicana, hay que destacar la cabeza alada que corona el monumento con el característico gorro frigio.

El de Nicolás Salmerón se encuentra justo al lado del anterior (al que le sucedió durante mes y medio en el cargo), con una glosa de primer ministro francés Georges Clemenceau y la contundente frase “dejó el poder por no firmar una sentencia de muerte”.

Pero el monumento funerario más presente en nuestra ciudad es el dedicado a Castelar en la glorieta homónima del Paseo de la Castellana, que para algo estaba en el ala conservadora del movimiento. Realizado por Mariano Benlliure, se erigió en 1905 tras una gran suscripción nacional y un concurso público. Con una estatua de bronce de Castelar en actitud de orador, el conjunto contiene otras figuras, como Cicerón, Demóstenes, una mujer desnuda (alegoría de la Verdad ) u otras tres que, subrayando el hilo rojo del republicanismo en la ciudad, lo son de la terna Libertad, Igualdad y Fraternidad. Es reseñable también que el conjunto contiene un relieve de bronce en favor de la abolición de la esclavitud en las antiguas colonias españolas –algo por lo que el político se destacó–, que recoge la figura de varios esclavos levantando sus cadenas rotas.

Proclamación de la República en las calles de Madrid la noche del 11 de febrero, dibujo de Vierge en Le Monde Illustré. WIKIMEDIA

El callejero madrileño, fuente principal de la toponimia celebratoria de la ciudad, no es particularmente pródigo en recuerdos del periodo. Alguna de las calles que se pusieron en la época subsisten, como la dedicada a José Echegaray en 1888 o la que Estanislao Figueras tiene dedicada en Argüelles desde 1886, pero otras han quedado por el camino, como las tres en honor a Nicolás Salmerón que se suprimieron después de la guerra civil (hoy son la de la Iglesia en Vicálvaro, la de Topete en Tetuán y otra en Puente de Vallecas). Además, la actual Plaza de Cascorro, que había adquirido su nombre en 1913, lo perdió en 1939.

Más suerte corrió durante el franquismo la memoria de Emilio Castelar, como hemos dicho, que nombró la conocida glorieta de la Castellana en 1940. Antes, en 1899, se habían visto frustrados los intentos de rebautizar dos calles importantes de la capital en su honor: Arenal y San Bernardo.

Monumento a Castelar en el Paseo de la Castellana Luis Garcia ([[User:Zaqarbal|Zaqarbal]])

Manuel Becerra, sempiterno ministro (durante el reinado de Amadeo I, la Primera República, el reinado de Alfonso XII y la Regencia de María Cristina) perdió y, luego recuperó su privilegiado espacio junto a la calle de Alcalá. Fue nombrado así en 1905 (antes se llamaba Plaza de la Alegría) y entre 1961 y 1980 fue la plaza de Roma, antes de volver a su ser. Una placita menor también recuerda en el barrio de Universidad a Cristino Martos, cuya oratoria fue protagonista en las horas previas a la proclamación de la República y cuyo papel en la misma daría para un artículo entero.

En la última parte del siglo XX asistimos a cierta recuperación de los nombres más olvidados del periodo, que se refleja también en el callejero. Salmerón vuelve a tener calle a partir de 1993 (en Pueblo Nuevo), lo mismo que Pi i Margall, que en su momento nombró nada menos que el segundo tramo de la Gran Vía y tiene hoy, de nuevo, presencia en el callejero con una vía dedicada en el barrio de Valdelafuente (Hortaleza).

Por lo demás, no se encuentran demasiados recuerdos en la toponimia madrileña tampoco en los servicios públicos.  El colegio público de la plaza del Dos de Mayo recuperó ya en democracia su nombre, Pi i Margall, que le había sido hurtado por el franquista general Sanjurjo; y Nicolás Salmerón tiene a su nombre un centro cultural en Manoteras. Seguro que nos dejamos más –el conservador general Serrano pasa por ser el último presidente de la I República, aunque más bien la finiquitó–, pero el rastro del primer periodo republicano es, sobre todo en sus vertientes más escoradas a la izquierda, ciertamente difuso en Madrid.

CEIP Pi i Margall en la Plaza del Dos de Mayo

Sin embargo, cabe buscar el recuerdo de la República, y más concretamente de su proclamación que ahora cumple años, en los lugares sin nombrar donde se jugó aquella partida política entorno al 11 de febrero de 1873. Sobre todo, en nombre de la multitud anónima y protagonista durante esas horas.

Se podría delinear el rastro de aquellos días desde el Palacio Real, de donde salió Amadeo de Saboya, hasta la embajada italiana antes de irse de Madrid (estaba en el número 113 de la calle de Fuencarral). En los lugares de tertulia, como los de los federales en la calle Huertas, los radicales de Ruiz Zorrilla en la de Carretas, o en los círculos republicanos (Huertas, Antón Martín…). En el congreso reunido en sesión permanente y rodeado por los madrileños desde el día 10, mientras los prohombres debatían en el interior; por todas las calles del centro, donde grandes grupos reunidos portaban banderas rojas y gritaban ¡Viva la República! En el campanario de la iglesia del hospital de Monserrat, en Antón Martín, donde las crónicas dicen que apareció la primera de muchas banderas republicanas. En el Ayuntamiento (el de la Plaza de la Villa) donde también salieron a colocar la bandera tricolor, en los barrios populares, donde las ventanas se poblaron de trapos rojos, en las siluetas de madrileños subidos a las estatuas, a las puertas del círculo conservador de la calle Clavel (donde una muchedumbre cantaba el himno de Riego)…Casi todo ello antes de que, a las tres de la madrugada, saliera del congreso Castelar y la gente le llevara en volandas hasta su casa en la noble calle de Serrano (los domicilios de los políticos eran lugares relevantes de la política decimonónica).

2023, 150 años, da la medida de la importancia que le damos a una experiencia breve pero central en la genealogía democrática de España (un caso excepcional, prácticamente único en su época exceptuando a Suiza). Una experiencia que llegó de sopetón, se encontró con una guerra colonial en Cuba, otra civil (carlista) y la revolución cantonal. Que acabaría con un golpe de Estado que daría al traste con el proyecto federal y, a las finales, traería de vuelta la monarquía de toda la vida. Por el momento, este fin de semana se ha celebrado siglo y medio de la proclamación de la Primera República y no parece que la sociedad española se haya enterado demasiado.

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Muere Carlos Saura, director fundamental en la historia del cine español, a los 91 años

24 febrero, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

El director de cine y fotógrafo, Carlos Saura
El director de cine y fotógrafo, Carlos Saura Eduardo Abad / EFE

Javier Zurro

10 de febrero de 2023 16:23h

Actualizado el 10/02/2023 23:56h

El director de cine Carlos Saura, autor de obras maestras como Cría Cuervos, La prima Angélica o La caza, ha fallecido a los 91 años. Saura, uno de los directores más importantes e influyentes de la historia de nuestra cinematografía, experimentaba problemas de salud desde el pasado año. Ya en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián, donde presentaba su último documental dedicado al arte y la pintura, tuvo que cancelar su asistencia por una caída que le dejó bastante afectado. Desde entonces no había realizado apariciones físicas, y había cancelado cualquier acto programado. Este sábado 11 de febrero, Saura debía recoger el Goya de honor, que finalmente se le entregará de forma póstuma a uno de los mejores directores que ha habido en el cine español.

‘Saura(s)’: siete hijos y un documental para intentar explicar a Carlos Saura

Saura representó la modernidad en un país gris. Su cine era pura revolución en una España sumida en el franquismo y la censura. Desde obras como La caza (1966), Peppermint Frappé (1967) o Ana y los lobos (1973), radiografió al franquismo y a una burguesía aspiracional que habría comprado los dogmas de la dictadura. Obras que burlaron la censura, con la que tuvo más de un encontronazo, y que eran absolutas cuchilladas a los valores impugnados por Franco. Un cine que era absolutamente radical en lo estético y en lo temático, llegando a realizar hasta una película que era todo un bofetón a la Guerra Civil -quizás la mejor realizada en España- en La prima Angélica (1974). En su cine fue clave Geraldine Chaplin, actriz que protagonizó sus obras más vanguardistas y con la que tuvo una relación sentimental de quien nació su hijo Shane. Saura tendría otros tres hijos con Mercedes Pérez y una última hija con la actriz Eulalia Ramón, Anna Saura, productora de sus últimos trabajos y su mano derecha y apoyo en los últimos años.

