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Un repaso histórico por el anarcosindicalismo: ¿Por qué fue tan importante en España? 

18 May, 2024

Fuente: http://www.spanishrevolution.net

Javier F. Ferrero12 abril 2023 08:02  6 min

Durante la Segunda República, el anarcosindicalismo tuvo una gran influencia en la política y la sociedad española

El anarcosindicalismo es un movimiento social y político que ha tenido gran relevancia en la historia de España. A pesar de que ha habido muchas corrientes y variantes dentro del anarquismo, el anarcosindicalismo se ha destacado por su defensa de la lucha obrera y la autogestión económica, así como por su oposición al Estado y a cualquier forma de jerarquía o autoridad.

En este artículo, haremos un repaso histórico por el anarcosindicalismo, y veremos por qué ha sido tan importante en España, especialmente durante la Segunda República y la Guerra Civil.

¿Qué es el anarcosindicalismo?

El anarcosindicalismo es una corriente del anarquismo que se centra en la lucha obrera y en la defensa de los derechos de los trabajadores. A diferencia de otras corrientes anarquistas, que se centran en la lucha contra el Estado y cualquier forma de autoridad, el anarcosindicalismo se enfoca en la organización de los trabajadores y la lucha contra la explotación capitalista.

El anarcosindicalismo defiende la autogestión económica, es decir, la gestión y control directo de la producción y distribución de bienes y servicios por parte de los trabajadores. También aboga por la abolición del Estado y cualquier forma de jerarquía o autoridad.

Orígenes del anarcosindicalismo en España

El anarcosindicalismo en España tiene sus orígenes en el siglo XIX, cuando el país estaba viviendo una revolución industrial y las condiciones laborales eran extremadamente precarias. En ese contexto, surgieron diversos movimientos obreros y sindicales que buscaban mejorar la situación de los trabajadores.

Uno de los más importantes fue la Federación Regional Española de la Asociación Internacional de Trabajadores (también conocida como la Primera Internacional), que se fundó en 1870 y tuvo una gran influencia en el desarrollo posterior del anarcosindicalismo en España.

Sin embargo, el anarcosindicalismo como tal no surgió hasta la década de 1880, cuando comenzaron a formarse las primeras organizaciones específicas que defendían esta corriente de pensamiento. Uno de los principales precursores del anarcosindicalismo en España fue Fernando Tarrida del Mármol, quien había sido miembro de la Primera Internacional y que fundó en 1881 el primer sindicato anarquista en España.

A partir de entonces, el anarcosindicalismo comenzó a extenderse por todo el país, especialmente en Cataluña y Andalucía, donde había una fuerte presencia obrera y una larga tradición de lucha social. En 1910 se creó la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que se convertiría en la principal organización anarcosindicalista de España.

La CNT se caracterizó por su carácter horizontal y autogestionario, y defendía la abolición del Estado y del capitalismo. A diferencia de otros sindicatos, la CNT no buscaba negociar con los patronos, sino que defendía la acción directa y la huelga general como herramientas para lograr la transformación social.

El anarcosindicalismo durante la Segunda República

Durante la Segunda República, el anarcosindicalismo en España experimentó una época de gran actividad y desarrollo. La Federación Anarquista Ibérica (FAI) y la CNT eran las principales organizaciones anarcosindicalistas del país, con una gran presencia en el mundo laboral y una importante influencia política y social.

La CNT se fundó en 1910 y se convirtió en el sindicato más importante de España, llegando a tener más de un millón de afiliados en la década de 1930. La CNT se caracterizaba por su ideología anarquista y por su lucha por la abolición del sistema capitalista y la instauración de una sociedad basada en la autogestión y la igualdad.

La FAI, por su parte, era una organización político-militar anarquista que nació en 1927 con el objetivo de coordinar las acciones de los grupos anarquistas y difundir su ideología. La FAI tenía una gran influencia en la CNT y muchos de sus miembros formaban parte de ambos grupos.

Durante la Segunda República, la CNT y la FAI llevaron a cabo numerosas acciones de protesta y de lucha por los derechos de los trabajadores. La huelga general de 1934, que fue convocada por la CNT y la Unión General de Trabajadores (UGT), tuvo un gran impacto en todo el país y fue duramente reprimida por las fuerzas del gobierno.

En 1936, con la llegada al poder del Frente Popular y la victoria electoral de las fuerzas republicanas, la CNT y la FAI se convirtieron en una de las principales fuerzas políticas y sociales del país. Los anarcosindicalistas participaron en el gobierno republicano y ocuparon cargos importantes en la administración pública y en el mundo laboral.

Sin embargo, la Guerra Civil que estalló en 1936 supuso el fin de la Segunda República y la instauración de la dictadura franquista. Durante la guerra, la CNT y la FAI jugaron un papel importante en la lucha contra las fuerzas franquistas, pero tras la derrota republicana, el anarcosindicalismo fue duramente reprimido por el régimen franquista.

El anarcosindicalismo durante la Guerra

El estallido de la Guerra Civil española en 1936 fue un momento crucial para el anarcosindicalismo. Muchos militantes se unieron a las milicias anarquistas para luchar en el frente contra el golpe de Estado de Franco y sus fuerzas fascistas.

El movimiento anarcosindicalista, en particular la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), tuvo un papel destacado en la lucha contra el fascismo. La CNT se unió con la Unión General de Trabajadores (UGT) para formar el Comité Nacional de Defensa, con el objetivo de coordinar la resistencia contra el golpe militar.

Los anarcosindicalistas también jugaron un papel clave en la revolución social que tuvo lugar en muchas partes de España. Durante los primeros meses de la guerra, muchos trabajadores ocuparon fábricas y tierras y las gestionaron colectivamente, sin la intervención del Estado ni de los patronos. Esta experiencia se conoce como la «colectivización», y fue vista por los anarquistas como un preludio de una sociedad libertaria.

Sin embargo, la guerra también tuvo un costo muy alto para el anarcosindicalismo. Muchos militantes murieron en el frente, mientras que otros fueron perseguidos y asesinados por las fuerzas franquistas después de la victoria de Franco en 1939.

Además, la guerra llevó a una polarización del movimiento anarquista. Algunos militantes se unieron a los partidos comunistas y socialistas para formar una coalición antifascista más amplia, mientras que otros se mantuvieron fieles a la línea anarquista de oposición a todo tipo de gobierno.

Hoy en día, aunque el movimiento anarcosindicalista no tiene la misma relevancia y presencia que en décadas anteriores, sigue siendo una corriente activa en la lucha por la justicia social y la defensa de los derechos de los trabajadores. Los sindicatos anarquistas continúan organizando huelgas, manifestaciones y otros actos de protesta para defender los derechos laborales y para luchar contra la precariedad y la explotación.

La mayoría de los mexicanos exige que España pida perdón por la conquista

30 abril, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

  • El partido de López Obrador encabeza holgadamente los sondeos para las elecciones de 2024, con Claudia Sheinbaum como favorita para convertirse en la primera presidenta de la historia del país.
  • A poco más de un año de la gran cita electoral de 2024, elDiario.es toma el pulso, en tres entregas, a un país en ebullición, marcado por la poderosa y controvertida figura de su presidente, Andrés Manuel López Obrador, que ha anunciado que se retirará al final del mandato, lo que abre grandes incógnitas sobre el rumbo del país.
Ilustración sobre La matanza de Cholula, de Félix Parra.
Ilustración sobre La matanza de Cholula, de Félix Parra. David Velasco

Pere Rusiñol

27 de marzo de 2023 22:32h Actualizado el 28/03/2023 11:13h

España tiene pendiente una petición de perdón oficial por los abusos cometidos durante la conquista que Hernán Cortés lideró para la corona española de la época, a principios del siglo XVI, en el actual México. Lo ha solicitado formalmente el presidente del país americano, Andrés Manuel López Obrador, y a pesar de que el reclamo ha provocado indignación y aspavientos en España es compartido por una mayoría del pueblo mexicano.

Así lo acredita una encuesta de MetricsMx para ElDiario.es y SDP Noticias, diario digital líder en México, que señala que el 50,1 % de los ciudadanos de este país está de acuerdo con la exigencia de que España pida perdón por la conquista, casi 20 puntos más que los que consideran que no es necesario, opción por la que se decantan el 31,2 % de los encuestados. El 3,2 % considera que ya se han pedido disculpas, mientras que el 15,5 % muestra indiferencia o dice desconocer el asunto. 

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El trabajo de campo de la encuesta, con una muestra de 1.400 personas y un nivel de confianza del 95 %, se desarrolló el 13 y 14 de marzo a partir de llamadas telefónicas con robot, un método desarrollado por la encuestadora MetricsMx, que se ha revelado particularmente preciso en recientes contiendas electorales en el país. En las seis elecciones federales celebradas en 2022, las proyecciones de MetricsMx, elaboradas a partir de esta nueva metodología, acabaron siendo las que más se aproximaron al resultado real.

En 2019, al año de llegar a la presidencia, López Obrador remitió una misiva al rey de España, Felipe VI, sugiriendo la necesidad de que ambos países prepararan una ceremonia conjunta al más alto nivel encaminada a que “el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados” en la conquista de hace 500 años. La Casa Real jamás contestó a la misiva y dejó la respuesta en manos del Ministerio de Exteriores del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que rechazó la sugerencia en un tono áspero y de indignación, lo que ha contribuido a elevar la tensión entre ambos países.

