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Málaga salda al fin la deuda con Porfirio Smerdou, el ‘Schindler’ de la Guerra Civil

9 octubre, 2023

Fuente: http://www.eldiario.es

Foco

MEMORIA HISTÓRICA

Pantallazo del documental de Porfirio Smerdou
Pantallazo del documental de Porfirio Smerdou

Néstor Cenizo

25 de noviembre de 2022 22:35h
Actualizado el 26/11/2022 05:30h 

Málaga ha saldado esta semana una deuda de hace 85 años que, lejos de rebajarse, en los últimos tiempos había aumentado. El pasado jueves, el Pleno ratificó la concesión de la Medalla de la Ciudad y el título de Hijo Adoptivo a título póstumo a Porfirio Smerdou, un singular ejemplo de humanidad y valentía que salvó la vida a decenas de malagueños en los primeros meses de 1937. Smerdou no condicionó su ayuda a la adscripción política de quien corría peligro. Ayudó a escapar de la muerte a políticos y militantes conservadores o leales a la República, lo mismo le dio, después de acogerlos en el Consulado de México. Aquella sede consular, Villa Maya, fue demolida en marzo de 2019, y el desagravio comenzó un proceso de reconocimiento que ha culminado tres años y medio después. Cómo dos malagueños acabaron en el campo de Mauthausen: la segunda diáspora de los huidos de La Desbandá

Porfirio Smerdou Fleissner (Trieste, 1905 – El Escorial, 2002) fue un político y diplomático mexicano al que la Guerra Civil le alcanzó mientras se desempeñaba como cónsul honorario de México en Andalucía Oriental y el Protectorado español de Marruecos. Hasta no hace mucho, su nombre no decía casi nada a casi nadie, ni siquiera en Málaga. Pero la publicación de una biografía en 2004 empezó a extender el conocimiento de su obra, comparada a menudo con otros ejemplos de compasión y humanidad. El ‘Schindler’ de la Guerra Civil (Ediciones B), de Diego Carcedo, es ese libro. El diplomático no hizo distingos ante la muerte.

Gestión humanitaria

Al estallar la Guerra Civil, la República perdió el control del orden público en Málaga, donde se produjeron persecuciones de carlistas, falangistas o conservadores a manos de la turba exaltada, que clamaba venganza por el golpe de estado. Smerdou acogió en Villa Maya, que también era su domicilio particular, a 150 de ellos, a los que salvó de una muerte probable.

Mientras fuera Málaga ardía (Málaga en llamas, tituló Gamel Woolsey, que lo vio todo desde su casa de Churriana), en el consulado mexicano se hacinaban decenas de refugiados, con su propio régimen interno para evitar conflictos. Smerdou también logró que tres compatriotas albergaran en sus casas a 65 refugiados, pero la mayoría, sin embargo, fueron protegidos en sus propios domicilios gracias a los certificados consulares emitidos por Smerdou, según la Real Academia de Historia, que explica: “Su gestión humanitaria fue respetada por los mandos republicanos malagueños al lograr Smerdou acotar una zona libre de bombardeos de la aviación nacional, entre las montañas Sancha y Miramar, y organizar con éxito el canje de trece mujeres —compañeras de milicianos anarquistas— por otro número semejante de derechistas en Gibraltar, el 17 de noviembre de 1936”.

Meses después, cuando los fascistas entraron en Málaga a sangre y fuego (y mientras bombardeaban a decenas de miles de refugiados que huían a Almería), Smerdou volvió a abrir las puertas de su casa a huéspedes diferentes, pero igualmente amenazados: seis políticos republicanos, a los que acabó dando cobijo en el consulado argentino. Por entonces, había sido cesado como cónsul por expedir pasaportes mexicanos, que facilitaban la huida a los perseguidos, pero mantenía el prestigio. Esto le sirvió para interceder ante las autoridades golpistas por decenas de presos políticos condenados a muerte.

Hizo más: con la ayuda de ambulancias proporcionadas por el doctor José Gálvez Ginachero, exalcalde de Málaga, logró evacuar de la ciudad a malagueños a los que ponía rumbo a Gibraltar, Marruecos o Marsella. Y sus contactos con autoridades vaticanas y eclesiásticas le ayudaron a salvar a veintiún masones españoles condenados a muerte.

Condecorado… y condenado por masón

A Smerdou se le compara con Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó de las cámaras de gas a miles de judíos. También con el anarquista sevillano Melchor Rodríguez, para los franquistas el ángel rojo, quien al frente la prisión de Alcalá de Henares, se interpuso entre la turba sedienta de sangre y presos como el falangista Raimundo Fernández Cuesta, los hermanos Luca de Tena o el locutor Bobby Deglané.

Tras la Guerra Civil, la labor humanitaria de Smerdou se convirtió en otra víctima del revisionismo franquista, que solo apreció su acción en beneficio de los perseguidos de su cuerda. El juzgado militar número 1 de Málaga le concedió la nacionalidad española el 1 de abril de 1940, y fue condecorado por el general Varela con la Cruz del Mérito Militar de primera clase con distintivo blanco un año después.

Sin embargo, las mismas autoridades franquistas le represaliaron en 1946, condenándolo a prisión por haber pertenecido a una logia masónica. Precisamente esas influencias le habían ayudado a salvar decenas de vidas. Tras demostrar en El Vaticano que había abjurado de la Orden ante el cardenal Giuseppe Pizzardo (prefecto de la Sagrada Congregación del Santo Oficio de la Romana y Universal Inquisición), el Consejo de Ministros le absolvió de la pena.

Smerdou, casado con Concha Altolaguirre (hermana del poeta Manuel), pasó el resto de su vida entre España, Alemania y México, dedicado a la gestión de sus empresas. Antes de fallecer en 2002, donó todos sus archivos a la Fundación José Ortega y Gasset, donde pueden consultarse.

La demolición de Villa Maya

La demolición de Villa Maya en marzo de 2019 causó un notable revuelo en Málaga. No hubo piedad para el escenario de la labor humanitaria de Smerdou, y la vivienda, ubicada en El Limonar, cayó víctima de la piqueta, a petición de sus actuales propietarios y ante la inacción de las administraciones. La Junta de Andalucía ignoró las peticiones (la primera, de 2017) para que el lugar fuera inscrito en el inventario de los lugares de la Memoria Histórica de Andalucía. No sirvieron las quejas de los familiares del cónsul ni las críticas de la oposición municipal.

Voy a proponer a todos los grupos municipales la concesión a Porfirio Smerdou, a título póstumo, de la medalla de la ciudad de Málaga. Su generoso y hospitalario esfuerzo, salvando la vida de cientos de malagueños en años 1936 y 1937 le hacen sobradamente acreedor a éllo. FTP— Paco de la Torre (@pacodelatorrep) 22 de marzo de 2019

Expresando cierto remordimiento, el alcalde Francisco de la Torre anunció entonces que al menos cabía la posibilidad de reconocer al diplomático a título póstumo. El 19 de marzo de 2019, el Pleno aprobó una moción institucional (es decir, con el respaldo de todos los grupos) para concederle la Medalla y el título de Hijo Adoptivo. Desde entonces han pasado otros tres años y medio, en los que el expediente administrativo ha dado tumbos hasta encontrar la salida esta misma semana.

En el texto finalmente aprobado, su nieta Macarena Smerdou Picazo agradece el reconocimiento, pero lamenta la tardanza: “Me embargan sentimientos encontrados; por un lado, la satisfacción y el orgullo por el reconocimiento a la gran labor de mi abuelo durante la Guerra Civil en la que salvó de la muerte a muchos malagueños. Por otro lado, el pesar por todos los que nos han dejado sin saborear este momento, empezando por él mismo”.

La propuesta contaba con el apoyo de todos los grupos y venía suscrita por la Academia Malagueña de las Ciencias (de la que fue socio numerario), la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, los Maristas de Málaga y la Sociedad Económica de Amigos del País, además de por dos escritores que contribuyeron a la difusión de su labor, Diego Carcedo y Félix Álvarez Martín, que en 2019 publicó La lista de Smerdou: los refugiados de Villa Maya. El documental La lista de Porfirio, dirigido por Miguel Ángel H. Arango y producido por Fundación Málaga y Quinta Planta, recogió la historia en 2020 y puede verse online.

Allí se cuantifican las vidas que Smerdou ayudó a salvar: 567. Esta semana, Málaga saldó al fin su deuda con un hombre bueno, con las siguientes palabras: “Porfirio Smerdou, merced a sus contactos y amistades con masones y republicanos, salvó la vida de algún sacerdote y de algún fascista. Porfirio Smerdou, merced a sus contactos con la Iglesia y con los fascistas, salvó la vida de algún masón y de algún republicano. Esos son los hechos”. 

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Cinco razones para no aumentar el presupuesto de Defensa al 2 % del PIB

22 enero, 2023

Fuente: http://www.eldiario.es

Vicenç Fisas

La ministra de Defensa durante su visita a la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas del Ejército de Tierra.
La ministra de Defensa durante su visita a la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas del Ejército de Tierra. Europa Press

4 de julio de 2022 22:29h. Actualizado el 04/07/2022 22:29h.

Desde hace décadas, tanto los gobiernos de Estados Unidos como los secretarios generales de la OTAN, han venido predicando que todos los países miembros dedicaran al menos el 2 % de su PIB para gastos militares. De los 27 países europeos que conforman la Organización, en el presente año solo 8 han llegado a este porcentaje, de los cuales tres son países bálticos, fronterizos con Rusia. Este objetivo nunca se ha cumplido ni se ha considerado necesario hacerlo, pues cada país es autónomo y soberano para decidir cuánto gasta. La opinión pública de los países, por tanto, también cuenta.

Ante el nuevo compromiso tomado estos días sobre este tema, y al calor de la invasión rusa en Ucrania, creo que convendría tener en consideración algunos aspectos, antes de tomar decisiones estructurales que luego serían difíciles de revertir. Destaco cinco razones para cuestionar la necesidad de dicho aumento.

El primero es que el gasto militar real de España es superior al que muestran los datos del presupuesto del Ministerio de Defensa, pues hay partidas que están en otros ministerios o en organismos autónomos. Incluso, del criterio de homologación de datos que hace la propia OTAN, que sitúa el presupuesto español para 2022 en 13.136 millones de euros, un 38,1 % superior al presupuesto de 2014, y que supone el 1,01 % del PIB previsto para el presente año, también es más elevado que el del Ministerio. Elevarlo al 2 %, siguiendo los datos de la OTAN, supondría duplicar el presupuesto, 13.000 millones de dólares anuales más cada año, que, o bien procederían de nuevos impuestos, o bien se sacarían de partidas sociales ya existentes. El dilema de “cañones o mantequilla” es, pues, real. Estamos hablando de una cifra muy considerable, no una bagatela.

El segundo motivo está vinculado con la distribución de este presupuesto. De los 29 países que conforman la OTAN, España ocupa el puesto 14 en cuanto a gastos en equipos (el 26,2 % del total del presupuesto), pero el tercero en cuanto a gastos de personal, que supone el 57,18 % del presupuesto, y que sirve para pagar los salarios de los 118.200 efectivos que conforman las Fuerzas Armadas. Si se quiere duplicar el gasto, resulta evidente que no se hará duplicando el personal e incrementando el porcentaje que suponen los salarios. En su mayor parte, pongamos unos 10.000 millones de dólares anuales, será para adquirir nuevo armamento, sea de fabricación nacional o importado. Dado que en la última década importamos armamentos pesados por el valor de solo 132 millones de dólares anuales, queda claro que lo que quiere es potenciar la industria nacional, que verá multiplicada su demanda para producir todo tipo de sistemas de armas, sea terrestres, marítimos, navales o electrónicos.

Este último comentario nos conduce a la tercera razón, que es la tradicional falta de discusión sobre la necesidad de adquirir tal o cual tipo de armas. Simplemente, no se discute y, por tanto, nadie se ve en la obligación de dar explicaciones. Se adquiere mucho armamento por inercia, para contentar al sector militar o para calmar los ánimos de los trabajadores y de los sindicatos vinculados a la industria armamentista. La cuestión, por tanto, es si ahora se va a romper en esta ligereza presupuestaria, y si se darán explicaciones para justificar, de forma bien razonada, los motivos por los cuales se necesitan los nuevos sistemas de armas, así como cuál será su uso y ubicación. El argumento de que se necesitan para las misiones en el exterior, tampoco se sostiene. Las Fuerzas Armadas españolas están presentes en 17 misiones en el exterior, y con unos 3.000 militares y guardias civiles desplegados en cuatro continentes. Esto representa solamente el 1,5 % de los efectivos totales de militares y guardia civiles. Colar este aumento con pretextos de “misiones de paz”, no tiene validez.

