Archive for diciembre 2020

Ana Iris Simón: «La alta cultura también es parte de la clase obrera»

31 diciembre, 2020

Otro año que se nos va, un magnífico año a nivel personal. Para celebrarlo, os dejo esta entrevista a Ana Iris Simón el eldiario.es (haceos socios/as como yo para tener un periodismo de calidad). Me hace mucha ilusión porque la conozco desde siempre y su libro me ha encantado al conocer a su entorno familiar en el que gran parte se basa su obra. Nos vemos en 2021, lectores/as.

Fuente: http://www.eldiario.es

  • El primer libro de la periodista, ‘Feria’, es un recorrido emocional por la España de los 90 a través de su familia que ya va por la tercera edición

Clara Giménez Lorenzo

28 de diciembre de 2020 22:20h 

@Clara_GLorenzo

Ana Iris Simón aprendió a mirar gracias a su padre. Cuando estaba en segundo de primaria, tuvo que escribir una redacción sobre la incursión de un ratón en el aula, anécdota que había conmocionado a toda la clase. Esa misma tarde, su padre le sugirió adoptar el punto de vista del ratón, y Ana Iris fue premiada por su originalidad. «Muy bien, pero no te hagas la chulita», respondió cuando su hija dijo, exultante, que había ganado un estuche y un diccionario de la editorial Vox.

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Años después, Ana Iris Simón (Campo de Criptana, 1991) estudiaría Periodismo y Comunicación Audiovisual, corroborando que lo fundamental ya se lo había enseñado su padre en segundo de primaria: cuando uno escribe, cuando uno mira, hay que ser siempre el ratón y no hacerse la chulita. Y se necesita valor para ambas cosas, recalca Ana Iris en Feria (Círculo de Tiza). La del ratón es una de las numerosas anécdotas recogidas en su primer libro, un compendio de crónicas sobre su familia made in La Mancha, protagonista de un recorrido emocional por la España de los 90. «Quería explicar el mundo a través de la cotidianidad, de la costumbre, poner en valor esa mirada, esa manera de estar alejada totalmente del academicismo, que encierra una sabiduría transmitida por las historias familiares», cuenta por teléfono a elDiario.es. «Es un libro con análisis y prosa de barra de bar».

Ella tardó 20 años en decir que sus abuelos maternos eran feriantes; durante la mayor parte de su vida se había limitado a explicar que regentaban una tienda de juguetes. Con el tiempo fue consciente de que lo que sentía era vergüenza de clase, así que comenzó a reivindicar el oficio de sus abuelos y celebrar las raíces de su extenso núcleo familiar, hundidas en la tierra donde hay infinitas maneras de nombrar al viento. La idea de escribir un libro se gestó en 2019, cuando Ana Iris trabajaba en VICE y su artículo Crecí en una familia de feriantes causó un inesperado furor, propiciando que las historias con las que había crecido llegaran a la editorial Círculo de Tiza. 

«Creo en una comunidad orgánica en la que se pregunta a los ancianos», afirma. «Al final, veo el mundo mucho más a través de mi abuelo que a través de, por ejemplo, las Meditaciones de Marco Aurelio, que las he leído y me encantan. Me parece tan lícito mencionar a uno como a otro, y suelo citar más a mi abuelo que a Marco Aurelio, Gramsci, o Butler». Por otra parte, Simón critica en Feria la tendencia a «asociar lo plebeyo con lo popular, que el reguetón sí pueda ser del pueblo y Machado no» y a «romantizar ciertas realidades desde un estatus social que no ha convivido con ellas». «Es muy fácil decir que te encanta el Parrita o llevar aros del tamaño de tu cabeza cuando no te han reducido a eso», apunta en un pasaje del libro.

«Además, a Machado y Hernández también los recitaban mi abuelo Gregorio o mi tío Hilario, y no había nadie más de pueblo que él, que se iba al campo después de recitar poesía o hablar sobre el reinado de los Reyes Católicos», enfatiza la autora al conversar con elDiario.es. «Reivindico que la alta cultura también es parte de la clase obrera». Una clase que no es homogénea: en Feria, Simón distingue entre el capital cultural de su familia paterna, orgullosa de su tradición campesina y comunista, y el concepto de lumpen proletariado asociado al oficio de su familia materna.

La España que ya no es

Los 90 son un claroscuro previo al cambio de siglo, una década que recordamos de forma difusa. Este 2020 han vuelto a ella películas como Las niñas, de Pilar Palomero, una oda al momento de transición entre infancia y adolescencia, y El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco, que incide en las grietas de nuestra memoria colectiva: mientras España entraba en la modernidad con el Tratado de Maastricht y los Juegos Olímpicos de Barcelona, miles de personas perdían sus empleos y comenzaba una ardua lucha sindical en la que hoy continúa siendo una de las regiones con mayor tasa de paro. El libro de Ana Iris Simón puede dialogar con ambos filmes: por la nostalgia de una inocencia irrecuperable y por las reflexiones alrededor de «la nueva nación-rotonda-España, orgullosa de su reciente europeidad».

Ana Iris recuerda haber crecido «escuchando historias de una feria que ya no era». Una institución cuyo ocaso fue paralelo a la apertura de las grandes superficies comerciales y a la reconversión de La Mancha en un no-lugar: lejos quedaron los años dorados, aquellos en los que «el feriante aún era un vendedor de ilusión» y la feria un lugar donde podían encontrarse cosas extraordinarias. «¿Qué puedes tener ahora en una feria que no puedas tener en otro sitio?», se pregunta la autora. «Creo que se ha desligado del ritual y de la comunidad, tiene que ver con el fin de la excepcionalidad, yo me di cuenta de la relación entre la nostalgia de esa feria que casi no viví y la forma en la que yo entendía la globalización».

En Me da envidia la vida que tenían mis padres a mi edad, primera crónica del libro, Ana Iris Simón se pregunta por la globalización y el progreso, hurgando en la herida de pertenecer a «la primera generación que vive peor que nuestros padres (…) En propiedad no tenemos nada más que un iPhone y una estantería del Ikea de 30 euros porque no podemos tener más», escribe. Ella cambió Madrid por Ávila en septiembre, tras haber vivido «tres ERE con 28 años» y harta de las lógicas a las que la abocaba la capital. «Creo que en el libro ataco a quienes hacen del progresismo y el liberalismo algo indisociable, impugno algunas de las conquistas conseguidas en su nombre y me pregunto hacia dónde estamos yendo y en nombre de qué», asevera.

Vivir en las historias que nos contamos

Más allá de las reflexiones sobre el progreso, el progresismo o la masculinidad, con las que el lector puede concordar en mayor o menor medida —»tampoco quise hacer un ensayo académico sobre el progresismo», puntualiza la autora—, los pasajes más bellos de Feria se encuentran en el costumbrismo afectivo. Ana Iris retrata a sus allegados con un cariño infinito: la Ana Mari, su madre, parece un personaje almodovariano que «se expande, como el universo», y su padre no es consciente de vivir «instalado en el lirismo». Escribe con ternura sobre su hermano Javi, a quien quiso «desde antes de conocerlo», y sobre su abuelo Vicente, el patriarca de los Simones, además de perfilar a sus tías y primos. También son imprescindibles los que ya no están, como sus otros tres abuelos o el tío Hilario, que se marchó demasiado pronto, pero no sin enseñar que «las manos curtidas de tierra, sol y viento también saben acariciar la historia, la poesía, los libros».

«En ningún momento reivindico la familia como sustituto del Estado, pero sí como núcleo de pertenencia primero», sostiene la autora. «Me fastidia que desde la izquierda muchas veces dejemos de reivindicarla», afirma, entendiendo que el modelo de familia que plasma en Feria tampoco es único ni extrapolable a todo el mundo. La familia es algo sobre lo que hemos pensado constantemente este 2020, cuando la pandemia nos ha forzado a reducir el contacto con nuestros seres queridos o nos ha impedido despedirnos de ellos. «Necesitamos un debate social sobre cómo siempre ponemos la producción en el centro, y los niños y los mayores son olvidados porque solo consumen recursos», opina Ana Iris Simón.  

«Todas las familias felices se parecen», comenzaba Tolstói en Anna Karenina. Tal vez no todas las familias, pero sí los momentos cotidianos impregnados de felicidad. Aunque no seamos conscientes de su futura importancia mientras los vivimos, como no lo fue Ana Iris Simón durante la última comida en la que estuvieron todos los miembros de su extensa familia, un día que ahora evoca porque sabe que «la vida es eso y poco más». «Me hace mucha ilusión cuando alguien me dice que al leer mi libro se ha acordado de su abuela, es con lo que más me gustaría que se quedase el lector, esa idea de honrar a nuestros abuelos y lo que nos dejaron», concluye. 

Publicado el 28 de diciembre de 2020 – 22:20 h

El creador de ‘La casa de papel’ se moja sobre los cinco spin-off con los que fabula para el universo de la serie

30 diciembre, 2020

Fuente: http://www.vertele.eldiario.es

Álvaro Morte y Pedro Alonso en 'La casa de papel'
Álvaro Morte y Pedro Alonso en ‘La casa de papel’ NETFLIX

El creador de ‘La casa de papel’ Álex Pina ha confesado que la complejidad de los personajes de la serie implica que existan «muchas posibilidades» de hacer spin-offs con cada uno de ellos. Arturito, Berlín, Denver, Nairobi y El Profesor son los casos que ve más claros.