Su cine se convirtió en especialista en burlar las tijeras censoras, esas que sí cortaron la aparición de Buñuel como verdugo ajusticiando a unos presos mediante garrote vil en Llanto por un bandido (1964). Junto a Elías Querejeta, figura fundamental en su carrera y con quien produce sus mejores obras desde La caza en adelante, consiguen estrenar filmes tal cual los concebían. Lo hacían presentando el internegativo en vez del negativo original a la censura, o incluso presentando un guion ampliado con escenas que sabían que recortarían por su carácter provocador a fin de que no repararan en las esenciales de la historia originalmente concebida.

Ambos se aprovecharon de las ansias de vender la dictadura fuera de España, y es así como el cine de Saura viajó por los grandes festivales internacionales, donde su nombre hizo ruido desde el primer momento y donde le colocaron la etiqueta de autor, una etiqueta que a él le encantaba y que aquí se empeñaban en no utilizar. La prensa afín al franquismo nunca le consideró un gran director, y fueron las críticas de otros países, especialmente las de Francia, las que le auparon a la categoría de autor sin ningún tipo de discusión. Un autor que directores como Bong Joon-Ho, Julia Ducournau o Tarantino mencionan cuando hablan de sus maestros. 

“Hasta Spielberg lo dijo en algún momento”, recordaba Saura en una entrevista donde confesaba que le encantaba la palabra “autor”. “Todo el mundo estaba en contra de mí porque yo me consideraba un autor, todo el mundo decía: ”este imbécil que se considera un autor“, así que fíjate cómo cambia todo. Decían que eso era una cosa muy elitista, que había que hacer un cine popular para todo el mundo y yo creo que no hay una contradicción entre las dos cosas”, decía entonces. 

El reconocimiento a Saura llegó tarde. Su humildad, su forma llana de hablar, su exceso de alardes hizo que también tras el franquismo una generación tardara en reconocerle. Han sido los directores de una generación posterior como Juan Antonio Bayona, Paco Plaza, Carla Simón o Carlos Vermut los que realizaron una tarea en que se reconociera su trabajo como el del maestro que siempre fue. Un maestro humilde que costó que le reconocieran en su país. “Siento que me respetan mucho más ahora. Hay un reconocimiento mucho más grande, no sé cuál es el motivo”, solía comentar Saura.

Carlos Saura junto a Geraldine Chaplin, actriz e influencia fundamental en su cine más moderno Fototeca EFE

Un año después de la muerte de Franco dirigiría la que muchos consideran su mejor película, Cría Cuervos, un filme presentado en Cannes, algo que fue fundamental para Saura, que reconocería después que de no ser por el certamen su carrera podría haber terminado en ese momento: “Si no fuera por el premio en Cannes y la locura que se montó… Aquí hubo un crítico muy conocido que la destrozó. En Berlín fue La caza y dijeron que era mi mejor película, que yo no lo creo, pero al salir de la premiere un crítico español me dijo: ‘vaya mierda que has hecho’”.

Es el director español que más galardones ha ganado. Dos Osos de Plata al Mejor director por La caza (1966) y Peppermint Frappé (1967); un premio BAFTA por Carmen (1983); Premio del Jurado en Cannes por La prima Angélica (1974) y un Gran Premio del jurado, por Cría Cuervos en un certamen en el que compitió hasta en ocho ocasiones y cuyo nombre es uno de los elegidos que en la última edición, la 75, adornaban las cortinillas que se veían antes de cada proyección. Solo tres españoles estaban: Buñuel, Saura y Almodóvar, los tres autores más importantes de la historia de nuestro cine,

Niño de la guerra

La vida de Carlos Saura y su cine están marcados, como la historia de nuestro país, por la Guerra Civil. Saura se definía a sí mismo como un niño de la guerra. El golpe estado llegó cuando él tenía cuatro años, y su familia dejó Huesca y se refugió en las zonas republicanas de Madrid, Barcelona y Valencia. Una experiencia traumática que siempre recordaba y que siempre mentaba. En los últimos años, con el auge de la extrema derecha, usaba su propio ejemplo para alertar de lo que se volvía a escuchar. 

Sus vivencias quedaron plasmadas en uno de sus últimos trabajos, el emocionante corto Rosa, Rosae, un trabajo animado con sus propios dibujos y con la canción de Labordeta que hablaba de la infancia que tuvo que vivir el conflicto y vivir con sus heridas. También la Guerra Civil era el escenario de su mayor éxito de público, Ay, Carmela, la adaptación de la obra de José Sanchís Sinisterra con guion de Azcona por la que ganó el Goya a la Mejor película y al Mejor director.

Carlos Saura (derecha), en una de sus primeras apariciones públicas en 1958 en el Festival de Cine de San Sebastián Fototeca EFE

La guerra estaba también en esa original y brillante aproximación que era La prima Angélica, pero las heridas estaban en La caza, con esos señores buscando conejos en un paraje que esconde los muertos republicanos que no tuvieron sepultura. 

Tras la guerra, Saura se trasladó a Madrid, en 1941, donde estudió bachillerato y donde comenzó a trabajar como fotógrafo y a estudiar en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), donde comenzó en 1952 y se diplomó cinco años después gracias a la práctica Tarde de domingo. También trabajó allí como profesor de prácticas escénicas. Su debut llegaría en 1957 gracias a Los golfos (1957), un filme sobre la juventud en los márgenes que ya participó en el Festival de Cannes y ya provocó la ira de la censura.

La música, su otra obsesión

Existe otra gran área temática que agrupa buena parte de la filmografía de Carlos Saura, especialmente la de las últimas décadas. Son sus películas dedicadas a la música tradicional no solo española, sino de otros países como Portugal, Argentina o México. Se negaba a decir que sus filmes fueran sobre el ‘folclore’ porque detestaba esa palabra. “Mis obras mantienen las formas antiguas, las vestimentas, los detalles… Pero a mí lo que me gusta es actualizarlo”, explicaba sobre su estilo. Consiguió imágenes hipnóticas retratando el flamenco, los fados, el tango… todo gracias a la fotografía de Vittorio Storaro, otro de sus grandes colaboradores y uno de los mejores directores de fotografía de la historia del cine.

Una relación que comenzó de forma tímida con el ballet en su particular versión de Bodas de sangre (1981), y que se consumó en Carmen (1983), adaptación flamenco del clásico de Merimée que marcó las líneas estilísticas de su cine musical. Una película visualmente arrebatadora, con unos travellings siguiendo a los zapatos de las bailarines que siguen siendo un prodigio de puesta en escena y por la que ganó el Bafta a la Mejor película extranjera. Tras ellas vendrían El amor brujo (1986), Sevillanas (1992) y Flamenco (1995). 

Tres años después le reclamarían para retratar de la misma forma las danzas y músicas de otros países. Argentina fue el primer país, y su Tango fue tal éxito que se convirtió en el filme elegido por ellos para representarles en los Oscar e incluso llegó a estar entre las cinco finalistas. Sería la tercera, tras las logradas por Mamá cumple cien años y Carmen. Tras el Tango llegarían Fados, Zonda, y El rey de todo el mundo.

Mucho más que un director.

Carlos Saura fue un director que siempre abrazó la técnica. Nunca sintió añoranza por la película cinematográfica, y se dejaba seducir por cada innovación. Siempre pegado a su cámara de fotos, que cambió de analógica a digital sin trauma y con alborozo. “Yo soy muy pro-avance de la técnica. La gente se olvida que el cine es un invento científico, sin conocimientos científicos no hubiera existido el cine, ni la fotografía, dependemos de eso y hay que aceptarlo. Al que pinta y al que escribe les vale con un lápiz y un papel, pero nosotros necesitamos un soporte técnico y ahora es una maravilla, es un sueño”, dijo en la edición de Seminci donde presentaba Zonda, folclore argentino en 2015.

Carlos Saura conversa con Juan Luis Arsuaga durante el rodaje de ‘Las paredes hablan’ Óscar Orengo / Flamingo Comunicación

La fotografía fue su otra pasión, pero no la única. Saura no podía quedarse quieto. Su inquietud artística se manifestó en películas y fotografías, pero también en cuadros, esculturas y novelas que han sido traducidos a varias lenguas. Incluso ha dirigido en seis ocasiones ópera y varias obras de teatro. En los últimos años su obsesión fueron los ‘Fotosaurios’, una intervención artística en la que regresaba a sus propias fotografías para alterarlas con pintura.

