Archive for septiembre 2022

El pequeño alcalde y la gran escritora

30 septiembre, 2022

Fuente: http://www.eldiario.es

Iñigo Sáenz de Ugarte

Almeida en un acto del Ayuntamiento de Madrid el 20 de diciembre.
Almeida en un acto del Ayuntamiento de Madrid el 20 de diciembre. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

3 de enero de 2022 22:20 h. Actualizado el 04/01/2022 10:41 h. 

Un político se pone en evidencia y deja claro quién es cuando le empiezan a temblar las rodillas. Partiendo de ese supuesto, las rótulas de José Luis Martínez-Almeida están haciendo ahora más ruido que una banda de heavy metal. En pleno ataque de pánico, el alcalde de Madrid decidió el lunes defender su pacto presupuestario con los tres concejales que abandonaron Más Madrid atacando la memoria de la escritora Almudena Grandes. 

Para los amantes de la literatura de la escritora madrileña, no hay nada peor que eso. Sin embargo, en términos políticos hay algo que deja a Almeida en peor situación. Intentó presumir de que es un fino estratega, alguien capaz de engañar a algunos concejales de la oposición para que salga adelante su proyecto de presupuestos. La impostura es obvia: él siempre apostó por pactar las cuentas con la extrema derecha y fue la negativa radical de Vox a negociar con él la que le obligó a cambiar de plan. Hay pocas cosas más penosas en política que aparentar ser un gallito cuando has tenido que mendigar el apoyo de otros.

“Almudena Grandes no merece ser hija predilecta de Madrid, pero yo he sacado unos presupuestos que son buenos para los madrileños. Yo he ponderado: un buen presupuesto para Madrid de 5.600 millones y Almudena Grandes. Ya tengo los presupuestos”, dijo en una entrevista con el medio sensacionalista OK Diario. Por el contenido del breve texto, se deduce que el único objetivo de la conversación era aplacar la ira de los votantes de Vox.

Almeida podía haberse atenido a algo que ya ha mencionado sin necesidad de desdeñar la figura de la escritora fallecida el 27 de noviembre: la necesidad de que la ciudad de Madrid cuente con unos presupuestos que sirvan para acometer nuevas inversiones. Al final, prefirió lanzar un señuelo a las guerras culturales de la derecha que exigen bajar al barro para cuestionar todo aquello que sea admirado por los que piensan de forma diferente. Al enemigo, ni agua, aunque esté enterrado bajo dos metros de tierra. El rencor hacia el adversario no acaba ni con la muerte.

No hay desgracia, grande o menor, que no pueda ser manipulada en tu beneficio. Lo demostró Vox cuando se burló de los mensajes que se intercambiaron el domingo Pedro Sánchez y Pablo Casado al saberse que el presidente del PP había dado positivo en Covid. Fueron dos gestos de cortesía –algunos dirían que de un mínimo de humanidad– de los que se rio Vox en su cuenta de Twitter. Es la clase de gente a la que quiere apaciguar Almeida con su ataque a Grandes.

El alcalde se puso de puntillas con el fin de alardear de sus supuestas habilidades negociadoras. Afirmó que fueron los concejales de Recupera Madrid los que realizaron “un ejercicio de debilidad” al reclamar que Grandes reciba el título de hija predilecta como parte del acuerdo de presupuestos. Es obvio que se trata de una medida simbólica, como lo son muchas que aprueban las instituciones. También lo son las banderas gigantes de España que al alcalde le gusta colocar en varios puntos de la ciudad, no sea que sus habitantes se olviden de en qué país viven.

Almeida con un bebé panda en una visita al Zoo de Madrid el 17 de diciembre. J.C. Hidalgo / EFE

Almeida se pasó seis semanas suplicando a Vox que aceptara negociar los presupuestos municipales. Javier Ortega Smith, portavoz de Vox en el Ayuntamiento, lo ignoró por completo. Al final, aceptó verse a solas con el alcalde en el límite de los plazos, pero sólo para restregarle el ‘no’ por toda la cara. La excusa fue la reconversión de Madrid Central, la zona de acceso restringido al tráfico particular, con otro nombre. Ortega Smith se inventó que Almeida prefería pactar con “los comunistas”, en alusión a los ediles elegidos personalmente por Manuela Carmena para la lista electoral y que están ahora en el grupo mixto.

Vox había tenido que rendirse ante Isabel Díaz Ayuso ante la constatación de que la presidenta madrileña es tan popular entre sus votantes como su propia portavoz regional. En la Asamblea de Madrid, sólo consiguió unas migajas a cambio de su apoyo a las cuentas. A la extrema derecha sólo le quedaba mostrar los dientes en el Ayuntamiento.

Almeida ha quedado además debilitado al haber sido utilizado por la dirección nacional del PP para intentar controlar a Ayuso en su ascensión a la presidencia del partido en Madrid. Es por tanto una pieza vulnerable a la que es fácil despreciar. De otra manera, Vox quedaría como el que está para llevar las toallas y hacer los masajes al PP en Madrid.

El poeta Luis García Montero, casado con Almudena Grandes, comentó después las “declaraciones mezquinas del alcalde”. No quiso escandalizarse por el hecho de que el título de hija predilecta proceda de un acuerdo entre partidos. De hecho, agradeció al Ayuntamiento la concesión del título. Dio en la diana política con otra frase: “Si se siente traidor ante sus amigos de extrema derecha, allá él”.

Qué poco beneficio va a sacar Almeida de este intento de congraciarse con Vox. De cara al futuro, tampoco le saldrá muy rentable. El tiempo es una de las cosas en que la literatura casi siempre gana por la mano a la política. Dentro de veinte años, se seguirán leyendo las novelas de Almudena Grandes. Es muy posible que Almeida sólo sea recordado por el retrato oficial que quede en el Ayuntamiento. Y sólo porque se paga con fondos públicos.

La economía en 2022: Más nubes que claros

29 septiembre, 2022

Fuente: http://www.juantorreslopez.com

Publicado en Público.es el 31 de diciembre de 2021

La mayoría de los economistas y organismos internacionales creyeron que 2022 sería el año de la definitiva normalización de la economía internacional tras la pandemia, después de una recuperación que se presumía potente y sin grandes obstáculos en el que está a punto de finalizar.

A la vista de cómo han ido evolucionando las circunstancias, todo hace indicar que estaban bastante equivocados y que 2022 puede ser otro año lleno de sobresaltos y dificultades económicas.

Como era de esperar desde el momento en que los países ricos acumularon vacunas dejando sin ellas a los más pobres, la pandemia no se acaba. Los sucesivos brotes han supuesto sobresaltos continuos que frenan la actividad económica y aumentan la vulnerabilidad, no solo económica sino también social y política en casi todos los países. Mientras no cambie la estrategia global de vacunación, no habrá recuperación definitiva posible. Las variantes del virus seguirán brotando y las economías volverán a resentirse por la incertidumbre, tensiones y frenazos que ya hemos visto que produce la Covid-19.