El pulso ha tenido luego varias secuelas durante el mandato de López Obrador, la última el pasado diciembre, tras la cumbre bilateral en Ciudad de México, en la que participaron hasta cinco ministros españoles. Las relaciones entre ambos países funcionan con normalidad, como atestigua la citada cumbre, pero el mandatario mexicano insite en que al más alto nivel se encuentran en una situación de “pausa”, mientras no hay “un gesto de humildad” por parte de España.

Malestar con la Monarquía

El enojo de los mexicanos no es tanto con España como país, sino más bien con la Monarquía, como refleja la misma encuesta de MetricsMx. Así, los mexicanos que tienen una buena opinión de España como país aventajan muy claramente, por 15,4 puntos de diferencia, a los que lo evalúan negativamente (44,1 % frente a 28,7 %).

En cambio, la tendencia se invierte en el análisis que hacen de la Monarquía española y del rey Felipe VI: los mexicanos críticos superan por casi dos puntos a los que evalúan positivamente a la Corona (35,8% frente a 37,7%).

Tampoco las multinacionales españolas que operan en México tienen demasiada buena consideración global tras los enfrentamientos con el Gobierno de López Obrador, que han ido in crescendo, sobre todo en el sector eléctrico y muy particularmente con Iberdrola. Únicamente el 30,1 % de los mexicanos considera que las multinacionales españolas “hacen bien” a México, mientras que 31,7 % siente que “hacen mal”, mientras que el 22,9 % sostiene que “ni bien ni mal”.

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Elecciones de 2024

La elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente supuso un auténtico terremoto político en México al imponerse como candidato de una formación política de reciente creación, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y con un discurso antiestablishment frente a la clase política y las formaciones tradicionales. A pesar de la pandemia, de la crisis global y de la creciente movilización de la oposición, que advierte de la supuesta deriva autoritaria de la Administración, Morena ha ido imponiéndose también en la gran mayoría de los Estados de México y el propio López Obrador conserva un gran apoyo popular, según registran todas las encuestas publicadas en el país.

El sondeo de MetricsMx para ElDiario.es y SDP Noticias coincide en que, de celebrarse ahora las elecciones generales, Morena se impondría cómodamente, con el 44,6 % de los sufragios, muy por encima de la alianza opositora, que agrupa a los tres grandes partidos que habían marcado la política mexicana en las últimas cuatro décadas, antes de la irrupción de Morena: el centrista Partido Revolucionario Institucional (PRI), el derechista Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el que López Obrador se había presentado dos veces como candidato a las presidenciales, en 2006 y en 2012.

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Esta alianza opositora, que supuestamente cubre todo el espectro ideológico con el único pegamento común de su inquina frente a López Obrador, se quedaría en el 29,6 % de los sufragios, según la encuesta de MetricsMX.

A mucha distancia se situaría Movimiento Ciudadano, oposición menos vinculada al establishment tradicional, que cosecharía el 5,2% de los votos.

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Presidencia abierta

Las elecciones generales están previstas para julio de 2024 para renovar el Congreso y la presidencia de la República. La Constitución impide la reelección presidencial, con lo que López Obrador no puede presentarse a un nuevo mandato. El mandatario ha anunciado su intención de retirarse de la primera línea política.

A poco más de un año para las elecciones, los respectivos bloques políticos están inmersos en la búsqueda de candidatos, que se elegirán tras el verano.

La mejor posicionada para sustituir a López Obrador como candidata de Morena y, por tanto, principal favorita para sucederle en la presidencia es la actual jefa de gobierno de Ciudad de México y una de sus más estrechas colaboradoras en los últimos 20 años, Claudia Sheinbaum, que encabeza todas las encuestas internas del partido gubernamental. Según la encuesta de MetricsMx para ElDiario.es y SDP Noticias, Sheinbaum también va en cabeza entre los precandidatos de Morena, al contar ya con el apoyo del 34,1 % de los electores, lo que la coloca en una muy buena posición para convertirse en la primera presidenta de la historia de México.

En la interna por la candidatura de Morena le siguen a distancia, según el sondeo de MetricsMx, el actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, con el 23 % de apoyo; Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo (PT), formación aliada de Morena, con el 21,7 %, y Adán Augusto López, secretario de Gobernación, con el 16,4 %.

La carrera para elegir al candidato o candidata de la oposición unificada está mucho más reñida. La encuesta de MetricsMx dibuja un empate técnico entre Alfredo del Mazo gobernador del PRI en el Estado de México, con el 20,2 %, y la senadora del PAN Lilly Téllez, con el 19,5 %, con otros tres candidatos que suman más del 10% de apoyo para lograr la candidatura opositora: la senadora y presidenta del PRI Beatriz Paredes, con el 17,4 %; el presidente de la Cámara de Diputados y exsecretario de Gobernación con Vicente Fox, Santiago Creel, del PAN, con el 13,4 % y la diputada del PAN Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, con el 13,1 %.

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Lo que todavía no sabemos de la guerra civil española

10 abril, 2024

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 22 marzo 2023 19:22 CET

Autoría

  1. Jaume Claret. Historiador. Profesor agregado en los Estudios de Artes y Humanidades y director del Máster Universitario de Historia del Mundo Contemporáneo, UOC – Universitat Oberta de Catalunya

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Jaume Claret no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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La guerra civil española acabó oficialmente el 1 de abril de 1939. Sin embargo, su vigencia como elemento de legitimación del franquismo se mantuvo hasta el final de la dictadura.

A pesar de haber transcurrido más de ochenta años, todavía perviven episódicas polémicas políticas sobre ella y, sobre todo, se suceden las novedades en librerías, teatros y cines. Esto debería obligarnos a considerar si todavía existen rincones no explorados del conflicto vivido en España entre 1936 y 1939.

Simplificando la cuestión, podríamos señalar tres grandes áreas de trabajo donde todavía sería posible hacer avanzar el conocimiento.

La guerra desde el frente

La primera estaría vinculada con la guerra propiamente dicha. Mientras la investigación sobre la violencia en las respectivas retaguardias ha logrado grandes avances, tanto en los estudios cuantitativos como cualitativos, las cuestiones estrictamente militares no han suscitado un interés similar entre los profesionales de la investigación histórica. Desaparecido hace ya doce años Gabriel Cardona, sus sucesores son escasos.

Ello no significa que no encontremos núcleos interesantes como los cristalizados en torno a la Revista Universitaria de Historia Militar o al Museo virtual de la mujer combatiente. Ni que ciertos aspectos como el reclutamientolas redes quintacolumnistas y episodios concretos como la Batalla de Teruel o el papel de las Brigadas Internacionales no hayan merecido estudios relevantes.

Soldados sentados en una trinchera.
Soldados republicanos en una trinchera en posición de descanso en la sierra de Alcubierre, Huesca. P. Luis Torrents. Biblioteca Digital Hispánica / BNECC BY

Con todo, y como lamentaba Hernán Rodríguez Velasco, persisten demasiadas ausencias y carencias como, por ejemplo, “una obra global que analice de forma totalizadora la Guerra Civil desde el plano militar”.

Mientras otros conflictos contemporáneos, como las dos guerras mundiales, cuentan con una engrasada producción que renueva sus aportaciones, interpretaciones, métodos y públicos, aquí es una cuestión marginal que, siendo generosos, apenas llegaría al 15 % de los libros dedicados a los tres años de guerra española.

Tres soldados hablan en una trinchera.
Tres soldados del ejército sublevado en la batalla de Brunete. Biblioteca Digital Hispánica / BNECC BY

Además de buenas síntesis y de necesarias monografías, se echa en falta también la adopción de nuevos formatos como las historias visuales disponibles para otros conflictos. Se podría así llegar a nuevas audiencias y ofrecer incluso aproximaciones sugerentes. De hecho, el cómic ya ha mostrado el camino a seguir y cuenta con diversos títulos de cierto éxito, el más reciente Historia gráfica de la guerra civil.

Los tejemanejes de los vencedores

En segundo lugar, está el contraste entre el abrumador nivel de detalle sobre lo acontecido en la zona republicana (vaivenes políticos, crisis de gobierno, políticas públicas, etc.) y lo poco que sabemos sobre la configuración del poder en la retaguardia rebelde, más allá de las tramas conspiradoras iniciales que llevan al 18 de julio de 1936 (véase, por ejemplo, buena parte de la más reciente investigación de Ángel Viñas).

O quizás deberíamos hablar de poderes, pues aquí se incluye desde la construcción del aparato administrativo-burocrático (de los miembros de la Junta de Defensa Nacional, la Junta Técnica del Estado y, finalmente, el Consejo de Ministros, hasta el concejal del último pueblo en manos de los sublevados) a la adaptación de las estructuras industriales, económicas y financieras, entre otras.

Por un lado, parece mucho más atractivo estudiar a los vencidos que a los vencedores, sea por una cuestión de identificación o de justicia poética a posteriori. Por el otro, siempre resulta más sencillo analizar una democracia que no una dictadura en construcción, pues el debate es más público, sus protagonistas más libres y las tensiones más visibles.

Civiles y militares hacen el saludo falangista al paso de una comitiva de despedida.
Despedida al jefe del polígono Janer, Sr. Basterreche, con motivo de su marcha con el crucero Canarias en Pontevedra. Foto Pintos. Biblioteca Digital Hispánica / BNECC BY

Sin embargo, historiar a los vencedores se nos aparece como una tarea necesaria e imprescindible, ya que son ellos los principales configuradores de las genealogías que se extienden hasta el presente. Por mucho que nos pese, las raíces de la sociedad española deben menos al pasado republicano, exiliado y opositor que al franquismo, con las lógicas evoluciones temporales, transformaciones sociales e influencias diversas.