Una cuarta consideración es la geográfica. La guerra en Ucrania ha puesto en alerta a los países vecinos con Rusia, y se puede llegar a comprender que muchos de ellos ya tengan gastos militares elevados, e incluso que los quieran aumentar en el próximo futuro. Pero este factor de proximidad no justifica que el resto de países, y especialmente los más alejados de Rusia, como España, argumenten un considerable aumento de su gasto militar con esta excusa, como si fuéramos a entrar en combate. Tampoco sirve la consideración de que hay que ayudar a los países potencialmente amenazados, a menos que volvamos al esquema de considerarnos de nuevo como la “reserva espiritual de Occidente”. Ya tenemos bastante con el discurso de Putin, quien afirma que Rusia es la reserva espiritual de la cristiandad.

La quinta razón es la de desmentir que el incremento de gasto militar va a beneficiar el potencial de investigación y desarrollo de la industria española, como afirma el Gobierno. Este es un viejo engaño que se arrastra desde la Guerra Fría, y que hace décadas desmontó muy acertadamente Mary Kaldor al señalar lo que denominaba el “arsenal barroco”, así como muchos economistas estadounidenses que mostraron, con datos estadísticos, que el llamado “spin-off” de la investigación militar era una farsa, pues los países que invierten más en investigación civil, de forma directa, son los que logran mayor efectividad y son más competitivos a ese nivel. Ampararse en argumentos economicistas, en especial en la creación de empleo y de una pretendida innovación, cuando estamos hablando de artefactos que sirven para matar y destruir, es una frivolidad y una insensatez.

Cuestionar este brutal aumento del gasto militar, sin dar mayores explicaciones y para contentar a algunos sectores que sacarán un enorme beneficio en este negocio, no es una tontería de pacifistas ingenuos, sino un imperativo para ver si es pertinente o contraproducente. Exigir explicaciones, y con detalle, sobre el destino y el uso de este gasto, es lo mínimo que se puede hacer en momentos donde la euforia oscurece la argumentación bien razonada.

Causas y consecuencias de la guerra en Ucrania

25 julio, 2022

Fuente: http://www.blogs.publico.es

VICENÇ NAVARRO

MARZO 14, 2022

EL PELIGRO DEL CRECIMIENTO DE LAS ULTRADERECHAS A NIVEL MUNDIAL

Durante estos últimos años se ha ido estableciendo una nueva internacional de partidos de ultraderecha que se caracterizan por un nacionalismo extremo, de tipo esencialista, promotor de un pasado imperial («el pasado siempre fue mejor«), defensor de una civilización cristiana profundamente clasista, racista, machista y homofóbica, que se siente amenazada por movimientos progresistas como el obrero (y las formaciones políticas derivadas históricamente de tal movimiento como el socialismo y el comunismo), el feminista, el de defensa de las minorías y de la diversidad étnica y racial, (así como por los movimientos ecológicos) que representan todos ellos una amenaza para aquella civilización y para los estamentos económicos, políticos y mediáticos dominantes que promueven tal civilización cristiana esencialista. Tales partidos de ultraderecha son autoritarios y profundamente antidemocráticos que favorecen un neoliberalismo económico muy extremo, aparentemente libertario, que en la práctica es profundamente estatista, pues el estado que defienden juega un papel muy importante en la defensa de un sistema oligárquico y oligopolista con escasísima protección social, dotado de un extenso aparato de seguridad, represivo y militar. Entre tales partidos y/o movimientos, los más conocidos son el liderado por Trump en EEUU, por Le Pen en Francia, por Matteo Salvini en Italia, por Santiago Abascal en España, por Orbán en Hungría, por Kaczyński en Polonia, por Bolsonaro en Brasil, entre muchos otros.

PUTIN PERTENECE A ESTA INTERNACIONAL

La existencia de esta internacional es conocida. Pero menos conocido es su relación con Putin, el presidente de Rusia. En realidad, el Gobierno ruso, presidido por Putin, apoya a estos partidos y movimientos e incluso ha ayudado financieramente a muchos de ellos. Apoyó a Trump en las elecciones estadounidenses interviniendo activamente en el proceso electorado de aquel país. Y el presidente Trump, a su vez, definió la invasión de Ucrania como obra muy genial e inteligente («genius, …and very savvy«). En Europa uno de sus fans más vociferosos en Italia ha sido Matteo Salvini, a quien se le ha fotografiado llevando la cara de Putin en su camisa tanto en la Plaza Roja en Moscú como en el Parlamento Europeo. Otra figura en Italia que ha expresado su admiración por Putin ha sido Silvio Berlusconi, al cual Putin había regalado una cama y que había aplaudido su liderazgo en Rusia, que definió que «estaba al servicio de la paz y de la defensa de Europa«. La señora Marine Le Pen, dirigente máxima del Partido Nacional de Francia (enraizada en la ultraderecha francesa que colaboró con la ocupación Nazi), ha recibido fondos de Putin. Otro dirigente de ultraderecha, el candidato a la Presidencia de Francia (y más popular que la señora Le Pen), el señor Eric Zemmour, ha indicado que su sueño era hacer en Francia lo que hizo Putin en Rusia, a quien ha definido como el «Restaurador del Imperio Zarista«. En la Gran Bretaña, Nigel Farage que lideró el movimiento Brexit, aplaudió a Putin presentándose como un gran admirador suyo. En Alemania el partido Alternativa para Alemania (AfD), ha aplaudido el tipo de nacionalismo que defiende y practica Putin. (Ver «After long praising Putinrightwing populist leaders are squirming« The New York Times, febrero 2 de 2022). En España, VOX, que ha indicado que el gobierno dictatorial del General Franco fue mejor para España que el gobierno actual (y que cuenta con amplio apoyo entre la judicatura, las fuerzas armadas y los servicios de seguridad del Estado Español), ha publicado declaraciones y escrito tuit de varios dirigentes alabando a Putin y sus intervenciones en Siria y Ucrania. En Brasil Jair Bolsonaro reprimió a su vicepresidente por haber indicado que denunciaba la invasión de Ucrania por parte de Putin. Antes Putin había alabado a Bolsonaro por «su masculinidad«.

Cómo apareció el putinismo: el colapso de la Unión Soviética

La Unión Soviética, en los años setenta, había desarrollado una protección social avanzada a pesar de la escasez de recursos del Estado debido al enorme gasto militar forzado por la Guerra Fría. Era un Estado Confederal con el derecho de autodeterminación para cada Estado que lo constituía, tal como constaba en su Constitución. Tal derecho permitía una diversidad dentro de una unidad mantenida, en gran parte, por la universalidad de derechos sociales que facilitaba el mantenimiento de tal confederación. Su Estado del Bienestar, clave para mantener tal Estado, tenía, sin embargo, dos grandes problemas. Uno fue la creciente escasez de recursos para financiarlos, como consecuencia del gran crecimiento del gasto militar, resultado del endurecimiento de la Guerra Fría. Y el otro era su creciente polarización por clase social. La nomenclatura del aparato del Estado tenía grandes privilegios dentro del sistema público que claramente contrastaba con el discurso igualitario del sistema (como documenté en mi libro escrito en 1977 titulado Social Security and Medicine in the USSR, publicado por Lexington Books, que fue prohibido en la Unión Soviética, declarándoseme persona non grata en aquel país).

Brézhnev fue sucedido por Gorbachov que era consciente de estos problemas existentes en el Estado Soviético. Intentó democratizarlo, dando además mayor énfasis a su aspecto social, lo que requeriría un descenso muy notable del gasto militar. Esta fue una de las razones, entre otras, para intentar disminuir las tensiones de la Guerra Fría, que le llevó incluso a visitar a Estados Unidos. El intento era llegar a un acuerdo por el cual La Unión Soviética se retiraría de los Estados del este de Europa, con la condición de que la OTAN no llenara ese vacío y no se extendiera hacia el este de Europa. En realidad, intentaba recuperar los principios del acuerdo que el presidente Kennedy de EEUU y Khrushchev de La USSR habían acordado años atrás para retirar los misiles soviéticos en Cuba, condicionando a la vez a que Kennedy se comprometiera a no invadir Cuba, esto además de eliminar misiles estadunidenses en Turquía, pacto que Kennedy cumplió. En este caso con Gorbachov, el gobierno de EEUU, sin embargo, no respetó lo prometido. La Unión Soviética se retiró del este de Europa, pero el gobierno de EEUU a través de la OTAN continuó expandiéndose hacia el este de Europa aproximando su dispositivo militar más cerca de la Unión Soviética. La agresividad hacia ésta fue una constante en la OTAN hasta alcanzar su disolución. De haber aceptado las propuestas de Gorbachov, se hubiera podido iniciar una entente que podría haber beneficiado a los dos lados del conflicto. Y en la Unión Soviética se perdió el intento de abrir y democratizar el sistema (su famoso glasnost), establecido por Gorbachov que cuestionaba el excesivo control de la nomenclatura soviética, disminuyendo sus privilegios.

La alternativa a Gorbachov fue Yeltsin, y más tarde su mano derecha Putin, privatizando masiva y rápidamente la economía del país, asesorados  por economistas ultraliberales estadounidenses que sometieron a la economía rusa a una «shock therapy», eliminando la mayoría de programas de protección social de carácter universal, cambios que fueron responsables de una de las crisis sociales más grandes que ha ocurrido en la segunda parte del siglo XX en Europa, aumentando dramáticamente la mortalidad de aquel país, reduciendo espectacularmente su esperanza de vida.  Nunca antes se había visto en un país europeo un aumento de mortalidad tan agudo. Tal Estado, con escasísima protección social se transformó en una dictadura ultraliberal gobernada por oligopolios propiedad de oligarcas poseedores de enormes fortunas. Ese nuevo Estado dirigido por Putin durante los últimos 22 años, es profundamente anticomunista y reprimió brutalmente al Partido Comunista ruso durante la mayoría de sus 20 años de mandato. Putin es una persona de ultraderecha con un nacionalismo característico de la época pre-bolchevique, que éste quería recuperar, promoviendo una cultura cristiana ortodoxa, clasista, sexista, racista, homofóbica, profundamente antibolchevique y anticomunista, oponiéndose al ejercicio del derecho a la autodeterminación, y considerando a Ucrania como una parte indivisible de Rusia, tal como indicó recientemente en su discurso previo a la invasión de este país por parte de las tropas rusas.

Definir a Putin como comunista, como lo hace la derecha española, es muestra de una enorme ignorancia. Presentar las declaraciones de Putin en las que lamentó la desaparición de la Unión Soviética como prueba de su comunismo, es ignorar no solo su gran represión al Partido Comunista Ruso y enorme crítica a sus fundadores, incluyendo a Lenin, sino también ignorar que él fue, junto con Yeltsin, el arquitecto de la radical privatización de la gran mayoría de los medios de producción y distribución soviéticos pasando a ser una economía privatizada controlada por oligarcas, leales a él. Su lamento de que la Unión Soviética desapareciera no estaba motivado por una añoranza a aquel régimen político, sino a la aspiración la recuperar la extensión territorial de la antigua Unión Soviética. Lo que Putin desea es recuperar el territorio que tenía la Unión Soviética, bajo un Estado opuesto al creado por los comunistas.

La creación de la OTAN y de la Guerra Fría.

La Segunda Guerra Mundial fue una guerra contra el fascismo y el nazismo, y la victoria significó la posibilidad de iniciar una alianza entre los países vencedores para construir un mundo mejor. La Unión Soviética jugó un papel determinante en esta victoria, costándole más de 26 millones de muertos. Como señaló Winston Churchill «La Unión Soviética jugó un papel clave y determinante en esta victoria sobre el nazismo y el fascismo en Europa«.  Y se generaba la posibilidad de que se pudiera continuar esta alianza que incluyera una activa colaboración entre Estados Unidos (liderada primordialmente por el Partido Demócrata presidido por Roosevelt) y la Unión Soviética, liderada por el Partido Comunista. Fue en esta época que El Partido Comunista de Estados Unidos se opuso a la propuesta del Partido Socialista de EEUU de establecer un partido de izquierdas, promoviendo en su lugar, que las izquierdas actuaran a través del Partido Demócrata. El Partido Comunista y el Socialista jugaron más tarde un papel importante en el desarrollo del New Deal, que fue el establecimiento del Estado de Bienestar en EEUU. Es cuando se fundó en aquel país La Seguridad Social.