Lejos de resolverse en 2022, los desajustes entre oferta y demanda se agudizarán en todas las economías, por tres sencillas razones. Porque no son, como se dice, simplemente coyunturales o producidos por la pandemia sino que venían de antes; porque prácticamente no están recibiendo ningún tipo de respuesta por parte de los gobiernos, mientras que las grandes corporaciones refuerzan los comportamientos que produjeron el problema; y, finalmente, porque se trata de desajustes que se autoalimentan, al provocar incertidumbres y costes que obligan a modificar constantemente las previsiones y expectativas y dificultan la consolidación de estrategias a medio y largo plazo, y porque incentivan -como mecanismo de defensa- la concentración empresarial que desarticula los mercados.

Lo que está ocurriendo, en realidad, es que la globalización de los últimos cuarenta años hace aguas y nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato: China cambia su modelo y estrategia para garantizar su autonomía y Estados Unidos trata de consolidar y reforzar su dominio imperial cuando se debilita su hegemonía económica; mientras que el Reino Unido, Japón, la Unión Europea o Rusia tratan de no verse arrastrados por el vendaval. Todo parece indicar que 2022 puede ser el inicio definitivo de una nueva etapa de guerra fría, uno de cuyos efectos será inevitablemente la creciente tensión geopolítica que perturbará y debilitará cada día más a las economías de todo el mundo.

La industria mundial se encuentra en crisis desde antes de la pandemia; los sistema logísticos y de aprovisionamiento se estaban empezando a reestructurar cuando los confinamientos y sus secuelas los han envuelto en un auténtico caos; los mercados de materias primas siguen siendo coto de la especulación, exacerbada cuando la situación se hace, como ahora, más inestable; los precios de la energía se disparan a causa del agotamiento secular de la oferta, de los conflictos políticos y del gran poder concedido a los oligopolios que dominan la producción y distribución; y el cambio climático, las catástrofes y las amenazas de shocks sistémicos cada vez más presentes y graves, obligarán a asumir costes extraordinarios, se quiera o no, para paliar sus efectos.

Por todas esas razones, los precios no se van a moderar en 2022 y eso va a suponer otra fuente añadida de dificultades económicas. No se va a detener su crecimiento, en primer lugar, porque no va a desaparecer el conflicto de intereses y la asimetría de poder en los mercados que está produciendo su subida en medio de los desajustes y tensiones de todo tipo que acabo de mencionar; en segundo lugar, porque los bancos centrales no tienen instrumentos para combatir el tipo de inflación que se está disparando; y, finalmente, porque una vez abierta la espoleta y creadas expectativas de inflación, al no haberse combatido de raíz, las subidas de precios se autoalimentan sin remedio. Cuando los precios industriales están subiendo en algunos países en torno al 35 %, es una quimera pensar que la subida podrá detenerse en unos pocos meses, como nos quieren hacer creer los desnortados responsables de los bancos centrales.

Por otro lado, es muy difícil que las economías mejoren sustancialmente en el próximo año cuando ni los gobiernos, ni los bancos centrales que aplican las políticas, ni los economistas de la corriente mayoritaria que las inspiran o proporcionan doctrina, tienen claro qué se debe hacer, ni por qué están haciendo lo que hacen.

A las políticas fiscal y monetaria de nuestro tiempo se les puede decir lo de la copla: ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Como ha escrito hace unos días Robert Skildesky, la política monetaria funciona en teoría, pero no en la práctica, y la política fiscal funciona en la práctica, pero no en teoría. El resultado es la improvisación, choques entre unas y otras y respuestas puramente cortoplacistas, aunque con un doble efecto seguro: aumento de la deuda en favor de la banca y la mayor concentración de riqueza en pocas manos de la historia.

Quienes gobiernan las economías lo están haciendo con instrumentos cuyo manual de funcionamiento desconocen o que responde a modelos, situaciones o problemas anteriores, y sería otro auténtico milagro que así se pueda disponer de respuestas y estrategias que garanticen estabilidad, ni siquiera a corto plazo, y la seguridad o certidumbre que precisa la vida económica para desenvolverse sin caídas constantes.

A todo ello cabe unir el viejo problema de la vulnerabilidad extrema del sistema financiero internacional, cada vez más concentrado y expuesto a niveles de riesgo sistémico extraordinarios que trasvasan al aparato productivo, a las empresas y los hogares en forma de sobrecostes, endeudamiento innecesario y falta de asistencia financiera. Un proceso que no sólo no se frena, sino que se permite, se financia e incluso se incentiva y que será otro lastre que impedirá la recuperación económica generalizada en 2022.

No se piense que hago un análisis pesimista. Sucede que el mundo es pésimo, como decía José Saramago, de cuyo nacimiento, por cierto, hará un siglo en noviembre del año que empieza.

Es pésimo porque ni aprendemos ni parece que estemos dispuesto a hacerlo.

Por si no lo teníamos claro, la pandemia ha puesto sobre la mesa que la vida en el planeta es frágil, que alterar las leyes naturales tiene consecuencias trágicas y que ni los mercados ni el afán de lucro como único objetivo de la actividad económica pueden proporcionar soluciones adecuadas a los problemas verdaderamente graves de la humanidad.

Hemos podido comprobar fehacientemente que la cooperación, la solidaridad y la salvaguarda prioritaria del interés común no son una mera opción moral sino la estrategia más pragmática para la supervivencia. Se ha demostrado que la intervención del Estado, el conocimiento compartido y la financiación adecuada de los servicios públicos esenciales son la única forma de garantizar el bienestar humano y también la eficiencia o incluso la propia vida de las empresas y el capital privado.

Y estamos comprobando con la sexta ola del coronavirus que no actuar conforme a esos principios vuelve a hacernos frágiles y a exponernos a nuevos riesgos.

Pero ni siquiera tener esas evidencias delante de nuestros ojos nos ha servido para hacer bien las cosas.

Seguimos dejando las manos libres a quienes siembran el desorden; es verdad que los gobiernos y las grandes instituciones utilizan mayor munición, incluso negando sus propias doctrinas previas, como he dicho, pero no dejan de empujar a las economías por el mismo carril que destroza el planeta y multiplica la desigualdad. Se permite que las instituciones que deben defendernos se degraden y -¡seamos claros de una vez!- se fomenta el uso de la mentira y la confrontación civil como un instrumento más para consolidar el poder económico y financiero que domina el mundo.

Puesto que las cosas nunca son completamente blancas o negras, tendremos tendencias económicas contrarias y complejas en 2022, pues ni todos los gobiernos son iguales ni todos los sujetos o grupos sociales con más o menos poder económico se mueven en la misma dirección, o tienen el mismo interés. Pero me temo que la degradación paulatina, la inestabilidad, el desconcierto y el agravamiento de los problemas es lo que más probablemente puede ocurrir cuando no cambian los principios ni el encuadre general en que se mueve la economía.

Subtitular o doblar vídeos, una buena estrategia para aprender idiomas

28 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 18 abril 2022 18:53 CEST

Autoría

  1. Noa Talaván Zanón. Profesora titular Filología. Especialista en Traducción Audiovisual Didáctica, UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia

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Noa Talaván Zanón recibe fondos de Ministerio de Ciencia e Innovación (Proyecto TRADILEX).