· CRÍTICA | ‘La casa de papel: Parte 4’, un salvavidas más emocional y surrealista con la dinamita siempre a punto

· ENTREVISTA | Los creadores de ‘La casa de papel’ buscan el «shock» en la Parte 4: «No tenemos miedo a matar personajes»

· ENTREVISTA | Álvaro Morte: «Si surge un spin-off con Berlín y El Profesor estaré encantado de hacerlo»

07.04.2020 | Redacción

Aunque todavía degustando el estreno de la cuarta temporada de La casa de papel, cada nueva entrega de la serie se ha convertido en tal fenómeno que, apenas unos días después, se han puesto sobre la mesa hasta cinco posibles spin-off más allá de la quinta tanda ya confirmada.

Su creador, Álex Pina, ha reconocido en una entrevista con The Oprah Magazine que cuentan con «muchas posibilidades para varios spin-off». El responsable explica que se debe «a las fuertes y poderosas identidades de los personajes. Siempre los hemos buscado que fueran complejos y tuvieran capas». 

Por ello, ha asegurado que «prácticamente todos tienen una dualidad que podríamos desarrollar en un spin-off y verles en otros contextos». Ahora bien, ¿cuáles son sus apuestas? «Arturito podría tener una comedia negra», ha respondido, «el caso de Berlín es muy claro: es un misógeno, psicópata, egocéntrico, narcisita, delincuente y violador… pero aún así hay un montón de gente que le adora por sus valores de amistad, lealtad y fraternidad. De Nairobi hasta El Profesor… Denver es otro personaje con encanto particular. Me encantaría escribirles spin-offs a todos».

Las apuestas previas sobre los spin-offs

Hace apenas unos días, el propio Pina reconocía a Vertele que habían «hablado sobre ello», refiriéndose a la posibilidad de seguir expandiendo el universo de la serie, «pero hasta que no acabemos este camino no tiene sentido. No hay ninguna opción abierta ahora». También preguntamos a Alba Flores, que con rotundidad reconoció que «la historia de Berlín y El Profesor me encanta». El aludido Álvaro Morte afirmó que si se diera tal posibilidad, estará «encantado de hacerlo».

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Semillas, feminismo y soberanía alimentaria

29 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • En Mozambique, las mujeres se organizan para producir alimentos ecológicamente y recuperar las semillas autóctonas
  • Cuarta entrega de la serie ‘Matria’, un ensayo fotográfico de Judith Prat sobre la agroecología y el rol de las mujeres en ella

Judith Prat

16 de agosto de 2020 21:08 h

La crisis alimentaria de 2007 y 2008, provocada por la alta especulación financiera, supuso el aumento de precios de los alimentos a niveles nunca antes conocidos. Los efectos se dejaron sentir especialmente en África, donde la crisis golpeó a sus pequeños productores agravando situaciones de pobreza de millones de hogares.

Las decisiones políticas posteriores siguieron la senda ya iniciada años antes por muchos gobiernos africanos que cambiaron las leyes, entregaron tierras y ofrecieron beneficios fiscales a las empresas del agronegocio para atraer inversiones. Un modelo que no solo no ha sido una solución sino que ha agotado la fertilidad del suelo, contaminado la tierra con agrotóxicos, despreciado las semillas locales, deforestado importantes áreas rurales y destruido recursos acuíferos.

Muchas voces se han alzado en los últimos años para señalar que solo la agroecología en un marco de soberanía alimentaria puede configurar una alternativa firme que acabe con estas crisis; sin olvidar que la gran mayoría de las productoras locales en África son mujeres.

Las mujeres en Mozambique, a pesar de ser quienes producen los alimentos, no tienen los derechos sobre la tierra. Son sus maridos quienes toman las decisiones y quienes comercializan los productos y se quedan con el dinero. De ahí que muchas de ellas se estén organizando en asociaciones vinculadas a la producción de alimentos ecológicos y a la recuperación de semillas autóctonas. Estructuras que les permiten defenderse del modelo y las prácticas sociales que pretenden alejarlas del control de su trabajo en el campo.

En México, la situación de las campesinas es similar, pues el 50 % de la tierra se rige por sistemas de propiedad social, ejidos o comunidades donde el núcleo de población es quien ostenta la propiedad. De gran parte del trabajo en el campo mexicano se encargan las mujeres, pero actualmente es casi imposible para ellas acceder a la titularidad de la tierra. En Chiapas defienden modelos ancestrales de cultivo como la milpa, un policultivo basado en el maíz combinado con otras hortalizas. Aseguran que, conjugando este sistema con las actuales prácticas en agroecología, podría garantizarse la seguridad alimentaria.

Publicado el 16 de agosto de 2020 – 21:08 h

Un letrista inagotable llamado Federico

28 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

Alejandro Luque

17 de agosto de 2020 22:09h 

@atoluque

Si usted es un músico y no se siente particularmente inspirado para los textos de sus canciones, o simplemente quiere apostar sobre seguro, debe saber que existe un letrista inagotable. Su nombre es Federico García Lorca, y este martes, cuando se cumplen 84 años después de su asesinato, sigue vivo no solo en sus libros, sino también en las canciones que ha inspirado: casi 6.000 en 62 países de todo el mundo.

‘Enlorquecidos’: por qué Federico sigue levantando pasiones más de 80 años después.

El recuento de este monumental repertorio lo ha hecho Fernando González Lucini, máxima autoridad en canción de autor en España, a través de un proyecto que a día de hoy permanece abierto. La idea original se la inspiró a González Lucini el poeta Juan de Loxa, fundador y director del Museo Casa Natal de Federico García Lorca. “Ambos sabíamos que Lorca había sido, sin duda, uno de los poetas más musicalizados y cantados de la Literatura Universal”, recuerda, “pero aquella propuesta siempre se quedaba en deseos y buenas intenciones”.

“En uno de aquellos encuentros Juan me regaló el libro Federico García Lorca y la música. Catálogo y discografía anotada del investigador y profesor universitario norteamericano Roger D. Tinnell”, prosigue González Lucini. “El libro de Roger D. Tinnell era en efecto básico, importante y de referencia, pero tras analizarlo juntos constatamos que dada la fecha en que se había publicado por última vez –segunda edición, 1998–, era una obra significativamente incompleta. Pensemos, por ejemplo, que de 1998 a la actualidad se han publicado más de 1.000 discos que contienen poemas musicalizados o cantados de Federico. Por otra parte, el libro presenta enormes carencias en lo referente a la canción de autor, ámbito importantísimo que, en gran medida, el profesor Roger desconocía y en el que se adentra solo de forma superficial”.

Así, González Lucini, que acababa de publicar un libro sobre la poesía musicada de Miguel Hernández, no pudo sustraerse mucho tiempo más al encanto del poeta de Fuentevaqueros. Desde entonces han pasado dos años de intensa dedicación, y el resultado provisional da una idea de la enorme influencia de Lorca en todos los géneros de la música contemporánea, desde la clásica al flamenco, el pop, el rock y hasta el rap. Ahora tocaba preguntarse qué podía hacerse con toda esa ingente información.

Una web soñada

“La verdad es que pensé que iba a interesar mucho en este país, que me lo iban a quitar de las manos, como quien dice. No sé, quizá el Instituto Cervantes, la Fundación García Lorca… Esta última sí puso su atención en el proyecto, parecía que íbamos a crear una web donde pudiera consultarse todo este material, y cuando estábamos a punto de cerrar el contrato, me pidieron el derecho de reproducción de las 6.000 canciones. ¡Si yo tuviera todos esos derechos no pediría ayuda, sería multimillonario!”, explica González Lucini, quien ha decidido seguir buscando ayuda para montar la soñada web lorquiana por su cuenta.

En la mente de todos están algunos de los más célebres poemas de Lorca que se han convertido en clásicos inmarchitables. Por ejemplo, según González Lucini, el éxito del Verde que te quiero verde interpretado por Manzanita dio pie a otras 200 versiones de los mismos versos a cargo de los intérpretes más diversos. Entre otros grandes de lo jondo que se han visto atraídos por Lorca, figuran desde el Camarón de La leyenda del tiempo a Pata Negra o La Barbería del Sur, pasando por el maestro Enrique Morente, que entre otras incursiones en el universo lorquiano le dedicó en 1998 su disco Lorca. En los últimos tiempos, han cantado por Lorca entre otros Mayte Martín y Miguel Poveda, que le dedicó un disco con el elocuente título Enlorquecido.    

Por su parte, cuando Leonard Cohen se anima a abordar el Pequeño vals vienés. “Se empieza a musicalizar prácticamente todo el Poeta en Nueva York, que es un libro bastante difícil de adaptar”, explica González Lucini. Precisamente esta obra dio lugar a un disco de 1986 que aglutinó a gente tan diversa como el propio Cohen, Lluis Llach, Angelo Branduardi, Víctor Manuel, David Broza, Paco y Pepe de Lucía, Chico Buarque, George Moustaki y Mikis Theodorakis, Donovan o Patxi Andión, cada uno cantando en su propio idioma.  

Curiosidades de coleccionista

“He descubierto también a los grandísimos compositores clásicos americanos, alemanes, holandeses, que han musicalizado a Federico tanto como los cantautores, desde un enfoque sinfónico o coral”, añade el estudioso, quien ha ido detectando asimismo curiosidades de coleccionista: por ejemplo, el disco editado en 1987 en Israel Federico García Lorca 50 años, en el que comparten créditos el español Paco Ibáñez, los israelíes The Dudaim y el rumano-israelí Baldi Olier, con versiones bilingües español y hebreo.

O la no menos exótica versión de Josefina Iturrarán (Йсефина Итурраран) una de aquella niñas de Rusia que en 1960 publicó un disco, recitando en ruso y cantando en castellano, basado en las Canciones populares de Federico García Lorca. O aquel grupo de Rosario (Argentina), Atilio y los Alimonados, que en fechas más recientes –2013– se atrevió con Lorca a ritmo hip hop, cumbia y blues, entre otros estilos.