En ese entonces las derechas estadunidenses se opusieron frontalmente al New Deal, y en especial, el gran mundo empresarial se opuso por todos los medios, preparando incluso un golpe militar, que hubiera sido financiado por el gran banquero J.P. Morgan (quien también financió al Partido Fascista italiano, alabando en su momento a Mussolini) y la dirección de la General Motors, entre otros. Y cuando La Guerra Mundial terminó, el Partido Republicano junto con los miembros del Partido Demócrata del sur de EEUU, aprobaron una ley (a la que el Presidente Truman se opuso), la ley Taft Hartley Act, que tuvo un impacto devastador sobre el New Deal, prohibiendo que se establecieran nuevos derechos universales, como el derecho de acceso a los servicios sanitarios (derecho todavía inexistente en EEUU) debilitando a los sindicatos, impidiéndoles que actuaran como instrumentos de clase (prohibiendo por ejemplo, las huelgas generales), limitándolos a competir entre sí, respondiendo solo a demandas locales y sectoriales de la población laboral. Tal ley también prohibió a miembros del Partido Comunista a liderar sindicatos expulsándoles de tales instituciones. El macartismo, dominante ya en la vida política, mediática y laboral estadunidense, tenía como objetivo reducir el poder de la clase trabajadora. Así fue el inicio de La Guerra Fría. Un anticomunismo feroz, cuya máxima expresión internacional fue la animosidad y hostilidad hacia la Unión Soviética. El establecimiento de la OTAN fue el resultado de ello. Fue en este momento cuando se creó el sector definido por el General Eisenhower, más tarde presidente de EEUU, como «el complejo industrial militar», qué en su discurso de despedida como presidente, alertó a la sociedad estadounidense de las consecuencias negativas de este poder al cual él había servido. EEUU, bajo la presidencia del General Eisenhower fue el primer mayor estado (junto con el Vaticano) en reconocer y legitimar la dictadura fascista española, alabando su «anticomunismo» y con ello definiendo los pasos que llevarían más tarde a la integración de España a la OTAN.

La OTAN era una alianza no solo militar sino también política y actuó en todos los países donde estuvo presente para neutralizar y erradicar a las fuerzas progresistas que presionaban para realizar cambios que benefician a las clases populares, y que el Gobierno Federal percibía como contrarios a los intereses de Estados Unidos, es decir, a los intereses de las corporaciones y empresas estadounidenses que ejercían gran influencia sobre aquel Estado. Una de las mayores víctimas de ese complejo militar fueron las clases populares estadounidenses en general, y la clase trabajadora en particular, pues tal enorme gasto militar y tal prioridad de los temas militares se hizo a costa de las inversiones sociales y del escasísimo desarrollo de los derechos laborales, siendo la clase trabajadora estadounidense la que tiene menos derechos y recursos a los dos lados del Atlántico Norte. La evidencia de ello es abrumadora.

El poder de tal complejo militar creció enormemente a partir del presidente Reagan, quien inició la revolución neoliberal, que tuvo efectos muy negativos sobre la calidad de vida y bienestar de la clase trabajadora en EEUU. En la Unión Soviética el incremento del gasto militar, que se hizo como consecuencia del crecimiento del gasto militar en EEUU, significó también un descenso notable del gasto social. La militarización de la sociedad significó en la mayoría de los países desarrollados, un empobrecimiento del Estado Social. La evidencia de ello es también abrumadora. La OTAN, liderada por el Gobierno Federal de EEUU, se ha estado gastando nada menos que 1.03 trillones de dólares, veinte veces más que Rusia, una cantidad abrumadora y claramente innecesaria para atender las necesidades militares y de seguridad de tal alianza atlántica, lo cual solo puede explicarse por la excesiva y antidemocrática influencia que el complejo industrial militar tiene sobre los estados de tal Alianza, tal como el Presidente Eisenhower ya había alertado.

El impacto de la OTAN, primero en la Unión Soviética y luego en Rusia.

La OTAN defendía los intereses de Estados Unidos y primordialmente los intereses de las empresas económicas y financieras que le influencian. Y su objetivo principal, aunque no el único, era la destrucción del comunismo y de la Unión Soviética. Se definía como una alianza defensiva, pero en realidad su objetivo era la eliminación del adversario. Ahora bien, cuando Gorbachov retiró las tropas rusas del este de Europa, tal como se había acordado con el presidente Bush, quien había prometido que la OTAN no se expandiría hacia el este, (cuando Alemania del Este su juntara con la Alemania del Oeste, estableciéndose la Alemania actual, con Berlín como capital). Ello no ocurrió. Lejos de mantener este acuerdo, la OTAN continuó expandiéndose, incorporando consecutivamente a Polonia, a la República Checa, a Eslovaquia, a Rumanía e incorporando incluso a países que habían pertenecido a la URSS como Letonia y Lituania. La OTAN también jugó un papel clave en la descomposición de la antigua Yugoslavia. Y más tarde, después del septiembre 11, la OTAN incluso salió de Europa e invadió Afganistán y luego también Libia e Irak. No es pues extraño que el Gobierno ruso, que, al principio de su existencia, una vez colapsada la Unión Soviética había explorado la posibilidad de aliarse con La OTAN para conseguir objetivos comunes (pues la pérdida del carácter comunista del Estado en Rusia parecía posible ampliar áreas de colaboración) se sintiera amenazada, descubriendo que la OTAN eran más que anticomunista. Su objetivo principal era aumentar la influencia comercial y el poder militar del Estado federal de Estados Unidos y de sus aliados. No se respetó lo que se había acordado y continúo expandiéndose y ello en contra del parecer de personas activas en la diplomacia estadounidense, como George Kennan o del estamento militar como el exsecretario de Defensa William Perry pues predecían que ello crearía una respuesta de Rusia, como ha pasado. El que había sido Embajador de EEUU en Rusia, perteneciente al Cuerpo Diplomático, Jack Matlock dijo pocos días antes de la invasión de Ucrania por Putin que «Dado que la principal exigencia de Putin es la garantía de que la OTAN no aceptara a más, y en concreto a Ucrania o Georgia, obviamente no habría existido ninguna motivación para la crisis actual si no hubiera habido una expansión de la Alianza Atlántica tras el final de la Guerra Fría o si la expansión hubiera tenido lugar de acuerdo con la construcción de una estructura de seguridad en Europa que incluyera  a Rusia«. No era pues de extrañar que el gobierno ruso, fuera cual fuera su orientación política, se sintiera amenazado por esta expansión de la OTAN cada vez más cercana a Rusia, siendo ya Ucrania la última y más importante adición.

En resumen, el rechazo a establecer un nuevo sistema de seguridad europeo que incluyera también la seguridad de Rusia (una vez disuelta la Unión Soviética) fue lo que alarmó a este país. Incrementó su inseguridad, ofendió su orgullo nacional y facilitó el crecimiento de su nacionalismo esencialista que caracteriza al Estado Ruso bajo la presidencia de Putin. Ni que decir tiene que denunciar la invasión de Ucrania por parte de Putin es una obligación moral, pues ésta es una violación de los derechos humanos de una Nación Estado, realizada, además, con una enorme crueldad, que debía movilizar una protesta y resistencia mundial y también dentro de la misma Rusia. Pero es un error explicar tal acto centrándose solo en la figura de Putin y su salud mental o falta de ella, como muchos comentaristas hacen en España, pues tal explicación evita analizar el contexto de lo ocurrido tanto en Rusia como en el resto de Europa y en Estados Unidos. Putin es un dictador de ultraderecha, nacionalista, esencialista, con las características definidas al principio del artículo, enormemente peligrosas. Y que ha desacreditado los argumentos contrarios y críticos de la OTAN utilizándolos para promover su nacionalismo esencialista característico de la ultraderecha. En realidad, Putin, con la invasión, ha estimulado el crecimiento de la OTAN en un momento que estaba en descenso, como habían indicado ya varios dirigentes de la UE, y muy en particular, el presidente Macron de Francia, que hacía poco la había definido ya como «brain-dead» (clínicamente muerta). Putin la ha reavivado y han aparecido ahora inclusive nuevas intenciones por parte de otros países europeos para ser admitidos en la organización.

Qué estaba pasando en Ucrania antes de la invasión.

Ucrania es un país multiétnico y plurilingüístico en el que los dos idiomas más importantes son el ruso (en su parte más occidental cercano a Rusia) y el ucraniano (en su parte oriental.) El gobierno ucraniano de Viktor Yanukovych hasta el 2014, había sido elegido con base electoral predominantemente ruso parlante y era cercano al Gobierno Ruso. En aquel momento las encuestas señalaban un escaso interés en la integración de Ucrania a la OTAN. El gobierno de Yanukovych fue con el tiempo perdiendo popularidad en parte debido a una notable percepción de corrupción.

En el año 2014 sin embargo, hubo una revuelta popular conocida como la Revolución Maidan, que significó un cambio sustancial, revocación del gobierno y convocación a nuevas elecciones, en las que ganó el candidato nacionalista ucrano-parlante Peter Poroshenko, quien, entre otras, anuló el bilingüismo decretando el ucraniano como la única lengua oficial. Fue un gobierno de derechas nacionalistas con apoyo de elementos de ultraderecha, concretamente nazis (que incluso erigieron monumentos a los nazis ucranianos que habían luchado contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial). Tales grupos intervinieron también activamente en el ejercito ucraniano estableciendo unidades especiales que lucharon contra los separatistas ruso-parlantes favorables a la independencia de Donetsk y Luhansk en el este de Ucrania en la llamada guerra de Donbas. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, para el año 2019 esta guerra ya había significado la muerte de aproximadamente 13 mil personas. El gobierno de Poroshenko tuvo escasa sensibilidad social, con enfrentamientos con los sindicatos y prohibición de la participación del Partido Comunista Ucraniano en las elecciones del 2019, partido, por cierto, que era soberanista y a favor de la independencia de Ucrania.

La llamada Revolución Maiden generó toda una serie de eventos, incluyendo, además del cambio de gobierno, la integración de Crimea a Rusia, el incremento de la transferencia de material militar procedente del gobierno ruso a los independistas de Donetsk y Luhansk, y la elaboración del pacto de Minsk firmado por Alemania, Francia, Rusia, Ucrania y Bielorrusia, en el cual se aprobaba el status de Estado neutral (llamada Finlandialización del Estado Ucraniano) condicionando al Estado Ucraniano a no aliarse con ningún bloque militar, incluyendo la OTAN. El nuevo gobierno de Poroshenko, sin embargo, no implementó ni desarrolló los términos de este acuerdo, facilitando la creación de un clima político anti-Rusia que determinó un aumento notable del deseo de integrar a Ucrania a la OTAN. La popularidad del Gobierno Poroshenko, al igual que al que sucedió, fue descendiendo debido también en parte, como ocurrió en el gobierno anterior, a la muy notable corrupción. La corrupción que ha sido una constante en el Estado Ucraniano, alcanzó su máxima expresión de rechazo popular en las elecciones del 2019, cuando un candidato que había sido cómico en la televisión en programas que ridiculizaban a la clase política ganó por mayoría arrolladora. Tal persona, Volodymyr Zelenskyy, judío y de origen ruso-parlante, quien prometió en su campaña presidencial acabar la guerra de Donbas, había enfatizado la necesidad de la unión de los distintos grupos poblacionales que viven en Ucrania, intentando recuperar el ruso como lengua oficial, junto con el ucraniano Sus diferentes intentos de dialogo con los grupos separatistas rusos, y con Rusia no han tenido el efecto de conseguir la anhelada paz, pero hasta antes de la invasión habían logrado calmar en algo la intensidad del conflicto reduciendo las casualidades a menos del 50 %. Ahora bien, en su programa electoral, pedía la vuelta de Crimea a Ucrania y la entrada en la OTAN consciente de la oposición del Gobierno Ruso a ambas peticiones.

La invasión de Ucrania por parte de Putin.

Fue en este contexto que apareció la invasión, claramente preparada con más de un año de antelación por Putin. Tal invasión tiene como objetivo, según reconoció el propio Putin, volver al período anterior al bolchevique en el que Ucrania era parte de Rusia, y ello es consecuencia de la exacerbación durante los últimos años del nacionalismo esencialista por las razones ya explicadas en el texto. Es una maniobra enormemente negativa y que le hace perder cualquier elemento de entendimiento y simpatía al ser un caso claro de imperialismo. Esta invasión ha causado un gran daño a las izquierdas europeas pues ha validado y legitimado la supuesta llamada a la necesidad de la OTAN, cuando ya estaba siendo cuestionada por muchos países europeos. Había una conciencia creciente en amplios sectores progresistas europeos, de que era necesario crear un sistema de seguridad europeo distinto a la OTAN, que tuviera en cuenta la necesidad de un sistema de seguridad de Rusia. Esta posibilidad ha quedado paralizada con un coste elevadísimo para Europa, para Rusia y también para EEUU. En realidad, la propia imagen de la Unión Europea se ha ido deteriorando como resultado del olvido de la dimensión social, ésta a costa de la militar. Mientras la llamada Revolución Maiden en Ucrania abrazaba la bandera de la Unión Europea (junto con la bandera de la OTAN,) en Grecia, las clases populares la quemaban debido a las políticas de austeridad (que desmantelaron su Estado del Bienestar), impuestas por la Unión Europea, que crearon un enorme sufrimiento en ese país.