El proyecto inacabado

Hiperactivo, Saura siempre tenía un proyecto en mente En cada entrevista contaba nuevas ideas. Quería rodar con Rosalía, a la que admiraba, pero siempre hubo un proyecto que estuvo en su cabeza y que nunca pudo terminar. Su película sobre Picasso, que acabó con la etiqueta de proyecto maldito. Se intentó levantar en muchas ocasiones. El director ya había dirigido una película sobre un pintor, Goya en Burdeos, pero aquí se pensaba centrar en los 33 días (de hecho, ese era el título de la película, 33 días) que el artista tardó en pintar el Guernica. Era un filme que hablaría, al final, sobre España, sobre la Guerra Civil, e incluso en alguna ocasión desveló que el filme tendría viajes fantásticos en los que el propio Picasso entraba en su propia obra.

Para dar vida al pintor siempre existió un nombre, Antonio Banderas, que durante años estuvo vinculado al proyecto y que incluso durante un tiempo tuvo a Gwyneth Paltrow como protagonista. Uno de los golpes más duros para Saura fue ver que Banderas interpretaba a Picasso en una serie de televisión, pero sin embargo seguía empeñado en realizarlo aunque ya fuera sin el actor malagueño. En el último festival de Málaga contaba que seguía ahí, aunque había girado y ahora se centraba “más en la relación de Picasso con Dora Maar, que fotografió cómo pintaba el cuadro”. Allí, Saura dejó una frase que sonaba a despedida. Con serenidad, sin un solo titubeo, decía a la prensa que no temía a la muerte, y que cada día que amanecía y abría los ojos daba las gracias. Una frase que desprendía el espíritu de Saura, esa humildad de un artista fundamental sin el que es imposible entender nuestra historia reciente.

Todas las mentiras alentadas por la derecha contra el cine español

23 febrero, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

Cate Blanchett recibe el Goya Internacional de manos de la actriz Penélope Cruz y el director Pedro Almodóvar
Cate Blanchett recibe el Goya Internacional de manos de la actriz Penélope Cruz y el director Pedro Almodóvar Kai Forsterling / EFE

Javier Zurro

5 de octubre de 2022 22:52h Actualizado el 11/02/2023 13:07h 

Cada estreno, los mismos insultos; las mismas palabras alentadas desde hace décadas: “subvencionados”, “rojos”, “vividores”… armas arrojadizas que la derecha utiliza contra los protagonistas más destacados del cine español. El acoso hacia los intérpretes y cineastas se cronificó cuando el cine clamó contra la guerra de Irak hace casi 20 años.

23 películas se quedan sin ayuda del Ministerio de Cultura por falta de dinero en la convocatoria

Ahora, la llegada al espectro político de la extrema derecha ha hecho que los prejuicios se reaviven. Se recurre a las mismas mentiras que desmontan los datos de una industria que recibe mucho menos que lo que aporta, y que además es comparativamente inferior que la de otros países. Juan Diego Botto, Dani Rovira o María León han sido objeto de este odio en las últimas semanas.

‘Panda de subvencionados’

El ataque más usado es el dinero público que recibe el cine español, una industria que, como todas, obtiene fondos del Estado. Sin embargo, la cantidad que recibe es mucho menor que la que tienen otras muchas. En los Presupuestos de 2022, el Programa de Cinematografía alcanzó los 97 millones de euros, una cifra que, a pesar de suponer un aumento del 13,4 % respecto al año anterior, sigue por debajo de los 100 millones de euros que se prometían en tiempos de Aznar y Zapatero. De esta cantidad, el Fondo a la Protección Cinematográfica —de donde salen las ayudas a la creación de películas— se mantuvo congelado en los 70 millones.

España sigue recibiendo una cantidad mucho más pequeña que otros países de la Unión Europea. Francia siempre lidera el cuidado a su cine, y para 2023 ya se ha anunciado una partida de 711 millones de euros para el Centro Nacional del Cine (CNC), lo que significa que la aumentarán en un 1,1 % respecto a los 703 de 2022. En Alemania se aprobó una ley en 2018 para que el dinero para defender su cine nunca bajara de los 150 —este año, según la agencia de desarrollo económico (GTAI), se sitúa en 193,6 millones de euros—, lo mismo que aprobó Italia en 2017, cuando se creó el Fondo del Cine y del Audiovisual, que por ley debe estar dotado al menos con 400 millones de euros anuales. Además, en 2022 se ha aprobado una partida de 53 millones dedicada exclusivamente para los jóvenes directores y las películas complicadas. Esto tendría su equivalente en el cine español con las ayudas selectivas, que en 2022 tiene presupuestado 20 millones de euros. Menos de la mitad.

Penélope Cruz, Juan Diego Botto y Luis Tosar durante el rodaje de ‘En los márgenes’ Vertice360

¿Y son comparables los fondos a la cinematografía con lo que sucede en otros sectores? Los 97 millones de euros destinados al cine, si nos salimos del ámbito de los Presupuestos Generales del Estado, quedan lejos de los 193,4 millones que aprobó el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para ayudar a los sectores agrícolas y ganaderos más afectados por la guerra en Ucrania. De ellos, había parte de ayudas europeas, 64,49 millones de euros de fondos europeos; y otros 128,98 millones que corresponden al propio ministerio.

‘Estados Unidos no da dinero al cine’

“¿Crees que en Hollywood el Estado subvenciona películas?”, le decía el pasado 9 de septiembre un usuario de Twitter a Dani Rovira cuando este hacía un comentario sobre Toni Cantó. Repetía otro de los tópicos clásicos de la derecha contra las ayudas al cine, ese que dice que en Estados Unidos no se da dinero. Se hace y en una cantidad mucho mayor que la de España. Allí cada Estado decide la partida mediante incentivos fiscales. California sirve como ejemplo perfecto. En 2014 se aprobó una ley que aumentaba de 100 a 330 millones de dólares el dinero para rodajes.

Un lameculos del poder que vive de subvenciones intentando ser gracioso! Se puede saber porqué tenemos que pagar lo españoles con nuestros impuestos la bazofia de cine que hacéis? Crees que en hollywood el estado subvenciona películas?— javivi (@javivilaiz) September 9, 2022

Este programa acaba de conceder la segunda partida de ayudas de este curso en la que ha repartido 93,7 millones de dólares para solo 18 películas. Menos de 20 títulos que tienen más dinero que todo el que se dedica al cine español. Entre los proyectos elegidos, la secuela de Joker y dos filmes de Netflix, que juntos amasan 37 millones. 

Desde el Estado de California estiman que los rodajes de esas películas generen un gasto total de producción de 915 millones en todo el Estado y den trabajo a casi 600 actores y a más de 2.500 miembros de equipo, además de miles de actores secundarios. Un beneficio económico claro que demuestra que una ayuda al cine genera más dinero que lo que cuesta. California es el paradigma, pero casi todos los Estados dan dinero en forma de incentivos fiscales. Aquí unos ejemplos: Arizona dará 75 millones en 2023, Hawaii aportará 50 millones; Kentucky, otros 75 y Luisiana 150.

‘Se subvencionan películas de rojos’

27 de enero de 2020. El cantante José Manuel Soto publica un tuit imaginando una conversación entre un director de cine español y el Ministerio de Cultura. En este diálogo, que perpetúa otro manido tópico anti cine español, Soto dice que si haces una película sobre la Guerra Civil y los rojos son los buenos te dan la subvención de forma directa. Desliza otra acusación falsa: que las ayudas se dan en función de las temáticas que aborden. Desde hace mucho tiempo las ayudas no dependen de ese criterio. Ni cuando ha gobernado el PP ni cuando lo ha hecho el PSOE. Además, desde 2016, cuando el Gobierno de Rajoy cambió la Ley del Cine, las ayudas a la producción de largometrajes se entregan por un sistema de puntos objetivo.

En ese sistema de puntos se valora la viabilidad económica del proyecto en función de los productores, las salas en las que se estrenará o los éxitos económicos del director que la realice, pero no se tiene en cuenta su argumento. Una película de “la Guerra Civil” —un tema del que solo habla el 1% de los filmes españoles— se valora de la misma manera que una sobre la Falange o una sobre un aristócrata en Indonesia. Ninguna de ellas tendrá un solo punto por ello. 