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La traducción audiovisual didáctica consiste en la utilización de las diversas modalidades de traducción audiovisual (subtitulación, doblaje, audiodescripción, voces superpuestas, etc.) como recurso didáctico en el aprendizaje de una lengua extranjera.

Hoy en día, gran parte de la comunicación es audiovisual (y la mayoría de los contenidos producidos y recibidos diariamente son en formato audiovisual y en entornos en línea). Por eso, el uso activo del vídeo, que incluya la mediación como elemento clave de la tarea, proporciona un alto grado de autenticidad al entorno de aprendizaje de una lengua extranjera.

Usando la traducción audiovisual, los alumnos añaden subtítulos, graban sus voces y desarrollan una conciencia necesaria sobre accesibilidad. Además, pueden compartir los productos finales con compañeros, amigos o familiares, mostrándoles el resultado de su trabajo.

Es una actividad que promueve el principio de autonomía del alumnado y el desarrollo de la competencia de que aprendan a aprender. También fomenta el uso de la lengua extranjera como herramienta comunicativa, lo que facilita la adquisición de conocimientos, competencias y habilidades.

La traducción audiovisual didáctica ayuda a aumentar el interés del alumnado por el idioma. Les da una razón clara para comunicarse al incluir temas de interés social (que pueden, además, estar relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible). Crea una atmósfera fácilmente reconocible (tecnología y medios audiovisuales), innovadora, plenamente activa y motivadora, que proporciona una mayor autosuficiencia al estudiante en su proceso de aprendizaje.

De apoyo a herramienta activa

Los inicios de la traducción audiovisual didáctica se remontan a la década de 1980, cuando una serie de educadores e investigadores comenzaron a analizar el uso de los subtítulos como apoyo en laboratorios lingüísticos para mejorar diversas destrezas. Más adelante, a comienzos del S. XXI, la subtitulación comenzó a aplicarse además como herramienta activa, aunque siguió utilizándose también como recurso de apoyo.

La mayoría de las modalidades de traducción audiovisual se pueden aplicar en el entorno educativo; se han probado y analizado tanto en las aulas como en entornos en línea. Entre ellas, la subtitulación didáctica ha sido una de las modalidades más utilizadas e investigadas.

De hecho, se ha demostrado que existen múltiples beneficios procedentes de varias combinaciones de subtítulos: interlingüísticos (es decir, de la lengua extrajera a la nativa o viceversa); intralingüísticos (subtitular en la propia lengua extranjera) y en formato creativo, es decir, reinventando el original aplicando el humor en cualquiera de las direcciones (de la extranjera a la nativa o viceversa, o en propia lengua extranjera).

Eficacia probada

En cualquiera de sus formas, la subtitulación didáctica facilita la enseñanza y aprendizaje del idioma y fomenta el desarrollo de la competencia comunicativa de modo integrado, tal y como han probado diversos estudios e investigadores en las últimas dos décadas.

Aunque algo menos estudiadas y aplicadas, el resto de modalidades de traducción audiovisual didáctica (doblaje, audiodescripción, voces superpuestas, comentario libre y subtítulos para sordos) han dado buena cuenta de sus beneficios pedagógicos, relativos no solo a la mejora de diversas destrezas y competencias, sino también al desarrollo de:

  • La competencia intercultural.
  • Las destrezas transversales (tecnológicas, audiovisuales).
  • Las destrezas de concienciación sobre valores sociales y cívicos. Pueden tratarse temas como la accesibilidad y otros asuntos de relevancia social incluidos en los vídeos seleccionados para las actividades, como pueden ser el racismo, el género o la diversidad funcional.

Asimismo, se ha probado su aplicación en entornos de educación bilingüe en educación primaria y secundaria, con resultados muy prometedores.

Investigaciones en curso

Diversos proyectos a nivel europeo y nacional (como LeViS, ClipFlair, Babelium y PluriTAV) han explorado la traducción audiovisual didáctica en la última década. Lo han hecho desde distintos puntos de vista, desde la creación de una plataforma ad hoc (ClipFlair), hasta su combinación con el aprendizaje plurilingüe (PluriTAV).

En junio de 2020 arrancó un nuevo proyecto: TRADILEX (de Traducción audiovisual como recurso didáctico en el aprendizaje de lenguas extranjeras). En él, se combinan actividades colaborativas y multimodales: un aprendizaje multisensorial que busca beneficiar a alumnos con diferentes modos de aprendizaje (lingüístico, espacial, interpersonal, etc.) y multiplicar el impacto pedagógico de la traducción audiovisual didáctica.

La metodología que TRADILEX ha desarrollado, y está evaluando e implementando en una plataforma en línea, puede ayudar cubrir las demandas del actual escenario de educación plurilingüe en entornos en línea, híbridos o presenciales.

La traducción audiovisual didáctica no espera ser la solución definitiva al aprendizaje de idiomas, pero sí un recurso de apoyo para la mejora de competencias y para el desarrollo de destrezas transversales y de transmisión de valores. Todo esto la convierte en una actividad pedagógica de gran utilidad y en constante actualización (dada su naturaleza multimodal, multilingüe, audiovisual y tecnológica).

La motivación intrínseca de la realización de actividades de traducción audiovisual didáctica, en las que además se puede ver un resultado tangible al instante (un breve vídeo subtitulado, doblado, etc.), que puede ser incluso compartido fuera del entorno educativo, atrae ya desde hace años el interés de un buen número de docentes de idiomas, alumnos e investigadores.

Por qué a los jóvenes les cuesta concentrarse

27 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 18 abril 2022 17:20 CEST

Autoría

  1. Anna Forés Miravalles. Profesora Facultad de Educación, Universitat de Barcelona

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Anna Forés Miravalles no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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“¡Concéntrate, concéntrate!”, dice el mago. Nuestra atención queda focalizada en lo que él quiere que miremos y se produce el truco de magia. Dejamos de ver lo que hace posible la magia y sólo vemos aquello que quiere que veamos: nos centramos en el guante, la carta, el sombrero y no en lo que hace posible el truco.

Cuando aprendemos, ¿dónde focalizamos? ¿Estamos atentos a los detalles? ¿Nos centramos en “el truco” o podemos apreciar todo el contexto? ¿Nos cuesta concentrarnos al estudiar?

Cuando estudiamos, la atención nos permite encauzar la vida mental y las acciones hacia la consecución de nuestros objetivos. Pero para concentrarnos nuestra mente necesita inhibir los estímulos que considera irrelevantes. Eso es lo que hace la red atencional ejecutiva.

¿Cómo centrarnos en lo que es importante? Hoy estamos inmersos en una sobreestimulación de demandas de atención. Estamos en un mundo infoxicado, con exceso de información. Nuestras mentes parecen haber desarrollado la necesidad de estar siempre “encendidas”, de recibir centenares de informaciones cada día a las que no se les puede dedicar tiempo. Sin profundizar en nada, saltamos de una cosa a la otra.