Las consecuencias políticas de la invasión de Ucrania para Estados Unidos y Europa

El presidente Biden está recuperando la imagen de victorioso de la alianza con Europa, imagen que había perdido debido a la retirada de Afganistán. Ahora bien, las medidas de bloqueo a Rusia afectarán la economía con un aumento todavía mayor de la inflación, forzando el incremento del precio de la gasolina a unos niveles elevadísimos, lo que a la vez contribuirá a la continuación y expansión de la inflación, que es, por cierto, el punto de Aquiles de la política económica de Biden. Las clases populares en EEUU ya no se creen que el Gobierno estadounidense esté ayudando a la libertad y democracia en el mundo, puesto que tal pueblo estadounidense ha sufrido en su vida costes enormes y consecuencia negativas de tales intervenciones militares. Es más, es probable que el trumpismo gane las elecciones al congreso de Estados Unidos en noviembre de este año y que Trump gane las elecciones del año 2024. Las primeras reacciones de Trump a la invasión de Ucrania fue felicitar a Putin, de quien indicó que siempre ha tenido gran respeto hacia su persona. Y unos días antes que se iniciara la invasión, el ideólogo del trumpismo, Steve Bannon, definió en su podcast, a Putin como «un líder con valores y principios semejante a los nuestros«. Según una encuesta reciente, la mayoría de gente que vota a Trump cree que la culpa de la guerra es de Biden, y no de Putin. No hay plena conciencia de los establishments político mediáticos de la Unión Europea y de EEUU, de que la mayor amenaza al sistema democrático es el crecimiento de las ultraderechas en el mundo, citadas al principio de este artículo, lideradas por el binomio Trump-Putin. En EEUU la democracia puede desaparecer y lo mismo en varios países en Europa.

Consecuencias económicas de la invasión para EEUU y Europa.

Ni que decir tiene que hay intereses poderosísimos en Estados Unidos que ven con gran alegría la invasión a Ucrania. La industria del armamento y las compañías de gas y petróleo estadounidenses ven las sanciones de los países de la OTAN a Rusia cómo muy satisfactoria para sus intereses económicos. Habrá una reducción muy notable del flujo de petróleo y del gas ruso a Occidente y muy en particular a Europa pues el veinticinco por ciento del petróleo y el treinta y tres por ciento del gas natural consumido por los países de la Unión Europea proceden de Rusia. Para Alemania y Francia esta dependencia es incluso mayor. No hay duda de que la guerra afectará muy negativamente el precio de tales productos. Ello también ocurrirá en EEUU, aunque en menor medida pues su dependencia de Rusia es menor. Compañías estadounidenses como Chevron y Exxon Mobil aumentaran sus exportaciones a Europa consiguiendo unos beneficios exuberantes como consecuencia de la enorme escasez de tal producto energético. Tal déficit incluso aumentara más como consecuencia de la decisión de EEUU de no comprar más petróleo ruso y la resistencia de algunos países productores de petróleo de aumentar su producción. Y un tanto igual ocurrirá con las compañías de gas natural estadounidenses. La industria militar, muy extendida en EEUU, también se beneficiará de una manera muy acentuada debido al incremento del gasto militar en la mayoría de los países de la OTAN. Alemania y Dinamarca han anunciado ya que incrementarán tal gasto hasta un dos por ciento del PIB, lo cual significa un incremento muy sustancial. Y ha sido la experiencia histórica de que, en general, el incremento del gasto militar ha sido a costa del aumento del déficit público y/o del gasto social, lo cual en el sur de Europa podría empobrecer considerablemente sus Estados del Bienestar ya poco financiados. El caso de España es un ejemplo de ello.

Las consecuencias de la militarización de las sociedades a los dos lados del conflicto.

Hoy estamos viendo la movilización y militarización de Estados Unidos y de la OTAN por un lado, y del Gobierno Putin en Rusia por el otro. Conflicto que puede conducirnos a una Guerra Mundial. En realidad, tal guerra ya está ocurriendo. La única salida posible es la de revertir esta dinámica. Este cambio es esencial y requiere de una movilización sobre todo en Europa y en EEUU indicando que la OTAN tiene gran responsabilidad en haber conducido a la situación peligrosa en la que nos encontramos. Hay que admitir que tienen que haber cambios estableciéndose un nuevo sistema de seguridad europeo que incluya también una seguridad para Rusia. También se requiere detener la rusofobia, que además de injusta es profundamente errónea estratégicamente hablando. Es fundamental ayudar a los movimientos y fuerzas políticas rusas progresistas que se oponen a la invasión y que faciliten la desmilitarización del conflicto, en lugar de ofender y dañar a todos los rusos, lo cual facilita la movilización de la población por parte del dictador y su nacionalismo esencialista y reaccionario. No hay que olvidar que la movilización de amplios sectores de las clases populares estadounidenses en contra de la Guerra del Vietnam jugó un papel clave en terminar aquella guerra, como reconoció y agradeció el Gobierno vietnamita en su momento. Es improbable que tanto la guerra en Ucrania como las tensiones provocadas por la Guerra Fría puedan resolverse sin la participación de movimientos y formaciones políticas rusas progresistas que se sienten agraviadas por el comportamiento de la OTAN, que afectan su seguridad, pero no desean resolver el conflicto a través de tal militarización. Ni que decir tiene que la Rusia actual es escasamente democrática y es mucho más difícil lograr movilizaciones tan extensas como las que ocurrieron en EEUU durante la Guerra de Vietnam. Pero no hay duda de que la cronificación de la guerra (que es posible y probable) crearía un descontento general que Putin no podría ni ignorar ni controlar. Su abusivo control de los medios de información es una prueba de que es consciente de ello.

Tal movilización en contra de la militarización es fundamental que aparezca también en los países de la OTAN, militarización que está ocurriendo y que está apagando, ocultando y dificultando trabajar en los grandes problemas que tiene la humanidad (como son la pandemia, las enormes desigualdades sociales y crisis sociales que determinan, así como la agobiante crisis climática). Y no hay duda tampoco que la cronificación de la guerra y el sacrificio que estará haciendo la población, y muy en particular, las clases populares (como resultado de las medidas supuestamente «patrióticas» que se les ha estado exigiendo) crearan un revulsivo que puede terminar con la democracia en muchos de estos países. Y es en este contexto que el crecimiento de la internacional de ultraderecha citada al principio del artículo representa la mayor amenaza que el que se enfrenta el sistema democrático. Así de claro.

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Entrevista a Monserrat Cervera

16 julio, 2022

Fuente: http://www.antimilitaristas.org

Un tren de mujeres para cambiar el mundo

A continuación, encontraréis la transcripción íntegra de la entrevista a Montserrat Cervera sobre el tren de mujeres y la acampada de protesta contra los ejércitos y contra la construcción de una academia militar para mujeres en Tortosa, que tuvo lugar en 1985, en torno al 24 de mayo, día internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme. Una movilización llena de fuerza y alegría que, como ella misma relata, tuvo un impacto muy grande en lo vivencial y en lo político. Aquí podéis acceder al artículo con varios extractos de la entrevista en el blog Planeta Desarmado: «Montserrat Cervera: si tienes una cosa clara en la cabeza, ve con tus amigas y hazla«.

Montse Cervera en una concentración contra Trump promovida por las amigas feministas estadounidenses en 2017

28 de febrero de 2022

AAM: Buenos días, bon día. Estamos con Montserrat Cervera, una mujer que es muy importante para nosotras porque es un referente para el movimiento feminista antimilitarista, y lo primero Montse que queríamos pedirte es que te presentaras tú misma.

MC: Yo siempre digo que soy una activista, feminista y antimilitarista, y que de hecho he dedicado toda mi vida adulta digamos a este activismo feminista antimilitarista que tiene que ver con muchísimas otras cosas, pero que es como el resumen de lo que me gusta presentar. Ahora ya estoy jubilada, felizmente jubilada del trabajo cotidiano, pero no del activismo.

AAM: ¿En qué colectivos participas ahora más activamente?

MC: Fundamentalmente estoy en Ca la Dona, que es un espacio feminista importante para mí, porque cómo conseguir la casa fue una de las cosas del movimiento feminista aquí en Cataluña muy importante. Y bueno, ahora tenemos una casa que mantener, que acoger, que dinamizar… y este es uno de los espacios más importantes. Luego sigo en la Red de Mujeres por la Salud, tanto en la RedCAPS como la Xarxa de Dones per la Salut en Cataluña. La salud creo que tiene que ver mucho también con la paz y con el antimilitarismo, va todo ligado.  Y después estoy en Dones per Dones, que es un grupo antimilitarista. Después de DOAN, algunas mujeres de DOAN y otras mujeres nuevas, nos incorporamos al tema con la guerra de Bosnia, e hicimos un grupo específico que aún nos mantenemos. Vamos a hacer treinta años también. Desde DOAN, en el año 1982, hasta ahora, he estado en un grupo antimilitarista específico organizado por el movimiento feminista, lo cual me parece muy importante, con altos y bajos evidentemente, como todos los grupos. Estoy en más cosas, en la Xarxa feminista, y en todo lo que puedo, pero más o menos estas son mis actividades.

AAM: Hace poco sabíamos de una acampada de mujeres que hubo en Tortosa en el año 1985 y nos resultó llamativo porque éramos varias las personas que participamos actualmente en el ámbito antimilitarista que teníamos pocas o escasas noticias de aquella movilización. Queríamos aprovechar, ya que sabemos que participaste de forma directa en aquel movimiento, para hacerte unas preguntas en relación con ello, y la primera sería que nos cuentes por qué surge esa acampada de Tortosa.

MC: Desde luego para mí es uno de los recuerdos maravillosos del movimiento feminista de esta época. Era desde Dones antimilitaristes, que en el año 82 empezamos a celebrar el día 24 de mayo, y a pensar que después del 23F, que había habido el golpe de estado, las mujeres debíamos ponernos muy atentas a todo el tema de las guerras y de las paces y contra los fascismos. Greenham Common fue una referencia muy grande. Las mujeres de Greenham, que también fuimos nosotras allí, que ahora han celebrado los cuarenta años, y hemos estado escribiendo sobre este tema.  Lo de los campamentos por la paz nos vino de aquí la idea. La idea fue de otras mujeres de Gran Bretaña.  Invitamos a una mujer de Greenham aquí a Barcelona, nos contó, y luego, empezamos a pensar: ahora, nosotras, ¿qué podemos hacer? Y entonces, creo que desde el año 85 fue el primero, y luego durante 10 años más, el día 24 de mayo hacíamos como una especie de campamento. No eran los campamentos fijos, en plan Greenham Common, maravillosos y con tantas experiencias, sino un poco con el mismo sentido: plantarnos en algún sitio que había una central nuclear, o toda una serie de cosas para hablar sobre la Paz, la desmilitarización, la desnuclearización, etc. Entonces nos llamaban “las chicas de las excursiones” porque nos llevábamos todo el movimiento a un sitio con tiendas de campaña. Fue realmente una experiencia muy importante.

Entonces, en el 85, me acuerdo con otra compañera, con Fina Rubio, que veníamos de Madrid en el tren a una reunión, y empezamos a pensar: ¿y si vamos a Tortosa (donde tenían unos terrenos ya para construir una escuela militar para mujeres)? Estábamos ahí en todo el debate de “no al ejército”, y del hecho de estar en contra de que las mujeres nos incorporáramos al ejército. Había un debate, en el que algunas mujeres decían “bueno, pero es una cuestión de igualdad, ser iguales que los hombres”. Nosotras decimos “No, no, no. Queremos que los hombres se vayan del ejército, y las mujeres no vamos a entrar para reforzar nada”. Entonces pensamos en ir a Tortosa, en ir a Tortosa en tren. Lo maravilloso fue que nos fuimos dando alas, y fuimos a Renfe, alquilamos todo un tren. La conductora era una mujer. Yo creo que ha sido la única experiencia donde todas, todas, todas las personas del tren éramos mujeres, e íbamos allí contra esta academia militar. Esto ya fue una experiencia: el tren, con pancartas, con canciones, con todo… Fue una explosión de alegría muy grande y de muchísima fuerza.

Cuando llegamos a Tortosa, que no es una ciudad maravillosamente progresista, hubo dos grupos. Nuestro grupo de amigas, que era un grupo antimilitarista, mixto. Y también había muchas mujeres, que nos estaban allí acogiendo. Paramos en Tarragona y todas subieron, y fue muy bonito. Había otra gente que nos empezó a tirar naranjas podridas, como para irnos de allí, con la idea de que realmente allí, el hecho de que hubiera una escuela militar, podía ser un fondo de más dinero, de más trabajo. Estas cosas típicas de la gente cuando no pensaba un poquito… Estuvo muy bien, porque se hizo un pasillo con gente, y luego ya fuimos por toda la ciudad, hasta que nos fuimos al campamento, y entonces gente en los balcones con mensajes por la paz y de bienvenida. Y nosotras llorando de alegría y cantando. Fue una explosión de solidaridad, y al mismo tiempo con tensión. Pero milagrosamente la policía nos permitió acampar, porque me parece que no pedíamos permisos por aquella época, o sí, igual había alguna mujer que era muy seria y lo pidió, pero no me acuerdo… Y entonces ya acampamos cerca de aquellos terrenos.