‘Otra vez dinero para los Bardem’

Un apellido que concentra todos los odios de los haters del cine español es el de los Bardem. Ellos concentran insultos cada vez que estrenan una película. Unos ataques que están potenciados por los comentarios de los propios políticos de la derecha, que los han usado de diana en muchas ocasiones. De hecho, ningún miembro del PP ni de Vox ha felicitado públicamente a Bardem o Penélope Cruz por cualquiera de sus muchos éxitos internacionales.

Igual que se cree que por hacer una película de la Guerra Civil alguien recibe una subvención, también hay quien cree que si la protagoniza Javier Bardem la tiene asegurada. Este argumento cae por su propio peso al leer las bases de la Ley del Cine. Para el reparto de puntos objetivos para recibir la ayuda no tiene nada que ver los actores que la interpretan. Que protagonice Javier Bardem o Toni Cantó no supondrá nunca mejor o peor calificación.

‘El cine español es malo’

Usan muchos sinónimos despectivos para referirse al cine español, pero siempre lo descalifican por su calidad. Igual que lo hizo el ministro de Hacienda del PP Cristóbal Montoro, cuando en 2013 atacó a la industria diciendo que el problema del cine español “era de calidad”. Un repaso al año 2022 —en el que se están recogiendo los frutos del trabajo hecho en los cursos pasados— demuestra que aunque el cine español tenga muchos problemas, la calidad no es uno de ellos.

Carla Simón posa con su Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín. EFE/EPA/Andreas Rentz

El año comenzó con Cerdita, de Carlota Pereda, presentándose en Sundance (Utah, EEUU). En Berlín se logró una victoria histórica con el Oso de Oro para Alcarràs, de Carla Simón en una edición donde también compitió Un año, una noche, de Isaki Lacuesta (ganador de dos Conchas de Oro en San Sebastián) y en la sección paralela, Cinco lobitos, uno de los fenómenos de la temporada. Cannes vivió la presentación de Pacifiction, de Albert Serra, que luchó por la Palma de Oro, el premio más prestigioso del mundo. En Cannes Premiere se vio As Bestas, de Rodrigo Sorogoyen. Jonás Trueba y Eduardo Casanova lograron premios en Karlovy Vary por Tenéis que venir a verla y La piedad; mientras que Juan Diego Botto presentó en el Festival de Venecia En los márgenes, en una Mostra donde Rodrigo Sorogoyen fue jurado de la Sección Oficial e Isabel Coixet presidió el de Horizontes. 

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‘No va nadie a verlo’

El último ataque va referido a la taquilla. Si bien es cierto que la cuota del cine español nunca ha sido tan espléndida como en Francia, donde ha habido años donde uno de cada dos espectadores fueron a ver filmes producidos en su propio país, en España, antes de la pandemia, se encadenaron hasta cuatro cursos con recaudaciones por encima de los 100 millones de euros. En este 2022, donde las salas viven una crisis profunda, un filme español ocupa el tercer puesto de las películas más taquilleras del año. Padre no hay más que uno 3 ha amasado más de 15 millones de euros; y Tadeo Jones 3 se sitúa actualmente como la décima que más ha recaudado con todavía bastante recorrido para subir al top 5. Actualmente, según los datos de TaquillaEspaña, la cuota del cine español es del 14,2 %.

Que el cine y la ficción española interesan también se puede ver en las calificaciones de las películas y series —no rodadas en inglés— más vistas de la historia en Netflix, que desde hace meses publica y actualiza sus ránkings. El hoyo es la segunda con 108 millones de horas vistas; A través de mi ventana, la cuarta con 92 millones y Bajozero, la sexta con 78. Las series españolas también arrasan. La casa de papel está en la segunda posición con su quinta temporada, en el tercer lugar con la cuarta y en el quinto con la tercera. La tercera temporada de Élite ocupa, además, el noveno puesto.

Kristin du Mez, historiadora: “El evangelicalismo blanco conservador acaba apoyando el autoritarismo”

22 febrero, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

  • “Los evangélicos han construido este movimiento reaccionario de derecha y ahora la ideología en sí es la que tiene el poder”, dice la autora de ‘Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación’
  • — Los líderes autoritarios no triunfan eternamente
Kristin Kobes du Mez, autora del libro 'Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación'
Kristin Kobes du Mez, autora del libro ‘Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación’

Javier Biosca Azcoiti

9 de febrero de 2023 22:32h Actualizado el 10/02/2023 17:44h

Kristin Kobes du Mez es profesora de historia y estudios de género en la Universidad Calvin (Michigan), está especializada en la intersección de género, religión y política y lleva años estudiando el movimiento evangélico blanco y conservador en EEUU que, más que “un conjunto de ”creencias teológicas“, argumenta, es un ”movimiento cultural“ reaccionario que ha impregnado el Partido Republicano y que se ha extendido por otros países, como Brasil. Un fenómeno que la autora analiza en el libro ‘Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación’ (Capitán Swing), que se acaba de publicar en español.

Trump no parece la mejor persona para representar la moral cristiana, ¿no? ¿Por qué se convirtió en el candidato de los evangélicos blancos?

Eso es lo que todo el mundo se preguntaba en 2016: ¿cómo pudieron los evangélicos traicionar sus valores para votar a Donald Trump? Como historiadora, sabía que esa pregunta no era la correcta y mostraba que la gente no entendía realmente cuáles eran sus valores.

Históricamente, se puede ver que en el núcleo de la política de valores familiares evangélicos se ha reivindicado durante mucho tiempo la autoridad patriarcal blanca. En los años 60, por ejemplo, la política de valores familiares emerge contra el movimiento de derechos civiles. Muchos evangélicos se resistían a esos esfuerzos en el sur, defendían las escuelas segregadas y estaban en contra del movimiento feminista y del movimiento contra la guerra. En su visión, había una cosa que iba a arreglar todos esos problemas: la autoridad patriarcal blanca. 

Esto siempre ha estado vinculado en EEUU al nacionalismo cristiano, es decir, la idea de que EEUU fue fundado como una nación cristiana y tiene que ser defendida como tal. Y para que la América cristiana defienda el cristianismo y a Dios mismo, hay que ser duro y luchar contra todas estas amenazas. Estas cosas van de la mano: el ideal de masculinidad como guerrero y la idea de la necesidad de defender la verdadera fe. Sus enemigos son externos en el marco de la Guerra Fría, pero también internos: liberales, secularistas y el Partido Demócrata. Cuando eso entra en la ecuación, todo tiene sentido.

Donald Trump era en realidad el mejor candidato porque no estaba limitado por la virtud cristiana tradicional: cosas como el autocontrol, la dulzura, el amor… Él era el hombre ideal. Era el ungido de Dios precisamente porque haría todo lo que hiciera falta. 

¿Dónde está el origen de este tipo de masculinidad cristiana evangélica?

Si nos remontamos al siglo XIX podemos ver que otros ideales de masculinidad eran mucho más comunes en el evangelismo estadounidense, como la moderación amable, aunque en el sur de Estados Unidos estaba más presente esa cultura del honor y ahí sí se ve más la autoridad masculina sobre las mujeres, los niños y los esclavos como la forma dominante de hombría cristiana. Con el tiempo, se puede ver cómo estos dos modelos se fusionan a principios del siglo XX en una especie de abrazo común de una masculinidad blanca más dura. No solo los protestantes conservadores abrazan este modelo, sino también los liberales.

Los evangélicos han construido este tipo de movimiento reaccionario de derecha de tal manera que la ideología en sí es la que ahora tiene el poder. Es una especie de movimiento populista

Las cosas no siempre han sido como son ahora. Durante la Primera Guerra Mundial había muchos protestantes liberales militaristas que apoyaban el esfuerzo de guerra y este tipo de masculinidad ruda. Igualmente había algunos protestantes conservadores que hacían lo mismo, pero también había protestantes conservadores que eran pacifistas, que rechazaban la guerra y que no eran nacionalistas cristianos. 

Al final de la Primera Guerra Mundial, eso cambia. Los liberales son humillados, ven que la masacre no ha valido la pena y son los fundamentalistas los que realmente abrazan la militancia y una especie de masculinidad agresiva, pero no reciben mucha atención. Parecen marginados hasta la década de 1940. Durante la Segunda Guerra Mundial, y especialmente a principios de la Guerra Fría, empiezan a promover el nacionalismo cristiano y lo que, según ellos, son los roles de género tradicionales.