Dentro de nuestras fronteras la variedad no es menor. Ahí están, entre muchísimas otras, la maravillosa versión de La tarara que Antonio Vega grabó en su disco Escapadas (2004), junto a miradas tan atrevidas como la de grupo de rock aragonés Ixo Rai!, que han musicalizado y cantado Romance de la Guardia Civil española en sus 20 grandes éxitos, sin olvidar la adaptación de los Poemas gallegos realizada por Amancio Prada y otros artistas. 

Y cómo no, también se recuerdan las versiones de grandes voces como las de Joan Manuel Serrat, José Antonio Labordeta, Jorge Drexler, Javier Ruibal, María del Mar Bonet, Carlos Cano, Martirio, Pablo Milanés, Pablo Guerrero, Mercedes Sosa, Vicente Feliú, Pedro Guerra, Silvia Pérez Cruz… Tantos que casi cabría preguntar, por acabar antes, quién no ha intentado llevarse a su garganta a Federico.

“Lorca es una marca. Cada día encuentro cosas que no conocía”, concluye González Lucini. “Solo en los últimos tiempos, hemos podido oír a cantautores jóvenes como Fernando Lobo con su Nana tonta, o Juan Luis Pineda con los Sonetos del amor oscuro. Quizá yo destacaría como una de las últimas novedades la versión del Romance de la luna, luna que acaba de grabar Balta Cano en su disco En la cuesta de la ola con Rozalén y Duende Josele. ¡Es una versión magnífica! «. Porque, como dice Lucini, «Lorca no muere, resucita en cada uno de sus poemas musicalizados y cantados”.

Publicado el 17 de agosto de 2020 – 22:09 h

“La radio musical en España es una mierda”

27 diciembre, 2020

Fuente: http://www.ctxt.es

Álex Blasco Gamero 10/08/2020

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Pionero en la introducción del rap en la cultura española, Franklin Tshimini Nsombolay (Kinshasa, RDC, 1973), más conocido como Frank T, fundó en los años noventa, una época en la que el rap era despreciado por discográficas y poco conocido por el gran público, uno de los primeros grupos de hiphop con repercusión en el panorama musical: El Club de los Poetas Violentos (CPV). 

Comenzó su carrera como rapero y productor en Torrejón de Ardoz (Madrid) y junto a Jota Mayúscula, Kamikaze, PacoKing, Supernafamacho y El Meswy, integrantes de CPV, la trayectoria musical de Frank T despegó con el álbum Madrid Zona Bruta en 1994. Primer disco de hiphop “real” grabado en España, que más tarde dio nombre al sello discográfico independiente Zona Bruta, con el que comenzaría su carrera en solitario.

Después de un lustro de éxitos, la carrera de Frank T llegó al sector de la comunicación en 1998, cuando encabezó, junto a Jota Mayúscula, el primer programa radiofónico sobre hiphop, El Rimadero. Hoy, en solitario, continúa su carrera musical y periodística en uno de los pocos programas dedicados al hiphop en España, en La cuarta parte de Radio3, a la vez que participa en actividades de concienciación antirracista. Hablamos con él de política, música e industria vía telefónica.

¿Cómo te ha afectado la pandemia? Ibas a sacar un disco…

Sí, el disco tendría que haber salido ya y no ha salido. Íbamos a grabar varios videoclips y lo único que hemos podido hacer es un videoliric grabado en casa con el móvil. Ahora íbamos a grabar otro vídeo, pero con el rebrote no puede ser. Estamos buscando cómo hacerlo de otra forma, no podemos juntar a tantas personas…

El mayor problema son los conciertos. Teníamos uno programado para febrero, que tuvimos que mover hasta cuatro veces, y que ahora está fijado para noviembre en la sala Moby Dick, en Madrid, y otro que teníamos en agosto y hemos cambiado a septiembre. Ya veremos si los podemos hacer. 

¿Internet y el abaratamiento de la técnica han ayudado a que el hiphop sea conocido en todo el mundo? ¿O solo es más sencillo llegar a más artistas?

Seguramente ha tenido mucho que ver. Curiosamente, durante la pandemia ha sido uno de los momentos en los que más música hemos recibido en La Cuarta Parte. Muchos han aprovechado para hacer canciones, y más canciones, para subirla a plataformas digitales y compartirlas. Esto ha sido beneficioso en cuanto a la creatividad, pero no en cuanto a la “productividad”. No hay dinero y lo han hecho, en gran medida, gratis. Unos por animar el espíritu, otros por estimular la creatividad y otros por entretener a la gente en una situación muy difícil. 

¿Y musicalmente ha evolucionado el hiphop gracias a estos dos factores?  

Entiendo la palabra evolución bajo el concepto de mejora y creo que lo que ha habido no es eso, es solo un cambio. Que ahora no sea una discográfica la que te fiche, te fabrique los discos y los distribuya ha facilitado que cualquiera, con un equipo en casa y un poco de dinero, pueda subir sus temas a Spotify y que sea el público el que decida. Esto tiene una parte buena, hay mucha gente que lo puede hacer de forma independiente, y una mala, hay una cantidad tan grande de material que hace que se difuminen muchos artistas. Al final, más allá de la calidad, dependen de compañías o del gusto puntual de la masa para tener un mayor cartel. No es tan diferente cómo un artista, que puede ser incluso independiente, consigue el éxito ahora a cómo lo conseguía antes. Antes era con un vinilo, una compañía ponía pasta y te ponía en el número uno. Ahora comienza por una demanda popular, que luego apoya una compañía que se fija en un artista para invertir cuando este llega a equis visualizaciones. Existe un poco más de democratización en la música, pero no creo que sea realmente mejor esta situación a la de antes.

La autoproducción musical de los grupos, como SFDK, Natos y Waor o Tribade, es lo habitual últimamente. ¿Es esto un valor o un déficit industrial de compañías que apoyen y financien?

Centrándome solo en el hiphop español, que grupos, como puede ser mi caso o el de SFDK o Toteking, hayan grabado discos con compañías no les hace ser más comerciales que aquellos que graban de forma independiente. Nosotros trabajamos con compañías muy pequeñas, que invertían lo que podían en ponernos en las tiendas. Y es cierto que no poníamos el dinero, pero los independientes tienen la ventaja de que al hacer ellos todo también reciben todo el beneficio. Ayax y Prok, por ejemplo, no tienen que repartir los beneficios con una compañía. 

La industria musical ya no está como antes, han cerrado muchas compañías. Las que quedan fichan a artistas que ya funcionan, no se arriesgan

En su caso, y en el de otros muchos grupos, las discográficas no apuestan, porque ellos no quieren, no lo necesitan. De hecho, cometerían un error si firmaran un contrato con una compañía después de lo que han conseguido por sí solos. Además, la industria musical ya no está como antes, han cerrado muchas compañías. Las que quedan fichan a artistas que ya funcionan, no se arriesgan. Zona Bruta y otros sellos de distintos géneros apostaban por grupos. Eso ahora no lo hace nadie. Ahora lo que hacen es “ese tiene dos millones de reproducciones, vamos a ver”. Buscan gente, no con una carrera hecha, pero con los que no existe ningún riesgo. Ayax y Prok, Rels B o Natos y Waor para qué van a fichar por una compañía.

Afrika Bambaataa habla del conocimiento como el elemento más importante del hiphop, de la necesidad de concienciar acerca de lo que nos rodea para formar parte del movimiento. Tu último tema, No me gusta sudar si voy con ropa de vestir, define esto a la perfección, es una radiografía social. Sin embargo, en redes sociales se habla del rap como un género musical que no debe ser ideologizado. ¿Tiene el hiphop ideología?

Solo hay que fijarse en los valores que han tenido siempre los raperos, con qué coincide y con qué no. Por ejemplo, en el año 94, CPV no íbamos diciendo que éramos de izquierdas o que éramos comunistas, pero había organizaciones de izquierdas y comunistas que nos llamaban para sus eventos porque lo que decíamos coincidía con sus valores. En privado sí lo decíamos, pero en nuestra música no. Sí hablábamos en contra de los fascistas. Igual pasa con otros grupos, como Doble V o SFDK, que no te hablan directamente de política, pero sí tienen valores claramente más vinculados con la izquierda que con la derecha. Cuando se habla de la inmigración… ¿en el rap vamos a hacer canciones diciendo que primero se hagan los papeles? Cuando se habla de nacionalidades… ¿vamos a priorizar de dónde es cada cantante? Hay valores de la derecha que pueden ser legítimos, pero que no coinciden con los valores de calle, de la gente pobre que ha salido de ciertos barrios. Y no estoy diciendo que por ser rico no puedas escuchar rap. Debe ser un género que pueda escuchar todo el mundo. Pero sí que tiene unos valores de base. Este es un género en el que los artistas tienen más fácil expresar sus ideas. Pablo Hasél, Los Chikos del Maíz o Tribade, que se consideran “raperos protesta o consciente”, ven este género como un medio. Lo primero es el mensaje porque hay una relación evidente de valores. El rap es totalmente libre, tiene un punto anárquico y el rollo conservador de la derecha no tiene relación con esto. 

Justo con Los Chikos del Maíz y otros sacaste en 2018 Los borbones son unos ladrones. “Avergüéncense por dar cabida en leyes falsedad y fulminar con el castigo del encierro la verdad” es una de tus barras, de tus líneas, y quizá la que más representa al periodismo hoy. ¿Por qué esto que os fue tan ‘fácil’ de decir ha tardado tanto tiempo en hacerlo el periodismo? 