Siempre decimos que éramos mil, pero igual éramos cuatrocientas, no lo sé, pero iba todo un tren lleno, y mucha gente fue también en coches. Estuvimos dos noches, del viernes al domingo, e hicimos alguna discusión, un taller sobre el Ejército, un taller sobre las armas… un poco todo esto, Greenham, cómo hacían… Y fue una ocupación de la que lo más importante fue el haberlo hecho, el haberlo pensado. Y tuvo mucha repercusión.  Fue bonito. La prensa nos hizo caso porque era una cosa especial, y entonces vinieron, salimos en todos los periódicos, en nota pequeña, por supuesto: “feministas van a ocupar porque están en contra del Ejército…”. Nos dio una pequeña pantalla de audiencia que anteriormente no teníamos, porque otros de los 24 hicimos acampadas contra una radio militar, contra una feria de armas, y salía una pequeña nota, pero esto fue bum, nuestro día 24 de mayo más importante. No recuerdo si fue el 22, o el 23, o el 18. Creo que fue el 18-19. Ya os lo miraré exactamente porque creo que el cartel ese sí que lo conservo. Y, además, seguro que no fue por nuestra acción, pero esta academia nunca se llegó a llevar a cabo, con lo cual nosotras estábamos emocionadas, como en Greenham Common, donde al final de muchos años se fueron los misiles, a pesar de que fuera por otros intereses.

AAM: O sea, que no se construyó…

MC: No se construyó, con lo cual fue una acción maravillosa en el sentido de la fuerza que dio al movimiento. Fue muy interesante porque además era una cosa muy específica, destinada a decir a las mujeres que estábamos en contra de la violencia en el Ejército, y que éramos insumisas desde ese punto de vista. Fue muy interesante por la fuerza que nos dio estar juntas. Y luego volvimos todas en el tren, cansadas pero contentas. Fue una experiencia antimilitarista feminista con mucha alegría, con mucha fuerza, y que tuvo un impacto muy grande en nuestras vidas y en nuestro activismo.

Tren de mujeres, mayo 1985

AAM: ¿Y qué impacto tuvo en vuestras vidas y en vuestro activismo? ¿Cómo lo viviste?

MC: Lo más importante es la posibilidad de decir: si tienes una cosa clara en la cabeza, ve con tus amigas y hazla. Esto lo decía Gretel Amman, una mujer de aquí de Cataluña, una activista, que ya murió. La posibilidad de que si tienes un sueño concreto, pues lo puedes hacer. Si lo pruebas, y le pones mucha fuerza, lo puedes hacer. El impacto fue esta sensación de que tenemos un pequeño poder entre nosotras, de fuerza, de la convicción de las cosas, y la fuerza de estar reunidas y estar organizadas. Hemos sido capaces de un tren, de enredar a una maquinista, que había poquísimas, para que viniera, y para que además encontrara maravilloso que fuéramos allí. Todo este tipo de complicidades… Yo creo que sobre todo el impacto fue esto: una posibilidad de extender nuestras ideas antimilitaristas y sobre el ejército, que es siempre difícil y complicado, como sabéis muy bien ahora mismo que estamos en plena guerra. Y luego que fue decir, bueno, pues cada año vamos a hacer alguna cosa de estas. Nos reuníamos, nos relacionábamos con el movimiento mixto más grande, también hicimos muchas cosas con los insumisos, contra la mili… En el 85 pasaron muchas cosas, en Cataluña se hicieron unas jornadas feministas de los 100 años, y un aborto… Fue un año esplendoroso desde el punto de vista de actividades raras. Daba mucha ilusión. Yo como lo relaciono todo, el derecho al propio cuerpo con el derecho a no ir al ejército… Fue un año que nos dio un sentimiento de alegría, porque después de todo estábamos hartas. Después del 76, 77, el movimiento feminista estaba muy enfadado, muy decepcionado con los gobiernos. Y luego la pequeña insitucionalización: muchas mujeres pensaban que era una época buena para estar en instituciones. Era una época muy complicada, y por eso para mí, estos dos hechos, que, seguro que hubo muchos más, fueron en mi activismo concreto de un impacto muy alto en época de crisis, de decepciones… aún puedes coger las fuerzas para volver a insistir, y que dure muchos años. Lo estoy contando, y cuando recuerdo lo de Greenham que hicimos allí… esto es para siempre.

AAM: en este lío total que comentas, con la efervescencia de ese año, ¿quién organizó todo esto? Me imagino que sería un crisol de gentes…

MC: Sí, pero no te creas. DOAN era el grupo impulsor, 10 o 15 matadas, o sea que…

AAM: DOAN, ¿nos puedes decir qué es?

MC: Dones Antimilitaristes, el grupo. Estábamos en la Coordinadora Feminista con muchos otros grupos. Con lo cual, nosotras éramos como la referencia del movimiento pacifista, internacionalista. Aunque la organización fue de Dones Antimilitaristes, del grupo concreto, fue con el apoyo de todos los grupos de la casa y vinieron gente de todas partes, mujeres de todas las asociaciones, de toda Cataluña. Fue un pequeño grupo que estaba ya conectado, coordinado, con muchísimos grupos feministas. Esto creo que es una cosa que hemos hecho muy bien las mujeres, el movimiento feminista, porque siempre todos los grupos hemos sido del grupo, pero formando parte de la coordinadora, de una red que luego se llamará “Redes” porque coordinadora quedaba demasiado rígido, y red era más amplio. Había desde mujeres lesbianas, mujeres contra la violencia, las mujeres del aborto… Todos los grupos de mujeres que había allí participaron. Las mujeres enseñantes, que también tuvieron mucha audiencia sobre esto, algunas mujeres del movimiento pacifista que no participaban directamente en el espacio feminista específico. Fue un poco entre todas… Pero a veces un pequeño grupo tiene la posibilidad, en relación con los demás, de hacer cosas, y tenemos que hacerlas.

AAM: Nos comentabas que hubo muchas mujeres de Cataluña… ¿Tú recuerdas si había también mujeres de otras procedencias?

MC: Bueno, seguro que las mujeres que estaban aquí. De fuera, fundamentalmente había mujeres que estaban en el movimiento latinoamericano, sobre todo argentinas, que habían venido de sus guerras y sus represiones. Y seguro que vinieron. No lo recuerdo especialmente, pero creo que sí, que estaban, y vinieron, porque era una cosa de todas las partes. Luego, hubo campamentos por la paz en Zaragoza y en más ciudades, en este estilo, de estar un día o dos en algún sitio.

A mí, personalmente, Greenham Common me cambió la vida, desde el punto de vista que fue como una reflexión distinta. Si se acaba el mundo, ni feminismo ni nada, tenemos que ponernos. Greenhan Common era un movimiento muy amplio, muy diverso, de mujeres, militantes algunas, pero generalmente mujeres de casa, que lo que querían era que la vida siguiera adelante y ya está. Yo, que era una mujer que venía de la extrema izquierda, esto me abrió un poco la vida, de ver con otros ojos, que podíamos realmente unirnos para que el planeta sobreviviera y con ello la vida floreciera. Son un poco las semillas de Greenham Common que estamos en todas partes, y ponemos esto por delante de cualquier otra política. Esto nos hizo replantear muchas cosas, con todas las contradicciones y tensiones que tenemos siempre en todos los movimientos sociales. Esto fue una esperanza de abertura del movimiento de mujeres hacia otras miradas distintas. Aquí también intervino mucho el tema del planeta Tierra que estaba a punto de explotar en aquel momento, y ahora, y lo que queda… Esto fue muy importante.

AAM: Qué interesante, Montse, ahora con lo que está pasando con la guerra en Ucrania, y todas las guerras como bien dices. Con lo que está pasando con la agresión directa al planeta, que es una agresión constante y diaria. Y con todo lo compleja que es la situación a nivel mundial, que nos puede dejar a veces con la sensación esa de, ¿y yo qué hago? Eso es una sensación que hay que intentar sacudirse porque nos paraliza como personas y como movimientos. A mí me gustaría preguntarte qué dirías a las mujeres más jóvenes que ahora están en diferentes movimientos, en el movimiento feminista, en el movimiento de rebelión climática, el movimiento antimilitarista… ¿Qué les dirías? ¿Qué les animarías a hacer? Yo ya sé que tú no eres muy de consejos, por lo que te voy conociendo, pero… ¿Qué les dirías?

MC: Yo, por mi experiencia, siempre digo: la autoorganización es fundamental. No os dejéis, no os quedéis en casa ni vayáis un día a un sitio, autoorganizaros, con sus altos y bajos. Esa es nuestra potencia, es estar juntas pensando qué podemos hacer y hacerlo. Un día nos saldrá fatal, otro día nos saldrá mejor, otro día haremos un tren, otro día haremos no sé qué… pero yo creo que esto es muy importante, la autoorganización de las mujeres. Nosotras mismas nos vamos a salvar a nosotras mismas, para entendernos, y de una vez haremos solidaridad, haremos redes… Esta es la idea. Aquí hay por ejemplo iniciativas de mujeres jóvenes que han estado haciendo con el tema del aborto otra vez, porque realmente en Barcelona se puede abortar “por la ley” pero en otros sitios no. Se han movilizado muchísimo, y han conseguido que la privada se pusiera nerviosa, y muchas cosas… Cuando un grupito florece en un sitio, pum, allí hay un cambio, y aquellas mujeres lo consiguen. No nos desesperemos porque luego vinieron ochos de marzo muy potentes, que parecía que todo el mundo era feminista, y hubo un cambio importante en “me too” y muchas cosas que no vienen al caso; pero nos quedamos con un mundo que es una desesperación, con falta de derechos y de todo. Pero hay también alegría: en todo el mundo, en todos los países, en todos los sitios del planeta hay pequeños focos de mujeres autoorganizadas que están plantando cara contra la destrucción del planeta, contra el racismo, las violencias, etc. Esta es la experiencia. Búscalas porque están, y están en todas partes. Esta es la idea…

AAM: Nos quedamos con esa alegría que transmites tan bien, y esa capacidad de autoorganizarnos y de salvarnos a nosotras mismas. Muchas gracias por compartir aquí vuestra experiencia con nosotras.

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Las antimilitaristas estamos en contra de todas las guerras

15 julio, 2022

Fuente: http://www.antimilitaristas.org

Publicado el

Las y los antimilitaristas, como no puede ser menos, estamos en contra de todas las guerras. Por tal razón denunciamos la agresión del estado ruso al estado ucraniano y nos solidarizamos en lo que sea posible con todas y cada una de las víctimas humanas de este nuevo episodio militarista.

Nos encontramos ante un conflicto que nos preocupa especialmente por la participación en el mismo de las principales potencias bélicas del planeta, incluidas las que se hallan en posesión de arsenales nucleares, y por las implicaciones de reconfiguración geoestratégica que tras él se adivinan. Sabemos bien que son las personas más vulnerables de unos y otros lugares quienes sufren con crudeza las consecuencias de dichos enfrentamientos entre poderes políticos y económicos: en forma de víctimas directas de la guerra y desplazadas, o como personas afectadas por sobrevenida pobreza material, energética, climática, habitacional…

El conflicto ucraniano está recibiendo estos días una gran atención mediática, lo que es procedente a tenor de las circunstancias señaladas anteriormente. Sin embargo, dicha centralidad informativa no debe hacernos olvidar que en el mundo hay muchos otros episodios bélicos igualmente cruentos, con consecuencias más destructivas en algunos casos y también fuera de lo que llaman «legalidad internacional», si es que alguna guerra pudiera legitimarse invocando tal referencia: Siria, Yemen, diversos países de África… Sin olvidar la perenne violación de los acuerdos internacionales que los estados de Israel y el reino de Marruecos perpetran sangrientamente desde hace décadas.

Es por todo ello que cabe delatar aún con más fuerza al militarismo como herramienta para construir y perpetuar un orden mundial eminentemente injusto que, como podemos comprobar, en última instancia, se sostiene bajo la ley de quien posee mayor capacidad destructiva. Por ello hemos de decir no a la cultura militar, no a los ejércitos y sus alianzas, no al armamentismo como negocio, no al derecho del más fuerte.

De la misma manera, como siempre hemos hecho, nos solidarizamos con todas las víctimas del terror militarista y, en su nombre y en el nuestro, atendiendo especialmente estos días a las personas directa e indirectamente afectadas por lo que está sucediendo en el Este de Europa, pedimos, rogamos, exigimos, el fin de toda acción bélica y la regulación de cualquier conflicto que pudiera darse a través de medios exclusivamente pacíficos, humanos y respetuosos con las personas, las culturas y las diferentes sociedades.

Del mismo modo, exigimos a nuestro gobierno y a la Unión Europea, que promuevan la deserción entre los combatientes de uno y otro bando y garanticen el inmediato estatuto de refugiadas/os a quienes la lleven a cabo.

Por un mundo con más justicia y humanidad. No en nuestro nombre. No a ninguna guerra. No a ningún ejército.

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¿Cómo pudo un diplomático español salvar del Holocausto a más de 5 000 judíos húngaros?