De aquí la necesidad de conocer con mayor detalle cómo se configura el futuro poder franquista, qué personajes y qué componendas se cocieron más allá del frente bélico. Fuera de los estudios más locales o regionales, pocas son las monografías sobre las familias del régimen, sobre la articulación de los engranajes internos de los sublevados o sobre nombres clave de aquellos años.

José Moscardó, Francisco Franco, Ramón Serrano Súñer miran por un balcón.
José Moscardó, Francisco Franco y Ramón Serrano Súñer el 26 de abril de 1938. Wikimedia Commons

Quizás la mejor personificación de estos vacíos sea la falta de una biografía –completa o no hagiográfica– del todopoderoso Ramón Serrano Suñer y de prácticamente todos los jerarcas políticos, militares y religiosos de entonces. Evidentemente, no todo es un yermo y como contraejemplos hallamos los recientes retratos dedicados a José Antonio o a Demetrio Carceller.

Sin embargo, abundan más las carencias que las presencias. Es frecuente que el paréntesis 1936-1939 en el bando rebelde se limite al relato del ascenso del general Francisco Franco a la cúspide del poder. También suele haber alguna mención al proceso de unificación política, algún comentario sobre la gestación del nacionalcatolicismo, alguna citación respecto de los apoyos internacionales (junto con las derivadas de Guernica, Hendaya, División Azul, etc.) y un seguimiento más o menos detallado del avance bélico.

Pero poco más, especialmente porque a menudo la propia guerra civil queda como epílogo de la historia republicana o proemio del franquismo.

La divulgación del conflicto

Y, por último, está la cuestión de la divulgación. Las dificultades para que el conocimiento de especialistas y universitarios impacte en la ciudadanía son especialmente dramáticas en lo referente a la guerra civil.

Prisioneros miran a cámara.
Prisioneros republicanos en Sama de Langreo, Asturias. Biblioteca Digital Hispánica / BNECC BY

A pesar del evidente interés del público, quienes dominan el mercado son –en el mejor de los mundos– divulgadores más o menos documentados. Y en la mayoría de los casos –y por desgracia–, meros recicladores del relato revisionista franquista, con mayor o menor cobertura pseudoacadémica, según el caso, como ya denunció en su momento el desaparecido Javier Tusell y se han esforzado en replicar relevantes y prestigiosos historiadores.

La guerra civil española es el gran parteaguas de nuestra contemporaneidad que da lugar a la gran “excepción” local de nuestro entorno: una dictadura de 40 años.

Lo importante es sin duda explorar aquellas zonas del período inexploradas, mal entendidas o todavía confusas. Pero lo urgente es hacer llegar a la ciudadanía un conocimiento sobre su pasado veraz en lo fáctico, ajustado en lo interpretativo y útil en lo cívico. También sobre la guerra civil.

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¿Cuándo “se jodió” España? Respuesta a Ramón Tamames

9 abril, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

Ángel Viñas

@angelvinashist

Imágenes del primer presidente de la II República, Niceto Alcalá-Zamora.. EFE/ Rafa Alcaide
Imágenes del primer presidente de la II República, Niceto Alcalá-Zamora.. EFE/ Rafa Alcaide

22 de marzo de 2023 23:05h

Actualizado el 23/03/2023 15:45h

El reciente debate sobre la moción de censura ha puesto de relieve, en mi modesta opinión, dos características, una política y otra personal. La primera se refiere a la incuria, incompetencia y desasosiego de la dirección, personal y colectiva, de Vox. No es asunto de mi competencia. La segunda tiene que ver con el patético despliegue que el tan admirado profesor y académico Don Ramón Tamames hizo de su conocimiento de la Historia contemporánea de España. En un momento lanzó una frase, famosa, que me impactó mucho: la superfamosa pregunta de Vargas Llosa sobre “cuándo se jodió el Perú”. Que recuerde, el aspirante a presidente del Gobierno no la respondió taxativamente, pero la dejó caer. 

Los historiadores, que no aficionados, hemos dado vueltas y vueltas a una pregunta similar en dos momentos del tiempo. Una, en el extranjero, mientras duró la dictadura con su censura, primero de guerra. Desde la Ley Fraga Iribarne, de 1966, también dentro de España, en este caso todavía con la debida prudencia. 

La respuesta general, salvo de aquellos enfeudados de una u otra manera a la dictadura, es que no fue en la revuelta de octubre de 1934. La derecha post 1939 puso más bien el acento en las turbulencias y violencias durante la primavera de 1936, preludio del golpe de Estado comunista. En marzo, una reunión de generales examinó la situación. Los más pelotas de entre los autores profranquistas recalcan las supuestas condiciones que expuso el general de División Francisco Franco para unirse a la misma. Entre ellas, la inminencia del tan cacareado golpe comunista. 

De hecho, aquel golpe no se planteó nunca en la realidad. Fue una creación de las derechas más cerriles y que ya reflejaron algunos editoriales de sus periódicos desde antes de 1931. En un libro de próxima aparición, el profesor Francisco Sánchez Pérez examinará el tema con pelos y señales desde la obra seminal de Ben Ami sobre los orígenes de la segunda República. 

En contra de lo afirmado por las derechas, España “se jodió” porque los gobiernos de la primavera de 1936 no acertaron, no supieron o no pudieron cortar la amenaza golpista de la que, en principio, deberían haber estado bien informados. Naturalmente, la culpa histórica no fue solo de ellos sino más bien de quienes preparaban un golpe con pretextos espurios. 

La inminencia del golpe de Estado comunista solo existía en su imaginación. Durante años, fue la “explicación” más extendida. Lo de la violencia vino después cuando resultó literalmente imposible mantener aquella ficción. No crean los amables lectores que fue un proceso fácil. Todavía a principios del presente siglo un eminente historiador eclesiástico, según se dice miembro del Opus Dei, encontró la forma de revivir dicho mito. Y hace no muchos años, tan solo dos, un distinguido, y jubilado, general de División volvió al tema como si no se hubiese demostrado ampliamente tal pamema. 

Los más listos entre los historiadores de derechas evolucionaron a tiempo. Más que la amenaza del supuesto golpe comunista (que en las autoalabanzas militares en tiempos de la dictadura ya preveían para agosto de 1936), lo que contó, según ellos, fue la violencia desatada en las calles de las ciudades españolas, los asesinatos por doquier que tenían lugar en cualquier sitio y, con la vista  puesta en la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, los templos incendiados y saqueados por las turbas desmadradas con el beneplácito, si no la pasividad, de las fuerzas de orden público, comandadas por políticos izquierdistas y, para colmo, masones.  

Pues no: una larga ristra de historiadores españoles y extranjeros han (hemos) examinado todas estas afirmaciones y demostrado las fabulaciones tras las mismas. Da igual. Vox, un sector del PP, y ahora parece que incluso el tan alabado profesor Tamames, coinciden en señalar que, sin fijar un momento preciso, a España la “jodió” la República. Algunos todavía afirman, con la boca pequeña y sin la menor documentación que lo avale, que fue el resultado de la revolución de octubre de 1934 (que el Ejército, a las órdenes del Gobierno de la República que había declarado oportunamente el estado de guerra no tardó mas de dos semanas en poner coto a tal desmán lo pasan por alto). Es un revival perenne. El ilustre académico profesor Tamames incluso evocó la autoridad de Sir Raymond Carr (lo que Julián Casanova desmintió inmediatamente).

Si no fue en “octubre de 1934” tuvo que serlo en la primavera de 1936. Esto se acerca más a lo que efectivamente ocurrió, pero pocos han sido los historiadores de derechas que hayan profundizado en aquella primavera. Tamames y Vox, al menos, son inequívocos. Retoman las alocuciones en el Congreso de los Diputados de lumbreras políticas tan extraordinarias como José Calvo Sotelo (conspirador de pro) y José María Gil Robles (conspirador sobrevenido) y se quedan tan tranquilos. 

Don Ramón Tamames, dando muestras de su erudición y de, aparentemente, estar al día, evocó otra autoridad. Nada menos que la suprema de un expresidente del CSIC y catedrático jubilado de Derecho Administrativo. No consideró oportuno decir más. Podría haberle escamado que tal autoridad no cita absolutamente ninguna fuente, ningún escrito, libro o artículo, y que en la primera parte de su obra (que es la que he leído hasta aburrirme) solo menciona de pasada a un único historiador, el malogrado Javier Tusell.  Espero tener ocasión de discrepar de un colega universitario nonagenario.

Así, pues, ¿cuándo se “jodió” España? Para mí la respuesta es inequívoca, después de haber escrito tres libros y varios artículos académicos sobre el tema (y a diferencia de muchos otros historiadores de derechas siguiendo no tesis preconcebidas, sino un procedimiento inductivo: a partir del análisis de  las evidencias primarias de época sobre comportamientos reales de políticos y militares): se “jodió” en julio  de 1936. 