El periodismo más activista sí nos dio un espacio para promocionar la canción. ¿Los medios grandes? Casi no me fijo ya en ellos. Puedes seguir a ciertos periodistas que trabajen en esos medios, pero de las entidades no te puedes fiar del todo. Todos los que estamos en esa canción, y muchos otros, llevábamos hablando de ese tema y otros, como el racismo o el machismo, desde años antes. Para mí, esto no es nuevo, forma parte de mis valores y sí me parece injusto que haya artistas censurados, y no solo raperos. Si por decir, como Valtònyc, que los reyes son unos ladrones hay gente exiliada o en una mala posición y mientras tanto el rey sigue con las suyas, hay que decirlo.

Uno de los temas que tocas en tu último tema es el “no es no”. En general se ha vinculado al rapero con el estereotipo de hombre machista dominante. ¿Hay un cambio en el género? ¿O un cambio social reflejado en el rap?

En España, por suerte, no hemos sido tan machistas en nuestro lenguaje como han podido ser en Estados Unidos. Sí hemos tenido ese rollo de macho alfa, pero no haciendo de menos a la mujer de una forma tan directa. Aún así ha habido un cambio. Hubo una generación reciente que se ha atrevido a ser un poco más irrespetuosos con las mujeres. Pero la nueva ola de feminismo ha hecho pensar a muchos raperos sobre qué no tenían que haber dicho. Juancho Marqués confesó que tiene letras con una connotación machista, de las que ha renegado y que no volverá a interpretar en directo. Toteking, lo mismo. Y ninguno de ellos llega al nivel de los raperos americanos. En España estamos en un mejor camino. Y a esto se une un momento de crecimiento de raperas como Tribade, Lil Rusia o IRA, que reivindican el peso de las mujeres en el rap. Algo que ya en su día, quizá de otra forma más indirecta, comenzaron Mala Rodríguez o Arianna Puello. 

La nueva ola de feminismo ha hecho pensar a muchos raperos sobre qué no tenían que haber dicho

Dicho esto, igual que hay raperos que toman la decisión de no decir cosas machistas, creo que no hay que caer en la censura. Esa es el arma de los totalitarios y conservadores y nosotros no somos nada de eso. La lucha está en demostrar que estás allí y luchar con tus medios, no censurando. 

“Hiphop es anticuado, ahora es música urbana” es otra barra de esta canción. El pasado junio los Grammy modificaron el nombre de una de sus categorías, “Mejor álbum urbano contemporáneo” a “Mejor álbum de R&B progresivo”, debido a las críticas por su concepción racista. ¿Arregla algo o es solo un cambio de nombre? ¿O el problema radica en cómo esta institución ha dividido el premio, o a los premiados, por música pop/blanca y música urbana/negra?

Estamos un grupo trabajando en hacer un acto acerca de la idea de que el término ‘música urbana’ puede no ser el término correcto para definir la música negra, que al final es de lo que estamos hablando. Toda la música negra, cada estilo, ya tenía su denominación. Esto fue un blanqueamiento que se hizo para poder llegar a más público. Con el paso del tiempo, además, se ha utilizado de una forma negativa para ocultar cada uno de los géneros y quitar posibilidades a artistas que hacen música pop, pero que, por ser negros, les van a meter en música urbana. También pasa con el reguetón. En los Grammys latinos se premió a artistas de reguetón en la categoría de música urbana. Se les mezcló con artistas con los que no tenían nada que ver. Ese mejunje, que es de lo que viene el término música urbana, ha hecho que géneros clásicos y nuevos ya no lo sean y que todos sean lo mismo.

Aquí, en España, se ha utilizado este término para que un artista como Don Patricio haga un disco con una canción de rap, otra de reguetón y otra de dembow y, a la hora de etiquetarlo, nadie diga que es rapero o es reguetonero. Es música urbana. Cuando a lo mejor lo que hace es pop, pop actual. 

En abril, el grupo PRISA reformula la emisora Ke buena como Los40 Urban. A pesar de que, como dicen en su web, “este nuevo concepto fue usado para marginar y designar de forma despectiva a la comunidad de artistas afroamericanos/as”.

Primero hay que convencer de esto a los artistas y que ellos convenzan a la compañía discográfica. “Yo hago una canción de dembow y es dembow. Y si hago una canción de rap con reguetón es eso”. Si eres el clásico artista nuevo de música negra del siglo XXI, o sea de R&B o soul digital, y no quieres etiquetarte y que los más ortodoxos te critiquen, como ha podido ocurrir en el rap, no uses el término música urbana, no uses una etiqueta que discrimina. 

Hace poco en una entrevista Yung Beef dijo algo que me encantó. Hizo una declaración sobre la apropiación cultural, por la que tanto se ha señalado a Rosalía, y dijo que él era blanco y hacía música de negros. Y es así, si haces rap, R&B o soul, haces música negra. Eso es lo que hay que respetar, eso ya tiene su nombre. Don Patricio hace música negra caribeña moderna y ya está.

Llama la atención en el comunicado de Los40urban que la palabra rap no aparece. Nombran el soul, el R&B, el reguetón, el dance hall, el mombathón, la bachata, el dembow, el trap y algo que llaman Latin dance y Old School, pero no el rap. Este está integrado en el concepto música hiphop, separándolo claramente del trap. ¿Tan poco se conoce esta cultura después de tantos años en España? ¿O puede que no sea por desconocimiento?

Los 40 principales y el hiphop se han llevado bien muy pocas veces. El único que mejoró con esto un tiempo fue Toni Aguilar, hasta que la cadena decidió que se olvidara. [No mencionar el rap] es una manera de diferenciar que en ese programa, o emisora, no van a poner una canción de Ayax y Prok o SFDK, pero sí una de Bejo, por lo menos las que no suenen tan a boombap. Es una manera de marcar, de decir no vamos a poner cosas “radicales”, solo cosas más descafeinadas, más bailables. 

Entiendo el término trap bajo la perspectiva de producción musical, más que de la idea, ya que esta es temporal y al final se reduce al gangsta rap

Con el trap la culpa la tiene el “paletismo” de aquí. Entiendo el término trap bajo la perspectiva de producción musical, más que de la idea, ya que esta es temporal y al final se reduce al gangsta rap. En EE.UU. esta diferencia no existe, la diferencia está entre el mumble rap y el rap, en la manera de cómo lo rapeas. Es decir, un ritmo de trap lo puede rapear cualquiera. Eminem se mete con muchos mumblers rapers, incluido Drake. Y, sin embargo, él tiene temas con base de trap, pero no hace mumble rap. Aquí lo más similar a un mumbler raper sería Cecilio G o Yung Beef, pero aquí ese término no se usa y se usa trapero. 

La justificación para renovar este medio es la de “atender las demandas de público joven (generación Z y millenial), tanto femenino como masculino, hiperconectados a las redes sociales y con un fuerte arraigo a las últimas tendencias”. Sin embargo, programas sobre hiphop en medios tradicionales se pueden contar con una mano. ¿Se han quedado los medios anticuados?

La radio musical en España es una mierda. Quitando Radio3 y dos cosas más, no hay nada. Es más, el problema que tiene Radio3 es que no tiene competencia. No hay emisoras que pongan buena música de todos los géneros, para eso te tienes que ir a internet. La radio musical en España es un desastre. Cuando Eminem, que es número uno en todo el mundo, sacó sus primeros discos, aquí no vendía y no se sabía nada de él. La única promoción que se hizo fue enviar un par de copias a El Rimadero, cuando yo hacía el programa con Jota Mayúscula. Entonces algunas discográficas, no sé si fue Universal, se preguntaron qué estaba pasando en España, buscaron el programa con más audiencia, pusieron pasta y nos encontramos con Maria Teresa Campos hablando de Eminem. Algo que nosotros llevábamos haciendo un tiempo en Radio3. Eso es una muestra de lo mal que funciona el periodismo musical.

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MÚSICAS URBANITAS (I): Afrika Bambaataa y el Hip-hop como instrumento pacificador.

AUTOR >

Álex Blasco Gamero

El abrazo

26 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • En esa multitud que es ahora más virtual que física hay muchos puntos de vista. La mayoría ofrecen un panorama mejor del que parece a primera vista

María Ramírez

15 de mayo de 2020 22:18h 

@mariaramirezNY

Cuando el Museo Reina Sofía cedió el cuadro El abrazo  al Congreso, Juan Genovés dio una entrevista al canal del Parlamento. Su humildad y su tono tranquilo al hablar de su obra o de la represión franquista, sin apenas adjetivos, llama la atención especialmente estos días de bronca e irresponsabilidad. 

«Yo les recomendaría a los diputados que cuando más intrincados estén, que cambien el punto de vista… que miren la vida desde otro punto de vista, que quizá se sorprenderán de ver nuevas cosas», decía Genovés aquel diciembre de 2016, con un Parlamento ya fragmentado y anticipo de lo que venía. Le parecía un «ejercicio interesantísimo para la política». 

Un ejercicio que ahora parece un sueño incluso con decenas miles de muertos a las espaldas y cuando se juegan decenas de miles más en los próximos meses. 

Genovés fue detenido por pintar ese cuadro, utilizado en versión cartel para pedir la amnistía de los presos políticos en 1976. Pero ni el hambre que sufrió en la Guerra Civil ni la represión de la dictadura le quitaron las ganas de seguir diciendo que su abrazo era sobre todo un homenaje a la reconciliación de los españoles. Sin el rencor más que justificado que podía haber sentido después de tantos años sin libertad. 

La inspiración de personas así tal vez sea lo que nos salve. Hoy tenía pocas ganas de escribir esta columna, desganada como la mayoría silenciosa por el espectáculo diario de la ignorancia peligrosa. Se pierde un poco de confianza en el futuro al ver a unos pocos gritones disfrazados con banderas poniendo en peligro a sus vecinos y a los vecinos de sus vecinos. Al leer a políticos dando lecciones sobre qué países lo han hecho bien en esta tragedia sin considerar ni un segundo por qué España no se parece en nada a una isla remota o hablando de tests sin la prudencia que leo en cambio en las voces más expertas en epidemias y coronavirus. Se pierde un poco de fe en los demás al escuchar a tantos hablar en segunda persona del plural: siempre que me insultan así en Twitter («sois», «estáis»), mi primer instinto es pensar inocentemente «¿quiénes somos? ¿quiénes estamos?»