¿Tiene algo que ver esta evolución con la guerra contra el comunismo de la Guerra Fría?

Exactamente. Muchos cristianos evangélicos tienden a pensar que sus ideas de masculinidad o género vienen directamente de Dios. Sin embargo, los historiadores de género pueden demostrar que estas ideas cambian radicalmente con el tiempo y siempre están vinculadas a cambios económicos, políticos y a la política exterior. 

En la Guerra Fría había una amenaza comunista militar real y los comunistas eran percibidos como anti-Dios –y hay cierta legitimidad en esta visión–, antifamilia y antiamericanos. Estas eran las cosas que los evangélicos más apreciaban. Fue un momento catalizador para los evangélicos.

En 1942 se creó la Asociación Nacional de Evangélicos y tenía el plan de unir a los protestantes conservadores de todo el país con publicaciones cristianas, radio cristiana, librerías… Es decir, utilizar los medios de comunicación y la cultura popular para difundir su verdad. Lo logran todo de una manera notable en los siguientes 15 años y todavía vivimos en esa realidad.

Para este movimiento, Donald Trump era el hombre ideal, el ungido de Dios que haría todo lo que hiciera falta

Sostiene que el evangelismo en este caso no es un conjunto de creencias teológicas, sino un movimiento cultural. ¿Por qué lo dice?

La definición oficial que hacen los evangélicos de ellos mismos es una definición teológica. El problema de esta definición es que no describe de ninguna manera el movimiento.

En primer lugar, si se utiliza esa rúbrica teológica, la gran mayoría de los protestantes negros de Estados Unidos marcarían todas las casillas. Sin embargo, la gran mayoría de los protestantes negros no se consideran evangélicos porque para ellos es mucho más que las creencias teológicas. Tampoco participan en gran medida en el mismo tipo de cultura de consumo: la industria editorial cristiana, la radio cristiana, la música cristiana… Por eso van a diferentes iglesias. No es la misma comunidad y no es la misma cultura. Además, según las encuestas de los propios evangélicos, un alarmante número de evangélicos tiene un nivel de analfabetismo teológico increíblemente elevado. Ni siquiera conocen su teología.

¿Es la corriente principal dentro del evangelicalismo o una especie de subcultura?

En gran medida es ambas cosas. Es una subcultura que, de alguna manera, está oculta si no la buscas o participas en ella, pero es tan masiva que ha influido notablemente en la política. Ha infundido totalmente el Partido Republicano, Fox News y cadenas seculares.

¿Qué definiría a los evangélicos como movimiento político? 

No se puede entender realmente el evangelicalismo blanco sin su politización, lo que no quiere decir que todos los evangélicos blancos sean republicanos conservadores o miembros de la derecha cristiana, pero la mayoría sí que lo son.

El 81 % de los evangélicos votaron por Trump en 2016 y las cifras de 2020 son similares. A finales de los años 70 hubo un esfuerzo activo para movilizar a los votantes en nombre de Reagan y, a partir de ahí ,se ha cimentado esta lealtad al Partido Republicano. Por eso, muchos evangélicos simplemente piensan que no se puede ser cristiano y votar demócrata. 

Con una ideología que afirma que Dios está de su lado, no hay lugar para el compromiso político. Es una mentalidad de nosotros contra ellos

Desde 1980, los evangélicos conservadores han tratado enérgicamente de dar forma al programa del Partido Republicano. El aborto es uno de estos temas movilizadores, pero antes lo fue la segregación escolar. Han encontrado una causa común en torno a una serie de cuestiones, como la migración, a favor del muro fronterizo, las armas, contrarios al Black Lives Matter…

De hecho, cuenta que las armas son un elemento muy importante en la cultura evangélica. ¿Por qué?

Los evangélicos son más propensos a poseer y portar armas que otros estadounidenses. En los años 70 ya había consejos evangélicos que decían que dejásemos a nuestros hijos jugar con armas y a enseñarles a usar armas de fuego reales. Esto continúa hasta hoy. 

Tienen la idea de que Dios ha hecho a los hombres y a las mujeres muy diferentes y que ha llenado a los hombres de testosterona para que puedan cumplir con su papel de protector. Esto se produce en el contexto de la Guerra de Vietnam, de la Guerra Fría, y existía el temor de que el ejército americano no fuera lo suficientemente fuerte. El movimiento antiguerra y el feminismo estaban debilitando la hombría americana y poniendo a la nación en riesgo. Entonces vieron que el papel cristiano apropiado para los hombres era ser fuertes y saber cómo luchar y matar para proteger a la América cristiana. Para muchos evangélicos hoy, esto es simplemente sentido común. Forma parte de su identidad cultural.

¿Diría que son más poderosos que nunca?

Son muy influyentes, pero es difícil decir cuánto. Volviendo a las elecciones de 1980, los evangélicos se atribuyeron todo el mérito de la elección de Reagan. Han construido este tipo de movimiento reaccionario de derecha de tal manera que la ideología en sí es la que ahora tiene el poder. Es una especie de movimiento populista. Si un destacado líder evangélico tratara de cambiar la dirección ahora de este movimiento, no lo lograría. 

¿Cree que el Partido Republicano tiene que escuchar esta ideología?

En este momento, el Partido Republicano es más o menos esta ideología y cualquier miembro republicano que intente oponerse no tendrá éxito. Hay ejemplos como el de Liz Cheney, que dijo ‘soy uno de vosotros, mirad mi pedigrí, y creo que tenemos que aplicar la ley a nuestro presidente’. Ya está fuera. 

El poder de cualquier evangélico para cambiar algo es bastante insignificante en este momento. Trump eligió a Mike Pence como vicepresidente para asegurarse el apoyo de esos evangélicos blancos, ya que representaba bien los valores evangélicos. Sin embargo, nadie quería a Pence antes que a Trump en esos círculos. El poder de este evangelicalismo teológico y religioso no es grande en la esfera política, pero el poder de esa identidad religiosa, política y cultural es increíblemente fuerte. 

Kristin Kobes du Mez, profesora de historia y estudios de género en la Universidad Calvin, Michigan.

¿Ve alguna similitud con la experiencia del proceso, por ejemplo, en Brasil con Bolsonaro? ¿Es un fenómeno global?

Tiene un alcance global y Bolsonaro es un ejemplo clave, pero no es ni de lejos el único. Lo que estas ideas están haciendo en estos espacios son muy similares. Se puede ver cómo todo esto termina apoyando o puede terminar apoyando el autoritarismo y los movimientos antidemocráticos. Y ni siquiera he mencionado a la Rusia de Putin, donde existen el mismo tipo de similitudes. 

Es un movimiento global, pero cada cultura local tiene sus propias historias y tradiciones de patriarcado. No se trata solo de ideas de EEUU que se exportan y dominan, sino que se reciben en estas comunidades de maneras únicas y, a veces, eso empeora las cosas.

Volviendo al título del libro, ¿podría desarrollar un poco la idea de cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación? 

Corromper la fe lo digo porque muchos de ellos se definen a sí mismos a través de su biblicismo, pero son muy selectivos a la hora de elegir a qué pasajes de la Biblia les dan la autoridad literal y a cuáles no. Hay una gran cantidad de enseñanzas bastante directas en las escrituras que son antiviolencia como el poner la otra mejilla, amar a tu enemigo, amar a tu prójimo como a ti mismo, el sacrificio personal… creen que eso no se les aplica por el nivel de amenaza al que se enfrentan.

Y fracturar una nación, porque se puede ver la influencia de los evangélicos en la política estadounidense y dentro del Partido Republicano. Con una ideología que afirma que Dios está de su lado, no hay lugar para el compromiso político. Es una mentalidad de nosotros contra ellos. Es una ideología muy divisiva que hace el compromiso increíblemente difícil.

Filosofía y poesía en María Zambrano

21 febrero, 2024

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 5 febrero 2023 20:17 CET

Autoría

  1. Francisco Javier Blázquez Ruiz. Catedrático de Filosofía el derecho. Bioética e Inteligencia artificial., Universidad Pública de Navarra

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Francisco Javier Blázquez Ruiz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Aunque María Zambrano sea considerada por la Enciclopedia Oxford de Filosofía la figura femenina más importante del pensamiento español en el siglo XX, sigue siendo una autora desconocida en España, más allá del ámbito académico y las aulas universitarias.