¿Pudo no haber sido así? La respuesta solo puede ser especulativa. Abarca dos términos. Que las derechas, solas o con el centro, hubiesen ganado las elecciones de febrero de 1936. O que la República hubiese decapitado la conspiración que sabía estaba en marcha. ¿Y quiénes fueron los malos de la segunda parte de la película? Pues el por algunos todavía reverenciado presidente, Don Niceto Alcalá-Zamora, incompetente, rencoroso y muy bien pagado, seguido por su sucesor, Don Manuel Azaña, sobre todo en su primera función como presidente del Gobierno. Se admite documentación en contrario, que nadie -que servidor sepa- ha aportado todavía.  

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El último libro de Angel Viñas es Oro, guerra, diplomacia. La República Española en tiempos de Stalin, Crítica, 2023

Mienten: el sistema bancario no es sólido. Los bancos están quebrados y bajo una regulación defectuosa

2 abril, 2024

Fuente: http://www.juantorreslopez.com

20 de marzo de 2023

Publicado en Público.es el 17 de marzo de 2023

Las autoridades de Estados Unidos y Europa no paran de repetir en los últimos días que el sistema bancario es sólido y que no hay que preocuparse porque están preparadas para evitar que pueda tener problemas.

Es mentira.

Los bancos de todo el mundo están quebrados por definición. Es materialmente imposible que puedan devolver a sus clientes el dinero que estos tienen depositado en sus cuentas por la sencilla razón de que no lo tienen. Si los bancos no caen es porque consiguen hacer creer a sus clientes que pueden tener confianza en ellos y no ir rápidamente a retirar su dinero. Cuando la pierden, como ha pasado últimamente con varios bancos de Estados Unidos o con el Credit Suisse, enseguida se vienen abajo.

Pero ni siquiera eso es lo peor.

Como añadidura, las inversiones que los bancos llevan a cabo con el dinero de sus clientes son cada día más arriesgadas. Lo colocan (sin informarles, en la inmensa mayoría de las ocasiones) en negocios puramente especulativos y, una buena parte de ellos, incluso en la sombra; es decir, al margen de todo tipo de control. Tanto, que ni siquiera los incluyen en sus balances, tal y como reconoció el Banco Internacional de Pagos en un informe reciente en el que señalaba que los bancos tienen deuda oculta por valor diez veces mayor que el de su capital.

En concreto, la banca internacional realiza la mayor parte de su inversión en los llamados derivados. Dicho de la manera más sencilla y clara, estos son simplemente unos productos financieros concebidos para apostar tomando préstamos porque, efectivamente, el sistema financiero se ha convertido en un inmenso casino, tal y como lo definió el premio de Economía del Banco de Suecia Maurice Allais.

Aunque es muy difícil saber exactamente la cifra de ese negocio, pues la mayoría de los intercambios se realiza de forma privada, las estimaciones van desde los 600 billones (millones de millones) de dólares del Banco Internacional de Pagos, hasta los 1.000 billones. Esta es la auténtica bomba de relojería sobre la que está sentada la banca internacional. La que aún no ha explotado pero que explotará irremisiblemente y con consecuencias difíciles de imaginar si los gobiernos y bancos centrales siguen permitiendo ese negocio, como hasta ahora.

Supuestamente, quienes operan con derivados lo hacen para defenderse ante el cambio en algún tipo de circunstancia (tipo de interés, prima de riesgo, quiebra, incumplimiento de pago…). La realidad, sin embargo, es que se utilizan para especular, aprovechando los cambios en esas mismas circunstancias que los grandes operadores pueden provocar a su conveniencia. Y eso es lo que puede dar lugar a gravísimos problemas si el riesgo inherente a esas operaciones se desajusta en algún momento y perjudica al mismo tiempo a varios operadores. Algo que ocurrirá antes o después necesariamente, por ley de los grandes números y por la naturaleza intrínseca del negocio: si alguien pide prestado para comprar un seguro (un derivado) por el cual cobrará si arde la casa de su vecino y, puesto que la casa no es suya, le interesa que arda cuanto antes para cobrarlo. Y de ahí a que sea él mismo quien la incendie puede haber muy poca distancia.

Todos los bancos del mundo están involucrados en este tipo de operaciones (por no hablar del tráfico de armas o de personas o del lavado de dinero que para ellos es peccata minuta o calderilla) y eso quiere decir que unos alimentan constantemente el riesgo que afecta a los demás. Antes o después, cuando se vea afectado uno de los grandes bancos, el sistema comenzará a arder en mucha mayor medida en que ya lo hizo en 2007-2008. Créanme, lo que han visto hasta ahora no es nada en relación con lo que, antes o después, va a producirse.

El riesgo diario de crisis bancaria tiene también que ver con la naturaleza del negocio bancario.

La gente cree que los bancos ganan dinero aceptando depósitos de sus clientes, pero eso no es así. El negocio de la banca es dar préstamos y la clave está en que eso puede hacerlo sin disponer de recursos previos: el dinero que prestan a sus clientes lo crean de la nada, mediante simples anotaciones contables.

Es verdad que los bancos centrales les obligan a mantener en sus cajas una parte de los depósitos o del capital, pero es un porcentaje no mayor del 1 % en Europa, es decir, insignificante. Y, además, pueden disponer de él una vez que ya han dado los préstamos, simplemente pidiendo prestado a los bancos centrales.

Ese privilegio es el que hace que la economía mundial descanse (si es que se puede utilizar esta palabra en este caso) sobre otra bomba: la de la deuda.

¿Qué banco va a renunciar a hacer negocio haciendo crecer la deuda si puede obtener el dinero para ganar dinero con ella sin coste alguno?

La consecuencia es doble. Una, que los bancos influyen para que las políticas económicas frenen la generación de ingreso y obliguen a gobiernos, empresas y hogares a endeudarse sin parar, lo cual frena la economía y hace que siempre vaya a trompicones. Otra, que la deuda, gracias al tipo de interés compuesto, crece exponencialmente (una deuda al 4 % se duplica en 18 años y al 7 % en 10), mientras que la economía normal, la productiva, no puede crecer así, sino más lentamente y con altos y bajos. Eso produce algo que sabemos desde los códigos babilónicos: periódicamente las deudas estallan, es imposible pagarlas y todo se viene abajo, salvo que se anulen por completo.

Y, para terminar, hay un último problema. Funcionando sobre estas bases que acabo de señalar, los bancos se han convertido en el principal factor de perturbación y crisis de las economías modernas. Las autoridades lo saben perfectamente y tratan de establecer controles y normas que impidan que se salgan de madre cada dos por tres a base de inversiones arriesgadas, deuda incontrolable o sencillamente de estafas, como las que provocaron la crisis de 2007. Pero los bancos son las instituciones más poderosas del planeta y no se dejan atar fácilmente.

En Estados Unidos son copropietarios de la Reserva Federal, es decir, participan en la toma de las decisiones, de modo que pueden evitar fácilmente que se adopten las que no les conviene o reducen sus beneficios. En Europa, el Banco Central Europeo está dirigido por exdirectivos de los grandes bancos y quienes no lo han sido saben que pueden terminar en ellos una vez que concluyan allí su actividad (véanse los consejos de administración privados en donde han acabado los antiguos gobernadores del Banco de España, sin ir más lejos).

Sirva un solo ejemplo de lo que digo: para evitar que la quiebra de hecho de los bancos se refleje claramente, se les permite que valoren sus activos, en sus balances o a la hora de pedir préstamos o ayudas, a los precios que más les convengan y no a los actuales, los de mercado. Una práctica fraudulenta que obviamente no se permitiría a ninguna empresa o persona individual.

Gracias al poder que tiene, la banca actúa sabiendo que cualquiera que sea su mala práctica recibirá la ayuda necesaria cuando, por su causa, se encuentre en dificultades. Ayuda que, naturalmente, se le da siempre a cuenta del resto de contribuyentes.

Y el poder absoluto del que goza le permite, además, poner a su disposición a las auditoras, medios de comunicación, políticos y académicos en todo el mundo con el único fin de tapar su praxis peligrosa y fraudulenta y el riesgo que constantemente genera al resto de la economía.

No exagero: la auditora KPMG dio su visto bueno a las cuentas de los bancos Silicon Valley Bank y Signature solo dos semanas antes de su caída; la revista Forbes acababa de incluir a Silicon Valley entre los mejores bancos del planeta, y los más grandes del mundo (Deutsche Bank, HSBC, Santander, Citibank…) han sido condenados y multados en numerosas ocasiones (eso sí, con cantidades irrisorias) por lavado de dinero, fraude fiscal, fraudes bancarios, obstrucción a la justicia, mal asesoramiento a sus clientes, manipulación de tipos de interés… o han sido considerados responsables de la crisis de 2007-2008, sin que nada les haya pasado después.

Las reformas legales que se debían haber puesto en marcha después de esa última crisis y que las autoridades anunciaron a bombo y platillo o no se han aplicado o se han aplicado con alcance muy insuficiente. Los bancos pueden más que los gobiernos y les obligan a dejarlos actuar bajo una regulación defectuosa, porque les permite actuar como he explicado. Sabemos que, hasta ahora, los han dejado actuar prácticamente a sus anchas. La incógnita es si, cuando todo estalle, van a disponer de agua suficiente para aplacar el incendio. Lagarde dijo ayer que sí, pero sabe perfectamente que si la crisis proviene de los derivados será materialmente imposible apagar el fuego.

Sólo los ingenuos y mal informados pueden creerse lo que nos están diciendo los irresponsables dirigentes de los gobiernos y bancos centrales: el sistema bancario no es sólido sino una bomba que va a explotar, lo malo de la crisis bancaria está por llegar, es inevitable si persisten en las medidas que están tomando y, como explico en mi último libro Más difícil todavía, lo malo es que no solo será bancaria, sino que afectará a todas las empresas y al conjunto de la economía.