Pero a menudo, como decía Genovés, basta cambiar el punto de vista. Mirar hacia otro lado y encontrar tantos ejemplos de personas inspiradoras, informadas, luchadoras. Por supuesto, las personas en los servicios que nos están salvando la vida. Pero también muchas otras en la multitud de la vida cotidiana. A menudo basta alguien que no conoces para hacerte sonreír con algún gesto pequeño pero crucial, como la bibliotecaria que dona su tiempo para animar a las personas solas o los neoyorquinos que llaman a un programa de radio para imitar a su pájaro favorito ahora que se oyen mejor en la ciudad más callada. 

A mí me ha animado escuchar a Genovés contar los detalles de cómo hizo el cuadro –por ejemplo, cómo incorporó una mujer, algo que llamaba la atención en los 70 en España y que resolvió con una figura que «abrazara el futuro»– o cómo adaptó el cuadro a la escultura que hizo en Madrid para los abogados de Atocha.

«En las multitudes trato de buscar el punto de vista diferente», contaba Genovés. 

En la multitud, ésa que es ahora más virtual que física, hay muchos puntos de vista. La mayoría ofrecen un panorama mejor del que parece a primera vista. 

Publicado el 15 de mayo de 2020 – 22:18 h

Los más de 70 elementos de la tabla periódica de un iPhone: analizamos el compromiso de Apple de ser neutra en carbono

25 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • Algunas organizaciones advierten que es complicado que una empresa que vende más de 200 millones de móviles pueda prometer productos de impacto cero sin cambiar su modelo de negocio

Laura Rodríguez

31 de julio de 2020 22:19 h 

Apple se apunta a la ola reciente de declaraciones ambientales de las grandes corporaciones. En un informe que publicó el 21 de julio, la compañía tecnológica más grande del mundo se compromete a ser neutra en emisiones en 2030 y proclama importantes medidas para reducir su huella ambiental, como un futuro sin minería.

Se trata de una promesa muy sustancial. Al contrario que Microsoft y Amazon, ambas también con planes de emisiones cero para el futuro presentados este año, Apple no solo ofrece servicios sino que manufactura sus propios productos electrónicos, una actividad que necesita mucha más energía y requiere de múltiples materias primas. De hecho, como señala la propia compañía en su informe, el 76 % de las emisiones de Apple (25,1 millones de toneladas métricas en 2019) se producen durante la fabricación. Pero, por eso mismo, sus planes parecen más difíciles de cumplir.  

Según advierten algunas organizaciones, es complicado que una empresa que vende más de 200 millones de iPhone y 40 millones de tabletas al año pueda prometer productos de impacto cero sin cambiar su modelo de negocio. A pesar de los esfuerzos que se publican en el informe de usar energías renovables (desde 2015, Apple ha reducido un 35 % sus emisiones), de mejorar la eficiencia del uso sus aparatos (de media, sus aparatos usan un 73 % menos de energía) y de invertir en proyectos de conservación de sabanas o manglares para compensar sus emisiones (una manera controvertida en la que supuestamente el CO2 que se emite lo absorberán los bosques o ecosistemas que se protegen), es difícil que la producción pueda considerarse sostenible si continúa creciendo.

Además, Apple se enfrenta a las acusaciones de las asociaciones de reparaciones, que desde hace años reclaman a la compañía que facilite los recambios de sus piezas para reducir el consumo, y de la Unión Europea, que ha intentado en vano que la compañía adopte cargadores universales para reducir los residuos electrónicos.

«El modelo circular que sugiere Apple [de uso de energía renovable y materiales reciclados] implicaría un paso hacia un modelo de servicio», explica Andrew Bloodworth, director científico de Minerales y Residuos del Instituto Geológico Británico (British Geographical Survey en inglés). «Es lo que han empezado a hacer algunas compañías como Rolls-Royce, que ya no vende el motor del avión sino las horas en funcionamiento de ese motor. En una economía circular, el beneficio no se generaría vendiendo el teléfono sino ofreciendo servicios como música o almacenamiento, que es al final lo que quiere la mayoría», añade.

En el informe, sin embargo, el modelo de negocio de Apple no se menciona. Y algunas de las medidas que se proclaman como soluciones, a pesar de sus buenas intenciones, todavía resultan inviables con la tecnología que tenemos. La cuestión es si las promesas, entonces, no serán simples palabras que suenan bien.

Minería cero

Desde hace tres años, Apple viene asegurando un futuro de minería cero. En sus planes, avanza que sus aparatos incluirán cada vez más materiales reciclados hasta que no necesiten nuevas materias primas. En algunos casos, los pasos son prometedores. Desde 2006, Apple ha empezado a usar aluminio reciclado en algunos de sus productos, lo que supone un ahorro energético muy importante ya que se trata de un material que genera grandes emisiones cuando se extrae del mineral. Pero, según los expertos, la idea de teléfonos y ordenadores fabricados 100 % con materias recicladas se trata de una visión más cercana a una aspiración ya que a corto plazo no es posible de conseguir.

Daisy y Dave, los nuevos robots de reciclaje que Apple ha presentado en 2018 y 2020, son dos enormes artilugios de brazos articulados capaces de desmontar hasta 200 iPhone por hora. En el caso de Dave, la máquina de última generación, puede desarmar una de las piezas clave de los teléfonos, el Taptic Engine, uno de los componentes que permiten las respuestas táctiles de estos teléfonos y que contiene algunos de los elementos raros que son más difíciles de recuperar. Preguntada por la cantidad de aparatos que estos enormes robots han desmontado, la empresa no lo precisa.

Apple incluye en su informe que hasta el 100 % de los elementos raros del Taptic Engine en algunos de sus productos (el iPhone 11, iPhone 11 Pro y iPhone 11 Pro Max) provienen de materiales reciclado . Sin embargo, para Antoni Dorado, investigador del Departamento de Ingeniería Minera, Industrial y TIC de la Universidad Politécnica de Cataluña, aunque es algo que suena muy atractivo, hoy en día la idea de reciclar todos los metales de los aparatos electrónicos está muy lejos de cumplirse.

«Los aparatos electrónicos son un residuo muy complejo porque en cada modelo, incluso de la misma compañía, la composición de los metales varía muchísimo y, por lo tanto, no puede usarse un mismo sistema de recuperación», explica por teléfono. «Si a eso le unes que los metales están todos mezclados y algunos se encuentran en cantidades muy pequeñas podemos ver que la complejidad es muy grande».

El iPhone, por ejemplo, incluye más de 70 elementos de la tabla periódica, según han señalado algunos científicos (más de la mitad de todos los elementos conocidos) y cada año presenta alguna innovación que es muy probable que cambie su diseño interno. «Reciclar al final es separar cada elemento uno a uno», concluye Dorado. «Y con los aparatos electrónicos, esto es un reto enorme».

Pero, además, el reciclaje de los aparatos se enfrenta a un problema que, aún siendo posible de resolver, encuentra grandes obstáculos: los teléfonos y los ordenadores deben devolverse cuando dejen de usarse para que se puedan reciclar.  En sus planes, Apple nos explica en un email que contempla este desafío con un programa de incentivos en algunos países donde ofrece dinero por devolver tu iPhone. Sin embargo, los estímulos de momento no son suficientes. «Por ahora, tanto en Europa como en el resto del mundo, muchas personas siguen apilando sus teléfonos y aparatos electrónicos en un cajón en el armario», dice Bloodworth, «para tener un buen sistema de reciclaje necesitas que estos productos se devuelvan y lleguen a un mismo lugar».

Dificultades para reparar

Nathan Proctor, director de la campaña de derecho a reparar del Grupo de Investigación de Interés Público de Estados Unidos (U.S. PIRG), lleva mucho tiempo reclamando a Apple que facilite la reparación de sus productos. Para su asociación, como para muchas otras que luchan por este derecho, Apple es una de las compañías tecnológicas que ha puesto mayores obstáculos en este sentido. El diseño de sus aparatos que se componen de grandes piezas soldadas o pegadas difíciles de abrir, la exclusividad de sus componentes (incluso los tornillos son específicos) y el control que mantienen sobre quiénes pueden arreglar sus productos suponen un impedimento para que los aparatos electrónicos se usen el máximo tiempo posible.

«Apple se merece reconocimiento por prometer un cambio drástico hacia la energía renovable y los productos más sostenibles», explica Proctor, «Pero para conseguir esos objetivos, necesita cuestionarse su enfoque sobre las reparaciones. Hoy en día, es una de las compañías que más se opone a las legislaciones que promueven el ‘derecho a reparar’, y la idea de reparar y reusar está fuera del informe que ha presentado. Esto necesitaría cambiar».

Para Ugo Vallauri, fundador de la asociación Restart Proyect, Apple promueve además reemplazar los productos en vez de arreglarlos al tener unos precios tan elevados por sus piezas sueltas. Según la página Web, un arreglo de un iPhone XS está en 591 euros y de un iPhone11 en 431 euros. «Excepto para el recambio de batería y pantalla, tienes que pagar más de la mitad de lo que cuesta un aparato nuevo. Lo cual es extremadamente problemático», explica desde Londres.