Es el resultado de un mundo, una sociedad, donde se da más importancia a la exhaustividad (necesidad de estar en todo, ver lo último) frente a la relevancia (lo más importante). Parece que la concentración lo tiene mal para encajar en este contexto, y más a la hora de estudiar.

Exhaustividad frente a relevancia

Además de la presión exterior y la sobreestimulación, nosotros mismos nos sometemos a unas inercias de rendimiento tal y como nos invita a pensar el filósofo surcoreano Byung-Chul Han:

“En realidad, lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento, como nuevo mandato de la sociedad del trabajo tardomoderna”.

La sociedad del cansancio

Sentimos la necesidad de estar presentes en las redes, de estar en lo último y abarcar todo lo reciente. Y eso es prácticamente imposible hoy en día. Acabamos dispersando nuestra atención y perdiendo la capacidad de ver lo que realmente importa.

Parece que la situación no es la óptima para que nos podamos concentrar. Pero hay maneras de conseguirlo.

  1. Empecemos por la curiosidad. Desde la neuroeducación sabemos que la forma más directa de despertar la atención, mecanismo imprescindible para el aprendizaje, es suscitar la curiosidad. Y esto es así debido a que los seres humanos somos curiosos por naturaleza. Si algo despierta nuestra curiosidad, seguro que vamos a estar atentos y concentrados en esa novedad. Realmente captará nuestras ganas de conocer, de indagar, de explorar, de profundizar, de estudiar y aprender.
  2. Tomar consciencia y decidir. Concentrarse es también decidir a qué le queremos dedicar nuestra atención, focalizar nuestra mirada. Por tanto, tomar consciencia es un paso relevante para la concentración. Por ejemplo, si debemos estudiar o realizar una tarea compleja, decidir no atender a nada ni a nadie durante 60 minutos puede ser una buena estrategia. Eso garantiza estar sólo pendientes del objetivo propuesto durante un tiempo determinado. Si realmente aquello que se está haciendo nos motiva, estamos fluyendo, el tiempo ya no cuenta. Cuando se está fluyendo no hay distracción que valga ni necesidad de determinar tiempos.
  3. Momentos de nada con movimiento. Hacer parones para hacer alguna actividad física de 10 minutos mínimo puede ayudar para volver a concentrarnos en el estudio. Si la actividad física es regular (principalmente el ejercicio aeróbico) estaremos consiguiendo promover la neuroplasticidad y la neurogénesis en el hipocampo, facilitando la memoria de largo plazo y un aprendizaje más eficiente. Además, este ejercicio no sólo aporta oxígeno al cerebro optimizando su funcionamiento, sino que genera una respuesta de los neurotransmisores noradrenalina y dopamina que intervienen en los procesos atencionales.
  4. Atender a nuestro estado emocional. Hay muchos factores que influyen en los procesos atencionales y en la concentración. Por ejemplo, como sabemos que la atención guarda una estrecha relación con el nivel de activación, la fatiga, la falta de sueño y las emociones intensas, haber dormido bien y tener bienestar emocional facilitan la concentración. Quizá un poco de meditación puede ayudar a concentrarnos mejor.
  5. Efecto biblioteca. Nuestro cerebro es un cerebro social: a veces estudiar con otros nos ayuda a concentrarnos, entramos en sintonía con los demás. Si lo podemos hacer en espacios diseñados para ello, como bibliotecas, perfecto. Si no, podemos crear espacios para compartir la concentración con otras personas, ya sean presenciales o virtuales (encuentros para estudiar).
  6. Puentes de futuro. A nuestro cerebro le gusta aprender aquello que entiende que le va a servir para el futuro. Para concentrarnos, podemos pensar en los beneficios que tendrá para el futuro lo que estamos estudiando. Proyectar ese futuro nos ayudará a motivarnos para estudiar en el presente.

Por qué el Sáhara Occidental es una pieza clave para la seguridad alimentaria mundial

26 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 18 abril 2022 18:48 CEST.

Autoría

  1. Lino Camprubí. Programa Ramón y Cajal; IP de ERC-CoG DEEPMED, Universidad de Sevilla

Cláusula de Divulgación

Lino Camprubí no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Vuelven tiempos de hambre. La guerra en Ucrania ha exacerbado la tendencia inflacionista en las economías mundiales. Las restricciones de exportaciones ucranianas y rusas de trigo, maíz y cebada impiden asegurar el alimento básico de millones de personas y animales.

Se agrava la escasez de determinados productos que se venía arrastrando desde los parones por la pandemia de covid-19 (a día de hoy, China sigue cerrando fábricas como respuesta a los brotes) y desde aquel incidente del portacontenedores embarrancado en Suez en marzo de 2021. El precio del gas y el petróleo ha alcanzado máximos que han cerrado comercios y provocado protestas en numerosas partes del mundo.

Los fertilizantes ocupan menos titulares, pero su encarecimiento afecta a la viabilidad de la producción agrícola desde Brasil a Sri Lanka. Lo ocurrido en este país es indicativo de la importancia de los fertilizantes químicos.

En un intento de promover la agricultura ecológica, el gobierno de Sri Lanka prohibió el uso de fertilizantes químicos en 2021. Cuando intentó revocar esa decisión en marzo de este año, los precios eran ya inasequibles para los agricultores, que se sumaron a una rebelión virulenta cuyo final está por decidir.

Los fertilizantes son hoy por hoy imprescindibles para varias industrias y para la alimentación de la población mundial. Junto con el nitrógeno y el potasio, el fósforo es un componente clave de los fertilizantes agrícolas.

Tanto es así que en la segunda mitad del siglo XIX la lucha por su control desencadenó “las guerras del guano”, que enfrentaron a España con Perú, Chile, Ecuador y Bolivia, pero que también motivaron los primeros movimientos imperiales de Estados Unidos en el Pacífico.

En nuestros días el fosfato comercial no procede de excrementos de aves, sino de minas de mineral de fósforo. Pero las tensiones geopolíticas en torno a su control son igualmente candentes. El fondo del problema no es tanto la escasez como la distribución desigual.

Marruecos, el 70 % de las reservas de fosfato

Solo cinco países tienen fosfato accesible y en cantidades suficientes para ofrecerlo al mercado mundial. Rusia y China, entre los principales exportadores, prohibieron su venta al exterior el pasado otoño, y no van a levantar la prohibición en tiempos de guerra. Entretanto, Marruecos posee un alarmante 70 % de las reservas mundiales conocidas de fosfato.

El hecho de que esta estimación oficial contabilice el fosfato del Sáhara Occidental demuestra que la comunidad internacional, con pocas excepciones, reconoce de facto la soberanía marroquí sobre el territorio. Pero antes de explicar esa historia conviene entender dos aspectos importantes del mercado mundial de fosfatos derivados de la situación de oligopolio por parte de un puñado de países.