Infórmense bien, lean, descubran las numerosas alternativas que los economistas críticos ofrecen para que el sistema bancario sea estable, seguro y accesible, y no dejen que les quiten su dinero delante de sus narices.

Cuando la dictadura acogió a miles de niños extranjeros (incluso en la casa de Franco) para limpiar su imagen

1 abril, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

Foco

MEMORIA HISTÓRICA

Franco y las tres niñas austriacas que tuvo acogidas, en el Pazo de Meirás.
Franco y las tres niñas austriacas que tuvo acogidas, en el Pazo de Meirás. Fundación Nacional Francisco Franco

Marta Borraz

16 de marzo de 2023 23:13h Actualizado el 17/03/2023 19:57h

El primer tren partió de Viena el 18 de febrero de 1949. Era un convoy prestado por el Ejército británico y en él viajaban 497 niños y niñas en dirección a España. Con una tarjeta atada al cuello en la que figuraban sus datos personales y pocas más pertenencias que lo que llevaban puesto, atravesaron Europa para llegar a la frontera con Irún, donde les esperaba un banquete antes de ser repartidos por las ciudades en las que vivirían unos cuantos meses. Fue la primera de las seis expediciones con las que 4.000 menores austriacos y alemanes fueron acogidos en familias españolas a finales de los 40 mediante un operativo puesto en marcha por la dictadura y que contó con la implicación directa de Francisco Franco.

El último 8 de marzo antes de ser aplastado por Franco

Se trató de un plan vendido por la dictadura con el fin de socorrer a los niños víctimas de la Segunda Guerra Mundial, que serían auxiliados por parte de familias católicas y centros religiosos en el marco de la ayuda humanitaria que ya estaba desarrollándose entre países. Sin embargo, su objetivo último fue propagandístico, una forma de intentar romper el ostracismo que sufría el país por alinearse durante la contienda con la Alemania e Italia nazis. La España de Franco, vetada de las conferencias de San Francisco y Postdam, que conformarían el nuevo orden mundial, iba a ser también excluida de Naciones Unidas y otros organismos internacionales.

Algunas investigaciones han puesto el foco, en los últimos años, en este plan poco conocido. La última acaba de ser publicada en la revista Ayer por la doctora en Historia Lurdes Cortès-Braña. Un asunto de Estado: la acogida de niños en la geopolítica del primer franquismo detalla la maquinaria puesta en marcha por el régimen, que involucró a todo el aparato político para una obra aparentemente pequeña. La investigadora ha buceado en archivos, fondos, publicaciones institucionales y en prensa de la época, además de haber recopilado decenas de testimonios de aquellos niños.

“Ya a finales de 1940 hubo una oferta por parte del régimen a Bélgica que causó estupefacción por la miseria imperante en la España de posguerra, pero fue al final de la Segunda Guerra Mundial cuando se lanzó el plan, que además tardó cuatro años en hacerse efectivo”, cuenta Cortès-Braña, que pone el foco en cómo lo que se pretendía era “ofrecer un espejismo de normalidad y prosperidad en un contexto de aislamiento internacional”. Es decir, “su finalidad última era propagandística”.

Niños austriacos en el tren, con sus tarjetas de identificación al cuello Cáritas de la Archidiócesis de Viena

Tanta relevancia tuvo la operación en su momento que hasta el propio Franco acogió a tres niñas austriacas en la residencia familiar de El Pardo, detalla el artículo. La investigadora detalla que la palabra “Caudillo” consta manuscrita en el listado de las expediciones “junto a los nombres de M. Altvater, E. Altvater y E. Auinger (números 551, 552 y 553)” y es un hecho del que el propio Franco “informó” a un corresponsal estadounidense al que concedió una entrevista. La Fundación Nacional Francisco Franco, dueña de un gran archivo histórico con los documentos del despacho y dependencias del dictador, posee fotos de las pequeñas.

Repartos entre familias

En total, de Austria llegaron 2.981 niños y de Alemania 974. Tenían entre seis y doce años y habían sido seleccionados en sus escuelas con “preferencia de familias católicas”, según estipuló el Ministerio de Asuntos Exteriores al hacer el ofrecimiento formal en 1945. El protocolo se repetía en cada expedición: llegaban entre enorme expectación popular y se les distribuía entre las diferentes diócesis. Generalmente, explica el estudio, se les recibía en los ayuntamientos para repartirlos entre familias e instituciones, un momento que algunos recuerdan “como una subasta” porque “todos querían niñas pequeñas de pelo rubio y ojos azules” y quienes no respondían al perfil, lo vivían con angustia.

Para Cortès-Braña es “revelador” de la importancia que el régimen le dio al plan el hecho de que a cada operativo acudían “numerosísimas” autoridades, así como su proyección en el noticiario oficial NO-DO. Se intentaba, además, que “todo el tejido social participara” en los operativos, como ocurrió en el caso de Sabadell, que acogió a 24 niñas austriacas con la colaboración de las asociaciones municipales, comercios, peñas o incluso el Club de Natación. Su alcalde les dio la bienvenida afirmando: “España y su Caudillo conocen las miserias del mundo, por eso en su remanso de paz acoge a estas niñas”.

Los párrocos y los alcaldes recomendaban “buenas familias”, algo que hacía referencia tanto a su posición económica como a su religiosidad y perfil político. Habitualmente “eran las familias acomodadas” de los municipios: alcaldes, médicos, farmacéuticos, militares o párrocos, cuenta la investigadora. “Se trataba de una operación de imagen, de forma que la vivencia de los niños debía ser la mejor posible”, teniendo en cuenta que el contexto estaba marcado por la posguerra y el racionamiento.

Una maquinaria a su servicio

Franco puso toda la maquinaria del Estado a merced del operativo, en el que jugó un papel clave el ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo, encargado de intentar abrir vías para romper el aislamiento internacional de España. Varios departamentos ministeriales, agentes políticos y administrativos y la Iglesia católica estuvieron implicados. Esta última especialmente, debido a “su gran penetración social”, a través de sus organizaciones de seglares y un contexto de “absoluta simbiosis” entre la institución y el régimen franquista, explica el artículo.

Expedición de niños en la Estación del Oeste de Viena, acompañados por el padre Hartwig Balzen Cáritas de la Archidiócesis de Viena

El plan fue en la práctica acordado entre los cardenales primados de España y Austria, donde la contraparte que llevó a cabo el operativo fue Cáritas Austria, que a pesar de que solicitó a la dictadura encarecidamente que no participara Falange, acabó haciéndolo. En nuestro país, el grueso del proyecto cayó en manos de la Asociación Católica (ACE), una organización de apostolado seglar que “fue el embrión de Cáritas España”, según Cortès-Braña, y cuyo presidente era Martín Artajo. La sección de Mujeres y Mujeres Jóvenes de la organización fueron las encargadas de llevar a cabo la parte asistencial, labor que compartirían con las afiliadas de Auxilio Social y la Sección Femenina.

La investigación recién publicada hace hincapié en que a pesar de la “instrumentalización” que hizo la dictadura de la acogida, la inmensa mayoría de los menores, que estuvieron en España entre seis y nueve meses, vivieron una experiencia “cálida e inolvidable”. Se integraban en las familias y en sus costumbres e incluso muchos alargaron la estancia inicialmente prevista o repitieron. Algunos fueron adoptados y otros volvieron de vez en cuando a nuestro país, de vacaciones, o incluso se quedaron a vivir

Y el objetivo del régimen, ¿se cumplió? “Las expediciones de niños no fueron decisivas, pero sí un elemento más, quizás la imagen más amable de la ofensiva diplomática de Franco en varios frentes”, explica la historiadora. Finalmente, la influencia de la Guerra Fría y la “progresiva división del mundo en dos bloques enfrentados” (los soviéticos se convirtieron en la nueva amenaza) acabaron por terminar con el aislamiento de España con la resolución de la ONU de 1950 que abrió el camino a su incorporación “y propiciaron su permanencia”. “Cautiva y desarmada la oposición internacional al régimen franquista, la guerra diplomática había terminado”, concluye Cortès-Braña.

Moreno en traje de faena para privatizar con los mismos engaños que Ayuso

10 marzo, 2024

Fuente: http://www.juantorreslopez.com

Publicado en Público.es el 17 de febrero de 2023

¿Ha oído decir alguna vez a algún dirigente político de la derecha que desea privatizar las pensiones públicas, la atención sanitaria o la educación? Seguro que no.

Sin embargo, la presencia del sector privado en la provisión de ese tipo de servicios esenciales no hace sino aumentar cuando gobierna la derecha que dice que no pretende privatizar.

En Andalucía en una sola semana se ha podido comprobar que es así.

Por un lado, se ha sabido que se tramita una orden en la que se contempla la posibilidad de que entidades sanitarias privadas lleven a cabo procedimientos quirúrgicos o de diagnóstico en instituciones de la administración sanitaria pública de la Junta de Andalucía, para lo cual incluso se especifican las tarifas que habrán que desembolsar. Por otro lado, el Consejo de gobierno del martes pasado aprobó la creación de nuevas universidades privadas.

Privatizar servicios públicos es una opción legitima que cualquier partido puede defender y llevar a cabo, pero lo que hace la Junta de Andalucía, como otras comunidades gobernadas por el Partido Popular o en algún otro momento algunas del PSOE, constituye una práctica fraudulenta y muy contraria a lo que debería ocurrir en una verdadera democracia.