Apple insiste, sin embargo, en que con sus innovaciones será capaz de vender productos sostenibles que no tendrán ningún impacto ambiental. No porque reducirá la actividad que genera sus mayores emisiones y uso de recursos, la fabricación de los aparatos, sino a través de una tecnología futura que todavía no existe y que, según los expertos, tardará tiempo en desarrollarse. Los datos, en cambio, advierten que las soluciones para ahora pasan por usar más tiempo los iPhone y los iPad. «En un estudio que publicamos este año, encontramos que si los estadounidenses mantuviéramos un año más nuestros teléfonos móviles equivaldría a quitar 636.000 coches de la carretera», dice Proctor. Por el momento, esta opción todavía no aparece en el informe ambiental.

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Publicado el 31 de julio de 2020 – 22:19 h

A por el rescate del guincho, una especie en peligro de extinción en Canarias

24 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • Los datos del censo realizado en 2018 revelan que en las Islas sobreviven siete parejas de águilas pescadoras, observadas entre Tenerife, La Gomera y algunos islotes del norte de Lanzarote

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria — 1 de agosto de 2020 21:43h 

@SilviAlamoo

El pasado mes de junio el Consejo de Gobierno de Canarias aprobó el decreto a través del cual se modificó la categoría del guincho (Pandion haliaetus) -también conocido como águila pescadora- dentro del Catálogo Canario de Especies Protegidas a especie en peligro de extinción. Hasta ese momento se catalogaba como vulnerable pero en la última década la población de esa ave se ha visto reducida hasta un 50 % en todo el Archipiélago. En la actualidad, según los datos de un estudio realizado en 2018, hay registradas siete parejas territoriales, observadas entre Tenerife, La Gomera y algunos islotes del norte de Lanzarote, y cuatro o cinco individuos solitarios también detectados en esas islas. No obstante, y a pesar de que en Fuerteventura, Gran Canaria y La Palma la especie dejó de criar hace más de 35 años, son “relativamente frecuentes las observaciones de individuos en determinados meses del año”, destaca el informe. 

Una de las personas que más ha estudiado la trayectoria del guincho en Canarias es Manuel Siverio, quien explica que no se conocen las causas exactas por las que la especie ha ido en decadencia en los últimos años, no se han estudiado. Si bien es cierto que puede que haya una “incidencia alta” con tendidos eléctricos ya que después de la época de cría se dispersan y se desplazan por todo el territorio, tanto por mar como por tierra. Otro peligro para la especie puede estar en los parques eólicos, aunque el experto deja claro que no existe una relación directa, cuenta que en 2012 se vio a un águila pescadora volando entre aerogeneradores en el sureste de Gran Canaria hasta que impactó de lleno contra las aspas de uno de los grandes molinos. “Lo mató al momento”, lamenta. Como sí ocurre con otro tipo de aves, no cree que los animales asilvestrados sean un gran peligro para ellos, entre otros motivos porque no es habitual verlos en los lugares donde los guinchos hacen sus nidos. 

Otro de los factores que ha propiciado la merma de la especie es la molestia en las zonas de cría producidas por embarcaciones de recreo, turísticas y motos acuáticas, así como la pesca desde la orilla en enclaves próximos a los nidos. Siverio cree que se deberían tomar medidas, especialmente en las áreas de cría, “no nos vamos a poner en contra del turismo pero si en lugar de ir junto a la costa se retiran 200 metros, no molestaría a las aves”.  

Al bajo número de ejemplares, se une la alta tasa de mortalidad de los más jóvenes, algo que para Siverio es “normal en todas las especies”. Afirma que según estudios mundiales la mortalidad el primer año en cualquier ave está valuada al 50 %. “Nosotros llevamos anillando pollos desde 2005 y 2006 y no hemos visto ninguno de esos ya adultos criando en un nido. Los hemos visto en alguna isla pero no criando”. 

Los guinchos se comenzaron a censar en Canarias en la década de los 80 con los primeros registros oficiales en 1983 y 1984 y contabilizándose entre 12 y 14 parejas. En los 90 se hicieron pocos censos, recuerda Siverio. Llegó el siglo XXI y, en 2008, se detectaron 14 parejas en las islas de Tenerife, La Gomera, El Hierro, Lanzarote y algunos islotes del Archipiélago Chinijo. 

En otras islas, como Gran Canaria, se estima que desapareció desde la década de los 70 aunque aún se conservan algunos nidos. Siverio cuenta que en la reserva natural especial de Guguy y en la costa de Tasartico, en La Aldea de San Nicolás, se puede observar material de nidos. De hecho, señala que en la toponimia una de las puntas de la playa del barrio aldeano se le conoce como Punta de la Baja del Guincho ya que era muy habitual ver a las aves sobrevolando la zona. 

El experto apunta que las zonas donde es habitual ver a los guinchos tienen unas características muy similares: cerca del mar, acantiladas y orientadas al suroeste. Se da el caso de que en Tenerife se encuentra en la zona del Parque Rural de Teno, en La Gomera pueden verse principalmente entre Alajeró y Valle Gran Rey y, en Gran Canaria, habitaban la zona que va desde Mogán hasta La Aldea de San Nicolás. “Son zonas despobladas y con muchos acantilados, donde el mar queda a resguardo de los vientos alisios y suele estar en condiciones óptimas para pescar”, detalla. Si bien, aclara que estas aves no construyen los nidos a grandes alturas, suelen encontrarse a 50 metros sobre el nivel del mar. 

Los guinchos se alimentan fundamentalmente de especies marinas. En el Archipiélago se ha documentado que las familias de los peces voladores y aguja representan entre el 82 y 84 % de su dieta. 

Sobre si es posible salvar al águila pescadora en Canarias la respuesta es clara: “Es difícil, pero sí, lo que hace falta es protección”. La aprobación del decreto que cataloga al guincho como especie en peligro de extinción implica la adopción, en un máximo de tres años, de un plan de recuperación de la especie. Según la información dictada por el Gobierno de Canarias el día de la celebración del Consejo, en las áreas críticas y de potencial reintroducción o expansión de estos taxones o poblaciones, se fijarán medidas de conservación e instrumentos de gestión específicos para estas áreas o integrados en otros planes que eviten las afecciones negativas para las especies que hayan motivado la designación de las zonas. 

El experto cuenta que en la Península -en la comunidad de Andalucía- se ha hecho una reintroducción de la especie. En el Mediterráneo está presente en Baleares, la isla de Córcega, al norte de África y en el entorno de la Macaronesia la especie sigue viva en Cabo Verde, donde lo llaman por el mismo nombre que en Canarias, guincho. “El nombre de guincho llegó aquí por los portugueses y creo que se ha perdido mucho más en Portugal que en las Islas, en el resto de lugares donde se encuentra se conoce como águila pescadora”, sentencia.

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Publicado el 1 de agosto de 2020 – 21:43 h

Octavia E. Butler, la escritora negra que rompió el techo de cristal de la ciencia ficción

23 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • Conocida como ‘la gran dama de la ciencia ficción’, Butler irrumpió desde sus orígenes humildes en un mundo dominado por hombres blancos y reformuló las prioridades del género.

Matías de Diego 10 de agosto de 2020 21:58 h 

@matdediego

«Nena… Los negros no pueden ser escritores»

Octavia tenía 13 años cuando su tía le dijo que los negros no podía ser escritores. Ella quería dedicarse a crear historias como las que había leído en las revistas de ciencia ficción de los años 50. AmazingFantasy and Science Fiction Galaxy. Incluso antes de escribirlas, soñaba con ver su nombre impreso en las páginas de una de esas revistas. Pero, ¿y si su tía tenía razón?, ¿y si los negros no podían ser escritores?

«En mis 13 años de vida no había leído ni una sola palabra impresa que, por lo que yo supiera, hubiera sido escrita por una persona negra», recuerda Octavia E. Butler en ‘Obsesión positiva’, uno de los ensayos que componen la colección Hija de la sangre y otros relatos editada por consonni. Recopilando siete relatos y dos ensayos inéditos en castellano, la editorial presenta con esta obra todas las obsesiones de la escritora: el papel de la mujer negra, los traumas de colonialismo, las violaciones, la esclavitud en EEUU, la destrucción del medio ambiente, las relaciones entre especies o la lucha de las parejas interraciales.

Nacida en Pasadena (California, EEUU) en 1947, la vocación literaria de Butler se fraguó gracias a los libros que su madre rescataba de las casas que limpiaba. «Creía fervientemente en el valor de los libros y la educación. Quería que yo tuviera lo que a ella le habían negado. No sabía qué libros me podrían servir, así que todo lo que encontraba en la basura me lo traía». Ella los acumulaba en estanterías de segunda mano. No importaba que tuvieran las páginas amarillentas o pintarrajeadas, que faltaran las tapas o que estuvieran manchados. Los devoraba uno tras otro.

«Octavia fue una mujer que se abrió camino desde sus orígenes humildes, trabajando en fábricas y en almacenes», explica Mary Fanagan por correo electrónico a elDiario.es. Mientras encadenaba esos trabajos temporales, no dejó de acumular notas de rechazo de editoriales y revistas. «¿Por qué iba nadie a prestar atención a lo que tenía que decir? […] Por mucho que me gustara la ciencia ficción y la fantasía, ¿qué estaba haciendo?», cuenta que se preguntaba entonces.

Su «obsesión positiva» fue lo que la empujó a seguir escribiendo. «Su talento y determinación eran extremos. No paró hasta convertirse en una estrella, irrumpiendo en un mundo dominado por hombres blancos», asegura Flanagan, escritora y profesora de la Universidad de Dartmouth (Ney Hampshire, EEUU). Incluso antes de saber cómo se utilizaba una máquina de escribir, ya se imaginaba vendiendo sus historias a las grandes revistas del género. Y a pesar de sus dudas sobre su vocación y del dominio de los hombres blancos en la ciencia ficción, no pararía hasta conseguirlo.

