Archive for abril 2021

Más allá de Emilia Pardo Bazán y Mary Shelley: la “legión” de escritoras de ciencia ficción olvidadas en los planes de estudios

30 abril, 2021

Fuente: http://www.eldiario.es/clm

  • Hablamos con la investigadora Teresa López Pellisa sobre autoras que, como Jacinta Escudos, Amparo Dávila, Halma Angélico o María Lafitte abordaron en sus cuentos de fantasía denuncias contra la violencia de género, la ablación o el patriarcado

Alicia Avilés Pozo

@AliciaAvi

Ilustración de portada de 'Fantastic Short Stories by Women Authors form Spain and Latin America'
Ilustración de portada de ‘Fantastic Short Stories by Women Authors form Spain and Latin America’

28 de noviembre de 2020 19:46h 

En ‘Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina’ (1879), la primera novela de Emilia Pardo Bazán, la escritora gallega hablaba de las prácticas de alquimia de un profesor universitario de Santiago de Compostela para convertir el carbón en diamantes. Es uno de los muchos componentes fantásticos que incluyó en sus escritos y que la convirtieron en una autora extraordinaria más allá de las corrientes naturalistas y realistas de la época. Ella es conocida, está en todos los libros de texto sobre literatura, pero no fue la única que lo hizo. Fueron muchas las escritoras que, desde la Edad Media, pero sobre todo desde finales del siglo XIX y principios del XX con la primera oleada feminista, se embarcaron en el relato de lo fantástico, de lo futuro, de mundos imaginarios donde aprovechaban para denunciar la desigualdad, el patriarcado, la ablación o la violencia machista.

Todas ellas aparecen en las antologías y libros recopilatorios que Teresa López Pellisa, ayudante doctor del Departamento de Filología Española, Comunicación y Documentación de la Universidad de Alcalá (UAH), junto con otros expertos y expertas, han recopilado en obras como ‘Poshumanas y Distópicas. Antología de escritoras españolas de ciencia ficción’ de los siglos XIX y XX; ‘Insólitas. Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España’ y ‘Fantastic Short Stories by Women Authors fromm Spain and Latin America’, esta última en edición bilingüe. Forman parte del trabajo investigador en ciencia ficción y estudios del futuro que lleva a cabo esta profesora, con la que hablamos de escritoras casi desconocidas en España.

En ‘Fantastic Short Stories’, elaborada en tándem con Patricia García -también de la Universidad de Alcalá- ambas realizan una antología bilingüe crítica, comentada y didáctica donde se analizan los cuentos, ya que su objetivo es trabajar con los alumnos extranjeros que estudian Filología Hispánica en Inglaterra y Estados Unidos. Además, esos relatos nunca se habían traducido al inglés. En este libro, por ejemplo, hay un cuento de Pardo Bazán llamado ‘El vampiro’ donde cuenta la historia de una adolescente obligada a un matrimonio de conveniencia con un hombre muy mayor. Al cabo de los meses vemos cómo él cada vez es más joven y ella va envejeciendo, “como si fuera una cárcel donde esa persona le chupa la vida”.

Las recopilaciones de relatos

La antología ‘Poshumanas y Distópicas’ la realizó junto con la escritora Lola Robles, pionera en recuperar el trabajo de las autoras de género fantástico y de ciencia ficción que no suelen aparecer en la historia de la literatura ni en los planes de estudios de las enseñanzas regladas de colegios, institutos y universidades. También colabora en la obra la escritora y poeta Sofía Rey y en sus páginas demuestran que desde Pardo Bazán, cuyos relatos de este género se recopilan en ‘Cuentos fantásticos de Emilia Pardo Bazán’ (edición de Ana Abello y Raquel de la Varga publicada por Eolas), han sido “legión” las escritoras de fantasía.

“Nos han vendido que la literatura española es preeminentemente realista y naturalista y no es así”, afirma Teresa López. Así lo han constatado en el Grupo de Estudios sobre lo Fantástico (GEF) de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigido por David Roas, donde también han profundizado en esta cuestión. Las incursiones en los mundos imaginarios quedaron demostradas con Benito Pérez Galdós, Pío Baroja y después con la Generación del 27 y las vanguardias, pero no así con las autoras que también contribuyeron a hacer este género tan importante como revolucionario.

Cuando se pusieron a investigar en el enorme compendio de escritoras olvidadas, lo que encontraron fue “fabuloso”. “Nos costó cuatro años conseguir a alguien que quisiera publicar ‘Poshumanas y distópicas’ (lo hizo la editorial La Ballena y posteriormente se reeditó con Eolas). A los dos meses se agotó. Fue increíble. La lista es asombrosa. Un género que se inaugura con Mary Shelley y ‘Frankenstein’ cuenta después con una serie de escritoras que van desde el principio del siglo XX hasta la posguerra, el franquismo, los años 80 y las contemporáneas como Rosa Montero, Elia Barceló o Sara Mesa. Estas últimas sí aparecen en algunos textos pero las anteriores no, ni en la historia de la literatura ni en la historia de la ciencia ficción”, cuenta Teresa López.

La investigadora selecciona algunos ejemplos, como Ángeles Vicente, una escritora de los años 20 que alumbró la que se considera la primera novela lésbica española: ‘Zezé’. Y también María Lafitte, condesa de Campo Alange, una sevillana feminista, al igual que sus contemporáneas, “todas activistas desde el feminismo religioso y republicano de la época, que defendían los derechos de las mujeres, reflejados en muchas de sus narrativas”. Fue el caso también de Halma Angélico (seudónimo de María Francisca Clar Margarit), una autora “fascinante” nacida en Baleares que vivió en Madrid, narradora de cuentos y también dramaturga, y que llegó a estrenar una de sus obras de teatro en plena Guerra Civil en la capital de España. Aparte, escribió un cuento de ciencia ficción en el que relata un futuro donde la crianza y la educación son algo colectivo dependiente del Estado. “Precisamente el objetivo era denunciar la situación de madres solteras repudiadas por sus familias. La metieron en la cárcel, lo pasó muy mal y al salir nunca más volvió a escribir y se le pierde la pista”.

Halma Angélico

Un ejemplo más actual es el de la poeta Rosa Fabregat, doctora en Farmacia y a la que pudieron conocer en la presentación de ‘Poshumanas y distópicas’. Fue la primera presidenta de la Asociación Catalana de Ciencia Ficción, y entre su producción literaria hay un texto bajo el título ‘Embrión humano ultracongelado N-F77’, de 1985, donde no solo habla de la clonación, sino de la inseminación artificial y de la reproducción asistida, justo cuando en España se gestó la primera niña probeta.

La otra antología, ‘Insólitas’, la realizó Teresa López Pellisa junto a Ricard Ruiz. El objetivo fue recuperar escritoras actuales de España y Latinoamérica, y establecer un diálogo transatlántico entre generaciones, mezclando el género fantástico con la ciencia ficción y el terror. En esta obra hay, por tanto, una gran diversidad: autoras que se conocen más como las argentinas, por su mercado editorial más potente y porque publican en España, como Mariana Enríquez o Samanta Schweblin; y otras que necesitan visibilidad. Por ejemplo, a nuestro país nunca llegaron cuentos fabulosos como ‘Yo, Cocodrilo’ de Jacinta Escudos, escritora de El Salvador. Es un relato fantástico-feminista donde la protagonista es una niña que no quiere someterse a la ablación del clítoris y acaba transformándose en un cocodrilo y arrasando con su aldea. Esta escritora acaba de publicar en España por primera vez, con su libro de cuentos ‘El diablo sabe mi nombre’ (Editorial Consonni) y en ella realiza una crítica a las mujeres que reproducen la violencia del patriarcado, asumiéndola como algo normal.

Más ejemplos encontramos en la argentina Angélica Gorodischer, escritora de cuentos extraños y sobrenaturales, y sobre todo en la mexicana Amparo Dávila, fallecida el pasado mes de abril. Uno de sus relatos más asombrosos es ‘El huésped’, donde habla de la violencia de género: un monstruo que su marido lleva a casa como su ‘alter ego’ y con el que viven aterrorizadas tanto la protagonista como su hija y su criada. Todas se unen para derrotarlo “en un acto de sororidad y empoderamiento para luchar contra esa bestia”. “El mensaje es que siempre hay una salida. Es algo fascinante en un cuento de los años 50, que ya está denunciando la violencia de género en México”, comenta la investigadora

«¿Cómo no vamos a tener nuestra impronta en la literatura y en la historia?»

“Ha sido una labor increíble recuperar el trabajo de estas autoras, críticas literarias, editoras y periodistas, gracias a filólogas y traductoras que han trabajado en ello. Hasta ahora hemos estado reproduciendo el contenido que llegaba hasta nosotras y ahora es el momento de que ya no sea así, ahora hay una historia literaria alternativa. Pero sigue sin entrar en los planes de estudio como debería. Ahí está el problema de por qué no las conocemos. Y deberíamos preguntarnos por qué. Si las mujeres siempre hemos estado en la humanidad, ¿cómo no vamos a tener nuestra impronta en la literatura, en el arte, en la historia, en el cine, y más intensamente, desde la primera oleada de feminismos de principios del siglo XX?”, se pregunta.

Teresa López Pellisa

Tampoco es casual que estas autoras se embarcaran en relatos distópicos donde proyectan un futuro posible de igualdad entre hombres y mujeres, como alternativa al mundo en el que vivimos. Es lo que hace la ciencia ficción, remarca la investigadora, plasmar “que otro mundo es posible”. “La utopía no es algo irrealizable, es algo posible y se han conseguido muchas luchas. Siempre hubo antes novelas y mundos de autoras que los imaginaban y los proyectaban. Esa es la fuerza política que tiene que ver con la literatura no realista”.

De hecho, toda esa época de cambio de siglo coincide con el fin de la modernidad, cuando aparecen las vanguardias históricas y cuando se rompe la idea de la representación realista. Surge el anarquismo, el comunismo, los movimientos políticos revolucionarios, el surrealismo o el cubismo, mecanismos para “distorsionar la realidad”, para “verla desde otros ángulos de visión”. «Ellas estaban ahí, las autoras del género fantástico, participando en todos los movimientos vanguardistas, y ahora no aparecen en ninguna parte de los libros de texto”.

Amparo Dávila

Por todo ello, propone fusionar esos mundos para que dispongamos de manuales de historia y literatura completos donde cualquiera pueda encontrar esos elementos, porque si no, “la historia la reproducimos igual una y otra vez, sobre todo frente al negacionismo de la violencia de género y de la lucha feminista”. Reconoce Teresa López los avances en planes de estudio, debido a que los docentes están cada vez más sensibilizados con estas cuestiones. Ella misma dice haberlo notado en las clases de Magisterio que imparte, en la concienciación de su alumnado con el feminismo y el conocimiento de muchas autoras. “Por eso hay que visibilizar y reeditar a estas escritoras y por eso el trabajo de estas antologías: poner en la mesa del público y de los docentes estas historias. Si no lo hacemos es como si no hubieran existido nunca”.