Una cosa es que un partido político lleve a cabo su programa y otra que engañe presentando su acción de gobierno como lo que no es, ocultando la realidad de las cosas o impidiendo que la población conozca lo que implican las decisiones que adopta y los efectos de las medidas que pone en marcha.

La mejor prueba de que esto es lo que está pasando son las inmediatas declaraciones del consejero portavoz de la Junta de Andalucía cuando se produjo revuelo mediático al saberse sus intenciones: «Es absoluta y rotundamente falso que la Junta de Andalucía vaya a privatizar la Atención Primaria», afirmó.

Lo cierto es, sin embargo, que el hecho de ceder instalaciones públicas al capital privado es ya privatizar y convertir el servicio público en una mercancía, de modo que no es que se quiera o no hacerlo, sino que una medida de esa naturaleza es pura privatización.

Tampoco es democrático privatizar el servicio público universitario aprobando la creación de universidades privadas cuando se hace -como en el caso de las dos cuya aprobación ha sido acordada- sin cumplir los requisitos de calidad que la legislación establece para esos casos, como han denunciado todos los rectores y rectoras de las universidades públicas andaluzas.

Y, sobre todo, es antidemocrático que las medidas que implican descapitalizar los servicios públicos y dar entrada al capital privado en su provisión se tomen sin establecer ningún tipo de cautelas ni previsiones presupuestarias y, por supuesto, sin promover o incluso sin permitir, cuando se hace por la vía de los hechos o no se tiene en cuenta las razones en contra, el debate público sobre sus efectos.

La razón de por qué ocurre todo esto, en Andalucía y en otras comunidades autónomas, es sencilla.

Todas las encuestas muestran que la inmensa mayoría de la población ha deseado siempre que se garantice la provisión pública de las pensiones, la atención sanitaria o la educación; entre otras cosas, porque no es difícil entender que es la única manera de garantizar su acceso universal.

Es por esa razón que sería completamente estúpido que los grupos de interés, partidos o gobiernos que han buscado o buscan privatizarlos lo digan abiertamente. Y, como no son estúpidos, nunca le dicen a la población que desean privatizar las pensiones, la atención sanitaria o la educación. ¿Cuándo han dicho Ayuso en Madrid o Moreno en Andalucía que quieren privatizarlas?

Sin embargo, esos mismos que nunca dicen que se propongan privatizar esos servicios esenciales no paran de tomar medidas que ¿casualmente? llevan a que cada día haya más presencia de capital privado en las pensiones, la salud o la educación; es decir, más privatización.

La estrategia es sencilla y muy eficaz. Saben que perderían apoyo electoral si dicen que van a privatizar esos servicios públicos y no lo dicen; pero hacen inevitable que la gente recurra al capital privado que los suministra cuando funcionan cada vez peor, porque conscientemente les dedican cada día menos dinero para financiarlos.

No es casualidad, por ejemplo, que el gobierno de la Junta de Andalucía (una de las regiones más desiguales de Europa) cierre la unidad de ictus en Huelva al mismo tiempo que dedica 1,4 millones de euros a promocionar la tauromaquia o recurre ante el Tribunal Constitucional el impuesto sobre grandes fortunas.

Efectivamente, Ayuso y Moreno negarán siempre que su propósito sea el de privatizar pero, desde que gobiernan, en sus comunidades no paran de disminuir las unidades docentes, la oferta de plazas y los profesores de la educación pública, el número de sanitarios, de centros y de prestaciones públicos. En consecuencia, los servicios públicos funcionan cada día peor y como, al mismo tiempo, dan todo tipo de financiación, privilegios y facilidades a los colegios o empresas sanitarias privadas, estos solo tienen que abrir la bolsa para acaparar a la población que necesita esos servicios y puede pagarlos.

A otra escala, sucede igual con las pensiones públicas. Desde hace años, la banca y los fondos de inversión van detrás de ese botín, pero saben que la gente las aprecia, de modo que no pueden plantear directa y expresamente que se privaticen. La estrategia consiste también en disminuir progresivamente su dotación para que cada vez más gente (la que puede) las vaya complementando con su ahorro privado.

La justificación siempre es la misma: no hay dinero, a pesar de que los hechos muestran claramente todo lo contrario. Como he repetido en otras ocasiones, una minúscula tasa de no más del 0,5 por ciento sobre todas las transacciones que se realizan en el planeta sería suficiente para financiar el gasto de todos los gobiernos sin necesidad de ningún otro impuesto (en España más o menos lo mismo). Si, ha leído bien: sin necesidad de ningún otro impuesto.

En el caso de la atención sanitaria hay otra segunda estrategia por parte del sector privado: disimular su auténtica naturaleza de negocio (incluso ya cada vez menos sanitario y en mayor medida financiero, porque las grandes entidades han sido adquiridas por los fondos de inversión) haciendo gradual la subida de tarifas, el recorte de las prestaciones y su carácter puramente selectivo y nunca universal. Y, en el caso de las pensiones, la de ocultar que los fondos de pensiones privados no son rentables y, por el contrario, sí muy peligrosos y expuestos a todo tipo de riesgos financieros,

Para que todo eso sea posible y termine en lo que verdaderamente buscan los grandes propietarios del capital privado es imprescindible que no haya debate público alguno. No se puede permitir que la población sepa lo que realmente tendría que ahorrarse cada mes para poder financiarse una pensión privada digna dentro de 30 o 40 años (suponiendo que el fondo, como suele ocurrir, no se pierda por alguna de las múltiples crisis financieras que ocurren periódicamente). No se debe saber lo que la sanidad privada cuesta en países como Estados Unidos (para la economía en conjunto y para los individuos) y cuál es realmente la posibilidad de acudir a ella para la gente corriente. Ni tampoco la relación que hay entre más sanidad privada y peor salud o más mortalidad entre los grupos de renta más baja. O tampoco lo que implica la segregación que se está produciendo en la educación concertada o privada que aniquila la movilidad social y la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades.

La privatización es una opción legítima, como dije al principio. Sin embargo, cuando se hace de la manera que se está haciendo en España por parte de la derecha, a base de engaños y sin mostrar a la gente sus verdaderos costes e implicaciones a medio plazo, es un engaño y una violación flagrante de las reglas elementales de la democracia. No hay otra alternativa que difundir información, hacer mucha pedagogía y defender los derechos como se ha hecho siempre que se han conquistado, con valor y movilización social.

El impagable favor de Biden a la teoría económica

8 marzo, 2024

Fuente: http://www.juantorreslopez.com

Publicado en Público. es el 10 de febrero de 2023

Durante muchas décadas la inmensa mayoría de los dirigentes políticos de las grandes potencias han repetido una misma cantinela inspirada por los economistas convencionales: el proteccionismo es malo y lo mejor es que los países abran de par en par sus fronteras al comercio y a los capitales. Los economistas críticos (no necesariamente de izquierdas) han denunciado esa idea no sólo porque es falsa y no tiene fundamento científico sino porque, además, es lo contrario de lo que ellos mismos practicaban.

Efectivamente, la teoría económica nunca ha podido demostrar que el librecambio sea más ventajoso que el proteccionismo salvo que se den una serie de condiciones tan estrictas que es prácticamente imposible, por no decir imposible, que se produzcan (las explico con detalle en mi libro Econofakes). Como ha escrito Paul Krugman (a quién le dieron el Premio del Banco de Suecia equipado al Nobel precisamente por sus estudios sobre el comercio internacional) «la teoría económica dice que el libre comercio normalmente hace a un país más rico, pero no dice que normalmente sea bueno para todos».

También es un hecho que ninguna de las economías que ha llegado a convertirse en país desarrollado y menos aún las grandes potencias, ha practicado en algún momento el librecambio. Todas ellas se han protegido y lo siguen haciendo, a través de aranceles, contingentes, ayudas, subsidios, o medidas más sutiles que suponen barreras infranqueables para los productos provenientes de otros países.

La constante a lo largo de la historia es clara: librecambio en la teoría para conseguir que los demás se abran de par en par y se desprotejan, y proteccionismo a mansalva de los ricos.

El lenguaje de los dirigentes políticos ha sido siempre doble e inmoral y cuando alguien osaba poner en cuestión la falsedad sobre la que se basaba la realidad del comercio internacional y la necesidad de proteger los intereses nacionales eran condenado o ridiculizado.

Hace unos años, Pablo Iglesias criticó criticó la ideología del librecambio y uno de los más conocidos economistas de nómina españoles, José Carlos Díez, le espetó en Twitter: «Pablo Iglesias discípulo de Marx y contrario al libro comercio. Revival de la autarquía franquista. Menudo elemento».

Es una de las típicas descalificaciones que hace este economista, carentes de fundamento y cargadas solamente de maldad. Por un lado, porque la puesta en cuestión de las ventajas del librecambio no es algo propio de Marx, salvo que se crea que Krugman es marxista. Y, por otro, porque la alternativa que defienden quienes hoy día criticamos la falsedad del librecambio y el doble discurso de quienes lo defienden practicando lo contrario, no es la autarquía y ni siquiera el proteccionismo de antaño, sino un nuevo tipo de regulación comercial internacional que proporcione seguridad, eficiencia, equilibrio, cuidado del medio ambiente y equidad.