Octavia E. Butler vendió sus dos primeros relatos cuando tenía 23 años. Solo ‘Al otro lado’ llegó a publicarse. Entonces pensó que su carrera como escritora ya estaba encarrilada. Llevaba escribiendo cuentos desde los 12 años y pensaba que vender uno de sus textos serviría para dejar atrás sus «trabajos sucios y mal pagados». «Pero me quedaban otros cinco años de notas de rechazo y de horribles trabajos antes de vender una sola palabra más», recuerda en el epílogo que acompaña a ‘Al otro lado’ en Hija de sangre y otros relatos.

Patternmaster, su primera novela, se publicó en 1976. Después llegarían Parentesco (1979) o la trilogía Xenogénesis (1987-1989), obras con las que cuestionó los cánones de la ciencia ficción y se enfrentó a la prevalencia de los hombres blancos. La ficción especulativa de Butler trata temas generalmente considerados tabú, como las violaciones y las relaciones sexuales entre especies, y nos habla de la diáspora africana, del colonialismo, de la esclavitud y de cómo era ser una escritora negra.

En su obra hay hombres que tienen que quedarse embarazados, relatos de madurez, historias de exilio, traición o incesto, ecos de relatos bíblicos y viajes en el tiempo. Aunque su mayor innovación fue «utilizar la raza y la diferencia como una lente con la que explorar las relaciones de poder» y especificar la raza de casi todos sus personajes, incluyendo los blancos, para «acabar con la suposición de que tenían que ser blancos a menos que se indicara lo contrario», explica Catherine Ramírez, profesora de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad de California en Santa Cruz (EEUU), en un entrevista por correo con este periódico.

Silvia Pilar Castro Borrego, doctora en filología inglesa y profesora de la Universidad de Málaga, la define como «una de las autoras más revolucionarias de la década de los ochenta» y como «una clara representante del renacimiento de las escritoras afroamericanas». «Dotó a la ciencia ficción de argumentos que exploraban la raza y la sexualidad desde la perspectiva de la diferencia, tal y como ella experimentaba esa diferencia en la sociedad estadounidense».

A pesar de la revolución que supuso para el género de la ciencia ficción y de toda su obra -con la que ha ganado los premios Hugo, Locus y Nébula, el premio de PEN America a toda su trayectoria literaria y el título Genius de la MacArthur Foudation-, apenas se han traducido un puñado de sus libros en España, muchos de ellos ya descatalogados. La editorial Mai Més ha rescatado el primer volumen de la saga Xenogénesis y Capitán Swing hizo lo mismo en el año 2018 con Parentesco, su obra cumbre. «La traducción es fundamental. Necesitamos conocerla más», reivindica Castro Borrego en entrevista por email con elDiario.es.

«Me sorprende que todavía haya algunas personas, incluso fanáticos de la ciencia ficción y de la fantasía que nunca han oído hablar de ella», asegura Flanagan, que cree que el hecho de ser una escritora negra ha sido determinante para ser «injustamente pasada por alto» y para que no se le diera «el reconocimiento profesional que merece». Para ella, «la obra de Octavia debería ser de lectura obligatoria para entender nuestra época».

Ramírez recuerda que leer a Butler, y su forma de tratar la raza, cambió su concepción del resto de obras del género. «Octavia decía que La Guerra de las Galaxias de George Lucas, la película del año 77, mostraba todo tipo de extraterrestres, pero un solo tipo de humanos: los blancos. Después de leer eso, nunca volví a ver igual la película».

«Nena… Los negros no pueden ser escritores», le dijo su tía cuando tenía 13 años. Pero ella siguió leyendo libros de segunda mano, absorbiéndolo todo y escribiendo historias en una vieja máquina Remington que le habían comprado su madre cuando tenía 10 años. Siguió escribiendo y siguió soñando hasta convertirse en ‘la gran dama de la ciencia ficción’.

Publicado el 10 de agosto de 2020 – 21:58 h

Toros, gallos y perros: víctimas diferentes, la misma violencia

22 diciembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • Hablamos con expertas en Psicología, Veterinaria, Derecho y Comunicación sobre los elementos comunes en estos tipos de violencia

Lucía Arana@LuciaArana

4 de agosto de 2020 22:34h 

Hace algunas semanas, el programa de televisión Sálvame lanzaba en exclusiva unas imágenes de tres famosos toreros españoles, Juan José Padilla, Morante de la Puebla y Alberto López Simón, pillados participando, de forma muy activa, en una pelea ilegal de gallos en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz.

Las imágenes, tomadas entre el 20 y el 21 de junio, en estado de alarma por pandemia de coronavirus, no dejan lugar a dudas. En ellas se reconoce perfectamente a los toreros entre el público asistente, todos ellos sin mascarillas y sin respetar la distancia social. En algún fotograma podemos ver incluso cómo Padilla y Morante bajan al palenque a, presuntamente, colocar sus gallos en el centro del recinto para la pelea.

Las redes han mostrado claramente su repulsa y desde el mundo taurino se han dado reacciones opuestas: los que se han apresurado a sacar pecho defendiendo las peleas de gallos como parte de su esencia (Padilla y Morante) y los que, abochornados, tratan de poner distancia entre ambas actividades (casi todos los demás).

Por una vez, estamos de acuerdo con los protagonistas de esta historia y creemos que ambas prácticas son más de lo mismo, pero hemos querido consultar a expertas en psicología, veterinaria, derecho y comunicación para que nos den sus puntos de vista al respecto.

La neutralización, una técnica que justifica el comportamiento violento

¿Cómo es posible que personas que se consideran a sí mismas perfectamente íntegras realicen y defiendan actos que son condenables para la mayoría de la sociedad? La psicóloga y socióloga María Esteve, de la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos, CoPPA, nos habla sobre las llamadas «técnicas de neutralización» que los criminólogos Sykes y Matza identificaron que los delincuentes emplean para justificar sus crímenes.

«Estas técnicas son justificaciones y racionalizaciones que incluyen distorsiones cognitivas que permiten que un individuo pueda cometer actos violentos o inmorales sin sentir culpa o vergüenza», señala Esteve. «Al redefinir la conducta violenta algo aceptable, justo e incluso beneficioso, se neutralizan las restricciones morales. Así, estos procesos psicológicos suelen preceder a la comisión de actos violentos y son considerados una explicación del comportamiento delictivo».

En un tiempo en el que la sociedad repudia cada vez más la violencia hacia los animales, especialmente la que se organiza por diversión, estudios han analizado cómo deforman la realidad quienes defienden estas prácticas, con el fin de justificarlas ante sí mismos y ante los demás.

Destacamos tres de estas técnicas, usadas habitualmente y de forma similar en la tauromaquia, en las peleas de gallos y en las peleas de perros:

La negación del daño

 Los aficionados afirman que los animales: toros, gallos y perros, están dotados de unas características increíbles y extraordinarias, motivo por el que no sienten miedo o dolor durante las lidias o peleas.

Este sería el famoso «el toro no sufre». Lo mismo dicen los galleros, que insisten en que sus animales son de una estirpe especial, dotados de una «increíble valentía», «un sistema nervioso central excepcional» y «una actividad hormonal singular». Los defensores de las peleas de perros afirman que sus animales son «más resistentes al dolor».

También suelen percibir a los animales víctimas de su violencia como voluntarios, que están deseando desempeñar ese papel, de modo que privarles de ello sería no respetar su naturaleza y negarles su propósito de vida. La crueldad, entonces, sería impedirles participar en peleas o lidias. «No hay daño», así que no hay víctima. Los galleros sostienen que sus gallos «son combatientes que quieren matar o morir en la pelea»; los defensores de la tauromaquia afirman que «el toro nació para morir en la plaza»; y los promotores de las peleas de perros insisten en que «la pelea es natural y los perros la disfrutan». 

Condenar a quien condena

Esta técnica consistiría en desviar la atención atacando a aquellos que muestran su desaprobación ante la práctica violenta. En las narrativas de tauromaquia, peleas de gallos y peleas de perros encontramos discursos que acusan a quienes estamos en contra de la violencia de ser hipócritas, de representar una amenaza para los seres humanos -¿cuántas veces os han reprochado que os importan más los animales que las personas?- o de querer coartar la libertad individual.

«Incluso, como apunta un estudio que analizó las racionalizaciones de promotores de la tauromaquia, se caracteriza a los aficionados como éticos y morales y a los toreros como personas excepcionalmente éticas, y casi sobrehumanas, mientras presentan a sus detractores como malintencionados, o incluso terroristas. Así, toreros y aficionados se redefinen a sí mismos como las víctimas», señala Esteve. 

Apelar a lealtades superiores

«Esta técnica consiste en afirmar que la conducta no se cometió por el propio interés, sino por un bien supremo: un grupo, autoridad, valor o ideal superior», aclara María Esteve. En la defensa de la tauromaquia encontramos continuas referencias a la tradición, la cultura, la identidad nacional, el arte o el estilo de vida rural, así como afirmaciones sobre valores y virtudes a preservar. En esta misma línea, los discursos de los galleros hacen referencia a su pasado, al patrimonio cultural y a la larga historia de su afición. Argumentan incluso que las peleas de gallos «contribuyen a forjar carácter y valentía en los humanos». También los defensores de las peleas de perros apuntan que se trata de una práctica con «una larga trayectoria» y de gran importancia cultural. 

Los animales sí sufren, y mucho

El suplicio de los gallos

Antes de la participación de los gallos en los combates se les realizan dolorosas mutilaciones y modificaciones anatómicas. La veterinaria María Manglano, colaboradora de INTERcids y miembro de AVATMA, nos explica que «las hacen sin anestesia ni analgesia y nunca por personal veterinario. Esto produce un enorme dolor, estrés e inmunodepresión en los animales». Estas mutilaciones incluyen la amputación de crestas, orejillas y barbillas, que son zonas con mucha irrigación e importantes para la termorregulación, haciéndolos más sensibles a altas o bajas temperaturas. «El descrestado se realiza para evitar hemorragias intensas que lo debilitarían y cegarían, quitando emoción al combate», señala Manglano.