Actualmente, esta investigadora sigue buscando y recopilando. No solamente porque contribuye a su especialización en el feminismo, en los estudios del futuro y en la ciencia ficción, sino porque “no deja de ser una crítica de nuestro presente”. Quiere romper con el estereotipo de que la literatura fantástica es “para evadirse”, cuando “no deja de representar lo que proyectamos, una previsión y ensayo de diferentes escenarios, una crítica al sistema”. “Las narrativas utópicas y del futuro, del poshumanismo, las utilizan muchos filósofos actuales para sus teorías políticas y sociales. Ahí hay claves para buscar alternativas y posibilidades”. 

Sobre este blog

Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia

Publicado el 28 de noviembre de 2020 – 19:46 h

Echegaray, el primer Nobel español

29 abril, 2021

Fuente: http://www.lavanguardia.com

NOMBRES OLVIDADOS

El primer Premio Nobel de nuestro país, en la categoría de Literatura, fue en realidad un científico a quien muchos colegas de letras despreciaban

Retrato de José de Echegaray, por Joaquín Sorolla.
Retrato de José de Echegaray, por Joaquín Sorolla. Dominio público

FRANCISCO MARTÍNEZ HOYOS 12/12/2019 07:00

Actualizado a 02/01/2020 15:54

Fue el primer Nobel español, pero en la actualidad José Echegaray (1832-1916) es casi un completo desconocido. Aunque en su tiempo triunfó con sus dramas románticos, hoy se tiende a aceptar que su obra resulta, en el mejor de los casos, mediocre. Él mismo no se hubiera tomado el asunto demasiado en serio, porque se dedicaba a la literatura por afición.

Su verdadero oficio era la ingeniería, pero con la ciencia no había forma de alcanzar un buen sueldo. En el teatro encontró, por lo que podemos suponer, el instrumento para obtener ingresos sustanciosos con los que dar estabilidad a su economía doméstica. Esta debe de ser la explicación de su muy prolífica producción: una media de dos obras por año.

La faceta científica

En su momento, la fama de Echegaray procedía también de su actividad como científico y como político. Hijo de un médico, obtuvo el título de Ingeniero de Caminos con el número uno de su promoción. Con el tiempo, llegaría a formar parte de la Real Academia de las Ciencias Exactas.

Tras el fin de la monarquía de Isabel II, en 1868, intervino en un plan para hacer rey de España al duque de Génova

Estaba convencido de que la modernización de España solo se podría conseguir a través de la introducción de los saberes más modernos. Él mismo se ocupó de divulgar, por ejemplo, los últimos avances en matemáticas, tal como ha señalado el historiador José Manuel Sánchez Ron. Se considera, de hecho, que las matemáticas españolas del siglo XIX comienzan con su obra.

Este camino, el de la educación, era el único que podía sacar al país de su atraso. A su juicio, la traumática derrota militar en la guerra de 1898 frente a Estados Unidos no se debía tanto a la responsabilidad del Ejército como a la inferioridad española en riqueza y ciencia.

Político, conspirador y liberal

Mientras tanto, como hombre público, defendió desde el Congreso ideas progresistas. Se pronunció contra la existencia de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico y defendió también la libertad religiosa. Pero tampoco fue ajeno a las intrigas políticas de su época.

Tras el fin de la monarquía de Isabel II, en 1868, intervino en un plan para hacer rey de España al duque de Génova, Tomás de Saboya. Se pretendía casarlo con la hija del duque de Montpensier, otro de los aspirantes al trono. La idea quedó en uno de los muchos fracasos que precedieron a la instauración de Amadeo I en el trono.

Echegaray recibió el Premio Nobel de Literatura en 1904.
Echegaray recibió el Premio Nobel de Literatura en 1904. Dominio público

Echegaray fue ministro de Hacienda durante un intervalo de pocos meses, entre el 19 de diciembre de 1872 y el 24 de febrero de 1873. Ocupó igualmente la cartera de Fomento, desde la que procuró impulsar las obras públicas.

Aunque defendía una versión radical del liberalismo, era consciente de que su apuesta por el libre mercado resultaba impracticable en un país con un desarrollo económico insuficiente. Sus convicciones individualistas le llevarían a polemizar, en el Ateneo de Madrid, con el fundador del PSOE, Pablo Iglesias. El socialismo le parecía “la absorción del individuo por la sociedad y el Estado”.

Con los escritores en contra

En 1904, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel por haber revivido las tradiciones de la dramaturgia española. Al parecer, tras unos cuantos galardones procedentes del norte de Europa, había llegado el momento en la academia de mirar al sur.

Entre las reacciones más beligerantes, la de Valle-Inclán fue muy agresiva. Llamó a Echegaray “viejo idiota”

Se pensó entonces en Echegaray, que compartió la distinción con Frédéric Mistral, poeta francés en lengua occitana. Para los escritores más renovadores de la península, el éxito de Echegaray no fue motivo de la alegría, sino más bien el equivalente a una bofetada.

Los literatos de la generación del 98, como Azorín, Pío Baroja o Miguel de Unamuno , le despreciaban por considerarle el representante de la España más rancia. Por eso publicaron en la prensa un escrito en el que se distanciaban de la propuesta de un homenaje nacional contra el flamante Nobel. “Nuestros ideales artísticos son otros y nuestras admiraciones muy distintas”, proclamaba el texto.

Entre las reacciones más beligerantes, la de Ramón María del Valle-Inclán se distinguió por su agresividad verbal. Llamó a Echegaray “viejo idiota”. Incluso corría una historia, lo más seguro apócrifa, sobre una carta que le había dirigido empleando estas palabras en lugar del nombre del destinatario. La correspondencia, significativamente, habría llegado sin problemas.

Se cuenta, incluso, que Echegaray ofreció donar su sangre, con ánimo conciliatorio, en una ocasión en la que Valle-Inclán estaba enfermo de gravedad. Sin embargo, el autor de Luces de Bohemia no habría aceptado esa posibilidad. “No quiero la sangre de ese. La tiene llena de gerundios”, dijo supuestamente al doctor.

El escritor Ramón María del Valle Inclán fue uno de los más vigorosos enemigos de Echegaray.
El escritor Ramón María del Valle-Inclán fue uno de los más vigorosos enemigos de Echegaray. Dominio público

¿Por qué esta animadversión tan desaforada? Una hipótesis apunta al resentimiento. Valle-Inclán se habría presentado a un premio literario y Echegaray, miembro del jurado, habría resultado decisivo para evitar su victoria.

Infatigable

Es un lugar común, cuando se trata de Echegaray, mencionar que su producción dramática, buena parte ella en verso, no ha resistido el paso del tiempo. En su momento, en cambio, vio cómo sus obras triunfaban y se traducían en otros países.

Contaba con la admiración de escritores internacionales tan reconocidos, ayer y hoy, como el italiano Luigi Pirandello y el irlandés George Bernard Shaw. Cuando Mariana, un drama influenciado por el teatro renovador de Ibsen, se estrenó en Londres en 1897, Shaw lo calificó de obra maestra.

Pese a su avanzada edad, nuestro primer Nobel pasó la última etapa de su vida en medio de un ritmo incesante de trabajo. A los 83 años aseguraba que no podía morirse porque necesitaba, como mínimo, un cuarto de siglo más para completar su Enciclopedia elemental de Física matemática.

https://www.lavanguardia.com/lv/monograficos/hyv/hyv_suscribete.html

Los mejores libros de Historia de 2014

28 abril, 2021

Fuente: http://www.blogs.elpais.com

Los mejores libros de Historia de 2014

Por: EL PAÍS | 10 de diciembre de 2014

Una veintena de especialistas, entre historiadores y editores, han elegido los títulos más notables que se han publicado en 2014 en cuatro categorías.

Este es el resultado:

Mejor ensayo de Historia de España: Nosotros, los abajo firmantes, de Santos Juliá, en Galaxia Gutenberg, La victoria sangrienta 1939-1945, de Francisco Moreno Gómez, en Alpuerto, y Madrid 1939. La conjura del coronel Casado, de Ángel Bahamonde, en Cátedra.

Mejor ensayo de Historia no española: Sonámbulos, de Christopher Clark. Galaxia Gutenberg.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: El gran depredador. Gabrielle d’Annunzio, emblema de una época, de Lucy Hughes-Hallet. Ariel.

A los participantes se les invitó a elegir un título en cada una de las cuatro categorías. Podían dejar en blanco sus respuestas. A los editores se les pidió que no escogiesen obras de sus propios sellos. Los ensayos y biografías sobre temas y personajes extranjeros debían estar traducidos al español y publicados este año. A continuación se reproduce la lista de participantes, con sus respectivas selecciones.

MIGUEL AGUILAR. Editor de Debate.

Mejor ensayo de Historia de España: Nosotros los abajo firmantesUna historia de España a través de manifiestos y protestas (1896-2013), de Santos Juliá. Galaxia Gutenberg.

Mejor ensayo de Historia no española: El capital en el siglo XXI, de Thomas Pikkety. Fondo de cultura económica. 

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: El príncipe rojo, de Timothy Snyder. Galaxia Gutenberg.

PILAR ÁLVAREZ. Editora de no ficción de Turner.

Mejor ensayo de Historia de España: A cuerpo de rey, de Jon Juaristi. Ariel.

Mejor ensayo de Historia no española: De animales a dioses, una breve historia de la humanidad, de Yuval Noah Hararide. Debate.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gassetde Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: Sidra con Rosie, de Laurie Lee. Nórdica.

ISABEL BURDIEL. Catedrática de Historia contemporánea de la Universidad de Valencia. Premio Nacional de Historia en 2011.

Mejor ensayo de Historia de España: España en la Primera Guerra Mundial. Una movilización cultural, de Maximiliano Fuentes Codera. Akal.

Mejor ensayo de Historia no española: Sonámbulos, de Christopher Clark. Galaxia Gutenberg.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: El príncipe rojo, de Timothy Snyder. Galaxia Gutenberg.

MERCEDES CABRERA. Catedrática de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad Complutense. Exministra de Educación.

Mejor ensayo de Historia de España: Corrupción y política. Los costes de la democracia, de Javier Pradera. Galaxia Gutenberg.

Mejor ensayo de Historia no española: De las ruinas de los imperios. La rebelión contra Occidente y la metamorfosis de Asia, de Pankaj Mishra. Galaxia Gutenberg.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: Thomas Harding: Hans y Rudolf. El judío alemán y la caza del Kommandant de Auschwitz, de Thomas Harding. Galaxia Gutenberg.

JULIÁN CASANOVA. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.

Mejor ensayo de Historia de España: Cruzados en la Reconquista, de Francisco García Fitz y Feliciano Novoa Portela. Marcial Pons.

Mejor ensayo de Historia no española: Las Furias. Violencia y terror en las revoluciones francesa y rusa, de Arno Meyer. Prensas de la Universidad de Zaragoza.