Tanto es así, que ha sido nada más y nada menos que el presidente de Estados Unidos quien ha reivindicado hace unos días, sin ningún pudor y expresamente, el proteccionismo económico.

Que un presidente de Estados Unidos tome medidas proteccionistas, como las que ha adoptado Biden en su ley contra la inflación y que ahora defiende, no es ninguna novedad. Todos, absolutamente todos los presidentes anteriores lo han hecho, como he señalado. Lo interesante es que ya no se mantenga el discurso falso habitual, que expresen abiertamente sus propósitos y no tengan miedo de mostrar al mundo que la defensa del librecambio y la reivindicación de sus ventajas es un cuento.

Hace Biden un favor impagable a la teoría económica cuando se expresa en estos términos porque ayudará a que cada día queden más en evidencia los economistas y políticos que defienden lo que la realidad a todas luces contradice. ¿O es que se han vuelto locos los dirigentes estadounidenses y defienden para su economía la peor de las opciones? ¿Cómo es que no optan por el librecambio, si es tan ventajoso, a la hora de diseñar sus políticas industriales? ¿Por qué no protestan las empresas de Estados Unidos cuando el gobierno anuncia docenas de miles de millones de dólares en ayudas y subsidios para que no tengan que depender de la producción extranjera? ¿Alguien puede creer que el librecambio tenga las ventajas que dicen sus defensores y que la primera potencia mundial no lo adopte como estrategia? ¿Es fruto de la casualidad que no sólo Estados Unidos, sino todas las grandes potencias se protejan y que, al mismo tiempo, reclaman a las economías más atrasadas que se abran para que sus capitales las penetren sin freno y para invadirlas con sus productos subsidiados? ¿Seguro que no hay gato encerrado en la defensa a ultranza del librecambio?

Y lo sorprendente de todo esto es que, mientras que Biden se quita la máscara, los dirigentes de la Unión Europea se escandalicen por sus palabras y se empeñen en mantener el doble lenguaje, porque lo cierto es que Europa ha sido y es tan proteccionista o más que Estados Unidos. Otra cosa es a quién protege cada uno y por qué.

Si el puro pragmatismo de los ricos había demostrado que el proteccionismo (como dije, solo equivalente a autarquía para los malvados o ignorantes) es realmente más ventajoso, la pandemia y los problemas de suministro e inseguridad subsiguientes lo han dejado mucho más claro aún.

Las economías que opten por enfrentarse a lo que viene a pecho descubierto, sin defenderse ni protegerse van a resultar heridas sin remedio. El comercio internacional es imprescindible y hay que fortalecerlo, pero debe hacerse sobre bases equilibradas, sin imponer a los demás lo que uno no cumple y garantizando la seguridad y la generación de ingreso. La protección de los intereses nacionales, garantizar el suministro de productos esenciales, promover una reindustrialización orientada a las transiciones que son imprescindibles y salvar el tejido empresarial, el empleo y el bienestar no es una opción, es una exigencia en la economía de nuestro tiempo. Sin ese nuevo tipo de proteccionismo será imposible hacer frente a la crisis que viene. Y, a los economistas que sigan empeñados en defender el cuento del librecambio, terminarán diciéndoles lo mismo que le ha dicho Biden a quienes le criticaban por su defensa de los intereses nacionales de Estados Unidos: «¡Al infierno con eso!»

Una bala y un coche quemado: la izquierda tira la toalla en la localidad valenciana de Serra tras varias amenazas

6 marzo, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

Foco

DERECHOS Y LIBERTADES

Vehículo incendiado del portavoz de Unides per Serra.
Vehículo incendiado del portavoz de Unides per Serra.

Lucas Marco

13 de febrero de 2023 22:33h. Actualizado el 15/02/2023 23:02h

Serra es una localidad de 3.405 habitantes a los pies del parque natural de la Serra Calderona, muy cerca de Valencia. Desde 2017, gobierna en el ayuntamiento la socialista Alicia Tusón, en el mandato actual con el apoyo de Unides per Serra, una formación que sumó a militantes de Esquerra Unida y de Podem, además de independientes, y que cuenta con tres concejales.

Sin embargo, Unides per Serra acaba de anunciar que no se presenta a las próximas elecciones municipales debido a la tensión interna con los socios del PSPV-PSOE en el consistorio y a la “situación laboral y familiar” de los tres ediles, según un comunicado de la formación.

El anuncio de que Unides per Serra no se presentará a las próximas elecciones también desvela hechos desconocidos hasta ahora.

El portavoz y primer teniente de alcalde, Carlos Montalbán, ha sufrido un auténtico calvario que ha incluido amenazas y el incendio de su vehículo y que denunció ante la Guardia Civil. Todo el mismo mes de julio del 2020.

Bala recibida por el portavoz de Unides per Serra en la puerta de su domicilio.

El 2 de julio, el portavoz de izquierdas en Serra dejó aparcado su vehículo en la calle Serpis de Valencia, cerca de su lugar de trabajo. El coche ardió y tuvieron que acudir los bomberos y patrullas de la Policía Local. “No tengo pruebas y nadie me ha podido decir si fue intencionado”, aclara en una conversación telefónica con elDiario.es Carlos Montalbán, sobrino del histórico dirigente del sindicato Comisiones Obreras Antonio Montalbán. “Perdí el vehículo”, lamenta.

La misma semana recibió una llamada telefónica amenazante desde un número que correspondía a un locutorio de Madrid. “Me llamaron por teléfono, me dijeron que dejara de hacer pactos con la alcaldesa y colgaron a los diez segundos”, recuerda Montalbán.

Por si fuera poco, el 17 de julio apareció una bala en la puerta de su domicilio. “No puedes acusar a nadie pero son coincidencias muy raras”, afirma el portavoz de Unides per Serra.https:

El calvario que sufrió el portavoz y los problemas de compatibilidad familiar y laboral han empujado a la formación tirar la toalla. Todos los problemas sufridos por la formación “dejaron muy tocado al grupo [municipal] que con tanta ilusión” inició el proyecto en 2019. “Tras reunirnos y hablar de la situación”, señala el comunicado, han tomado la “difícil y triste decisión” de no presentar candidatura alguna a las próximas elecciones.

“Al final”, explica Carlos Montalbán, “no vivimos del Ayuntamiento, la gente que estamos, entre trabajo y familia, no llegábamos a poder atender todo lo que se necesitaba y estar por estar no era el objetivo”.

Montalbán, eso sí, asegura que seguirá vinculado a una agrupación de electores creada en la urbanización donde reside, aunque militando en Esquerra Unida.

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Kristin du Mez, historiadora: “El evangelicalismo blanco conservador acaba apoyando el autoritarismo”

22 febrero, 2024

Fuente: http://www.eldiario.es

  • “Los evangélicos han construido este movimiento reaccionario de derecha y ahora la ideología en sí es la que tiene el poder”, dice la autora de ‘Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación’
  • — Los líderes autoritarios no triunfan eternamente
Kristin Kobes du Mez, autora del libro 'Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación'
Kristin Kobes du Mez, autora del libro ‘Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación’

Javier Biosca Azcoiti

9 de febrero de 2023 22:32h Actualizado el 10/02/2023 17:44h

Kristin Kobes du Mez es profesora de historia y estudios de género en la Universidad Calvin (Michigan), está especializada en la intersección de género, religión y política y lleva años estudiando el movimiento evangélico blanco y conservador en EEUU que, más que “un conjunto de ”creencias teológicas“, argumenta, es un ”movimiento cultural“ reaccionario que ha impregnado el Partido Republicano y que se ha extendido por otros países, como Brasil. Un fenómeno que la autora analiza en el libro ‘Jesús y John Wayne: cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación’ (Capitán Swing), que se acaba de publicar en español.

Trump no parece la mejor persona para representar la moral cristiana, ¿no? ¿Por qué se convirtió en el candidato de los evangélicos blancos?

Eso es lo que todo el mundo se preguntaba en 2016: ¿cómo pudieron los evangélicos traicionar sus valores para votar a Donald Trump? Como historiadora, sabía que esa pregunta no era la correcta y mostraba que la gente no entendía realmente cuáles eran sus valores.

Históricamente, se puede ver que en el núcleo de la política de valores familiares evangélicos se ha reivindicado durante mucho tiempo la autoridad patriarcal blanca. En los años 60, por ejemplo, la política de valores familiares emerge contra el movimiento de derechos civiles. Muchos evangélicos se resistían a esos esfuerzos en el sur, defendían las escuelas segregadas y estaban en contra del movimiento feminista y del movimiento contra la guerra. En su visión, había una cosa que iba a arreglar todos esos problemas: la autoridad patriarcal blanca. 

Esto siempre ha estado vinculado en EEUU al nacionalismo cristiano, es decir, la idea de que EEUU fue fundado como una nación cristiana y tiene que ser defendida como tal. Y para que la América cristiana defienda el cristianismo y a Dios mismo, hay que ser duro y luchar contra todas estas amenazas. Estas cosas van de la mano: el ideal de masculinidad como guerrero y la idea de la necesidad de defender la verdadera fe. Sus enemigos son externos en el marco de la Guerra Fría, pero también internos: liberales, secularistas y el Partido Demócrata. Cuando eso entra en la ecuación, todo tiene sentido.

Donald Trump era en realidad el mejor candidato porque no estaba limitado por la virtud cristiana tradicional: cosas como el autocontrol, la dulzura, el amor… Él era el hombre ideal. Era el ungido de Dios precisamente porque haría todo lo que hiciera falta. 