El afilado o limado de espolones se realiza «para que sean más letales en el combate o para poder aplicarles espolones artificiales». Por último, el «tusado», afeitado del plumaje, los priva de su aislamiento natural, causándoles graves problemas de termorregulación corporal, así como dermatitis y eritema «al frotarles la piel con productos irritantes buscando su enrojecimiento artificial que los hace más impactantes en el combate».

Juan Antonio Ferrer, Policía Local de Alcantarilla, Murcia, conoce bien el tormento de los gallos criados para peleas. «A las pocas semanas de vida, empieza la selección y los que no reúnan ciertos estándares serán sacrificados», relata el agente, «a partir de los 5 o 6 meses comienzan a prepararlos mediante las ‘topas’. Además, se les obliga a correr para entrenar patas y alas y se usan otros animales como esparring mortal».

Como ocurre en los perros y en muchas otras especies, en la naturaleza los combates no son a muerte. «El adiestramiento del gallo consiste en convertirlo en una máquina de matar, es una conducta aprendida», explica Ferrer. «Tras la pelea, si el gallo perdedor no ha demostrado lo que su dueño exige, será sacrificado. Si por el contrario, se ha ‘portado bien’, será curado y volverá a pelear, una y otra vez, hasta la muerte». 

La tortura de los toros

Aunque el sufrimiento del toro ha sido ampliamente documentado por los profesionales de AVATMA, aún existe la creencia popular de que estos rumiantes viven de maravilla hasta llegar a la plaza. No es cierto, y de hecho su tormento comienza en la propia ganadería desde edades tempranas con el «lañado» (corte en la oreja a cuchillo o tijera en los becerros), «herrado» (4 marcas a fuego antes de los 12 meses), «tentaderos» (pruebas de selección en las que los animales que no las superan son enviados al matadero con las heridas sin tratar) y las «lidias a puerta cerrada» sin control veterinario para entrenamiento de toreros, novilleros, rejoneadores, banderilleros, aprendices e, incluso, aficionados.

La cosa continúa con las manipulaciones en las astas (afeitado, despuntado, descornado y enfundado), «para las cuales deben ser inmovilizados, provocándoles intenso estrés y sufrimiento, perdiendo además el animal la referencia de las distancias», señala la veterinaria María Manglano. En el transporte hacia el festejo, una vez separados de su manada, viajan en cajones individuales a oscuras a altas temperaturas y largas distancias, donde no se pueden mover. «Y todo para preservar los cuernos», añade Manglano.

Los festejos populares y las lidias en plaza son una fuente continua de sufrimiento psíquico, «miedo, estrés, pérdida de visión»; y físico, «acidosis metabólica por fatiga intensa, lesiones musculares y otras agresiones, choques, golpes, caídas, fracturas y lesiones derivadas de los instrumentos de lidia». Con este panorama, no es extraño que los taurinos y los defensores de las peleas de gallos y perros tengan que usar todo tipo de técnicas psicológicas para deformar la realidad. 

No todo es legal

Las peleas de gallos están prohibidas en toda España menos en Andalucía y Canarias, donde se regulan, al igual que ocurre con la tauromaquia, como una excepción a la norma general. Sin embargo, a diferencia de la tauromaquia, las peleas de gallos no tienen la consideración de espectáculo público o actividad recreativa. «Este hecho facilita sin duda la opacidad, ya que solo pueden asistir socios de las entidades organizadoras y nunca público en general», señala Lola García, abogada y miembro experto de INTERcids. «También a diferencia de la tauromaquia, no se recoge en la resolución que regula estas actividades la necesidad de que deba asistir un veterinario. Es decir, el bienestar de los animales se obvia por completo».

En el caso de Andalucía, al existir cierta confusión, se dictó una resolución en 2004 para interpretar el artículo correspondiente a las peleas de gallos en la Ley de Protección de los Animales. «Es en esta resolución donde se determina que las únicas peleas de gallos permitidas son aquellas que se realicen para la selección de cría para la mejora de la raza y su exportación», explica la letrada. «Solo pueden ser organizadas por peñas o asociaciones legalmente constituidas para tal fin y deben contar con la autorización de sus respectivos ayuntamientos. Se prohíbe, además, la presencia de menores de 16 años, aunque vayan acompañados». 

Menores expuestos a violencia

Unos días antes de la noticia en televisión, el torero Morante de la Puebla había publicado en su perfil de Instagram una fotografía en la que aparece acompañado de un menor de edad tras la pelea de gallos, algo que, como indicábamos anteriormente, está prohibido. En un palenque o arena, rodeados de público, gritos, música y ruido, ni los gallos, ni los toros, ni los perros tienen posibilidad alguna de escapar. En todas las ocasiones, el espectáculo terminará con la agonía y muerte de los animales. En el caso de la tauromaquia, niños, niñas y adolescentes pueden llegar a presenciar incluso la cogida de un torero con imágenes tan escalofriantes como las protagonizadas por el propio Padilla, corneado en un ojo durante una corrida, quedando malherido.

En febrero del 2018, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas, se pronunció en contra de que España siga permitiendo a niños, niñas y adolescentes participar y asistir a eventos taurinos. Así, ante las contundentes advertencias desde la ciencia y la creciente condena de los organismos de protección de la infancia, los defensores de estas prácticas también intentan neutralizar el estigma de implicar a niños en estas formas de violencia.

«Algunos sostienen que las corridas de toros ayudan a los niños a normalizar la muerte y a aceptarla como algo natural. En realidad, lo que los niños podrían estar normalizando es una muerte violenta, provocada y consecuencia de una agresión organizada y aplaudida»alerta la psicóloga Esteve. «En esta misma línea, los galleros intentan convencerse a sí mismos y a los demás de que las peleas son una ‘actividad de familia’ y de que el trabajo de criar y preparar a los gallos saca a los niños de la calle y evita que se metan en problemas», añade.

Lo cierto es que las peleas de gallos son, en la práctica, un negocio que constituye una actividad delictiva que a menudo no resulta aislada, sino que comporta todo un entramado criminal. «Este tipo de organizaciones requiere la participación de comerciantes ilegales y entrenadores de aves, organizadores y apostantes, entre otros, que generan un importante tráfico en el blanqueo de capitales. Además, suele existir conexión directa con el tráfico de todo tipo de estupefacientes» alertan desde INTERcids, operadores jurídicos por los animales. «Cualquier violencia a la que expongamos a un menor es, en cierto modo, un abuso, al imponer nuestra autoridad de adultos sobre ellos sin permitirles opinar», señala también desde CoPPA la doctora Elsa Alonso, psiquiatra especializada en duelo y estrés postraumático.

«Esto es aún más grave cuando se trata de figuras de referencia para ellos, el ejemplo a seguir en su aprendizaje emocional. El hecho de estar rodeados de adultos (padres, tutores, hermanos mayores) celebrando la escena violenta como algo festivo hace que los menores se puedan ver ‘coaccionados emocionalmente’, ¿cómo decirles que a ellos nos les gustan sin decepcionarlos?».

Psicólogos e investigadores han desarrollado un gran número de estudios en los que se han centrado en analizar la relación entre la violencia hacia animales y su impacto en el desarrollo de la empatía.

«Exponer a un menor de edad a espectáculos en los que la crueldad hacia los animales es aplaudida, puede conducir a una insensibilización ante el dolor y el sufrimiento ajenos, sea de animales o de personas vulnerables», añade la Dra. Alonso. «Estudios han mostrado que jóvenes expuestos al maltrato animal, ya sea como espectadores o participando del mismo, son más proclives a la delincuencia juvenil, especialmente cuando esta exposición tuvo lugar a una edad temprana».

¿Una mancha en la imagen de los toreros? Todo lo contrario

Se ha repetido mucho en los últimos días que la imagen de los toreros se ha visto manchada por esta investigación del espacio televisivo. Más bien todo lo contrario, después de años de blanquearla a través de programas del corazón, de prensa rosa y de cientos de actos benéficos, la imagen de estos individuos se ha vuelto por fin clara y nítida, mucho más adecuada a la realidad. En este sentido, debemos recordar que hay una gran responsabilidad social detrás de la decisión de utilizar como relaciones públicas o para captar fondos para fines benéficos a alguien que se gana la vida ofreciendo o participando en espectáculos sangrientos.

«El poder del consumidor, o de los donantes de las ONG, cada vez es mayor porque, afortunadamente, cada vez hay más opciones para elegir», señala Paula González Carracedo, experta en comunicación. «Empresas y asociaciones deben escuchar lo que la mayoría de la sociedad expresa, rechazando frontalmente la crueldad hacia los animales. Deben adaptar sus políticas de ‘fundraising’ y elegir muy cuidadosamente a sus embajadores de marca».

Toreros como Padilla y Morante son habituales en actos benéficos, incluso destinados a la infancia. Es un lavado de imagen muy beneficioso para ellos, ¿pero qué efecto tiene para las asociaciones que aceptan ese dinero manchado de sangre? «La Cruz Roja lo ha hecho en repetidas ocasiones, lo que puede traducirse en una reducción en el número de donantes, además de una muesca en la reputación muy difícil de borrar», añade González. «En tiempos tan inciertos como los que estamos viviendo debido al coronavirus, las empresas y las ONG no se pueden permitir un paso en falso. La jugada les puede salir muy cara».

Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano y Concha López.

Publicado el 4 de agosto de 2020 – 22:34 h