De poco ha servido que le otorgaran en 1981 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, o que la Universidad de Málaga la nombrara Doctora Honoris Causa un año después, en 1982. Tampoco que fuese la primera mujer en recibir el Premio Cervantes en 1988.

Un grupo de hombres y mujeres posan en la calle.
María Zambrano, con Ortega y Gasset (entre otros). Fundación María Zambrano

Nacida en 1904 en Vélez (Málaga), María Zambrano pudo recibir de sus padres, maestros de profesión, una educación liberal en una época en la que más de la mitad de la población permanecía lastrada por el analfabetismo. Fue una de las pocas alumnas que cursó estudios de filosofía en la Universidad Central de Madrid (la actual Complutense) y acudió a las clases de eminentes pensadores como Xavier Zubiri y Manuel García Morente. Formó parte también de la tertulia de la Revista de Occidente.

A pesar de su compromiso con la República, como su maestro Ortega y Gasset, se mostró escéptica y decepcionada ante la dinámica seguida por la política de partidos. De hecho, Zambrano prefirió la educación y la reflexión filosófica como herramientas de transformación social. Su aportación le parecía más profunda y fructífera dado que “la acción de preguntar supone la aparición de la conciencia”.

Posteriormente, en enero de 1939, inició el exilio que le llevaría a pasar años difíciles en el extranjero con estancias docentes discontinuas en países latinoamericanos y europeos como México, Cuba, Puerto Rico, Italia y Suiza hasta que regresó definitivamente a España en 1984.

La filosofía y la razón poética

Pensadora innovadora, sus obras giran en torno a la dimensión espiritual de los seres humanos, la búsqueda de principios morales y la necesidad de mantener un diálogo profundo y permanente con el entorno que nos rodea. Consideraba que el hombre es el ser que alberga dentro de sí un vacío que ha de llenar:

“El anhelo es la respiración del alma, la manifestación de la esperanza. El anhelo es como el viento que llena las velas, pero luego necesita esperanzas para avanzar. Por el contrario, la desesperanza lleva el barco a las rocas y al hundimiento”.

María Zambrano aspiraba a desarrollar una filosofía humanizada, capaz de transformar el rostro gris de un mundo que se muestra árido y a veces hostil. Buscaba un horizonte en el que las personas pudiesen recuperar el impulso de su fuerza creadora y fuese posible expresarse también de la mano de la sensibilidad, no solo desde la vertiente racional: “la cultura es el despertar del hombre”.

Entre sus obras, además de SenderosEl hombre y lo divinoEl pensamiento vivo de SénecaLa agonía de Europa y La tumba de Antígona, destaca Claros del bosque, publicada en la Revista de Occidente tras fallecer su hermana Araceli. En ella se plantea los interrogantes más acuciantes del ser humano y defiende la necesidad de una razón poética.

Esa razón poética –su principal aportación filosófica y que se diferencia de la razón meramente especulativa que ha caracterizado a la historia del pensamiento occidental– trata de reivindicar los orígenes de la filosofía griega cuando la poesía y la filosofía iban de la mano, cuando convivían y no estaban separadas. No podemos disecar –argumentaba– la vida mediante la abstracción y el uso instrumental o técnico que aporta la razón.

Esta razón poética trata de afrontar las necesidades propias de la existencia humana sin rodeos, y se torna mediadora entre la vida y el ámbito de la verdad. En la última época de su vida, su filosofía se caracterizó también por incorporar una profunda religiosidad, cercana al misticismo de San Juan de la Cruz.

Vuelta a España

Después de un exilio de 45 años, María Zambrano regresó a Madrid a la edad de ochenta años. Durante ese largo periodo mantuvo vivos vínculos emocionales e intelectuales con la realidad de España: su historia, tradiciones, esencia, sus crisis permanentes, todo lo cual se convirtió para ella en tema recurrente de sus textos escritos.

Deseaba regresar desde hacía tiempo, pero era consciente de que la experiencia del exilio había impregnado tanto el curso de su vida como el itinerario de su pensamiento: “yo no concibo mi vida sin el exilio que he vivido”.

A pesar de su estado de salud cada vez más deteriorado, María Zambrano siguió escribiendo y colaborando con diversas publicaciones. Sus reflexiones, tan lúcidas como incisivas, siguen interpelándonos desde entonces.

El mundo de hoy según Zambrano

Una mujer con abrigo y sombrero mira a cámara.
Retrato de María Zambrano hacia 1930. Fundación María Zambrano / Wikimedia Commons

Para María Zambrano vivimos instalados en la superficie, sometidos al culto de la velocidad que parece atarnos de pies y manos. Esa actitud de continuo frenesí genera una sensación de desconcierto, de extrañeza y de pérdida del sentido del mundo. El progreso económico y tecnológico va a la par de una crisis espiritual que se nutre de un empobrecimiento moral progresivo. Esa crisis del espíritu provoca malestar, tanto personal como social.

Entre tanto, el mundo ha quedado despojado del alma y nuestra vida se vuelve cada vez más impresionista y superficial. Vivimos hacia fuera, vertiendo nuestra mirada al exterior, pero no somos dueños de nosotros mismos. Por el contrario, nos mostramos cada vez más dependientes e incluso superficiales. Como consecuencia, desaparece día a día la autonomía personal y deja de cultivarse la creatividad artística. También van perdiéndose el sentimiento poético y la sensibilidad.

Tras regresar del exilio y fallecer en Madrid el 6 de febrero de 1991, María Zambrano fue enterrada en su ciudad natal, Vélez (Málaga), a la sombra de un limonero en el cementerio local, por expresa voluntad suya. Volvía a su origen, para descansar en las entrañas de la tierra andaluza que la vio nacer. Allí reposan también los restos de su hermana Araceli, a la que dedicó todos sus cuidados en los últimos años de su vida.

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Elena Sanz

Redactora jefa / Editora de Salud y Medicina

Ángel Viñas: «No entraba en los planes de la República un acercamiento ideológico a la Unión Soviética»

20 febrero, 2024

Fuente: http://www.infolibre.es

El historiador Ángel Viñas, autor de 'Oro, guerra, diplomacia. La República española en tiempos de Stalin'
El historiador Ángel Viñas, autor de ‘Oro, guerra, diplomacia. La República española en tiempos de Stalin’ Crítica

Álvaro Sánchez Castrillo

3 de febrero de 2023 20:02h. Actualizado el 04/02/2023 06:00h.

@AlvaroSanCas

Sostiene Ángel Viñas (Madrid, 1941) que escribir historia es «un tejer y destejer continuos«. De ahí que este economista, diplomático e historiador se haya pasado media vida escrutando archivos y analizando al milímetro cada documento que cae en sus manos. «Papeles», como les llama, que le han servido de base para arrojar luz sobre el pasado a través de varias decenas de libros. Y que ahora le han llevado a alumbrar Oro, guerra, diplomacia. La República española en tiempos de Stalin (Crítica, 2022), una obra con la que pretende poner fin a «un pasado deformado por la derecha». «Es la destrucción de un relato en lo que se refiere al golpe de Estado de 1936 y a la supuesta sovietización de España», resume Viñas en conversación con infoLibre. Una «leyenda» que aún pervive.

El historiador construye un detallado análisis sobre las relaciones hispano-soviéticas en uno de los momentos más oscuros de la historia reciente de España. A lo largo de quinientas páginas, Viñas estudia al dedillo las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales entre la Segunda República y la Unión Soviética. Y aborda, por supuesto, el papel jugado por la potencia oriental durante la Guerra Civil. Lo hace utilizando nueva evidencia primaria relevante de la época, tanto española como rusa, parte de ella nunca empleada aquí. Un análisis con una pregunta de fondo: ¿es cierto, como martilleó la propaganda franquista, que el golpe de Estado evitó una revolución comunista y que España se convirtiese en una suerte de satélite soviético?

«Eso es una chorrada», responde el historiador con contundencia. Para Viñas, ese «mito» se deshace como un azucarillo. Es cierto que en 1933 la República española reconoció de iure a la URSS. Y que el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países estaba, con una apertura de embajadas que tanto tiempo se había retrasado, a punto de caramelo para cuando se produjo el golpe de Estado. Pero ni fue un capricho del Frente Popular ni significaba que se estuviera poniendo a la República en manos soviéticas. «Se trataba de un acercamiento que estaba en línea con el de otros países occidentales», explica. Al fin y al cabo, señala el historiador, la Unión Soviética era entonces un «factor importante» en la política internacional y un mercado interesante.