Mejor biografía de personaje español: Cisneros, el cardenal de España, de Joseph Pérez. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: El gran depredador. Gabrielle d’Annunzio. Emblema de una época, de Lucy Hughes-Hallett. Ariel.

MARÍA CIFUENTES. Editora de Galaxia-Gutenberg.

Mejor ensayo de Historia de España: España y Cataluña. Historia de una pasión, de Henry Kamen. La esfera de los libros.

Mejor ensayo de Historia no española: De animales a dioses: una breve historia de la humanidad, de Yuval Noah Harari. Debate.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: Las siete cajas, de Dory Sontheimer. Circe.

CARMEN ESTEBAN. Editora de Crítica.

Mejor ensayo de Historia de España: El final de la guerra, de Paul Preston. Debate.

Mejor ensayo de Historia no española: ¿Por qué manda Occidente… por ahora?, de Ian Morris. Ático de los libros.  

Mejor biografía de personaje español:—-

Mejor biografía de personaje no español: El gran depredador. Gabrielle d’AnnunzioEmblema de una época, de Lucy Hughes-Hallett. Ariel.  

JUAN PABLO FUSI. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense. Miembro de la Real Academia de la Historia.

Mejor ensayo de Historia de España: Madrid 1939. La conjura del coronel Casado, de Ángel Bahamonde. Cátedra.

Mejor ensayo de Historia no española: De las ruinas de los Imperios. La rebelión contra Occidente y la metamorfosis de Asia, de Pankaj Mishra. Galaxia Gutenberg.

Mejor biografía de personaje español: Cisneros. El cardenal de España, de Joseph Pérez. Taurus.

Mejor biografía no española: El Gran Depredador. Gabrielle d’Annunzio. Emblema de una época, de Lucy Hughes Hallett. Ariel.

RICARDO GARCÍA CÁRCEL. Catedrático de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona. Premio Nacional de Historia 2012.

Mejor ensayo de Historia de España: El federalismo. La libertad protegida, la convivencia pactadade José Antonio Piqueras. Cátedra.

Mejor ensayo de Historia no española: Sonámbulos, de Christopher Clark. Galaxia Gutenberg.

Mejor biografía de personaje español: El archiduque Carlos y los austracistas, de Virginia Leon.Editorial Arpegio.

Mejor biografía de personaje no español: Lucrecia Borgia, de Dario fo. Siruela.

ANTONIO LÓPEZ VEGA. Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense.

Mejor ensayo de Historia de España: Agonía y redención. España y la Europa meridional (siglos XIX y XX), de Edward Malefakis. Biblioteca Nueva.

Mejor ensayo de Historia no española: Sonámbulos, de Christopher Clark. Galaxia Gutenberg.

Mejor biografía de personaje español: Cisneros. El cardenal de España, de Joseph Pérez.Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: El gran depredador. Gabrielle D’Annunzio, emblema de una época, de Lucy Hugues-Hallet. Ariel.

EDUARDO MANZANO MORENO. Profesor de investigación del CSIC. Medievalista.

Mejor ensayo de Historia de España: La economía española en perspectiva histórica, de Jordi Maluquer de Motes. Pasado Y Presente.

Mejor ensayo de Historia no española: El Giro, de Stephen Greenblatt. Crítica.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: Catalina la Grande: Retrato de una mujer. Crítica. 

CARLOS MARTÍNEZ SHAW. Catedrático de Historia Moderna de la UNED. Académico de la RAH.

Mejor ensayo de Historia de España: Cataluña y el absolutismo borbónico. Historia y política, de Roberto Fernández. Crítica.

Mejor ensayo de Historia no española:Trinidad. Una historia económica basada en el azúcar (1754-1848), de Lizbeth J. Chaviano. Bellaterra.

Mejor biografía de personaje español: El III Conde de Fernán Núñez, de Carolina Butrach. Marcial Pons.

Mejor biografía de personaje no español: Augusto, de revolucionario a emperador, de Adrian Goldsworthy. La esfera de los libros.


ENRIQUE MORADIELLOS
. Catedrático de Historia contemporánea de la Universidad de Extremadura.

Mejor ensayo de Historia de España: El Evangelio fascista. La formación de la cultura política del franquismo (1930.1950), de Ferran Gallego. Crítica.

Mejor ensayo de Historia no española: —–

Mejor biografía de personaje español: La política como pasión: el lendakari José Antonio Aguirre (1904-1960), de Ludger Mees, José Luis de la Granja y Santiago de Pablo. Tecnos.

Mejor biografía de personaje no español: —–

MIRTA NÚÑEZ DÍAZ-BALART. Directora de la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense y profesora de Historia de la Comunicación Social.

Mejor ensayo de Historia de España: Madrid 1939. La conjura del coronel Casado, de Ángel Bahamonde. Cátedra.

Mejor ensayo de Historia no española:—-

Mejor biografía de personaje español:—-

Mejor biografía de personaje no español: Hugo Chávez. Mi primera vida, Conversaciones con Ignacio Ramonet. Editorial José Martí.

CARLOS PASCUAL. Director de la editorial Marcial Pons.

Mejor ensayo de Historia de España: Cataluña y las demás Españas, de Santiago Muñoz Machado. Crítica.

Mejor ensayo de Historia no española: Las Furias. Violencia y terror en las revoluciones francesa y rusade Arno J. Mayer. Prensas universitarias de Zaragoza.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español:—–

JUAN SISINIO PÉREZ GARZÓN. Catedrático de Historia contemporánea en la Universidad de Castilla-La Mancha.

Mejor ensayo de Historia de España: Atado y mal atado: el suicidio del franquismo y el surgimiento de la democracia, de Ignacio Sánchez Cuenca. Alianza.

Mejor ensayo de Historia no española: El federalismo. La libertad protegida, la convivencia pactadade José Antonio Piqueras. Cátedra.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: Ilia ErhenburgGente, Años, Vida. Memorias 1891-1967Acantilado.

FERRAN PONTÓN. Editor y librero.

Mejor ensayo de Historia de España: Hotel Florida. Verdad, amor y muerte en la Guerra Civil, de Amanda Vaill.Turner.

Mejor ensayo de historia no española: El color de la justicia, de Michelle Alexander. Capitán Swing.

Mejor biografía de personaje español: José Ortega y Gasset, de Jordi Gracia. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: Assia Wevill, de Yehuda Koren y Eilat Negev. Circe.

PAUL PRESTON. Catedrático de Historia internacional de London School of Economics y director del Centro de Estudios Contemporáneos de España Cañada Blanch.

Mejor ensayo de Historia de España: La victoria sangrienta 1939-1945, de Francisco Moreno Gómez. Editorial Alpuerto.

Mejor ensayo de Historia no española:—-

Mejor biografía de personaje español: La aventura comunista de Jorge Semprún, de Felipe Nieto.Tusquets.

Mejor biografía de personaje no español: La maldición de Stalin, de Robert Gellately. Pasado Y Presente.

MARÍA JOSÉ TURRIÓN. Subdirectora del Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH).

Mejor ensayo de Historia de España: Nosotros, los abajo firmantesUna historia de España a través de manifiestos y protestas (1896-2013), de Santos Juliá. Galaxia Gutenberg.

Mejor ensayo de Historia no española: El telón de acero. La destrucción de Europa del Este 1944-1956, de Anne Applebaum. Debate.

Mejor biografía de personaje español: Cisneros, el cardenal de España, de Joseph Pérez. Taurus.

Mejor biografía de personaje no español: La estirpe de Leonor de Aquitania. Mujer y poder en los siglos XII y XIII, de Ana Rodríguez. Crítica.

ÁNGEL VIÑAS. Catedrático emérito de Historia contemporánea.

Mejor ensayo de Historia de España: La victoria sangrienta, 1939-1945, de Francisco Moreno Gómez. Editorial Alpuerto.

Mejor ensayo de Historia no española: La ocupación. Israel y los territorios palestinos, de Ahron Bregman. Crítica.

Mejor biografía de personaje español: —

Mejor biografía de personaje no español: —

Consulta aquí los mejores libros de Historia de 2013.

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El acoso en redes y un debate sobre el anonimato

27 abril, 2021

Fuente: http://www.eldiario.es

Pascual Serrano @pascual_serrano

Una herramienta para identificar las broncas en Twitter / EFE

20 de abril de 2021 22:35 h 

El anuncio de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de que abandona Twitter ha abierto un debate sobre el ambiente que se respira en algunas redes, especialmente en Twitter, probablemente la más politizada. 

Las razones expuestas por Colau son básicamente dos: la «tiranía de la exposición permanente», que le obliga a dedicarle mucho tiempo y atención; y la percepción de que «en los últimos años es sabido por todos que la red se ha llenado de perfiles falsos y anónimos que intoxican e incitan al odio». 

Son varios los estudios y expertos que coinciden con Colau en sus críticas a la red social. Al parecer, los algoritmos de las redes aumentan la visibilidad de los contenidos extremos y, por tanto, la confrontación entre usuarios. Es algo de sobra conocido también que uno de los elementos que nos provoca más atención es la ira. Un texto, un comentario, un tuit que nos despierte ira nos estimula (en el peor sentido, claro está) más que un discurso amable o bello. De ese modo el ambiente tuitero se precipita hacia el odio y el insulto. 

Pero yo me voy a centrar en un elemento sin el cual gran parte de todo esto no se produciría: el anonimato. Está demostrado que es el anonimato el que puede provocar las acciones más abominables en los actos públicos escondidos en las masas o en los privados tras un teclado. 

Si Ada Colau u otro político o personaje público va por la calle no es fácil que alguien le pare y le insulte, sin embargo eso les sucede cada minuto en las redes. Sencillamente porque en el segundo caso el acosador o abusador se refugia en un anonimato que le garantiza la impunidad, la social y la legal. Ya es habitual que las personas con proyección pública tengan que recurrir a esa nueva opción que ha incorporado Twitter que impide responder a los tuits a quienes no sean tus seguidores. Sin embargo, todas esas personas permitirían sin problemas preguntas y comentarios del público en un acto de entrada libre. 

Y el caso es que, en estos tiempos de ensalzamiento del discurso de la privacidad y la intimidad, nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato, o sea, a poner sobre la mesa que el anonimato en redes como Twitter es algo negativo y, por qué no, replanteable. 

Veamos algunos argumentos de los defensores del anonimato en las redes. Por ejemplo, que no existen condiciones para expresarse en libertad y solo desde un pseudónimo pueden hacerlo libremente. Pero en un régimen dictatorial, donde se debe recurrir al anonimato para el activismo político, el opositor no reivindica su derecho a esconderse en un alias clandestino, sino su derecho a expresarse en libertad sin tener que esconderse. Los defensores del anonimato en redes no exigen actuar contra esas supuestas condiciones que les coartan para actuar con su nombre y apellidos, se limitan a vivir tras su pseudónimo. 