Contaminación y precios volátiles

El primero es que los precios son muy volátiles. Muchos granjeros de todo el mundo no pueden permitirse comprar los fosfatos necesarios para mantener la productividad de sus cosechas. En estos momentos nos acercamos a un pico de los precios similar al de 2008. Para mantener la escalada, los países con minería de fosfatos no tienen más que ralentizar el ritmo de extracción o simplemente no aumentar las inversiones en prospección y minas nuevas. Se trata de producir escasez.

El segundo es que el fósforo es uno de los contaminantes más peligrosos para las aguas de la Tierra. La eutrofización (sobre-fertilización) que produce su exceso puede ahogar ríos, lagos y mares (el Mar Menor, sin ir más lejos).

Los científicos alertan una y otra vez sobre la conveniencia de establecer mecanismos de coordinación internacional sobre el fósforo similares al que la ONU está desarrollando para el nitrógeno que podrían fomentar el reciclaje y otras prácticas más sostenibles geopolítica y ambientalmente, incluyendo promover el conocimiento del ciclo global del fósforo y cuantificar los beneficios de su gestión.

Un paso importante en esa dirección es el informe que el grupo de trabajo Our Phosphorus Future está ultimando (con una muy modesta participación por mi parte) con apoyo del Programa Ambiental de la ONU (PNUMA). A pesar de estos esfuerzos, hay muy poca conciencia pública y política sobre los peligros de nuestra dependencia del fósforo. El oligopolio también afecta a la información, la divulgación y las prioridades mediáticas.

Cambio de política española en el Sáhara, ¿por qué ahora?

El 18 de marzo se hizo pública una carta que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, envió al Rey de Marruecos, Mohamed VI, alineándose con el plan de Marruecos para el Sáhara Occidental. Esto es un golpe de timón respecto a la política de neutralidad que España venía manteniendo en las últimas décadas.

Numerosas voces, incluso dentro del Gobierno, se alzaron para denunciar lo que consideraban una traición al mandato de España como teórica potencia administradora y a los cientos de miles de saharauis que hasta 1975 se consideraban ciudadanos españoles y que desde entonces solicitan que se cumpla el Derecho de Autodeterminación que les reconoce la ONU.

Especialmente sangrante es el caso de los 300 000 saharauis estancados en campos de refugiados en Argelia, cuyo futuro es difícil de imaginar bajo una “autonomía” controlada por Marruecos (la posibilidad de que España les acoja se ha puesto alguna vez sobre el tablero).

La nueva relación entre España y Argelia

En vista de estas críticas, el día 6 de abril el Congreso reprobó (de forma no vinculante) el cambio de posición del Gobierno con el solo voto en contra del PSOE. A pesar de esto, al día siguiente Sánchez viajó a Rabat a reunirse con el monarca para simbolizar la nueva relación.

Además de críticas, el viraje respecto al Sáhara ha suscitado una pregunta: ¿Por qué precisamente ahora? La sorpresa viene porque, en plena guerra y con una dependencia del gas argelino mayor que nunca, acercarse a Marruecos en la cuestión saharaui puede afectar a las relaciones con Argelia.

A la vez que Marruecos anunciaba la vuelta a las relaciones diplomáticas (rotas desde que en abril de 2021 España diera asilo sanitario al líder del Frente Polisario saharaui), Argelia llamaba a consultas a su embajador en España. Esto puede incluso repercutir en el precio al que Argelia venda su gas a España.

Se han ofrecido varias respuestas plausibles. El hecho de que la carta del Presidente tildase de “seria, creíble y realista” la propuesta marroquí de considerar al territorio bajo su soberanía, pero con un estatuto de especial autonomía ha llevado a considerar que Estados Unidos y Francia pueden haber promovido esta acción, dado que se trata de la misma terminología empleada por los oficiales de aquellos países en sus respectivos anuncios de apoyo al plan marroquí.

Se ha especulado con que la razón de este alineamiento tiene que ver con la voluntad de cerrar frentes en tiempos de guerra y de afianzar la cohesión OTAN-UE con respecto a una región clave en el control de la inmigración y el terrorismo.

Se ha barajado incluso la posibilidad de que Argelia, a pesar de sus aspavientos dramatúrgicos, esté interesada en dar salida de algún modo a un contencioso cuya resolución le permitiría reabrir el gaseoducto que lleva su gas a España a través de Marruecos, que cerró como muestra de su apoyo a los saharauis cuando se reinició la lucha armada en noviembre de 2020.

Si Francia accediera a abrir el gaseoducto paralizado entre Cataluña y el Midi, esto permitiría que más gas argelino llegue a los países hoy dependientes del gas ruso. Además, el Sáhara Occidental ofrece sus propios recursos.

Otros motivos económicos barajados son la promesa de energía solar generada en el Sáhara, la pesca, el petróleo frente a las Canarias, las vías de comunicación terrestre entre Europa del Sur y el África subsahariana… y los fosfatos.

La perspectiva histórica: de la Revolución Verde a la Marcha Verde

En el año 2013 una investigación histórica sobre los vínculos entre geofísica y geopolítica en el Sáhara Occidental sacó a la luz archivos olvidados en el Instituto Geológico y Minero de España que contenían valiosa información sobre las prospecciones geológicas que el geólogo Manuel Alía Medina llevó a cabo en la región.

Estas prospecciones pusieron la semilla para los posteriores estudios geofísicos que siguieron una antigua formación costera por el interior del territorio hasta el descubrimiento de la mina de Bu-Craa en 1962.

La misma investigación analizó los archivos históricos del INI (en la SEPI) relativos a la empresa pública encargada de la mina del Bu Craa. Entre 1964 y 1975, se sucedieron conversaciones secretas a varias bandas entre los diferentes países interesados en el fosfato del Sáhara, que además de España y Marruecos incluían muy especialmente a Francia y Estados Unidos.

La clave estaba en el emergente mercado mundial de fosfatos. El incremento exponencial de la productividad agrícola que se ha dado en llamar Revolución Verde comenzó precisamente a principios de los 60.

Pese a los problemas sociales y ambientales de los monocultivos asociados a ella, la Revolución Verde es lo que sostiene a la humanidad. Entre sus pilares más conocidos estaban las semillas híbridas y los fertilizantes. El precio del fosfato se multiplicaba cada año. En un mundo dividido por la Guerra Fría, Marruecos supo jugar su neutralidad y sus enormes reservas para dominar el precio del mineral de fosfato, que luego se manufacturaba en Francia y vendía a toda Europa. La OCP, la empresa estatal encargada de los fosfatos, se convirtió en el pilar de la economía marroquí y, por tanto, de la estabilidad de la dinastía real.

Cinta transportadora entre Boukraa y El Aaiún, en el Sahara Occidental, en una imagen de los años 70 del siglo XX. Wikimedia Commons / Central Intelligence Agency

La mina de Bu-Craa no podía compararse a las enormes reservas bajo el suelo marroquí. Pero el mineral era de enorme calidad y fácil extracción. Un competidor al sur en las exportaciones a Europa hubiera hecho imposible para Marruecos seguir controlando el precio. Tras años de acuerdos frustrados, cuando España empezó a sacar fosfato al mercado los acontecimientos se sucedieron de forma vertiginosa. En 1972 Marruecos y España alcanzaron un acuerdo secreto que permitía a España exportar ciertas cantidades sin ir a la guerra de precios.