No hubo peligro de sovietización porque a Stalin no le interesaba

Tanta relevancia tenía que, sostiene el Viñas, «todos los Gobiernos de la República» estuvieron a favor de un acercamiento con los soviéticos. A izquierda y a derecha. «En el bienio negro no se interrumpen las conversaciones», resalta. Es algo que demuestran algunas de las comunicaciones de aquella época. El 25 de mayo de 1934, por ejemplo, el Ministerio de Estado preparó una dirigida al entonces embajador en Berna (Suiza) en la que, tras explicar algunas gestiones hechas hasta el momento, concluía: «No desea el Gobierno hacer imposible, ni siquiera retardar, el intercambio de representantes diplomáticos y consulares entre ambos países, condicionándolo tan solo a la definición de sus funciones, prerrogativas y facultades».

Con todo esto, el historiador se muestra contundente al señalar que el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países no era, como han dicho algunos, el preludio de nada. «No entraba dentro de los planes del Gobierno de la República un acercamiento ideológico con la URSS. Lo que se pretendía era pasar a una situación de normalidad, igual que hacían todos los países occidentales, incluso Estados Unidos», asevera. Por eso, insiste: «No hubo ningún peligro de sovietización. ¿Y por qué? Porque a Stalin no le interesaba». En este sentido, destaca la entrevista que a comienzos de 1937 mantuvo el embajador de España en Moscú, Marcelino Pascua, con el propio Stalin, en la que este último recomendó al Gobierno republicano orientarse hacia los países capitalistas.

Una escalada en la contienda

Por aquel entonces, la Guerra Civil llevaba más de medio año desangrando el país. Viñas dedica un extenso capítulo a la contienda. Y, más específicamente, a la participación de potencias extranjeras en la misma. En este sentido, desmiente que fueran los soviéticos quienes hicieron escalar el conflicto. «Lo que hicieron fue responder a la intromisión alemana e italiana», apunta. En este sentido, recuerda que previamente los germanos habían ayudado a trasladar al Ejército golpista desde África a la Península. Y pone sobre la mesa los contratos italianos que el primero de julio, días antes del estallido del golpe, preveían ya el suministro de aviación. «Si no hay intervención alemana o italiana, no hubiera habido soviética», insiste.

Lo que hizo la URSS fue responder a la intromisión alemana e italiana

Los soviéticos, sin embargo, no empezaron a involucrarse con envío de armamento hasta el otoño de 1936. En este sentido, el Viñas pone al buque Komsomol como comienzo del apoyo directo a la República con material bélico. «Es en octubre cuando vienen a combatir los primeros soldados, que son carristas y artilleros», apunta. La intervención de Stalin dio aire al Gobierno democrático. Y en ella influyeron varios factores. El primero, que el resto de potencias occidentales dejasen caer a la República «como una patata caliente». Y luego, la necesidad de hacer ver a las democracias que el enemigo era el nazismo y que había que hacer frente común. «Los peores enemigos de la República fueron los británicos, completamente obsesionados con el comunismo», dice el historiador.

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Pero el respaldo soviético no se mantuvo durante toda la contienda. De hecho, cuenta Viñas, durante un año Stalin tuvo a la República «a palo seco». «Dejó a los españoles tirados. Y si lo hizo no creo que sea, precisamente, porque quisiera sovietizar a España», desliza el historiador. ¿A qué se debió la parálisis? Ahí, prefiere mantenerse cauto. Sin papeles, lo único que puede hacer son hipótesis: «Yo creo que es porque aún cree que puede convencer a las potencias occidentales de que el enemigo es la Alemania nazi». Sea como fuera, lo cierto es que los apoyos se congelaron entre noviembre de 1937 y 1938. Y cuando decide volver a prestar ayuda de forma «masiva», la República ya estaba en las últimas. Con la caída de Cataluña, el envío de material se convierte en misión imposible.

El oro y la propaganda

En la obra, además, le dedica un capítulo entero al famoso oro de Moscú, un asunto en el que comenzó a trabajar cuando Franco aún estaba vivo. En este sentido, el historiador es claro. Si se movilizaron las reservas del metal fue, precisamente, porque la República no disponía de divisas de cambio internacional –libras, dólares o francos– y las necesitaba para pagar suministros, ya fuera de armas como de productos para la industria, comercia o agricultura. «El Gobierno de la República, además, estaba harto de no poder hacer transferencias internacionales porque los banqueros occidentales se las bloqueaban», explica Viñas. ¿Y por qué enviarlo a la Unión Soviética? «¿Y por qué no? Tenían un aparato bancario, había una relación más o menos fluida y ya se habían hecho negocios con ellos durante los tiempos de paz», responde.

Los rusos dijeron que la República quedó a deber, pero eso no está demostrado

Pero, además, es que la Segunda República no tenía muchas más alternativas. Reino Unido no dejaba de poner problemas. Y Francia tampoco resultaba ser una opción demasiado atractiva: «Allí se mandó solo una parte, porque Negrín no se fiaba de la estabilidad del Frente Popular francés». Para Viñas, el asunto del oro parece estar ya más o menos aclarado. Solo queda, si eso, un gran hueco: «Los rusos dijeron que la República quedó a deber, pero eso no está demostrado». Y, a pesar de ello, sigue siendo un tema al que se recurre con frecuencia desde la derecha. Una leyenda negra a la que el aparato propagandista franquista dio buen uso en plena autarquía para denunciar un supuesto expolio y justificar las dificultades de reconstrucción económica.

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Cinco humedales de España que son clave contra el cambio climático

19 febrero, 2024

Fuente: https://viajes.nationalgeographic.com.es/

Estos singulares ecosistemas no son solo bellos, también son un patrimonio natural que hay que cuidar.

Asun Luján

Asun Luján

Periodista redactora de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A

Cada año, el día 2 de febrero tiene lugar el Día Mundial de los Humedales con el próposito de sensibilizar a las administraciones pero también a los visitantes de la importancia, valores y funciones de los humedales y los beneficios que reportan. España tiene una enorme diversidad en este tipo de ecosistemas que en general son muy frágiles y vulnerables. En los últimos cincuenta años han desparecido el 60 por ciento de los humedales. Sin embargo, diversos estudios señalan a las marismas y humedales de España como piezas fundamentales en la lucha contra el cambio climático.

Los procesos de retroceso que sufren no son imparables, pero sí necesitan de la voluntad y la determinación de todos. En este apartado el turismo sostenible tiene mucho que hacer. La mayoría de las zonas lacustres españolas ofrecen actividades basadas en el respeto al entorno y visitas guiadas que permiten conocer los espacios naturales sin dañarlos lo que significa un aporte de ingresos muy importante.
España cuenta con 38 humedales entre los que destacan parques nacionales como Doñana y las Tablas de Daimiel, lagunas como Gallocanta y Fuente de Piedra y territorios como el Delta del Ebro. Estos son algunos detalles y singularidades de cada uno de ellos. 

PARA LEER MÁS

  1. Guía de los 15 parques nacionales de España
  2. Doñana: la guía definitiva para descubrir (y valorar) este parque nacional tan singular
  3. Salinas de la Trinitat, el santuario natural inesperado en el Delta del Ebro
  4. Las Tablas de Daimiel, el tesoro natural de Ciudad Real
  5. De Málaga al Caminito del Rey en 17 aventuras naturales y culturales 
GettyImages-1226367050. Parque Nacional de Doñana
FOTO: GETTY IMAGES1 / 5

PARQUE NACIONAL DE DOÑANA (HUELVA, SEVILLA Y CÁDIZ)

El humedal más extenso e importante de la Península es un lugar de gran importancia como lugar de paso, cría y residencia en la época invernal. Situado en Andalucía entre las provincias de Huelva y Sevilla, Doñana presenta un extraordinario mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única en Europa. Destaca sobre todo la marisma. Existen diversas excursiones y rutas a través del Parque para avistar aves y que se inician en alguno de sus centros de visitantes, como el del Acebuche o el de la Fábrica de Hielo.