Otras veces se alega que, por ejemplo, solo sin conocerse la identidad un trabajador puede hacer público el abuso de su patrón o una corrupción. Si su jefe superior supiera su nombre podría tomar represalias. Pero ¿qué valor tiene una denuncia anónima en redes? Si uno necesita denunciar algo en su trabajo y teme represalias, lo más adecuado es recurrir a la prensa o al sindicato. Cualquiera de ellos tendrá más poder de difusión que un usuario anónimo de redes y tendrá más credibilidad ante la opinión pública. Por otro lado, muchas denuncias (desde condiciones de seguridad o incumplimiento de horarios) también las puede ejercer de forma anónima en la inspección de trabajo. Aclaro que también la empresa podrá aparecer bajo otro pseudónimo (o cinco) diciendo que es un compañero del anterior y que le acusa de llegar siempre borracho al trabajo. Muchos de los casos de corrupción de las administraciones han salido a la luz porque algún conocedor del asunto filtró la información a la prensa y, ahora sí, lo difundieron desde una identidad reconocida de periodista o de medio de comunicación.

Es curioso porque muchos de los que, con razón, piden, por ejemplo, que los ultraderechistas que acosan a Pablo Iglesias e Irene Montero y sus hijos en la puerta de su casa deben ser identificados y sancionados, terminan defendiendo el derecho al anonimato en las redes y poder continuar desde allí con ese mismo acoso. No hay más que ver los insultos, amenazas e improperios (que no críticas con argumento) que dejan decenas de usuarios tras un tuit o un post en Facebook o Instagram, de un ministro, cargo o líder político .

Es verdad que las redes, y de nuevo especialmente Twitter, dispone de todo un equipo de vigilancia y recepción de denuncias para actuar contra los tuits y usuarios que recurren al acoso o la ofensa, que borran tuits y suspenden cuentas, temporal o definitivamente. Pero es que sancionar una cuenta anónima, a una persona que no se sabe quién es, es absurdo. Su mayor problema será que debe recurrir a una nueva identidad para seguir acosando, anónima por supuesto, suponiendo que no combine varias. 

La mayoría de los usuarios de Twitter con un perfil más o menos definido políticamente nos vemos obligados a bloquear a insultadores y estúpidos por decenas. La crispación es tal, y la falta de lucidez tan evidente, que no faltan quienes alardean de que les han bloqueado. Es como si nos obligaran a elaborar listas negras de personas que no pueden ir a nuestras conferencias o leer nuestros libros. Pero eso no sucedería con ciudadanos con cara y nombre porque la gente, en su vida real, no es así, afortunadamente. 

La decisión de acabar con el anonimato no es nada nueva. La mayoría de los medios de comunicación digitales empezaron a incluir los comentarios en sus informaciones sin crear ningún control sobre lo que se publicaba, posteriormente se vieron obligados a poner filtros para determinadas palabras y, finalmente, han optado por exigir registro del usuario para poder dejar comentarios.

No debería ser necesario recordar que no tiene ningún valor un panorama de redes sociales donde uno dice que es epidemiólogo para desautorizar unos datos de la pandemia, otro dice que es ingeniero para denunciar las obras de construcción del puente de su ciudad y otro que dice que es el trabajador de una subcontrata municipal que no les pagan las horas extras. No, las redes no ayudan a ninguna transparencia informativa ni a sacar a la luz ninguna información. Si difunden una información valiosa es porque remiten a una fuente identificada y con prestigio, todo lo demás es ruido o meras opiniones, que se pueden hacer perfectamente sin ocultar tu identidad. He comentado en numerosas ocasiones que no hemos logrado democratizar la información pero, en cambio, gracias a las redes, sí hemos logrado democratizar la desinformación. Y, junto con el anonimato, el odio, el acoso y la crispación. 

Publicado el 20 de abril de 2021 – 22:35 h

La Amazonia perdió en 2020 cerca de 2,3 millones de hectáreas de bosque primario

26 abril, 2021

Fuente: http://www.climatica.lamarea.com

Pese a la pandemia, la deforestación creció un 17% respecto a 2019. Se trata del tercer peor registro de los últimos 20 años, y el más alto en Bolivia, Ecuador y Perú. Brasil es la más afecta, con un 65% del total de la deforestación.

EDUARDO ROBAINA 15 abril, 2021

Solo en 2020, la Amazonia perdió 2,3 millones de hectáreas de bosque primario en los nueve países amazónicos, un 17 % más que el año anterior. Estas cifras suponen el tercer peor registro de los últimos 20 años tras 2016 y 2017, y el valor más alto en Bolivia, Ecuador y Perú. Una vez más, Brasil ha sido el país con mayor superficie afectada con un 65 % del total (más de 1,5 millones de hectáreas). Mientras, el ultraderechista Jair Bolsonaro proponía a principio de año recortar el presupuesto de 2021 para la protección del medio ambiente.

La extensión de biodiversidad perdida es superior a la extensión entera de El Salvador. Son datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) a partir del análisis de cifras anuales de 30 metros de resolución producidas por la Universidad de Maryland. Los países que conforman la Amazonia son Bolivia, Brasil, Colombia Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

Gráfico: MAAP

Amazonia brasileña

La Amazonia brasileña es siempre la más afectada tanto por la deforestación como por los incendios. En 2020, tuvo el sexto registro más alto de pérdida de bosque primario y un incremento del 13 % respecto a 2019. Según el MAAP, muchos de los ‘puntos calientes’ amazónicos del año pasado ocurrieron precisamente en Brasil, donde la deforestación masiva se expandió en casi toda la región del sur.

Acorde a las imágenes satelitales, hasta agosto las áreas de bosque fueron primero deforestadas y más tarde quemadas, lo que desembocó en grandes incendios por la abundante biomasa recientemente cortada. En este sentido, el análisis apunta a que mucha de la deforestación en estas áreas parece estar asociada con la expansión de pasto para ganado.

A través del Fondo Amazónico, Brasil ha recibido durante años grandes cantidades de dinero para prevenir, vigilar y combatir la deforestación en este ecosistema. Su mayor donante es Noruega, que en 2019 decidió congelar sus ayudas por las políticas de Bolsonaro. También hizo lo propio Alemania. Ahora, el país nórdico, a través de su ministro de Medio Ambiente, ha asegurado que Brasil debe demostrar que puede reducir la deforestación antes de reanudar la ayuda económica.

Incendio forestal en la Amazonia brasileña (Estado de Para) que quemó 9,000 hectáreas entre marzo (izquierda) y octubre (derecha) de 2020. Datos: Planet. MAAP.

Amazonia boliviana y peruana

2020 fue un año negro para los bosques amazónicos situados en Bolivia, Perú y Ecuador tras registrar la mayor pérdida de bosque primario. En el caso de Bolivia, fueron más de 240.000 hectáreas. De hecho, los ‘puntos calientes’ más intensos en la Amazonia entera tuvieron lugar al sureste de Bolivia, donde los incendios arrasaron en los bosques secos, conocidos como ecosistemas Chiquitano y Chaco.

En Perú, por primera vez, se superaron las 190.000 hectáreas. Una deforestación que se concentró en la región central. Aun así, como punto positivo, el MAAP resalta que la minería aurífera ilegal (extracción de oro) que asolaba la región del sur ha disminuido gracias a la respuesta de las autoridades. En este caso, la deforestación de la selva parece estar asociada con la expansión de la agricultura a pequeña escala o de pasto para ganado.

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Hallan desde el aire un nuevo yacimiento arqueológico junto a Medina Azahara

25 abril, 2021

Fuente: http://www.cordopolis.eldiario.es

  • Un investigador de la Universidad de Córdoba usa tecnología LiDAR para localizar la estructura de una población que podría corresponder con aldeas mozárabes del siglo IX
Así funciona el LiDAR
Así funciona el LiDAR

Alfonso Alba11 de abril de 2021 06:00h 

@AlfonsoAlba_

La tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) es uno de los grandes avances del siglo XXI. Una avioneta sobrevuela un terreno y arroja millones de puntos de luz con los que se calcula la altura a la que se encuentran los objetos con los que se tropieza, que pueden ser árboles, montañas o edificios. Esto ofrece una imagen tridimensional del terreno estudiado. Gracias a esta tecnología, Córdoba está empezando a descubrir la dimensión real de su verdadero petróleo: su pasado.

El LiDAR ha contribuido ya a localizar en Torreparedones el anfiteatro romano. E investigadores de la Universidad de Córdoba se han lanzado a su uso en el inmenso término municipal de la ciudad y, cómo no, han comenzado a cosechar sus primeros resultados. Christian Pérez Prieto acaba de publicar en Antiquitas un paper con el resultado de un interesante hallazgo, absolutamente desconocido hasta ahora. Pérez Prieto, gracias a la teledetección aérea, ha logrado localizar un nuevo yacimiento arqueológico en la ciudad de Córdoba. En concreto, el hallazgo se ha producido en la zona de Cuevas Nuevas, al Oeste de Medina Azahara.

El lugar localizado está confirmado por dos cabezos en la falda de Sierra Morena, junto al cauce del río Guadarromán y el canal del Guadalmellato. El paraje, según detalla el investigador Christian Pérez Prieto, es clave para el control del territorio, con amplias vistas a todo el Valle del Guadalquivir, y sobre todo para la defensa del mismo. A través del LiDAR, Pérez Prieto ha logrado identificar un yacimiento que tendría una extensión de unas cuatro hectáreas. En su conclusión, incluso, plantea la posibilidad de que se tratase de algún núcleo de población habitado en el pasado y abandonado posteriormente.

De hecho, el vuelo LiDAR observa una serie de estructuras «con cierto planeamiento y repartidas en el territorio» en ambos cabezos. Pero, ¿a qué se corresponden esas estructuras? Esa es la gran pregunta que hasta que no se excave no se podrá resolver.

Este investigador de la Universidad de Córdoba señala que «si queremos adscribir este hallazgo a un periodo histórico, sin duda es muy atractiva la hipótesis de relacionarlo con algunos contextos de hábitat mozárabes mencionados por San Eulogio y posteriormente interpretados por Sánchez de Feria». No obstante, admite la «poca consistencia» a «la hora de ubicar de forma precisa» los asentamientos citados por San Eulogio: las aldeas mozárabes de Ausinianos y Froniano. En caso de ser alguna de las dos, la más probable sería esta última, ya que se correspondería con una cita de San Eulogio, que la ubicaba «en la montaña» y no en el valle.

En el caso de que ambas se datasen en esa época, sería un hallazgo que dataría al menos del siglo IX, en una época en la que los mozárabes estaban plenamente integrados en el emirato de Córdoba. Pero es algo que solo la paleta resolverá. El LiDAR ha señalado el camino que en un futuro los arqueólogos tendrán que transitar.