En 1973 la cinta transportadora que llevaba el fosfato de Bu-Craa al puerto del Aiun fue atacada por el recién proclamado Frente Polisario. El Gobierno español comprendió que, sin la cooperación saharaui, la explotación no sería posible. En 1974 anunció ante el Comité de Descolonización de la ONU que organizaría un referéndum de Autodeterminación.

Inmediatamente, Hassan II hizo saber a Kissinger y Ford que no podían aceptar esto. Sin el Sáhara Occidental, la monarquía caería, tanto por el valor simbólico que ésta le había otorgado a la idea del Gran Marruecos como por el valor económico de los fosfatos.

Manifestación a favor de la independencia del Sáhara / Shutterstock.

A continuación, Kissinger y Ford hicieron saber al entonces príncipe Juan Carlos que Estados Unidos no podía aceptar que la monarquía alauí cayera: se corría el riesgo de que un gobierno prosoviético como el de Argelia se apoderara de Marruecos o del Sáhara, otorgando a la URSS una base naval en el Atlántico.

Unos días después, cientos de miles de civiles avanzaban de Marruecos a la frontera con el Sáhara en la llamada Marcha Verde, el ejército español se retiraba, y el marroquí tomaba posiciones. Sin demasiados tiros, el Sáhara Occidental se convertía en la última colonia de África.

Una cláusula secreta de los Acuerdos de Madrid aseguró a España una participación en la mina de Bu-Craa tras su salida del país en 1975. Pero una guerra cruenta entre Marruecos y el Frente Polisario siguió hasta 1991, dificultando la extracción. Marruecos se centró en la protección del “triángulo útil”, que incluía la mina de fosfatos. Sin embargo, durante muchos años, la vulnerabilidad de la cinta impidió a la mina funcionar. No importaba. Entonces, como ahora, la guerra también sirve para producir escasez artificial.

La exploración de Zelandia, el continente sumergido

25 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 18 abril 2022 20:58 CEST

Autoría

  1. Laia Alegret. Professor in Paleontology, Universidad de Zaragoza

Cláusula de Divulgación

La investigadora Laia Alegret participó en la expedición a Zelandia, el continente sumergido que fue descrito en 2017 y del que se ignora casi todo. Zelandia es el séptimo continente de la Tierra. Con un tamaño de unos cinco millones de kilómetros cuadrados, abarca una extensión unas 10 veces mayor que España. El 94 % de todo su territorio está sumergido bajo el océano Pacífico y solo emergen sus partes más altas: Nueva Zelanda y Nueva Caledonia

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Zelandia es todo un continente oculto bajo las aguas del Pacífico, del que únicamente aflora una mínima parte: las islas de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia.

El séptimo continente, que aún no figura en los libros de texto, se separó de Australia y de la Antártida hace unos 80 millones de años. Tras aquella separación sufrió importantes movimientos verticales, con momentos en los que estuvo sumergido a miles de metros de profundidad y otros en los que ascendió hasta la superficie. En la actualidad está escondido bajo el mar en un 94 %.

En 2017 se reconoció oficialmente como un continente, y ese mismo año España participó en una expedición internacional para explorarlo en detalle.

Entonces recibí una carta aceptando mi solicitud para participar como científica en una expedición internacional para explorar ¡un continente!

Nuestra misión es compartir el conocimiento y enriquecer el debate.

¿Quiénes somos?

Zelandia, el séptimo continente, en gris en el mapa, está casi en su totalidad sumergido bajo las aguas del Pacífico. Sólo afloran sus montañas más altas: las islas de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia. Laia Alegret, modificado de Mortimer et al. (2017).

En pleno siglo XXI, cuando la atención general está puesta en las misiones espaciales, parecía impensable que todavía quedara un continente prácticamente desconocido: Zelandia.

La razón por la que no se conocía es que se encuentra sumergido, casi por completo, a más de 1 000 m de profundidad bajo las aguas del Pacífico. Sólo afloran sus montañas más altas, las islas de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia, que apenas constituyen un 6 % de su superficie.

px Zealandia topography. World Data Center for Geophysics & Marine Geology (Boulder, CO), National Geophysical Data Center, NOAA, Public domain, via Wikimedia Commons
Extensión de Zelandia (delimitada por una línea rosa), y su topografía. La mayor parte del continente se encuentra sumergido a profundidades de entre 1 000 m y 3 000 m. World Data Center for Geophysics & Marine Geology (Boulder, CO), National Geophysical Data Center, NOAA, Public domain, via Wikimedia Commons

Como geóloga, la participación en esta expedición era una oportunidad única, comparable a las gestas de los descubridores de siglos pasados cuando exploraban mares y tierras desconocidos.

Pero en aquel momento quizás no fui consciente de la gran suerte que tuve de ser aceptada en el equipo como investigadora española. Algo que no podrá volver a repetirse. En 2022, la participación de España en el consorcio que financia estas expediciones de perforación submarina ha sido suspendida, tras 5 años sin abonar su cuota. Esto frena nuestra participación en un mar de descubrimientos.

La expedición a bordo del Joides Resolution

El 27 de julio de 2017 el buque Joides Resolution partía del puerto de Towsnville (Australia) para extraer sondeos del fondo marino y estudiar en detalle el séptimo continente. Los otros seis, desde el punto de vista geológico, son Eurasia, África, Norteamérica, Sudamérica, Australia y la Antártida. A bordo, 32 científicos de 12 países diferentes, técnicos de laboratorio, sondistas, el personal y la tripulación del barco… hasta un total de 146 personas.

Participantes de la expedición a Zelandia, en la proa del buque Joides Resolution. Tim Fulton, IODP/JRSO

Durante dos meses navegamos por el mar de Tasmania perforando sondeos, lanzando cilindros huecos al fondo marino y recuperándolos rellenos del sedimento depositado a lo largo de 70 millones de años. Trabajamos en turnos de 12 horas, los 7 días de la semana, haciendo frente a los fenómenos meteorológicos y a los problemas técnicos derivados de una campaña que fue pura exploración.

Técnicos de laboratorio, introduciendo en el barco uno de los sondeos extraídos del fondo del océano. IODP

Cada científico estudiaba un aspecto de las muestras en los laboratorios del barco. Los paleontólogos estudiábamos los miles de fósiles microscópicos que aparecían, mientras reforzábamos los abdominales al tratar de mantenernos erguidos frente al microscopio con el fuerte oleaje del mar de Tasmania. Pero siempre con la convicción de que estábamos haciendo un nuevo descubrimiento con cada núcleo de sedimento que llegaba al barco.

Laia Alegret, observando fósiles microscópicos en el laboratorio de Paleontología del buque Joides Resolution, durante la expedición a Zelandia. Debra Beamish

Recuperamos más de 3 kilómetros de sondeos y llegamos a perforar a casi 5 kilómetros de profundidad bajo la columna de agua.