20 junio, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 26 enero 2022 19:06 CET

Autoría

  1. Francisco López-Muñoz. Profesor Titular de Farmacología y Vicerrector de Investigación y Ciencia de la Universidad Camilo José Cela, Universidad Camilo José Cela.
  2. Esther Cuerda. Vicepresidenta del Centro de Investigaciones sobre Totalitarismos y Movimientos Autoritarios (CITMA), Universidad Rey Juan Carlos.

Cuando se habla de héroes salvadores de judíos del Holocausto nazi, el mayor genocidio de la historia de la Humanidad, siempre viene a colación la figura de Oskar Schlinder, gracias a la magnífica y oscarizada película de Steven Spielberg, La lista de Schindler (1993).

Sin embargo, hubo muchos más héroes que arriesgaron vida y carrera y lograron salvar muchas más vidas (aunque el número no sea lo más trascendente, en este caso). Entre ellos destaca, sin duda, el diplomático español Ángel Sanz Briz (1910-1980), el “Ángel de Budapest”, cuya admirable historia es poco conocida, en general, aunque los libros de algunos destacados periodistas, como Diego Carcedo y Arcadi Espada, la hayan sacado a la luz.

El “caso judío” en Hungría

Desde la llegada al poder del partido nazi en Alemania en 1933, la Regencia húngara del almirante Miklós Horthy mostró su apoyo al nuevo gobierno alemán con el objetivo de recuperar parte del territorio imperial perdido después de la I Guerra Mundial.

Vista de Budapest antes de la II Guerra Mundial. Yad Vashem

Tras la anexión de Austria por Alemania, en marzo de 1938, Hungría comenzó a promulgar leyes antisemitas similares a las leyes de Núremberg alemanas: discriminaciones sociales de carácter racial, eliminación de los judíos del funcionariado, reducción de las actividades económicas de este colectivo e incluso la creación de un Servicio Laboral Húngaro, al que debían incorporarse los varones judíos en edad militar, que suponía, de facto, un sistema de trabajos forzados. A pesar de todo ello, la seguridad de los 725 000 judíos que habitaban la nueva Gran Hungría (sin contabilizar los aproximadamente 100 000 convertidos previamente al cristianismo, pero considerados racialmente judíos) era bastante mayor que en Alemania.

Judío con la estrella de David caminando por Budapest, 1944. Yad Vashem

Pero en marzo de 1944, Hitler invadió Hungría para asegurar su alianza militar con el Eje, y con las tropas alemanas de ocupación entró una unidad Sonderkommando dirigida por Adolf Eichmann, cuyo objetivo era aplicar la “Solución Final” a los judíos húngaros. Inicialmente se aprobaron nuevos decretos contra la población judía: se restringió la movilidad de los judíos en toda Hungría, se les obligó a utilizar el distintivo racial amarillo en sus vestimentas, se confiscaron sus propiedades y comercios, se abolieron sus derechos civiles y, finalmente, se les recluyó en guetos.

El 15 de mayo de 1944 comenzaron las deportaciones de los judíos húngaros, y en menos de dos meses casi medio millón fueron enviados a los campos de exterminio, en su mayoría a Auschwitz, donde la mitad de ellos fueron asesinados en las cámaras de gas tras su llegada. Aunque el regente Horthy detuvo las deportaciones en julio, todos los judíos de Hungría, salvo los de Budapest, ya habían sido deportados.

El 15 de octubre, los alemanes forzaron un golpe de estado, llevando al gobierno al Partido de la Cruz Flechada, de naturaleza pronazi y abiertamente antisemita, con lo que se agravó enormemente la situación de los judíos que quedaban en Budapest: unos 80 000 fueron asesinados en las riberas del Danubio, sus cuerpos arrojados al río, y varios miles más obligados a desplazarse en “Marchas de la Muerte” hacia la frontera austríaca.

Miembros del Partido de la Cruz Flechada escoltando a los judíos durante la deportación. Yad Vashem

Durante el asedio soviético de la ciudad, iniciado en diciembre de 1944, los 70 000 judíos que quedaban en Budapest fueron confinados en un gueto, junto a la Gran Sinagoga, y miles de ellos murieron de hambre, frío y enfermedades. Toda una tragedia que algunas autoridades húngaras actuales tratan incluso de minimizar y relativizar.

Frente a esta dramática situación, un grupo de diplomáticos de las naciones oficialmente neutrales en el conflicto bélico se organizaron en una especie de red clandestina de ayuda y protección a la población judía, sin que mediaran órdenes específicas de sus gobiernos, para evitar que los judíos fueran enviados a las cámaras de gas de Auschwitz y Birkenau. Aunque nos vamos a centrar en el español Ángel Sanz Briz, entre ellos también cabe mencionar al primer secretario de la legación sueca Raoul Wallenberg, al cónsul suizo Carl Lutz, al nuncio apostólico Angelo Rotta y al encargado de negocios portugués Alberto Branquinho.

Ángel Sanz Briz, el “Ángel de Budapest”

El joven diplomático zaragozano encabezaba la Legación de España en Budapest en junio de 1944 como encargado de negocios, informando a sus superiores del Ministerio de Exteriores sobre la denigrante y oprobiosa situación de los judíos en la capital húngara y de los protocolos de deportación a los campos de exterminio.

Ángel Sanz Briz. Ministerio de Asuntos Exteriores. Gobierno de España.

En uno de estos informes, fechado el 16 de julio de 1944, detalla: “Afirman que el número de los israelitas deportados se aproxima a 500 000. Sobre su suerte en la capital corren rumores alarmantes. Insisten en que la mayoría de los deportados judíos (en cada vagón de carga van unas 80 personas amontonadas) están dirigidos a un campo de concentración cercano a Kattowitz donde les matan con gas, utilizando los cadáveres como grasa para ciertos productos industriales”.

Tras la llegada al poder del partido de la Cruz Flechada en octubre de 1944, Sanz Briz, ahora ya sí con la anuencia de Madrid, comenzó a proporcionar las llamadas “Cartas de Protección” o salvoconductos (Schutzbrief) a judíos de Budapest. En un principio lo hacía a aquellos que alegaban orígenes sefardíes, en virtud de un antiguo Real Decreto de 1924 promulgado durante la dictadura del General Primo de Rivera que otorgaba la ciudadanía española a los judíos descendientes de los que fueron expulsados de España en 1492, pero posteriormente se extendió a cualquier judío perseguido, haciéndolos pasar por sefardíes.

Ejemplo de una ‘Carta de protección’ emitida por Sanz Briz. Yad Vashem

Tras negociar con las autoridades húngaras, recibió inicialmente el consentimiento de otorgar esos derechos a 200 judíos de origen español, pero amplió la cobertura a 200 familias y posteriormente continuó incrementando el cupo asignado, generando series marcadas con letras, de forma que nunca superaban el número 200.

Para salvaguardar sus vidas, Sanz Briz alojó a los judíos protegidos en ocho edificios alquilados por él mismo en diferentes lugares de Budapest, que posteriormente fueron ampliados a once, indicando que eran anejos a la Legación española y que gozaban de extraterritorialidad. Incluso consiguió que la Cruz Roja Internacional colocara letreros españoles en hospitales, orfanatos y clínicas de maternidad, para proteger a los judíos que allí se encontraban.

Asimismo, llegó a involucrase personalmente en estas actividades de salvamento, intimando con una alta autoridad del partido de la Cruz Flechada para que no se violaran sus casas protegidas y sobornando directamente con el mismo objetivo al Gauleiter Eichmann, presentándose físicamente en alguno de los inmuebles para evitar detenciones, y rescatando a 30 de sus protegidos de una “marcha de la muerte” organizada por los nazis y devolviéndolos a las casas de bandera española.

Ante el inminente avance de las tropas soviéticas, Sanz Briz recibió instrucciones precisas de Madrid de abandonar Budapest, dado que España era enemiga del régimen comunista de la Unión Soviética, y partió rumbo a Suiza el 6 de diciembre de 1944.

Giorgio Perlasca. Yad Vashem

Pero la labor de Sanz Briz no se perdió con su salida de Hungría, pues continuó durante 40 días más, hasta la liberación de Budapest por las tropas soviéticas el 16 de enero de 1945. El italiano Giorgio Perlasca, quien obtuvo de Sanz Briz un pasaporte español por haber luchado en el bando franquista durante la Guerra Civil, había colaborado con la Legación, visitando y ayudando a los refugiados alojados en casas de protección.

Con documentos falsificados, Perlasca se hizo pasar ante las autoridades húngaras por el encargado de negocios de la Embajada española y consiguió mantener la estructura organizada por el diplomático español, incluyendo el suministro de alimentos, en una situación de enorme escasez por el sitio de la ciudad.

Justo entre las Naciones

El número de judíos húngaros muertos durante el Holocausto fue, aproximadamente, de 568 000 y sólo sobrevivió uno de cada tres judíos residentes en la Gran Hungría. Entre estos últimos se pueden contar los 5 200 judíos que Sanz Briz, con la colaboración final de Perlasca, salvó de la deportación y, por tanto, de los campos de exterminio, de los que apenas 200 eran de origen sefardí. En total, casi cinco veces más que los incluidos en la famosa lista del empresario alemán Schlinder.

El monumento de los Justos entre las Naciones, en el parque Raoul Wallenberg (Budapest) Perline / Wikimedia CommonsCC BY-SA

Sanz Briz fue nombrado por Yad Vashem, el 8 de octubre de 1966, “Justo entre las Naciones”, la más alta distinción que otorga el Gobierno de Israel a personas no judías. Esta distinción también se haría efectiva para Perlasca el 9 de junio de 1988, al igual que para los anteriormente mencionados Wallenberg, Lutz y Rotta, que interpretaron un papel parecido al de Sanz Briz.

Gracias al valor y la tenacidad de este funcionario del servicio exterior español, en actos de heroísmo que van más allá del cumplimiento de su deber, miles de judíos pudieron salvar su vida. Y su recompensa fue la postergación inicial en su carrera diplomática y la prohibición expresa de recoger el honor concedido por Israel, pues el Ministerio de Asuntos Exteriores consideró que la presencia de un diplomático español en dicho Estado podría dañar las recién establecidas relaciones hispano-árabes, por lo que sólo pudo ser entregado póstumamente a su viuda en 1991.

El antimilitarismo contra la Paz

27 abril, 2022

Fuente: http://www.elsaltodiario.com

¿Qué espacio le queda al militarismo si el Gobierno de España envía armas a un contendiente de un país en guerra en nombre de la Paz?

Pegatina movimiento pacifista finales década 1970
Pegatina del movimiento pacifista de finales de la década de 1970 (Archivo de la Asamblea Antimilitarista de Madrid)

Josemi Lorenzo Arribas

Asamblea Antimilitarista de Madrid

22 ABR 2022 07:50

A las antimilitaristas se nos revuelven las tripas cada vez que oímos “paz” en las declaraciones de Margarita Robles o de Pedro Sánchez, ministra de Defensa y presidente del gobierno español, respectivamente, o de Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, los tres del PSOE. Se nos revuelven cada vez que el Gobierno se pronuncia y une “Paz” y armamentismo. Se proclaman pacifistas en la misma frase en la que justifican que, por eso mismo, enviarán armas a Ucrania. Las lanzagranadas contracarro, munición y ametralladoras ligeras, además de otras armas, enviadas por España son, en palabras institucionales de Sánchez ayer, desde Kiev, la prueba de que “España se desvivirá por el restablecimiento de la paz”. Además de las millonarias aportaciones que los estados europeos han realizado por su cuenta, los 1.500 millones de euros que se han enviado a Ucrania solo en armamento provienen del llamado Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Pues ¡menos mal que no hay uno dedicado a apoyar las guerras!

Con las cuestiones atañentes a la paz se viene haciendo guerrilla de información desde las instituciones durante decenios. Dicen “Paz” y nos echamos a temblar.

Ojalá nadie trabaje tan incansablemente por la paz “desde la otra trinchera”, porque, con pacifistas así, ¿qué espacio le queda al militarismo? En otras palabras, si tales personajes son «pacifistas” y nosotras estamos en las antípodas, ¿qué somos? La importancia de nombrar las realidades en política es obvia. Emplear un concepto u otro implica sacar o meter algo del foco, o incluso parodiarlo, o si no que se lo pregunten al PP con ese esperpento de la “violencia intrafamiliar”. Con las cuestiones atañentes a la paz se viene haciendo guerrilla de información desde las instituciones durante decenios. Dicen “Paz” y nos echamos a temblar.

El extraño caso de un oxímoron de solo tres letras

Lo decíamos en otro artículo: todas las guerras se lideran desde los respectivos ministerios de Defensa de los países que las comienzan. Indefectiblemente. Del mismo modo, todos los ejércitos cuando combaten, es decir, cuando hacen aquello para lo que existen, producen “crímenes contra la humanidad” y cualificadamente contra las mujeres del bando contrario. Todos siempre.