Estructuras halladas en los cabezos de Sierra Morena por el LiDAR

Hallan desde el aire un nuevo yacimiento arqueológico junto a Medina Azahara

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Publicado el 11 de abril de 2021 – 06:00 h

¿Qué había antes de la Mezquita de Córdoba? Una reexcavación arroja luz y sorpresas

24 abril, 2021

Fuente: http://www.cordopolis.eldiario.es

  • Un proyecto de la Universidad y el Cabildo sobre el trabajo de Félix Hernández en 1934 interpreta lo hallado como un gran complejo probablemente episcopal del siglo V que se arrasó en época emiral para construir el monumento islámico primitivo
  • Los arqueólogos plantean «no obsesionarse» con la teoría de la iglesia de San Vicente sobre la que presuntamente se construyó la Mezquita
  • Fotogalería — Excavación en el Patio de los Naranjos
Excavación en el Patio de los Naranjos
Excavación en el Patio de los Naranjos ÁLEX GALLEGOS

Alfonso Alba 6 de abril de 2021 13:22h 

@AlfonsoAlba_

Durante la II República, el arqueólogo Félix Hernández hizo unos descubrimientos fabulosos bajo el Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral de Córdoba. Hernández halló los cimientos del primer alminar de la primera Mezquita de Córdoba (si se fijan bien, está señalado en el pavimento del patio al sur del actual) pero mucho más. Sus trabajos quedaron interrumpidos por la Guerra Civil y sus planos olvidados en los archivos del Museo Arqueológico de Córdoba. Una interpretación de unos alzados, de unos escritos y de una publicación de Samuel de los Santos Géner (ahora se sabe que incompleta) ha desatado en los últimos años una enorme discusión científica sobre qué es lo que había antes de que se construyera la Mezquita de Córdoba a finales del siglo VIII, varias décadas después de la conquista islámica de la Península.

Un investigador del CSIC desmonta el mito de la basílica de San Vicente bajo la Mezquita

Desde el año pasado, un proyecto conjunto financiado por el Cabildo y dirigido por la Universidad de Córdoba ha reexcavado lo que halló Félix Hernández a partir de 1934 y con unas técnicas actuales ha permitido reinterpretar lo hallado y lanzar nuevas hipótesis. ¿Existió la iglesia de San Vicente? ¿Hubo un enorme complejo episcopal en la zona en época visigoda? ¿Se sentaba el obispo de turno en el atrio que se localizó poco antes de que estallase la Guerra Civil española? Muchas respuestas siguen siendo una incógnita, pero se empiezan a despejar algunas que no son baladíes. Para la iglesia, la presencia cristiana anterior, la existencia de la iglesia de San Vicente, es un hecho trascendente, por ejemplo.

La intervención sobre el Patio de los Naranjos está siendo dirigida por el arqueólogo del Cabildo Raimundo Ortiz y coordinada por el profesor de la Universidad de Córdoba Alberto León. Este martes, los dos han presentado de una manera muy didáctica a la par que científica los resultados preliminares de unos trabajos que han ido un poco más allá de lo que llegó el propio Félix Hernández.

El profesor Alberto León detalla sobre un plano los resultados de la excavación ÁLEX GALLEGOS

El origen de esta reexcavación se remonta al año 2015, cuando la Universidad de Córdoba recibió presupuesto para un proyecto de digitalización de los fondos del archivo de Félix Hernández, especialmente sobre la famosa excavación en el Patio de los Naranjos durante la II República. Entonces, admiten estos arqueólogos, el propio Hernández se lanzó en busca de la famosa iglesia de San Vicente, un mito surgido en el siglo XII y convertido en verdad histórica a lo largo de los siglos. Ese mito señalaba que como ocurrió en Sevilla, la Mezquita de Córdoba se construyó sobre los restos de una iglesia. El propio Cabildo así lo señala en la visita turística al interior del monumento.

Los planos «no definitivos», como advierte León, de Félix Hernández han sido interpretados por científicos de medio mundo, generando una enorme controversia. Ante ello, se decidió intervenir, volver a abrir la brecha que cerró Félix Hernández y tratar de «revisar» todas las hipótesis sobre qué es lo que hay exactamente bajo el Patio de los Naranjos, la Mezquita y hasta la Puerta del Puente. Los resultados son, por una parte, esperados y, por otra, sorprendentes.

La reexcavación se ha centrado en sacar gran parte del relleno posterior a la excavación de Félix Hernández pero ha llegado un poco más lejos. Así, ha vuelto a ver la luz un «pórtico con vestíbulo rematado por ábsides con una crujía central con habitaciones». Al este ha surgido otro edificio «monumental» con un muro de «más de 30 metros de longitud» que se fecha en el siglo V, tres siglos antes de la llegada de los musulmanes a Córdoba. Además, se ha vuelto a localizar un «ábside» con «habitaciones» que lo compartimentan. Y de nuevo, los enormes cimientos ya del siglo VIII del primer alminar de la Mezquita de Córdoba. En una posterior ampliación del monumento, se construyó un alminar califal más alto que el primero, más al norte (se amplió el Patio de los Naranjos) y que sigue en pie dentro de la actual Torre de la Catedral (es visible en una visita a su interior).

Lo más importante de estos trabajos ha sido que se han podido identificar «seis o siete fases constructivas» previas a la Mezquita primitiva. Desde época romana (cuando en este solar solo había casas, ni rastro de un templo como otra leyenda ha especulado) hasta la visigoda e islámica.

Polémica no orientación a La Meca

Una primera sorpresa la da el muro de un «gran edificio» que «superaría» los límites de la primera mezquita aljama. Ese muro aporta otro dato clave para entender esa primera mezquita. Una de las grandes curiosidades del monumento cordobés es que no está orientado a La Meca. Sobre la orientación de la Mezquita de Córdoba se han escrito ríos de tinta desde antiguo. Una tesis histórica sostenía que no se había podido orientar a La Meca porque seguía el trazado de una antigua calle romana. Pero esto no es así. «Esa calle ya estaría ocupada por un gran edificio del siglo V», señala el profesor Alberto León, por lo que esa teoría quedaría totalmente descartada. Por tanto, ¿a qué se debe que la Mezquita de Córdoba no esté orientada a La Meca? De momento, no hay respuesta a esa columna.

Un mosaico hallado ÁLEX GALLEGOS

Pero, ¿qué es ese gran edificio que ha aparecido en el Patio de los Naranjos? Es la gran pregunta que se han hecho los arqueólogos y parece que empiezan a tener respuestas. Las excavaciones han permitido saber que ese edificio fue «monumentalizado» después de construido. Es decir, una vez que se levantó en el siglo V ya en el siglo VI se le añadió gloria arquitectónica. Por ejemplo, al inmueble se le incorpora un ábside curvo al que se entraría por una gran puerta que tiene un vano de casi cuatro metros de anchura. En la excavación han aparecido restos de una jamba y el mortero que servía de base para unas losas de mármol. A ese monumento se le construyen diversas dependencias anexas posteriormente y hay un dato clave: durante la conquista islámica ese edificio se arrasa. ¿Por qué? Más preguntas, y algunas respuestas.

Alberto León sostiene que probablemente el edificio de época visigoda hallado tenía un «cierto peso ideológico» como probaría «ese ábside». ¿Quién recibía o se sentaría en ese ábside? El obispo visigodo de turno. Por tanto, sería la prueba de que bajo el Patio de los Naranjos ha aparecido parte de un «gran complejo» episcopal. Ese gran complejo tendría unas dimensiones enormes, tanto que incluso superaría el límite de la actual mezquita al alcanzar prácticamente hasta el río Guadalquivir.

El centro de Córdoba desde el siglo V

Más sorpresas. La nueva excavación ha ido un poco más al este que Félix Hernández. Ahí, por ejemplo, se ha descubierto un pozo construido en época islámica. Al principio fue usado para arrojar material. Después, como basurero. En el mismo se han hallado muchos huesos de animales, como vacas o corderos. Pero ni resto de cerdos. Por tanto, no hay duda: es islámico.

Pero, ¿qué es lo que pasa entre el año 711 en que llegan los musulmanes a la Península, y por tanto a Córdoba, y el 785 en que se construye la primera Mezquita emiral? En eso se está trabajando también. Consta que se arrasó el antiguo gran complejo episcopal, pero poco más. ¿Se usó la zona como nuevo lugar de culto islámico? Más preguntas.

Pero de momento, pocas certezas. Una de ellas es clave. Según el profesor Alberto León «no hay que obsesionarse con la iglesia de San Vicente». «Esa idea hay que descartarla absolutamente», plantea. Pero, ¿qué es entonces ese edificio que ha aparecido a tres metros de profundidad bajo el suelo que cada año pisa un millón y medio de turistas (sin pandemia, claro)? «Es probable que fuese la iglesia episcopal de un conjunto más grande». En época visigoda, en la antigua Hispania, los complejos episcopales estaban compuestos por tres grandes edificios: una basílica, un baptisterio y el palacio del obispo, ha detallado León, en una visita sobre el terreno. Estos complejos además eran una especie de multiusos de la época: dentro habría almacenes, capillas, una zona administrativa, cementerios, etcétera.

Excavación en el Patio de los Naranjos ÁLEX GALLEGOS

«Nuestra hipótesis es que el complejo episcopal se extendía hasta la puerta del Puente», sostiene León. Las estructuras halladas tras la construcción del Centro de Recepción de Visitantes de Córdoba, hace algo más de una década, se interpretaron como restos romanos o tardíos relacionados con la actividad industrial del Guadalquivir. Ahora, «esa idea la hemos presentado a los especialistas nacionales y extranjeros, y están de acuerdo. En eso estamos», sostiene León.

La excavación aún no ha acabado y seguirá adelante durante los próximos meses. Ahora, se orientará hacia el oeste, pero cuidando de no tocar los naranjos (algo que lo complica). Hacia el este también se buscó hasta dónde podía llegar ese gran complejo, pero los resultados del georradar no son concluyentes.

Pero de momento, ya hay grandes hipótesis sobre las que trabajar. La primera es que «este espacio» en el siglo V «ya es el centro de la ciudad» de Córdoba, sostiene Alberto León. Tres siglos después el lugar sigue teniendo una enorme importancia. Cuando llegan los musulmanes, lo arrasan, bien por ideología bien también para reutilizar el material de este enorme complejo en construir la Mezquita primitiva. De hecho, esta es otra teoría. Supuestamente, la primera Mezquita se construyó en un año. León sostiene que la manera de hacerlo tan rápido era reutilizando el material más cercano. Y que mejor que el que había a escasos metros.

Sobre el edificio del siglo V, «no podemos decir que sea una iglesia ni decir que no sea una iglesia». La respuesta a esa pregunta sería hallar la gran clave de bóveda, el epígrafe del edificio. ¿Existe? Podría ser. Podría estar en un muro, en el pavimento, en una solería. O puede que no se encuentre nunca. El epígrafe indicaría qué obispo construyó ese complejo y cuándo, y podría ayudar a interpretar qué era cada cosa.

Pero de momento, eso son nuevas incógnitas aún por resolver. Queda mucho trabajo por delante. Y mucha ciencia.