El 26 de septiembre de 2017 desembarcamos en Hobart (Tasmania). Aún recuerdo las bromas sobre la novedad de volver a caminar y vivir en tierra firme. Desde entonces, los 32 científicos hemos seguido colaborando en el estudio de Zelandia.

Los análisis del sedimento depositado a lo largo de millones de años en los fondos marinos han permitido reescribir la historia geológica de un continente, Zelandia, y entender su relación con los movimientos de las placas tectónicas, los riesgos geológicos y el cambio climático.

Reescribiendo la historia de un continente

Al contrario de lo que se pensaba, hemos demostrado que, desde que Zelandia se separó de Australia y de la Antártida hace 80 millones de años, ha sufrido grandes movimientos verticales, con momentos en los que hubo tierra firme y otros en los que se hundió a miles de metros de profundidad.

Esto lo hemos deducido a partir de los fósiles microscópicos encontrados. El grupo estrella para reconstruir la profundidad de las aguas es el de los foraminíferos bentónicos, unos organismos unicelulares que protegen su única célula mediante una concha. Ocupan el mayor hábitat del planeta, los fondos marinos desde las playas hasta las llanuras abisales, y sus miles de especies son diagnósticas de la profundidad. Algunas de las muestras de Zelandia contienen especies típicas de medios profundos, mientras que en otras muestras predominan las especies características de playas someras, e incluso otros fósiles procedentes de tierra firme como restos de plantas, polen, esporas e insectos.

Conchas fosilizadas de foraminíferos bentónicos de Zelandia. Fotografías tomadas mediante microscopía electrónica de barrido (Servicio General de Apoyo a la Investigación-SAI, Universidad de Zaragoza). Las barras de escala corresponden a 100 micras. Laia Alegret

Estos movimientos se han relacionado con la subducción de la corteza oceánica del Pacífico por debajo de la corteza continental, un proceso que genera fricción de materiales, calor, riesgos geológicos como terremotos, maremotos y vulcanismo, y que también conduce a la formación de recursos minerales.

El océano Pacífico está prácticamente rodeado por zonas de subducción, que conforman el Anillo de Fuego del Pacífico. Los procesos de subducción se producen hoy en día en multitud de lugares del planeta, incluido el Mediterráneo, y el estudio de Zelandia ha sido fundamental para conocer mejor cómo se desarrollan.

En Zelandia encontramos también sedimentos clave para la investigación sobre el cambio climático. En los sondeos hemos identificado eventos de calentamiento global ocurridos en el pasado y que pueden ser empleados para mejorar los modelos predictivos del actual cambio climático. Estos y otros resultados se están publicado en revistas científicas de primer nivel y han propiciado el desarrollo de más proyectos y colaboraciones internacionales. La investigación de las muestras de Zelandia sigue en marcha, y dará lugar a muchos más descubrimientos.

Punto final a la participación de España

Desde 1968, los programas internacionales de perforación oceánica han recuperado sondeos de los fondos oceánicos para dar respuesta a preguntas fundamentales sobre el funcionamiento de nuestro planeta, las fuerzas que lo gobiernan, los cambios climáticos, la vida y la evolución.

La colaboración internacional contribuye no sólo a financiar las expediciones, sino también a formar grupos multidisciplinares de científicos que trabajan con objetivos comunes. Dicen que la unión hace la fuerza, y estos programas benefician a la comunidad global, a los países que participan y a los científicos, que establecen lazos de colaboración muy estrechos en redes internacionales.

España participa en los programas internacionales de perforación oceánica a través del consorcio europeo ECORD, que recibe aportaciones económicas de cada uno de sus países integrantes. La contribución española era de las más modestas del consorcio, pero permitía que científicos de centros españoles participaran en las expediciones y en los comités científicos asesores.

En 2017 dejó de contribuir al programa y desde entonces el Ministerio de Ciencia e Innovación no ha solventado la situación, por lo que la participación de España ha sido finalmente suspendida en marzo de 2022. Sería deseable que el Gobierno de España llegara pronto a un acuerdo que nos permita volver a participar en todo un mar de descubrimientos.

¿Está contaminada su ciudad? Pregúnteselo a los árboles

24 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 19 abril 2022 14:10 CEST

Autoría

  1. David Soba Hidalgo. Investigador Postdoctoral. Agricultura Sostenible y Biomonitorización, Instituto de Agrobiotecnología (IdAB – CSIC – Gobierno de Navarra)
  2. Angie Lorena Gamez Guzman. Investigador doctoral en Biotecnología por la Universidad Pública de Navarra y NAFOSA, Universidad Pública de Navarra
  3. Iker Aranjuelo Michelena. Científico titular. Área de especialización: Caracterización multidisciplinar encaminada al estudio de modelos agrícolas sostenibles, Instituto de Agrobiotecnología (IdAB – CSIC – Gobierno de Navarra)
  4. José María Becerril Soto. Catedrático de Fisiología Vegetal, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
  5. Raquel Esteban. Profesora de Fisiología Vegetal, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

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Si vive en una zona urbana o próxima a la ciudad, puede que esté bajo los efectos de la contaminación urbana y que no sea consciente de ello.

En las áreas urbanas, las actividades industriales y, sobre todo, el transporte emiten a la atmósfera partículas que, entre otros contaminantes, incluyen metales pesados. Alguno de ellos neurotóxicos, como el cadmio, el mercurio o el plomo.

Estas partículas minúsculas (también conocidas como PM₂.₅) pueden inhalarse con relativa facilidad, ingresando así los metales en el torrente sanguíneo. Existe relación entre la contaminación urbana y algunas enfermedades, principalmente pulmonares y cardiacas. La mala calidad del aire representa un gran riesgo ambiental para la salud: está relacionada con 1 de cada 9 muertes a nivel global.

La importancia de la (bio)monitorización

Debido a su impacto en la salud humana, es de gran importancia desarrollar protocolos de monitoreo rápidos y económicos que permitan detectar la presencia y concentración de los diversos contaminantes atmosféricos en áreas urbanas.

Actualmente, la monitorización de la calidad del aire se lleva a cabo, principalmente, por la información que brindan las estaciones de monitoreo. Sin embargo, el alto coste de dichas infraestructuras condiciona su distribución en las ciudades.

En este contexto, es necesario promover el uso de nuevas herramientas para monitorizar metales pesados y otros contaminantes. Entre ellas destaca el uso de plantas, un método conocido como biomonitorización.

Biomonitorizar la contaminación con árboles

El arbolado está ampliamente distribuido a lo largo de calles y parques de las ciudades. Además, sus hojas actúan como “trampas” perfectas para que se depositen las partículas y los metales suspendidos en el aire.

Dado su potencial, hicimos un estudio en distintas poblaciones del País Vasco muestreando hojas de un árbol muy común en cualquier ciudad: el tilo.

Nuestros resultados revelaron que la densidad de tráfico era un factor estrechamente relacionado con la presencia de hierro, aluminio, zinc, titanio, cromo, plomo, vanadio y cadmio en las partículas del aire urbano.