Comentábamos en pleno confinamiento ejemplos de oxímoros. Casi todos eran sintagmas compuestos de sustantivo y adjetivo, alguno sumaba más palabras. En este caso, basta un solo sustantivo para construirlo, y de solo tres letras en nuestro idioma: paz. Sin más, un oxímoron en sí mismo según quien lo pronuncie o escriba, si lo dice con mayúsculas o minúsculas. Pensemos que el Premio Nobel de la Paz se le ha otorgado a “pacifistas” tan conspicuos como Jimmy Carter (2002), Al Gore (2007) o Barack Obama (2009). Recordemos los “25 años de Paz” con los que Franco celebró “el fin de la guerra”. No es necesario insistir demasiado en ello, ahora que el neofranquismo, o franquismo a secas, se ha quitado la careta e impide por todos los medios enterrar a los muertos de aquella guerra como los humanos debemos hacerlo. Difícil paz la de 1964. Veremos si en dos años no proponen celebrar el sexagésimo aniversario de esos funestos 25 tan poco pacíficos. Difícil paz para quienes conviven con el dolor de tener a familiares en cualquier cuneta. Del mismo modo hablamos de acuerdos de paz cuando en realidad queremos decir acuerdos de (fin de una) guerra. No es lo mismo. Pero ojalá que el militarismo fuese solo patrimonio de franquistas y derechistas. Ojalá. Sin entrar en las diferencias conceptuales y de tradición entre antimilitarismo y pacifismo, ambas son adscripciones que inquietan a un lado y a otro, imbuidos los extremos y los centros tantas veces de la misma épica. Por la parte de la derecha es obvio y hasta entendible; por la otra, desagrada a quienes piensan que hay guerras justas o añoran la de clases, o a quienes justifican el fin a costa de los medios.

La paz no es ausencia de guerra. Este enunciado negativo es una de las máximas del antimilitarismo, del pacifismo si se quiere. En Afganistán no hay paz, aunque terminó la guerra. En la frontera sur europea estamos en guerra (con un solo contendiente armado a las órdenes de Grande-Marlaska y miles de víctimas desnudas e indefensas), si bien todos los países que “mantienen” tales fronteras presuntamente estamos en Paz.

No todas las antimilitaristas se han reclamado siempre pacifistas, aunque esa doble condición haya sido la opción, diría yo, mayoritaria entre el antimilitarismo español que nació con los estertores del franquismo y reclamó tal condición. No es cuestión de expedir carnés de nada, pero sí creo que es legítimo que quienes así nos nombramos y llevamos años transitando por esta complicada e incomprendida senda, opinemos y algo podamos decir sobre qué es pacifismo. Del mismo modo, considero que toda esta patulea militarista de señoras, señores y señoros del PSOE post-Suresnes dejan en mal lugar la tradición, en muchos casos abiertamente pacifista, que históricamente tuvo el socialismo español.

En Afganistán no hay paz, aunque terminó la guerra. En la frontera sur europea estamos en guerra, si bien todos los países que “mantienen” tales fronteras presuntamente estamos en Paz

Somos insultables

Así las cosas, ¿somos entonces pacifistas los antimilitaristas? Y si lo fuéramos, ¿esta gente que defiende que más armas contribuyen a la Paz, qué son? Javier Cercas nos saca de dudas en un artículo publicado este mismo mes titulado No pasarán. Acusa a quienes nos oponemos al envío de armamento de “pacifistas de chiquipark” y de matar a más gente que Rambo. Si lo dice Cercas, con sutileza virtuosa y trazo fino, nos queda una esperanza para seguir siendo, además de antimilitaristas, pacifistas, siquiera de esa manera tan graciosa. Estamos, señor Cercas, muy acostumbradas a que nos ridiculicen. Políticos, jueces y opinadores como usted lo hicieron sistemáticamente con los insumisos que contribuyeron a acabar con el Servicio Militar Obligatorio durante años. Lo hace Putin, con quienes se oponen a la guerra. Lo hace Zelenski con los varones que no quieren empuñar las armas. Lo hace el New York Times. Sin ningún coste; siempre sale gratis. Somos insultables: o matamos más que nadie o somos ni-nis. Y todo a la vez. Cierto es que cuando periódicamente escuchamos los mismos cuentos es que parte del mensaje que propugnamos ha emergido un poco y le escuece a alguien. Si no, ni se nos nombra, por si acaso. No conviene abrir grietas en la fidelidad militarista.

Digan “pacificación”, pues, cuando prostituyen cada día la palabra “paz”. Y déjennos en ella.

Lejos de la sesuda geopolítica que practican los gobernantes y replican los palmeros, los poetas parecen seres más adecuados para ponderar el significado de las palabras y contarnos ese quid de las mismas que a veces se nos escapa. En “Oda a la pacificación” Mario Benedetti escu(l)pió unos versos que, uno por uno de los nueve, parecen escritos ayer, pensando en Ucrania:

No sé hasta dónde irán los pacificadores con su ruido metálico de paz

pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas contra la pacificación

y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no quieren ser pacificados

cuando los pacificadores apuntan por supuesto tiran a pacificar

y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro

es claro que siempre hay algún necio que se niega a ser pacificado por la espalda

o algún estúpido que resiste la pacificación a fuego lento

en realidad somos un país tan peculiar

que quien pacifique a los pacificadores un buen pacificador será[1].

Digan “pacificación”, pues, cuando prostituyen cada día la palabra “paz”. Y déjennos en ella que, como bien sabemos, es distinto de decir que no nos dejen en guerra. Porque paz y guerra, simplemente, no se sitúan en el mismo nivel semántico.

El resumen de todo este texto lo expresó magistralmente Gloria Fuertes en una gloriería de tan solo dos versos:

El pacifismo se nos ha quedado antiguo.

Ahora somos antimilitaristas[2].

[1] En Letras de emergencia (1973).
[2] El micropoema se titula “Medito”, y fue recogido póstumamente en el volumen Glorierías (para que os enteréis). Madrid: Ediciones Torremozas, 2001, p. 48.

Archivado en: Pacifismo ‧ Ucrania ‧ Antimilitarismo

Las colosales inversiones militares previstas en el presupuesto de 2022

25 abril, 2022

Fuente: http://www.eldiario.es

Pere Ortega @PereOrtega

Presidente honorario del Centro Delàs de Estudios por la Paz

Archivo - Militares realizan maniobras en la Academia General Militar, a 26 de noviembre de 2021, en Zaragoza, Aragón, (España). La ministra de Defensa ha visitado la academia, donde ha conocido rutinas de los alumnos del centro.
Fabián Simón – Europa Press – Archivo

4 de enero de 2022 22:11 h | Actualizado el 05/01/2022 05:30 h 

60 premios Nobel han promovido una petición para frenar el gasto militar mundial, carta en la que piden una reducción de un 2 % durante cinco años. Un gasto que en 2020 ha sido cercano a los 2 billones y que representarían un ahorro de 40.000 millones de dólares anuales, que podrían en buena parte paliar las grandes necesidades sociales que padece la población mundial, especialmente el hambre (811 millones en 2021), el cambio climático y la guerra que obligaron a desplazarse a 82,4 millones en 2020.

Algo que ya pidió Naciones Unidas tras el final de la Guerra Fría en 1991 a través del PNUD, disminuir un 3 % anual los denominados Dividendos de paz, con los que se pretendía ayudar al desarrollo de los países más empobrecidos y acabar con el hambre en el mundo. Pero las grandes potencias hicieron caso omiso de la petición y hoy se prosigue en una situación similar a la de aquella carrera armamentista que estuvo a punto de provocar una guerra nuclear.

Esto viene a propósito de la aprobación del presupuesto español para el año 2022, donde el gasto militar del Ministerio de Defensa, lejos de disminuir, aumenta un 7’5 % con respecto a 2021. Un incremento que en buena parte se destinará a inversiones militares, pues los recursos destinados a armamentos serán de 4.581,5 millones, un 16,2 % más que en 2021. Unas inversiones que suponen nada menos que el 21,3 % respecto al total de las inversiones del Estado (las inversiones reales más los destinados a I+D). Un considerable aumento que induce a suponer que el Gobierno del PSOE con la aquiescencia (o silencio) de su socio Unidas Podemos, continúa apostando por invertir en la industria de armamentos como si ésta fuera un sector clave para el desarrollo de la economía del país. 

De ese total de inversiones, su mayor parte, 2.848 millones de euros, estarán destinados al pago de las deudas contraídas con las empresas por los grandes programas de fabricación de armas, que algunos tienen un desarrollo de hasta 25 años y que se denominan Programas Especiales de Modernización (PEM), y el resto a inversiones ordinarias en I+D militar, infraestructuras e instalaciones militares. Pero esos PEM no paran de aumentar, este mismo año 2021 se han incrementado con cuatro nuevos: el desarrollo del futuro avión de combate Sistema de Combate Aéreo (FCAS), en el que junto a España participan Francia y Alemania por un importe de 2.500 millones de euros; la adquisición de tres aviones A330 multipropósito de reabastecimiento en el aire con un coste de 810 millones; y los helicópteros H135 de un gasto de 178; y un Buque de acción marítima BAM-IS por un importe de 166,46 millones.

Los analistas en economía señalan que gracias a la llegada de las ayudas previstas de la UE de 27.633 millones este presupuesto de 2022 es expansivo, pues en su mayor parte se destinarán a inversiones, ayudas en I+D+i y a la digitalización, lo cual ha permitirá destinar la mayor parte del presupuesto corriente (el 60 %) a gasto social y así poder aumentar las prestaciones entre otros, a pensionistas, funcionarios, desempleo, ayudas a la dependencia, acceso a la vivienda o al pago del ingreso mínimo vital. Sin duda que la propuesta del presupuesto de 2022 en muchos aspectos podría ser mejorable, como lo demuestran las enmiendas presentadas durante el trámite parlamentario, pero así y todo, continúan teniendo un enorme déficit en el ámbito militar, espacio por donde se escapan enormes recursos que destinados a otras áreas producirían más beneficios para la sociedad. Un gasto militar al que parece imposible imponerle recortes, tanto a las inversiones en nuevos armamentos, como a las ayudas en I+D que se destinan a las industrias militares para desarrollar esas armas. Un enorme agujero negro de grandes proporciones que engulle cuantiosos recursos que no aportan ningún beneficio social para la población, sino al contrario, substraen recursos que destinados a los ámbitos del desarrollo de la economía ecosocial contribuirían a mejorar la vida de la población española, en especial, la de la más necesitada.

Es por esta razón que hay que mostrarse muy crítico con unas cuentas que permitirán, gracias a las ayudas europeas, invertir en el desarrollo de nuevos programas de armas, pues, aunque los recursos provenientes de la UE tienen un carácter finalista y solo se destinarán 26 millones a ese menester, sí que permitirán que los recursos propios del Estado se destinen a continuar invirtiendo en nuevas armas como así ocurre en el presupuesto previsto para 2022.

Un gasto militar español que continúa prisionero de la inercia de aportar recursos al ámbito industrial militar creyendo con ello que se está contribuyendo al bienestar de la población, cuando, por el contrario, se está invirtiendo en políticas devastadoras para el bien común, pues las inversiones armamentos, en I+D militar y en el mantenimiento de una gran fuerza militar como es el ejército español solo contribuye a robustecer la seguridad de las potencias militares occidentales, Estados Unidos y Unión Europea (OTAN y futura PESCO) y en reforzar el modelo económico extractivista de las grandes corporaciones transnacionales que esos Estados apoyan y que tienen sometido al planeta en la crisis socio ecológica que amenaza la supervivencia de la humanidad. Unos Gobiernos que lanzan mensajes mendaces sobre las bondades de una industria militar (la gran beneficiaria del gasto militar), que crea puestos de trabajo, ayuda al desarrollo tecnológico del país a través de la I+D+i pues fortalece el crecimiento y enriquecimiento de la economía. Cuestiones que han sido extensamente analizadas por otros muchos investigadores que demuestran precisamente lo contrario. Como simple ejemplo, cabe recordar el “milagro” económico de las devastadas Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial y como se desarrollaron rápidamente gracias a la prohibición de tener ejército e industria militar.

Presionemos al Gobierno de España para que siga el consejo de los premios Nobel en reducir en un 2 % el gasto militar. Y no en la seguridad humana, que se fundamenta en la defensa de las necesidades de la población (salud, trabajo, bienestar, vivienda, coberturas sociales, medio ambiente sano, etc.). 

Alberto Garzón lleva razón

24 noviembre, 2021

Fuente: http://www.blogs.publico.es VICENÇ NAVARRO

JULIO 15, 2021

Alberto Garzón durante el video sobre el consumo de carne y el cambio climático

El sesgo conservador que caracteriza amplios sectores de la cultura dominante en los establishments políticos mediáticos españoles -fenómeno al cual me he referido y documentado en varias ocasiones- explica un anti-cientifismo generalizado (semejante al que caracteriza el trumpismo en EEUU), que aparece constantemente en los debates políticos en el país. Y los costes de esta situación en donde la ignorancia está tan extendida son elevados. Estamos viendo la cuarta ola de la pandemia covid-19 siendo España uno de los países Europeos con mayores tasas de infección por esa enfermedad. Y somos también uno de los países en este continente con peores condiciones ambientales y con regulación más laxa en la producción y distribución de alimentos. Miren los datos y lo verán.