¿Dónde está el origen de este tipo de masculinidad cristiana evangélica?

Si nos remontamos al siglo XIX podemos ver que otros ideales de masculinidad eran mucho más comunes en el evangelismo estadounidense, como la moderación amable, aunque en el sur de Estados Unidos estaba más presente esa cultura del honor y ahí sí se ve más la autoridad masculina sobre las mujeres, los niños y los esclavos como la forma dominante de hombría cristiana. Con el tiempo, se puede ver cómo estos dos modelos se fusionan a principios del siglo XX en una especie de abrazo común de una masculinidad blanca más dura. No solo los protestantes conservadores abrazan este modelo, sino también los liberales.

Los evangélicos han construido este tipo de movimiento reaccionario de derecha de tal manera que la ideología en sí es la que ahora tiene el poder. Es una especie de movimiento populista

Las cosas no siempre han sido como son ahora. Durante la Primera Guerra Mundial había muchos protestantes liberales militaristas que apoyaban el esfuerzo de guerra y este tipo de masculinidad ruda. Igualmente había algunos protestantes conservadores que hacían lo mismo, pero también había protestantes conservadores que eran pacifistas, que rechazaban la guerra y que no eran nacionalistas cristianos. 

Al final de la Primera Guerra Mundial, eso cambia. Los liberales son humillados, ven que la masacre no ha valido la pena y son los fundamentalistas los que realmente abrazan la militancia y una especie de masculinidad agresiva, pero no reciben mucha atención. Parecen marginados hasta la década de 1940. Durante la Segunda Guerra Mundial, y especialmente a principios de la Guerra Fría, empiezan a promover el nacionalismo cristiano y lo que, según ellos, son los roles de género tradicionales.

¿Tiene algo que ver esta evolución con la guerra contra el comunismo de la Guerra Fría?

Exactamente. Muchos cristianos evangélicos tienden a pensar que sus ideas de masculinidad o género vienen directamente de Dios. Sin embargo, los historiadores de género pueden demostrar que estas ideas cambian radicalmente con el tiempo y siempre están vinculadas a cambios económicos, políticos y a la política exterior. 

En la Guerra Fría había una amenaza comunista militar real y los comunistas eran percibidos como anti-Dios –y hay cierta legitimidad en esta visión–, antifamilia y antiamericanos. Estas eran las cosas que los evangélicos más apreciaban. Fue un momento catalizador para los evangélicos.

En 1942 se creó la Asociación Nacional de Evangélicos y tenía el plan de unir a los protestantes conservadores de todo el país con publicaciones cristianas, radio cristiana, librerías… Es decir, utilizar los medios de comunicación y la cultura popular para difundir su verdad. Lo logran todo de una manera notable en los siguientes 15 años y todavía vivimos en esa realidad.

Para este movimiento, Donald Trump era el hombre ideal, el ungido de Dios que haría todo lo que hiciera falta

Sostiene que el evangelismo en este caso no es un conjunto de creencias teológicas, sino un movimiento cultural. ¿Por qué lo dice?

La definición oficial que hacen los evangélicos de ellos mismos es una definición teológica. El problema de esta definición es que no describe de ninguna manera el movimiento.

En primer lugar, si se utiliza esa rúbrica teológica, la gran mayoría de los protestantes negros de Estados Unidos marcarían todas las casillas. Sin embargo, la gran mayoría de los protestantes negros no se consideran evangélicos porque para ellos es mucho más que las creencias teológicas. Tampoco participan en gran medida en el mismo tipo de cultura de consumo: la industria editorial cristiana, la radio cristiana, la música cristiana… Por eso van a diferentes iglesias. No es la misma comunidad y no es la misma cultura. Además, según las encuestas de los propios evangélicos, un alarmante número de evangélicos tiene un nivel de analfabetismo teológico increíblemente elevado. Ni siquiera conocen su teología.

¿Es la corriente principal dentro del evangelicalismo o una especie de subcultura?

En gran medida es ambas cosas. Es una subcultura que, de alguna manera, está oculta si no la buscas o participas en ella, pero es tan masiva que ha influido notablemente en la política. Ha infundido totalmente el Partido Republicano, Fox News y cadenas seculares.

¿Qué definiría a los evangélicos como movimiento político? 

No se puede entender realmente el evangelicalismo blanco sin su politización, lo que no quiere decir que todos los evangélicos blancos sean republicanos conservadores o miembros de la derecha cristiana, pero la mayoría sí que lo son.

El 81 % de los evangélicos votaron por Trump en 2016 y las cifras de 2020 son similares. A finales de los años 70 hubo un esfuerzo activo para movilizar a los votantes en nombre de Reagan y, a partir de ahí ,se ha cimentado esta lealtad al Partido Republicano. Por eso, muchos evangélicos simplemente piensan que no se puede ser cristiano y votar demócrata. 

Con una ideología que afirma que Dios está de su lado, no hay lugar para el compromiso político. Es una mentalidad de nosotros contra ellos

Desde 1980, los evangélicos conservadores han tratado enérgicamente de dar forma al programa del Partido Republicano. El aborto es uno de estos temas movilizadores, pero antes lo fue la segregación escolar. Han encontrado una causa común en torno a una serie de cuestiones, como la migración, a favor del muro fronterizo, las armas, contrarios al Black Lives Matter…

De hecho, cuenta que las armas son un elemento muy importante en la cultura evangélica. ¿Por qué?

Los evangélicos son más propensos a poseer y portar armas que otros estadounidenses. En los años 70 ya había consejos evangélicos que decían que dejásemos a nuestros hijos jugar con armas y a enseñarles a usar armas de fuego reales. Esto continúa hasta hoy. 

Tienen la idea de que Dios ha hecho a los hombres y a las mujeres muy diferentes y que ha llenado a los hombres de testosterona para que puedan cumplir con su papel de protector. Esto se produce en el contexto de la Guerra de Vietnam, de la Guerra Fría, y existía el temor de que el ejército americano no fuera lo suficientemente fuerte. El movimiento antiguerra y el feminismo estaban debilitando la hombría americana y poniendo a la nación en riesgo. Entonces vieron que el papel cristiano apropiado para los hombres era ser fuertes y saber cómo luchar y matar para proteger a la América cristiana. Para muchos evangélicos hoy, esto es simplemente sentido común. Forma parte de su identidad cultural.

¿Diría que son más poderosos que nunca?

Son muy influyentes, pero es difícil decir cuánto. Volviendo a las elecciones de 1980, los evangélicos se atribuyeron todo el mérito de la elección de Reagan. Han construido este tipo de movimiento reaccionario de derecha de tal manera que la ideología en sí es la que ahora tiene el poder. Es una especie de movimiento populista. Si un destacado líder evangélico tratara de cambiar la dirección ahora de este movimiento, no lo lograría. 

¿Cree que el Partido Republicano tiene que escuchar esta ideología?

En este momento, el Partido Republicano es más o menos esta ideología y cualquier miembro republicano que intente oponerse no tendrá éxito. Hay ejemplos como el de Liz Cheney, que dijo ‘soy uno de vosotros, mirad mi pedigrí, y creo que tenemos que aplicar la ley a nuestro presidente’. Ya está fuera. 

El poder de cualquier evangélico para cambiar algo es bastante insignificante en este momento. Trump eligió a Mike Pence como vicepresidente para asegurarse el apoyo de esos evangélicos blancos, ya que representaba bien los valores evangélicos. Sin embargo, nadie quería a Pence antes que a Trump en esos círculos. El poder de este evangelicalismo teológico y religioso no es grande en la esfera política, pero el poder de esa identidad religiosa, política y cultural es increíblemente fuerte. 

Kristin Kobes du Mez, profesora de historia y estudios de género en la Universidad Calvin, Michigan.

¿Ve alguna similitud con la experiencia del proceso, por ejemplo, en Brasil con Bolsonaro? ¿Es un fenómeno global?

Tiene un alcance global y Bolsonaro es un ejemplo clave, pero no es ni de lejos el único. Lo que estas ideas están haciendo en estos espacios son muy similares. Se puede ver cómo todo esto termina apoyando o puede terminar apoyando el autoritarismo y los movimientos antidemocráticos. Y ni siquiera he mencionado a la Rusia de Putin, donde existen el mismo tipo de similitudes. 

Es un movimiento global, pero cada cultura local tiene sus propias historias y tradiciones de patriarcado. No se trata solo de ideas de EEUU que se exportan y dominan, sino que se reciben en estas comunidades de maneras únicas y, a veces, eso empeora las cosas.

Volviendo al título del libro, ¿podría desarrollar un poco la idea de cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación? 

Corromper la fe lo digo porque muchos de ellos se definen a sí mismos a través de su biblicismo, pero son muy selectivos a la hora de elegir a qué pasajes de la Biblia les dan la autoridad literal y a cuáles no. Hay una gran cantidad de enseñanzas bastante directas en las escrituras que son antiviolencia como el poner la otra mejilla, amar a tu enemigo, amar a tu prójimo como a ti mismo, el sacrificio personal… creen que eso no se les aplica por el nivel de amenaza al que se enfrentan.

Y fracturar una nación, porque se puede ver la influencia de los evangélicos en la política estadounidense y dentro del Partido Republicano. Con una ideología que afirma que Dios está de su lado, no hay lugar para el compromiso político. Es una mentalidad de nosotros contra ellos. Es una ideología muy divisiva que hace el compromiso increíblemente difícil.