Zona en la que se está interviniendo ÁLEX GALLEGOS

Publicado el 6 de abril de 2021 – 13:22 h

José Martí Gómez: «Ya era hora de que se supiese que el rey Juan Carlos es un golfo»

23 abril, 2021

Fuente: http://www.eldiario.es

El periodista José Martí Gómez, en un momento de la entrevista.
El periodista José Martí Gómez, en un momento de la entrevista.

Neus Tomàs

28 de noviembre de 2020 21:49h 

@neustomas

Enric González le definió como el mejor reportero de España. Un colega al que comento que voy a entrevistarle me contesta emocionado que para él simplemente es Dios. Como González, mi amigo es de los que acostumbra a tener razón, incluso cuando parece que exagera. A José Martí Gómez estos halagos y otros le despiertan una media sonrisa pícara que tanto puede ser de sonrojo como de contento. A sus 83 años conserva una memoria que le permite rememorar muchas más anécdotas de las que ha resumido en sus libros. Sigue llamando a algunas de las que han sido sus fuentes durante décadas para intercambiar opiniones y rememora los tiempos en los que hablar con un ministro o un comisario no era tan difícil como ahora. 

«La profesión de atracador está tan en crisis como la de periodista», resume. Confiesa que se siente feliz viendo todas las informaciones que están apareciendo sobre el rey Juan Carlos y explica que Jordi Pujol hace un tiempo le resumió su legado con una metáfora que él comparte: «Un buen tapiz estropeado con una cagada final».

‘El Martí’, que es como firma sus correos electrónicos, explica que es Josep para consumo catalán y José para consumo español, porque no se siente cómodo ni con unos ni con otros. En eso es como el dibujante Perich, que cuando se enfadaba con unos se llamaba Jaume y cuando lo hacía con los otros prefería ser Jaime. Ahora escribe un blog y es muy activo en Twitter porque su nieto le explicó que si no lo hacía se quedaría anticuado. El chaval vive en Estados Unidos y ya le ha dicho que cuando pueda venir le montará también un podcast.

Explica que el periodismo le ha permitido vivir muchas vidas, la de las muchas gentes que ha conocido. ¿Habría cambiado su vida por alguna de esas que conoció tan de cerca?

Hubo vidas que me interesaron y me apasionaron mucho, no sé si hasta el punto de cambiarlas por la mía. Me marcó mucho la actitud y las historias que contaban los supervivientes de Auschwitz. Me impresionó también gente que estaba en la clandestinidad y con la que no supimos ser agradecidos cuando llegó la democracia a España. Y durante todos los años que me dediqué a la crónica judicial me marcaron juicios como el de la matanza de Atocha, en el que los asesinos se comportaron de forma chulesca, o el juicio por el aceite de colza, en el que veías a personas que todavía sufrían las consecuencias de ese envenenamiento que se produjo por pura codicia.  

¿Sigue pensando que este oficio es el más hermoso del mundo?

Si te gusta, sí. Porque te permite vivir tu vida y la de mucha gente desde el momento que te la cuentan. Es un oficio que te enseña muchas cosas y que se aprende cada día. A mi edad se puede seguir aprendiendo.

En una entrevista decía que el periodista veterano con agallas para enfrentarse al poder va desapareciendo de las redacciones y que la gente joven en precario no está para el martirio. Tal vez lo que pasa es que hay muchos medios que no se atreven con el poder pero no porque no haya periodistas con agallas sino porque sus nóminas dependen en gran parte del poder, ¿no?

La prensa escrita sufre ahora una crisis muy profunda. Es probable que en un futuro no muy lejano desaparezca como un formato diario y los periódicos se conviertan en semanarios. Los que sigan deberán ser de mucha calidad y muy definidos ideológicamente. En Londres, cuando la gente leía diarios en el metro, sabías que si estaban con el Guardian eran laboristas y si leían The Telegraph sabías que votaban conservador. Hablamos de diarios muy bien informados en los que se separaba muy bien la información de la opinión. Un redactor de The Guardian pescó en un café a Harold Wilson, que entonces era el líder laborista, leyendo el Telegraph. Y cuando le preguntó le contestó: «Leo la información porque es muy buena y me salto la Opinión porque se que me ataca».

Igual ahora hay muchos periódicos en los que la diferencia entre información y opinión a menudo es indetectable.

Es así, a menudo no está nada clara. 

Muchos periodistas quieren hacer reportajes pero usted calcula que un 90 % de ellos escriben un par y lo dejan porque es un género duro de pelar. De todos los reportajes que ha firmado, ¿cuáles recuerda cómo los más difíciles?

Hice uno sobre las minas de Asturias, en la época en la que morían muchos mineros, que fue duro porque veías los entierros, las familias destrozadas, la crisis económica ya latente en ese sector…También fueron duros los que escribí en el País Vasco en la época del terrorismo. Recuerdo un funeral en el que Carlos Garaicoechea, que entonces era el lehendakari, salió corriendo de la iglesia y preguntando a un escolta ‘¿dónde está el coche, dónde está el coche?’ porque detrás tenía una mujer gritando y llamándole asesino.

¿A la hora de escribir reportajes, pero también en otros géneros, lo que falta es pisar más la calle y lo que sobra son tantas consultas en Google?

Eso seguro. El otro día escuchaba cómo se defendía la digitalización de la medicina pero se añadía que no hay que mirar solo la pantalla sino que hay que acercarse al paciente. La vida del periodista está en la calle. Otra cosa es el redactor que trabaja en Opinión u otras secciones. Pero uno que esté en la de Local o en crónica judicial tiene que salir. También es verdad que antes había más libertad para acceder a las fuentes. Ahora todo se quiere centralizar en los gabinetes de comunicación.   

¿Con alguno de los protagonistas de los casos que siguió ha mantenido después el contacto?

Con los asesinos siempre me ha dado miedo en el sentido de que me podía meter en algún lío. Con delincuentes no violentos y atracadores sí que he tenido algunos contactos. La profesión de atracador está tan en crisis como la de periodista. Me acuerdo de un atracador, Jorge Rojano Carrasco, que hablaba de los atracos como si fuese un empleado de banca, refiriéndose a la prospección de mercado o a botines no rentables. El atracador profesional no era peligroso. Lo peor de esa época eran los que daban los golpes bajo el síndrome de abstinencia. 

En su vida ha recibido 27 querellas y fue absuelto de las 27. No son pocas.

Lo que pasaba es que había una agrupación, la que es ahora Jueces para la Democracia, que me conocía y a veces me pasaba información. Cuando la publicaba, aparecía un fiscal conservador y se querellaba. Daba la casualidad de que la querella iba a parar al juez que me había dado la noticia. Así que llegaba el día, yo me sentaba delante del juez y él me preguntaba: «¿Usted ha escrito esto?» Yo le contestaba que sí y entonces él añadía: «Una desgraciada información». A lo que yo solo respondía: «Qué quiere que le diga». Y entonces, mirando a la secretaria, el juez le pedía lo siguiente: «Escriba que reconoce que es una desgraciada información y que en ningún momento ha tenido la intención de injuriar a la judicatura, por la que siente un absoluto respeto». Me hacía tres preguntas más similares, yo firmaba, y ya estaba. Lo mejor es que cuando nos volvíamos a encontrar con el juez él mismo me decía: «Bueno, y ahora te voy a contar la segunda parte de la información que publicaste».

¿En la pugna política actual para decidir la cúpula del poder judicial es de los que piensa que hay jueces que intentan hacer de políticos y al revés?

Estoy indignado, dolido y decepcionado. La judicatura es un poder fáctico y conservador. Me invitaron a dar una conferencia en la Escuela Judicial, aquí en Barcelona, y cuando llegó el coloquio, las preguntas de los alumnos eran de personas absolutamente conservadoras. 

¿Qué piensa de cómo se está informando sobre la pandemia?

Diría que se está haciendo bien, teniendo en cuenta que a menudo la gente quiere escuchar solo lo que quiere que le digan y que es muy difícil informar sobre un tema tan complejo. 

¿Han faltado imágenes duras que ayudasen a mostrar mejor la realidad de lo que está pasando?

Yo lo que sé es lo que me contó una enfermera amiga mía cuando un día fui a buscarla a la salida del hospital y me dijo que allí dentro la situación era muy dura. Cogía la mano a un paciente que iba a morir pero no podía quedarse porque tenía otra mano, otro paciente, que la estaba esperando porque también se estaba muriendo.

Martí Gómez, tras su conversación con elDiario.es Xavier Jubierre

Ahora que se habla tanto de fusiones bancarias. En su libro sobre la familia Lara revela que entre Lara hijo e Isidro Fainé, que eran buenos amigos, idearon una compleja operación para fusionar el Banco de Sabadell con La Caixa. La operación estaba perfilada pero la evitó el presidente del Sabadell, Josep Oliu. ¿Qué pasó?

Oliu la frustró porque creía que con la fusión ya no sería nadie. Fainé es muy católico, muy conservador pero es buena persona. Lara hijo también era una buena persona. Él y Fainé eran muy amigos y cuando Lara ya se estaba muriendo, Fainé iba todos los fines de semana a su casa para hacerle compañía.

En una entrevista que le hizo Enric González explicó que un directivo del Banco de Sabadell le dijo una vez a Jordi Pujol: «Si te enseñara las cuentas de los primeros 50 clientes del banco no conocerías a nadie.» ¿Significa que el poder en Catalunya ya no está controlado por las grandes familias? 

Ahora no lo controlan. Quedan muy pocas grandes familias y tienen poca incidencia. Muchas han vendido sus negocios. Hace unos días leí que Pinturas Titan, que era de los Folch-Rusiñol, será de una multinacional.

A principios de 2019 le pidió a Pujol una entrevista para hablar de la grandeza y la miseria de la política. El expresident le contestó que no pero de una manera un poco sorprendente.  

Pujol es una figura muy contradictoria. Falta por escribir la gran biografía sobre este político, la del hombre muy culto, muy católico, que al final acaba enfangado en una gran crisis de credibilidad. Hace un tiempo estaba en un acto del Colegio de Periodistas al que él asistió. Al acabar solo dos señoras y yo nos acercamos a saludarle. Supongo que muchos de los que se fueron sin decirle nada eran personas que en el pasado le adoraban. Le propuse tener una conversación para hablar de la política y Pujol me contestó con una metáfora: un hombre está tejiendo un gran tapiz, hay gente que va observándole, unos para decir que es bonito, otros para señalar que no les gusta, y al final cuando no sabe como acabarlo mete un garabato que rompe la armonía del tapiz. Eso ha sido la Catalunya que yo he hecho, me resumió, un buen tapiz estropeado con una cagada final.

¿Está de acuerdo con el resumen que Pujol hace de su legado, es un tapiz con una cagada final? 

Es indiscutible que él hizo un buen tapiz con Catalunya pero también está la corrupción. En la historia democrática de España fue uno de los pocos estadistas. Felipe González es otro estadista, y en su caso la pifió con el GAL.  

¿Actualmente hay algún estadista?