Una muestra de este anti-cientificismo es la reacción de amplios sectores de tal establishment político mediático español (incluyendo sorprendentemente a algunas voces dentro del grupo socialista en el gobierno de coalición español), frente a las declaraciones del Ministro de Consumo, el señor Alberto Garzón, declaraciones que reflejan el claro sentir general de la comunidad científica sobre los temas que éste ha citado en su entrevista.

No creo que haya un científico que pueda estar en desacuerdo con la famosa frase utilizada por el ministro de que «comer tanta carne perjudica nuestra salud y al planeta«. La evidencia científica que apoya tal postura es abrumadora. El conocimiento científico ha documentado (Science, Meat consumption, health, and the environment, 20 Jul 2018), que el elevado consumo de carne tiene consecuencias negativas para la salud, creando mayores riesgos de cáncer coló-rectal y enfermedades cardiovasculares. En realidad, desde el año 2015 la carne procesada, ha sido clasificada por la OMS en un grupo de 120 carcinógenos probado junto con el alcohol, el asbesto y el tabaco.

Y en cuanto al impacto climático también existe abundante evidencia ( Nature, Breaking the Habit: On the Highly Habitualized Nature of Meat Consumption and Implementation Intentions as One Effective Way of Reducing It,  5 Apr 2018), de que una reducción significativa en el consumo de carne es esencial para mitigar el cambio climático, especialmente a medida en qué la población humana aumenta, en 2300 millones proyectados para mediados del siglo actual. Un informe de The Lancet del 2007 (Food, livestock production, energy, climate change, and health, Sep 13, 2007), recomendó que, a nivel mundial, tal consumo de carne debería reducirse en un 50 % para mitigar el cambio climático. En realidad, ya en el año 2017, 15,264 científicos de todo el mundo pidieron entre otras medidas, reducir drásticamente el consumo de carne per-cápita en la humanidad.

Por qué el excesivo consumo de carne y su producción agrícola industrial dañan la salud y deterioran el ambiente cambiando el clima

El lector que no siga este tema se preguntará por qué el consumo de la carne, y sobre todo la carne roja, afecta también al ambiente y estimula el cambio climático que está teniendo enormes consecuencias negativas para la mera supervivencia de la humanidad. Este consumo está aumentando enormemente. Según un reciente informe de las Naciones Unidas ( FAO Livestock’s Long Shadow, Nov 29, 2006), el consumo de carne aumentará a nivel mundial un 76 % a la mitad de este siglo, año 50, incluyendo una duplicación en el consumo de aves de corral, un aumento de 69 % en las carnes de res, y un aumento del 42 % de la carne de cerdo.

Y la producción de carne, y muy en especial su producción agroindustrial (dominante en el sector ganadero), en su búsqueda de la máxima rentabilidad y beneficios corporativos empresariales, alcanza niveles de maltrato animal así como de agresión ambiental, que tiene consecuencias catastróficas medioambientales, siendo «una de las fuentes más importantes de producción de gases de efecto invernadero GET, una de las causas más importantes de la contaminación ambiental incluyendo de las aguas«, según ha declarado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

La conversión de bosques a campos de crianza y el drenaje de ríos y lagos para un cultivo de piensos y otros granos utilizados para animales está teniendo un impacto sustancial en los recursos hídricos. El sector ganadero de producción agrícola industrial ha sido el principal impulsor, por ejemplo, de la deforestación de la Amazonía, con alrededor del 80 % de todas las tierras que se utilizan para cría de ganado. El 91 % de la tierra deforestada desde 1970 se ha convertido en tierra para el ganado. Y en España es bien conocido que el desecho de las granjas de cerdos también ha demostrado graves problemas sanitarios incluyendo el de las aguas subterráneas. Y en cuanto al conflicto de la calidad del aire, la deforestación empobrece la producción de oxígeno, mientras que la producción agrícola industrial de ganado, además de contribuir a la deforestación, genera los gases de efecto invernadero, causa mayor del cambio climático.

La ignorante respuesta a las declaraciones de Garzón

Alberto Garzón no dijo que había que dejar de consumir carne, sino que subrayó lo que ha dicho la ciencia ya muchas veces, y es que no debería de rebasarse el consumo de los 200 a 500 gramos semanales por persona (en España se gasta más de un kilo). Es pues la responsabilidad y el deber del Ministerio de Consumo, el alertar que desde el punto de vista sanitario debería aconsejar que general se redujera el consumo, reducción que es aconsejable para disminuir el efecto invernadero en la atmósfera, que está causando un calentamiento de la tierra con efectos muy negativos.

Era predecible, que sectores de la derecha ignorante levantaran el grito al cielo, defendiendo lo contrario de lo que aconseja el Gobierno, bajo el argumento, como decía el presidente Aznar, que «el ciudadano debe hacer siempre lo que le dé la gana, independientemente de las consecuencias que tal comportamiento tenga para los demás. Es esta arrogancia, basada en una suprema ignorancia, lo que caracteriza a grandes sectores de la derecha española. Lo que es sorprendente y decepcionante, es que a ellos se sumen personajes socialistas del gobierno. Tales voces ignoran los compromisos ya adquiridos por el gobierno español que tienen entre sus propuestas las recomendaciones del ministro Garzón, incluyendo la corrección del sistema agroindustrial que acentúa todavía más el daño creado por este tipo de producción masiva de ganado con escasa sensibilidad sanitaria y ambiental.

La función política de la ignorancia

No es por casualidad que la promoción de la ignorancia ha sido siempre la característica de las fuerzas conservadoras y ahora neoliberales que todavía tienen una enorme influencia en los establishments políticos y mediáticos del país. Ni que decir que los ignorantes no son en la mayoría de los casos conscientes de su ignorancia, pues se creen que ellos transmiten la verdad. Sin cuestionar que muchos de ellos mienten, hay que darse cuenta de que para mentir uno tiene que conocer la verdad (es decir, la lectura verídica de la realidad), que es obvio que muchos de los llamados mentirosos no saben, pues se creen lo que dicen. Y esto es incluso peor y es el origen de la función política de la ignorancia. Y gran cantidad de los medios españoles, profundamente sesgados hacia posturas muy conservadoras o neoliberales producen una visión de la realidad que favorecen las relaciones de poder existentes en la sociedad. La reproducción de estas relaciones de poder es la mayor causa de la promoción de la ignorancia. No es por casualidad que el anticientifismo es una característica de las derechas y ultraderechas. Negar y desmerecer que haya un cambio climático o que haya una pandemia gravísima, es característico de las derechas y ultraderechas a los dos lasos del Atlántico Norte.

Pero tal ignorancia también puede aparecer en círculos gobernantes a nivel central y autonómico que promoviendo un triunfalismo de que la pandemia está controlada o de que el cambio climático no es tan amenazante están aprobando medidas que son irresponsables y que muestran también su ignorancia de la realidad. Hay que darse cuenta de que la mal llamada irresponsabilidad de los jóvenes, a los que se atribuye la causa del enorme incremento de la infección entre ellos, ha ocurrido sin que rompieran ninguna norma o ley. Y es ahí donde tales círculos no han sido tan responsables como debiera haber sido. Tenían que haber adoptado medidas más tajantes para evitar el daño.  De ahí la necesidad de que haya ministros como Alberto Garzón que continúen promoviendo lo que es obvio, que a pesar de su obviedad continúa ignorado y desconocido.

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Perdiz, codorniz o moñudo: el 40 % de las aves trofeo de caza en Europa están en una situación preocupante

21 noviembre, 2021

Fuente: http://www.eldiario.es

Foco CRISIS CLIMÁTICA

Aves en mal estado

Raúl Rejón / Ana Ordaz 13 de julio de 2021 22:45 h @raulrejon @AnaOrdaz_

Cada año en España se cazan entre 12 y 13 millones de aves. Patos, perdices, codornices, zorzales engrosan cada temporada, a cientos de miles, las estadísticas cinegéticas. La normativa europea incluye algo más de 100 aves cazables en la UE. El 40 % de ellas ya presentan un estado preocupante, por lo que la ley obliga a establecer si la caza es compatible, respeta el principio de uso razonable y no pone en peligro su conservación. 13 variedades de este club en riesgo son trofeo de caza en España.

La lista de «estado inseguro» en la jerga europea, ya ha sido revisada por el grupo de expertos europeos en las directivas de Aves y Hábitats e incluye aves tan codiciadas por el sector cinegético hispano como la perdiz roja (2,4 millones de piezas abatidas en 2018) y la codorniz (un millón). También seis variedades de acuáticas –221.000 piezas– calificadas, en principio, como cazables: la agachadiza común, el ánade rabudo, la cerceta común, la focha, el porrón común y el porrón moñudo (alguna variedad puede no estar autorizada en una comunidad autónoma en virtud de sus competencias).

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El documento de análisis del grupo recuerda que la directiva europea de Aves indica que «las especies en un estatus no seguro no deberían cazarse a menos que la caza forme parte de un plan de gestión apropiado que también incluya conservación del hábitat y otras medidas para ralentizar y revertir el descenso».

Además del grupo de las acuáticas, la perdiz roja o la codorniz, en la lista europea están incluidas como en estado desfavorable otras variedades reconocidas como cinegéticas en España: la avefría (11.000 piezas anuales según los datos del Gobierno), el estornino pinto, el zorzal alirrojo (todas las variedades de zorzal suman más de 4 millones de capturas al año en los anuarios de caza del Ministerio de Agricultura) y la más célebre tórtola europea.

Precisamente la falta de protección de esta última ave en España ha acarreado un expediente de sanción por parte de la Comisión Europea y, tras años de evolución, ha desembocado en una moratoria este 2021 en todas las comunidades autónomas: no se cazará ninguna tórtola, aunque siga siendo especie cinegética.

Ejemplar de codorniz / SEO.

De hecho, la tórtola ha servido de ejemplo de cómo evolucionan las cosas en la Unión Europea. Con ese antecedente, el sector cinegético ya ha activado sus alarmas: no están de acuerdo con la línea de actuación de la Comisión Europea. Aunque la evaluación de especies es un paso muy previo a cualquier medida concreta, la Federación Española de Caza ha «exigido una respuesta firme» al Ministerio de Agricultura. También han considerado que el comité europeo se ha centrado «exclusivamente en limitar la caza y no en implementar mejoras del hábitat». La federación ha considerado que incluir la perdiz en la lista es «un nuevo ataque de Europa que pretende acabar con la caza» de esta especie.

La perdiz roja aumentó su nivel de peligro en diciembre de 2020 al ser catalogada como especie «casi amenazada» por la Unión internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La pérdida de hábitat, el uso intensivo de fitosanitarios y pesticidas agrícolas y la hibridación amenazan a la especie. Su delicado estado en España ha hecho que se generalice la cría en cautividad y suelta de ejemplares para alimentar los cotos de caza. En 2018 se soltaron más de dos millones de perdices. El problema, apuntan las investigaciones, es que la perdiz criada se hibrida con variedades domésticas adaptadas a la cautividad y luego, en el campo, anulan las características silvestres de la roja autóctona.

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En el caso de la codorniz, la Sociedad Española de Ornitología ha calculado que su población en la península ibérica ha decaído un 74 % en los últimos 20 años. A su juicio, vive una situación similar a la perdiz roja: la pérdida de sus ecosistemas, el cambio climático y la gestión cinegética inadecuada como «la media veda o la hibridación por la suelta de codornices japonesas u otras variedades» inciden en su declive.

Estudios para cada variedad

Vista la cantidad de especies que no están bien y «la limitación de recursos», la Comisión Europea contempla, según sus documentos, elaborar un primer grupo de aves más urgente cuyo índice de prioridad a nivel europeo sea «7, 8 o superior». La perdiz roja aparece con un índice de 8. La codorniz, que es migratoria, está en un 3. Avefrías y ánade rabudo presentan un índice de 10 y el porrón moñudo un 7. Para este grupo, los técnicos piden que se haga un estudio que responda, entre otras cuestiones, a si la caza juega un papel crítico en la supervivencia de la especie.

En los casos en los que la «extracción por la caza», es decir, abatir ejemplares, no pudiera excluirse como elemento crucial que debe abordarse para la supervivencia de esa ave, el plan propuesto pide diseñar un modelo de «caza adaptativa». Habría que establecer, entonces, si existe una tasa de caza sostenible y cuál sería. «Solo las cuotas de caza sostenible que conduzcan a la recuperación de las poblaciones serían consideradas». Y añade: «En el resto de los casos, se necesitaría una cuota-cero hasta que pudiera establecerse esa tasa». El remate llega al expresarse que, hasta que se desarrollen esos planes, el principio de precaución pediría asegurar una cuota cero: ningún ejemplar cazado.  

A estas posibles medidas les queda mucho camino por delante. De entrada, en la presentación de las conclusiones técnicas a los estados miembros, se acordó que el siguiente paso sería elegir el grupo de aves más prioritaria para iniciar los informes sobre esas variedades.