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iStock-1338736053. Delta de Ebro
FOTO: ISTOCK2 / 5

PARQUE NATURAL DEL DELTA DEL EBRO (TARRAGONA)

La zona húmeda más grande de Cataluña es además una de las más importantes de la región Mediterránea. La desembocadura del río que da nombre al conjunto de estas tierras constituye un parque natural de primer orden, con una incomparable riqueza de flora y fauna que lo hacen único y excepcional. La Oficina del Parque Natural del Delta del Ebro, situada en la localidad de Deltebre, organiza salidas por los carriles-bici que hay en las principales zonas protegidas. El Parque Natural dispone de abundantes miradores situados en lugares estratégicos para el avistamiento de las aves.

iStock-1086654356. Parque Nacional Tablas de Daimiel
FOTO: ISTOCK3 / 5

PARQUE NACIONAL DE LAS TABLAS DE DAIMIEL (CIUDAD REAL, CUENCA Y ALBACETE)

Hace unos años, el futuro de los humedales de Daimiel era más que incierto. La escasez de agua y el uso excesivo de los acuíferos parecía que iban a acabar con este bellísimo paisaje manchego, ubicado entre las provincias de Ciudad Real, Cuenca y Albacete. Pero el agua ha vuelto a brotar en esta joya natural de Ciudad Real y la visita a través de las pasarelas que recorren el parque es una auténtica gozada. En invierno, la grulla es la protagonista del Parque y se organizan visitas comentadas para avistarla.

iStock-1330504249. Laguna de Fuente Piedra
FOTO: ISTOCK4 / 5

RESERVA NATURAL DE LA LAGUNA DE FUENTE DE PIEDRA (MÁLAGA)

Los flamencos, esas esbeltas y carismáticas aves, han elegido diversos lugares de la geografía española para fijar su residencia. Uno de sus refugios más importantes es la Laguna de Fuente de Piedra, donde existen grandes colonias durante todo el año. Ubicada en la comarca de Antequera, en la provincia de Málaga, la Laguna de Fuente de Piedra es la más grande de Andalucía y ofrece un entorno privilegiado para la reproducción del flamenco rosa, además de ser área de invernada y de paso de muchas otras aves. El Parque organiza visitas guiadas por la zona y descubre los lugares donde se esconden los tímidos flamencos.

shutterstock 178098161. Laguna de Gallocanta
FOTO: SHUTTERSTOCK5 / 5

RESERVA NATURAL DE LA LAGUNA DE GALLOCANTA (TERUEL Y ZARAGOZA)

La grulla también es la protagonista de este paisaje que se extiende entre las provincias de Teruel y Zaragoza, a mil metros de altitud. Gallocanta constituye un magnífico lugar de invernada y paso para multitud de aves migratorias. Desde octubre más de 40.000 grullas procedentes del norte de Europa hacen parada en esta laguna durante su migración. Además, Gallocanta es el lago salino más grande de Europa. A su alrededor se hallan lagunas más pequeñas de agua dulce o salada en las que habitan numerosas colonias de ánades.

La educación sexual: una asignatura pendiente

17 febrero, 2024

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 11 octubre 2022 19:06 CEST

Autoría

  1. Andrea Gutiérrez García. Profesora Ayudante Doctor. Psicóloga especialista en intervención multidisciplinar en violencia de género, Universidad de La Rioja

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Andrea Gutiérrez García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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La sexualidad es una dimensión inherente al ser humano. Lo acompaña desde su concepción hasta el fin de sus días. Por ello, la educación sexual es una necesidad fundamental que no solo ha de ser asunto de la familia, sino también debe ser abordada desde los centros escolares.

Habitualmente, la educación se centra en el aspecto más biológico de la sexualidad: genitales y coito. Se dirige la atención hacia la prevención de los riesgos (fundamentalmente, infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados).

Sin embargo, en palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad es un aspecto central de la persona que abarca mucho más: el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.

Parte de nuestra identidad humana

La sexualidad se vive y se expresa través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales.

Hablar de sexualidad es hablar de qué somos, cómo somos, qué sentimos, cómo nos sentimos, cómo nos vivimos, cómo nos expresamos como personas sexuadas o cómo nos relacionamos.

Por lo tanto, es una educación que debe realizarse a lo largo de todas las etapas vitales, y no solamente a partir de la adolescencia, ya que vivirla de forma sana ayuda al sujeto a realizarse plenamente y a crear vínculos afectivos que le ayuden a crecer con seguridad y confianza.

Además, tal y como señala la OMS, la educación afectivo-sexual es un derecho de niños, niñas y adolescentes.

¿De dónde venimos?

La primera infancia se caracteriza por su afán por saber, y esto incluye su interés por conocer por ejemplo de dónde vienen los niños y las niñas, cómo nacemos, cómo cambia nuestro cuerpo o la exploración de nuestros genitales.

Ofreciendo información adaptada a su capacidad cognitiva y a su madurez, además de dar respuesta a esas inquietudes estamos forjando un vínculo de confianza, transmitiendo el mensaje de que siempre estaremos ahí para responder a sus preguntas.

Lo que decimos, y lo que hacemos

Es posible que muchos recordemos, por ejemplo, lo que sucedía en nuestras casas cuando en la televisión aparecía una escena de sexo. En muchos hogares se cambiaba de canal de inmediato. En otros se producía un silencio incómodo. En otros, quizá, se hacían bromas.

Es importante ser conscientes de que transmitimos no solo con lo que decimos, sino también con nuestros silencios, con los modelos que ofrecemos, y con los valores y actitudes que mostramos.

Evadir los temas referentes a la sexualidad, bien por incomodidad, timidez o por no saber qué responder es también un modo de comunicar un mensaje.

Aun sin darnos cuenta, cualquier adulto que se relacione con una niña o niño está educando la afectividad y la sexualidad,: lo hacemos con las palabras que utilizamos o las que no pronunciamos, los gestos o las muestras de afecto que damos o no mostramos, y el modo en que lo hacemos.

Una solicitud voluntaria

Actualmente, son los centros educativos, o más bien las asociaciones de familias, las que solicitan de manera voluntaria talleres sobre sexualidad a instituciones externas. Esto no ocurre en todos los centros, ni en todos los niveles, y más bien se produce de manera puntual una o dos veces al año, sin una continuidad.

En algunas comunidades autónomas españolas, además, se precisa el permiso de los padres o tutores legales para que los menores puedan recibir dicha formación, algo que no ocurre cuando se desarrollan talleres sobre otras cuestiones como la educación vial o el uso responsable de las nuevas tecnologías, por ejemplo.

Existen algunos proyectos aislados que se aplican en todas las etapas educativas, pero no es ni mucho menos habitual.

Hablar no es animar

Una de las creencias erróneas que dificultan la implementación de programas de este tipo es que hablar de sexualidad es estimular a tener más experiencias.

Sin embargo, la curiosidad de los niños y niñas no deja de existir si no obtienen respuestas en el ámbito familiar o escolar. En esos casos, se buscan las respuestas fuera. Probablemente en internet, donde hay una enorme cantidad de información sin filtros, o entre sus iguales.

La pornografía sin filtros

Algunos estudios recientes apuntan a que el acceso a la pornografía comienza a los 8 años de edad. El acceso a este contenido sexual refuerza la desigualdad, puede llegar a normalizar la violencia hacia las mujeres e invisibiliza el uso de métodos anticonceptivos.

Todo ello puede tener un impacto directo en su actitud y en la vivencia de la sexualidad, si tenemos en cuenta que en el estudio de Save The Children (2020) el 52,1 % de quienes ven pornografía frecuentemente confirma que su visualización le ha influido mucho o bastante en sus relaciones.

Autoconocimiento y naturalidad

Resulta imprescindible reconocer a los niños y niñas como seres sexuados y ofrecerles una educación sexual en todas las etapas vitales que les permita fomentar su autoconocimiento, el respeto a la diversidad sexual, una vivencia placentera y positiva y respetuosa de su cuerpo y el de los demás, así como dotarles de herramientas para que puedan protegerse de los riesgos asociados a la sexualidad, como abusos, agresiones, infecciones de transmisión sexual…

Por ello, no podemos entender la educación sexual desde un punto de vista exclusivamente biológico, sino que ha de abordarse desde un enfoque personal, relacional y social que implica educar en igualdad.

Se trata de superar el enfoque de prevención de riesgos para hablar desde un marco positivo, que integre los afectos, los deseos, la autoestima, la diversidad, el respeto y el establecimiento de límites. La educación sexual ayuda a construir una sociedad más libre, responsable e inclusiva.

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