No. Ahora lo que hay es políticos que han acabado haciendo carrera porque tienen una valía indiscutible. En el actual Gobierno hay mujeres que valoro mucho. Nadia Calviño debe pensar: con lo feliz que estaba en Bruselas y lo que le toca ahora más de un día. Solo conozco a Margarita Robles y me han hablado muy bien de María Jesús Montero y de Isabel Celaá.

Dice que conoce a Margarita Robles. ¿Qué opinión tiene de ella?

Es una mujer muy honrada. Introvertida pero cuando te coge confianza es cálida. Tiene razón cuando le mete castañas a Podemos porque si formas parte de un Gobierno tienes que serle fiel y si discrepas lo que tienes que hacer es irte. En Alemania se gobierna en coalición entre la socialdemocracia y la democracia cristiana y no están todo el día peleándose. 

Se define como equidistante, lo que en Catalunya es sinónimo de ser mal visto por muchos, algunos independentistas y otros que no lo son.

Ser equidistante es ver que a veces unos tienen razón, que a veces los otros también, y que están siempre peleándose. Se debería llegar a un acuerdo. Estamos en una sociedad que no se escucha. Los presos del procés no tendrían que estar en la cárcel pero también creo que cometieron un error y que de alguna manera se tiene que pagar. Tengo una admiración profunda por Junqueras y los que se quedaron mientras que tengo un desprecio absoluto por Puigdemont y el resto de los que se fueron. 

El historiador Josep Fontana explicaba, ya antes de la efervescencia del procés, que este es un problema que requiere de un esfuerzo mutuo de comprensión que no se hace. ¿Es culpa solo de los políticos o también de los ciudadanos?

Es culpa de todos, de los políticos y de los ciudadanos. Lo estamos viendo también en Estados Unidos donde no se puede convencer a muchos votantes republicanos de que el resultado de las elecciones no es una estafa. Aquí, cuando hay quien dice lo de ‘España nos roba’, puede que tenga algo de razón, pero en Catalunya el partido que ha gobernado más años también robó. 

¿Cómo se le queda el cuerpo cada vez que lee alguna información sobre las cuentas del rey emérito?

Me siento feliz. Ya era hora de que se supiese que es un golfo. Cuando vivía en Londres conocía al embajador español, José Joaquín Puig de la Bellacasa, que era un monárquico de los de toda la vida. Tan monárquico que dejó la embajada para estar en la Casa del Rey. Al cabo de un tiempo, Juan Carlos llamó al ministro Fernández Ordóñez para pedirle que buscase otro destino para Puig de la Bellacasa. Le dijo: «Sácalo, no lo quiero ver más». A toda prisa le trasladaron a la embajada de Lisboa. Le fui a ver allí y me explicó que en la Zarzuela él acabó siendo el paño de lágrimas de Sofía, que le pedía que acabase con las infidelidades del rey. Cuando él le dijo a Juan Carlos que tenía que acabarse, la respuesta fue pedir que le echasen. 

Recuerdo también que un amigo le preguntó a Alberto Oliart cuál había sido su momento más complicado como ministro de Defensa y este le contestó que fue cuando vino a verle un general para comunicarle que se iba a la Zarzuela para poner firme al rey por sus devaneos amorosos. Y respecto a los negocios sospechosos, ya habían aparecido algunas informaciones en la prensa extranjera.

¿Y por qué aparecían en medios de fuera y no en los españoles? 

Porque Juan Carlos vendió muy bien la idea de que había sido el rey que trajo la democracia. Es verdad, pero lo hizo también por su propio interés. Él sabía que el franquismo sin Franco no podía seguir. 

Hace una semana, Juan Luis Cebrián reconocía en el programa Salvados que se había protegido al rey.

Es cierto, se le protegió. Y eso fue un error.

¿Qué pensó cuando leyó que exministros y exaltos cargos de los gobiernos de UCD, PSOE y PP firmaron un manifiesto en favor del reinado de Juan Carlos y reclamaron la presunción de inocencia?

Me pareció vergonzoso. Muchos de ellos ya deben estar arrepentidos de haberlo firmado.  

Ahora que se debate sobre los aciertos y errores de la Transición, ¿considera que se hizo todo lo bien que se pudo o se tendría que haber hecho más para pasar cuentas con el franquismo?

Se hizo lo que se podía hacer en ese momento y la prueba es que hubo episodios como los asesinatos de Atocha o el ‘Tejeretazo’. La red del franquismo estaba aún muy presente. Ahora, a través de Vox, todavía queda alguna cosa.

Publicado el 28 de noviembre de 2020 – 21:49 h

Marcos Ana (el poeta comunista o el comunista poeta) para desmemoriados

22 abril, 2021

Fuente: http://www.eldiario.es

  • ‘Te llamo desde mi muro’, de Joaquín Recio y Joaquín López Cruces, es un libro didáctico editado por la cooperativa andaluza Atrapasueños sobre el último de los 23 años que el poeta pasó en prisión

Foco MEMORIA HISTÓRICA

Ilustración del poeta comunista Marcos Ana
Ilustración del poeta comunista Marcos Ana

Néstor Cenizo 27 de noviembre de 2020 21:03h 

@nestorcevic

De Marcos Ana, seudónimo de Fernando Macarro (Alconada, 1920 – Madrid, 2016), suele decirse que es difícil saber qué era más: si un poeta comunista o un comunista poeta. Las facetas política y literaria se confunden porque en él eran indistinguibles. Empezó a leer poesía y luego a escribirla en la cárcel, donde pasó 23 años encerrado por la dictadura: no hay preso que pasara más tiempo en las cárceles franquistas que el poeta comunista Marcos Ana. Cuando salió dijo una frase cargada de poesía y política: «España, tierra de cárceles».

«Marcos Ana es la referencia inevitable para entender lo que fue la represión franquista»

En el centenario de su nacimiento y en la semana de su muerte, la cooperativa andaluza Atrapasueños acaba de publicar un libro que recrea su último año de cautiverio. No es un libro al uso: es un trabajo de investigación guiado por el hilo conductor de la ficción, está ilustrado por Joaquín López Cruces e incluye un apéndice con una veintena de propuestas didácticas que completan la pretensión de llegar a un público joven y dan sentido al título, que toma prestado el titular de un artículo de Isaac Rosa en eldiario.esTe llamo desde mi muro (cuéntenles a sus hijos quién fue Marcos Ana).

«Falta material que explicara quién fue Marcos Ana sin esconder la dureza de la cárcel», explica Joaquín Recio, autor de la obra, que ya había elaborado material didáctico de Blas Infante o Blas de Otero. En esta ocasión, se trataba de preparar un material que hablara a los jóvenes de represión, cárcel, tortura y política en los años del franquismo. «Marcos Ana fue un referente de la dignidad del pueblo español frente la opresión de la dictadura franquista», ha escrito Juan Diego Botto en el prólogo a este libro.

El aprendizaje poético en la cárcel

Para guiar al lector en el conocimiento del poeta, Recio ha inventado un personaje, Jonás. Un estudiante detenido y enviado en 1960 al penal de Burgos, conocido por ser la cárcel de los disidentes franquistas. Allí conocerá a Marcos Ana en charlas de celda y paseos de patio. Descubrirá quién fue para contárselo a sus hijos veinte años después, cuando la democracia empieza a asentarse en España. Todo lo demás es historia de la represión.

A Marcos Ana (en homenaje a su padre, Marcos -muerto en un bombardeo de la legión Cóndor-, y su madre, Ana) el franquismo le atribuyó la responsabilidad de tres ejecuciones en las que supuestamente participó con 16 años. En 1936, Marcos Ana (entonces Fernando Macarro) era el secretario de las Juventudes Socialistas Unificadas en Alcalá de Henares y jefe de un grupo de milicianos. También era militante del Partido Comunista. Suficiente para caer en la causa general de la dictadura. Y aunque él siempre se declaró inocente y la condena inicial fue anulada por defectos de forma, volvió a ser condenado. En 1944, su pena de muerte fue conmutada por 60 años de cárcel. Fue encerrado en 1939 y salió en 1961.

En 1960, Marcos Ana estaba a punto de ser liberado. El año da el contexto: la supuesta apertura del régimen, las cartas con Eisenhower, el acercamiento a la Santa Sede. «Esa dictadura que se abría al mundo encarcelaba cada vez más y seguía torturando a la disidencia», explica Recio.

Ilustración de Joaquín López Cruces en el libro sobre Marcos Ana

Entre rejas, el comunista encarcelado se hace poeta. Allí conoce a José Luis Gallego, poeta y periodista, preso durante veinte años, un factor clave en su aprendizaje de la construcción poética. El otro fue su propia curiosidad: en aquella cárcel poblada de disidentes recibe sus primeros libros de poesía. «Había un trapicheo permanente y lee desde Santa Teresa de Jesús a Pablo Neruda», cuenta Recio. Son años de lecturas, casi siempre en pequeño formato para mejor disimular. «Lo más fácil era coger un misal y meter el libro dentro», añade Recio. «Los amigos me pasaron lecturas, introduciendo en mi petate unas hojas sueltas con poemas de Alberti, Neruda, Machado… Los leía y releía mil veces. Me los aprendí de memoria y me los recitaba en voz alta, llenando de ritmo y de imágenes la soledad y el silencio de mi celda», contaba.

Esos años de aprendizaje carcelario en la llamada «Universidad de Burgos» recorren el libro, que recoge el homenaje, «con la voz ahogada», de los presos a Miguel Hernández. Escribieron una obra teatral sobre su muerte, Sino sangriento, y la representaron entre los muros del presidio. Aún se conserva el manuscrito original. Otros pasajes de Te llamo desde mi muro son más sugestivos, aprovechando las ilustraciones de López Cruces: el dibujante ha recreado por primera vez la huida frustrada de miles de republicanos desde el puerto de Alicante. El poeta estaba entre ellos.

«La historia de la literatura la hacen los vencedores»

Al salir de la cárcel tras la campaña de Amnistía Internacional por su liberación, Marcos Ana reforzó su papel activista, girando por el mundo para reclamar la libertad de los presos políticos. Puede que su fuerza simbólica acabara ocultando el valor de su obra poética, no demasiado extensa, pero sí muy pulida tras años de encierro. «Algunos académicos la miran con recelos, pero es la poesía total, realizada desde lo más oscuro», opina Joaquín Recio, que lamenta el relativo desconocimiento sobre Marcos Ana, el poeta: «Hay un sesgo ideológico muy importante con su obra. La historia de la literatura la hacen los vencedores».

Te llamo desde mi muro aspira a meter una cuña presentando a Marcos Ana al público joven. El propio Marcos Ana visitaba habitualmente colegios e institutos y se carteó durante años con decenas de jóvenes en España. «Lo que más le gustaba era estar rodeado de gente joven. Lo conseguía de forma natural», cuenta Recio, que echa de menos que apenas se hable de Marcos Ana y lo que significa en los institutos y facultades: «Este libro va dirigido a la gente desmemoriada, que no es poca, pero también a la gente joven para que conozca la historia de una persona fundamental de la historia democrática».

De Marcos Ana a Otto Frank, padre de Ana Frank

La obra se completa con prólogo de Juan Diego Botto, proemio de Willy Meyer y epílogo de Isaac Rosa, así como veinte actividades didácticas y un anexo: la carta que dirigió Marcos Ana a Otto Frank, padre de Ana Frank, con motivo de la conferencia celebrada en 1960 en París para la liberación de los presos políticos españoles, auspiciada por el Consejo de Europa.

El poeta español escribió a Frank para pedirle su apoyo a la conferencia. “Su presencia, o su adhesión, tendría un significado singular: Ana Frank, un símbolo contra la intolerancia. Su martirio es nuestro martirio. La esperanza en la fraternidad humana que su hija legó al mundo es nuestra esperanza”.

Marcos Ana cuenta a Frank que el fascismo español llenó las cárceles “antes de que sus amos abrieran las fosas de Auschwitz y Belsen”. “Pero lo más triste es que aún seguimos encarcelados”, lamenta después de 22 años de cautiverio. “Si la pequeña Ana viviera estaría a nuestro lado, lucharía por nosotros, porque su diario es, ante todo, una acusación contra la humanidad del hombre para con el hombre”. 

Publicado el 27 de noviembre de 2020 – 21:03 h

La Legión Cóndor y el turismo bélico

21 abril, 2021

Fuente: http://www.blogs.elpais.com

Por: F. Javier Herrero | 04 de diciembre de 2014

Por las calles sevillanas, durante las calurosas noches de agosto de 1936, aparecieron unos extranjeros jóvenes y rubios que vestían con uniformes blancos de los juegos olímpicos y se comportaban de manera extraña en ese ambiente andaluz. La información oficial decía que se trataba de un grupo turista de una organización obrera alemana, pero su presencia tenía otros motivos y no llegaron a engañar a nadie. Los sevillanos afectos al golpe de estado del 18 de julio les saludaban por la calle y ovacionaban. Esos jóvenes formaban parte del primer contingente de ayuda militar secreta que Hitler decidió enviar a Franco para consolidar su posición en las primeras semanas del golpe que derivó en guerra civil. En noviembre, ante la inesperada resistencia del Madrid republicano, fortalecido por el apoyo militar soviético, la misión militar alemana aumentó considerablemente sus efectivos y se reorganizó en la unidad autónoma que Hermann Göring, comandante en jefe de la Luftwaffe, denominó Legión Cóndor.

La intervención nazi en la Guerra Civil ha sido uno de los asuntos más estudiados desde múltiples enfoques por los historiadores alemanes, españoles o europeos, pero lo que se echaba en falta era un estudio de los auténticos protagonistas de la Legión Cóndor, sus soldados, y eso ha quedado satisfecho este año con el magnífico trabajo que ha realizado Stefanie Schüler-Springorum en La guerra como aventura – La Legión Cóndor en la Guerra Civil Española 1936-1939 (Alianza Editorial). Su línea de investigación busca un planteamiento novedoso dentro de la historiografía militar, desde una perspectiva de historia cultural y de género. Nos encontramos ante un grupo masculino con unos modelos culturales y una mentalidad concretos, al que la autora disecciona para comprender su comportamiento e interpretación de la realidad en la que estos soldados se encuentran. Las fuentes utilizadas, algunas de ellas inexploradas hasta ahora, se hallan en archivos alemanes y españoles, siendo especialmente relevantes las experiencias de los combatientes de la legión plasmadas en sus narraciones, relatos autobiográficos que, aún siendo ejemplos de literatura de propaganda fascista, “no son totalmente inservibles” para el análisis histórico.  

La noche del 25 de julio de 1936, Hitler había recibido en Bayreuth a unos emisarios de Franco que le trasladaron una petición de ayuda militar para solventar la crítica situación en que se encontraba el bando militar rebelde, con sus mejores tropas inmovilizadas en Marruecos. Los motivos que llevaron al Führer alemán a decir sí en ese mismo momento a un militar español desconocido varado en el Rif marroquí han sido precisados gracias a la sobresaliente tarea de investigadores como Ángel Viñas. Hubo causas económicas, ideológicas, estratégicas y militares que tendrían un papel cambiante a lo largo de la Guerra Civil. Al principio las militares y económicas no contaron. Las líneas maestras de la estrategia europea de Hitler, que tras la recuperación de la soberanía en la Renania desmilitarizada en marzo, había abandonado su política exterior revisionista de Versalles para pasar a una fase agresiva y expansionista, se basaban en neutralizar a Francia antes de lanzarse a invadir el Este, y contar con un régimen favorable en la frontera sur francesa aparecía como una posibilidad que no había que desperdiciar. El oportuno barniz ideológico de la lucha contra el comunismo en la intervención de España podría bloquear actitudes indeseadas de potencias democráticas como Reino Unido.

Teniendo en cuenta que el arma aérea fue el componente principal de la Legión Cóndor, a los pilotos y oficiales de vuelo, que eran considerados y se sentían la élite del ejército alemán, se les ofreció la posibilidad de demostrar su valía y “servir a la patria” en una experiencia viril y militar, que incluía otros suculentos alicientes como el ascenso inmediato y un salario muy superior al que recibían en el destino anterior. Como muestra de lo lucrativa que podía ser la misión, Schüler-Springorum nos cita el alto número de bodas y el consumo de objetos de lujo al que se dedicaban cuando regresaban a Alemania. Para los jóvenes legionarios, España aparecía como un lugar exótico en el que volcar sus fantasías épicas y vivir aventuras, a la búsqueda de gloria y placeres, dinero y mujeres. Se trataba de una suerte de turismo bélico al que muchos de ellos acudieron con su flamante cámara de fotos último modelo.

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                      Vista de Guernica, tras el bombardeo del 26 de abril de 1937 / F. Sabino Arana

En general, unos alojamientos convenientes –siempre tenían reservado el mejor hotel de la ciudad en la que se instalasen – y una manutención surtida y variada mantenían a los legionarios con buen humor y disposición. No les faltaban productos alemanes típicos pero fueron descubriendo las bondades de la dieta local (aunque la mayoría de ellos rechazaba el aceite de oliva) y frecuentemente eran agasajados por las autoridades del bando franquista con delicias culinarias que la población española difícilmente podía llegar a soñar. Esta dolce vita, con una actividad bélica que incluía largos períodos de pausa, fomentó que el aburrimiento fuese ocupando la atmósfera en la que vivían los soldados, que intentaban remediarlo visitando lugares de interés o intentando entablar relación con las jóvenes españolas, como relata Klaus Köhler que afirmaba que “no nos cansamos de admirar a las ardientes españolas pero ellas también nos contemplan”. Lo cierto es que en la España nacional ultracatólica, la inaccesibilidad de las mujeres hizo que todo acabase en miradas y el recurso final fuese la visita a burdeles, según describe Adolf Galland al recordar sus “noches andaluzas” con “programa completo”.                                   

La ventaja de gozar de una supremacía aérea que solo pudo ser cuestionada por la República hasta abril de 1937, hizo que los pilotos de caza, a bordo de los magníficos Messerschmitt Bf 109 o los Junker Ju 87 Stukas, dominasen el cielo español “presionados” en una especie de competición deportiva por derribar el máximo de aviones enemigos. Harina de otro costal era el bombardeo sobre el enemigo para el que se necesitaba una actitud “más ordenada y estoica” según Schüler. Entran en juego las motivaciones militares alemanas para intervenir en España, la experimentación con diferentes tipos de bombas y tácticas de bombardeo, que supusieron la destrucción masiva de ciudades y la muerte de miles de víctimas civiles como consecuencia de una guerra aérea planificada y ejecutada racionalmente. El legionario Egbert von Frankenberg comenta al respecto: «…no pensábamos sino en ‘cumplir con nuestra tarea’ obedeciendo inmediatamente las órdenes que recibíamos. Y nos importaba poco lo que las bombas y el fuego ocasionaran exactamente”. Inevitablemente, evocamos Guernica en llamas, consumida en el fuego de las bombas incendiarias en abril de 1937, pero esta macabra ejecución experimental comenzó el 14 de diciembre de 1936, y contó con la ambición personal de Queipo de Llano, el general del ejército del sur que, como recuerda el jefe del Estado Mayor de la legión Wolfram Von Richthofen, “quería adueñarse a toda costa de la cosecha de aceitunas cerca de Porcuna, especialmente rica”. Los intereses comunes de Queipo y Richthofen, sobrino del famoso Barón Rojo, supusieron que el pueblo cordobés de Bujalance fuese arrasado hasta que no quedase una casa en pie, con 190 civiles muertos. El sangriento colofón lo puso la caravana interminable de refugiados y tropas que huían hacia la frontera francesa desde Barcelona en el invierno de 1939, que Torsten Christ refleja en el diario de guerra del Estado Mayor de la legión: “El abundante tráfico en las carreteras resulta demasiado tentador, así que decidimos asestar un último golpe al enemigo antes de que desapareciera”.

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                Miembros de la Legión Cóndor desfilan en Ávila, mayo 1939 / Keystone-Getty

Los pilotos y soldados de la Legión Cóndor aplicaron su experiencia española en la II Guerra Mundial y el 80 % de ellos se dejaron la vida en el combate. Para los supervivientes, fue complicado reiniciar su vida con el estigma de haber pertenecido a una unidad fuertemente ideologizada por el nazismo cuya tarjeta de presentación era la destrucción de Guernica. La sociedad de las dos Alemanias no sabía muy bien qué hacer con los supervivientes de la Cóndor. En la RDA algunos contaron con la enemistad de los alemanes que habían luchado en las Brigadas Internacionales, pero otros supieron medrar en el contexto geopolítico de la Guerra Fría y el anticomunismo imperantes, como es el caso de Heinz Trettner, militar en la Bundeswehr de la RFA que llegó a teniente general con un alto cargo en la OTAN, y nunca se sintió responsable moral de los crímenes cometidos antes de 1945.

Todas las facetas de la Legión Cóndor en su interacción con sus compañeros de bando en España, las disensiones sobre estrategia militar de los mandos alemanes con Franco, y otros aspectos de la experiencia vital de los legionarios son tratados de manera novedosa y convincente por Stefanie Schüler-Springorum, en este libro necesario para entender a esta unidad militar. Reconforta mínimamente en su lectura conocer que a pesar de la propaganda nazi que llenaba de falsa información los oídos de estos combatientes, a algunos de ellos cada vez les parecía más cuestionable la razón de su presencia en una guerra donde no eran recibidos como liberadores en los pueblos y ciudades que tomaban. Es el caso de Erwin Jaenecke, que en una carta a la central de la Wehrmacht identificaba a “…la Iglesia, los latifundios y el capitalismo, que desde hace siglos oprimen y atormentan al pueblo de una manera atroz” o unos pilotos de caza en Zaragoza que a un informador británico rogaban que algún día se pudiera “contar la verdad de esta llamada guerra entre rojos y blancos”.