Además, analizando las hojas de los árboles situados en diferentes puntos de las ciudades, fuimos capaces de caracterizar la huella química derivada del impacto de las posibles fuentes de emisión de contaminantes (tráfico, actividad industrial etc.).

Covid-19: un giro inesperado

Estudios recientes llevados a cabo en 66 regiones de España, Francia e Italia y 3 000 localidades de Estados Unidos muestran una correlación entre la exposición de contaminantes ambientales (PM₂.₅ y NO₂) y la tasa de mortalidad de la covid-19.

Teniendo en cuenta las implicaciones derivadas de las diferentes restricciones en la movilidad acaecidas como consecuencia de la pandemia, estos trabajos constatan que es un escenario clave para determinar el impacto del tráfico de las ciudades sobre la calidad del aire.

Por ejemplo, varias investigaciones en diversas ciudades han demostrado una mejora general de la calidad del aire debida a los distintos confinamientos. Sin embargo, pocos han analizado su efecto sobre los metales pesados.

Cambios en la movilidad en España durante el confinamiento. Our World in Data

Aprovechando la oportunidad

El confinamiento y la consiguiente disminución del tráfico urbano nos proporcionaron la oportunidad de estudiar de forma real y directa la contribución del tráfico a la contaminación atmosférica en la ciudad. Para ello, analizamos la deposición de contaminantes en las hojas de tilo durante el periodo de confinamiento y la progresiva reanudación del tráfico (de abril a octubre de 2020) en Pamplona y San Sebastián.

Observamos que la restricción del tráfico rodado fue el principal responsable del descenso en los contenidos de aluminio, cobre, hierro, manganeso, titanio y zinc, mejorando notablemente la calidad del aire. Comparando estos resultados con años previos y rastreando la composición de algunos elementos de los vehículos pudimos identificar distintos patrones.

Por ejemplo, la alta correlación entre zinc, hierro y cobre durante el año previo al confinamiento (pero no durante el mismo) nos permitió identificar su origen: el desgaste de frenos y neumáticos. De la misma forma, la menor resuspensión del polvo provocada por un menor tráfico se tradujo en un menor contenido de aluminio, hierro, titanio, manganeso y calcio en las hojas.

De manera resumida, el citado estudio ofrece evidencias directas que indican que la reducción del tráfico urbano contribuye sustancialmente a la reducción de la concentración de contaminantes (óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y metales pesados) en el aire de las ciudades.

Esta información puede ser usada por las distintas administraciones y la comunidad científica para implementar medidas encaminadas a reducir la contaminación urbana y mejorar así la calidad del aire y la salud pública.

Ciencia ciudadana

Durante las últimas décadas, la ciencia ciudadana ha fortalecido la colaboración entre la sociedad y la comunidad científica. Se consigue así aumentar la cultura científica y el conocimiento y sensibilización sobre problemas que nos son cercanos, como la contaminación urbana.

Esto podría promover un cambio en la actitud y comportamiento individual y colectivo para potenciar la movilidad sostenible, reducir el tráfico en las ciudades y consecuentemente la contaminación del aire que lleva aparejada.

En este sentido, la organización de talleres de ciencia ciudadana podría ser una herramienta clave en la concienciación de la sociedad sobre las implicaciones que tiene el uso del transporte privado sobre la calidad del aire que respiramos en las ciudades.

Fomentar la lectura y crear vínculos entre generaciones: un proyecto escolar pionero

23 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 19 abril 2022 19:01 CEST

Autoría

  1. Amaia Eiguren Munitis. Docente del departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
  2. Jose Miguel Correa Gorospe. Profesor del Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
  3. Maitane Picaza Gorrotxategi. Doctora en educación, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
  4. Naiara Berasategui Sancho. Profesora en el Departamento de Didáctica y Organización escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

Cláusula de Divulgación

Miembro del grupo de investigación KideOn

Jose Miguel Correa Gorospe, Maitane Picaza Gorrotxategi y Naiara Berasategui Sancho no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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Los cambios en las estructuras familiares, la inmigración y la crisis económica, entre otras cuestiones, dificultan el vínculo generacional. Por ello, está surgiendo la imperiosa necesidad de crear espacios compartidos en los que diferentes generaciones se relacionen entre sí.

Partiendo de esta premisa, el entorno escolar ofrece un contexto ideal para trabajar la visión intergeneracional. De hecho, las experiencias intergeneracionales que se producen en la escuela ayudan a crear una ideología educativa para toda la vida, fomentando el aprendizaje bidireccional, y alimentando la participación activa tanto de las personas mayores como del alumnado.

Nuestro proyecto intergeneracional e intercultural ubicado en Vitoria-Gasteiz ha establecido una colaboración entre colegios, asociaciones no gubernamentales y centros de mayores para fomentar una relación de apoyo mutuo entre niños, personas mayores y profesionales.

Se sustenta en el Modelo de Atención Centrado en la Persona y en la psicología humanista positiva, de modo que, aunque tiene una estructura, busca estrategias personalizadas para las diferentes realidades.

La consigna fundamental es que, como mínimo, en el espacio y tiempo del proyecto cada persona (niños, niñas y mayores) aporte la mejor versión de sí misma. Y que lo haga desde la autenticidad, considerando a cada persona desde un enfoque apreciativo, poniendo en valor lo mejor de cada una.

Para ello se realizaron dos sesiones preparatorias con docentes, en las que se sentaron las bases del proyecto.

Metas compartidas, vínculos y lectura

La meta compartida es que, a través de una actividad agradable, los niños mejoren sus competencias lectoras y el gusto por la lectura, a la vez que establecen un vínculo positivo con las personas mayores que sea significativo para su vida. Han participado 18 personas mayores (de entre los 61 y 91 años) y 24 niños (de entre los 9 y 12 años) pertenecientes a 11 nacionalidades diferentes.

El proyecto se ha desarrollado a lo largo de varios años. Comenzó en el curso 2017–2018. El alumnado de 5º de Educación Primaria, mediante actividades de vivencia en primera persona y acercamiento a la realidad de las personas mayores, observaron la importancia de crear entornos accesibles y amigables para que todas las personas puedan desenvolverse de forma autónoma y cómoda.

Un ejemplo de estas actividades son las sesiones formativas sobre la importancia de los entornos accesibles y amigables. Por un lado, se reflexionó sobre la importancia de la accesibilidad. Y por otro, a través de un simulador, se realizaron varias dinámicas que permitieron al alumnado vivir en primera persona las dificultades que padece en su día a día una persona con movilidad reducida, baja visión o sordera.

Apoyo a la lectura con mayores

Partiendo de esa experiencia de trabajo colaborativo entre escuela y comunidad, en el curso 2018–2019 pusimos en marcha el programa de apoyo a la lectoescritura. Se adoptó el formato Lectura Fácil y, a pesar de la pandemiano se detuvo.

El proyecto se desarrolló en el propio centro educativo, y el alumnado era el encargado de preparar el espacio, tanto a las necesidades de las personas mayores que iban a acudir, como a las necesidades de la propia actividad.

Por ejemplo, para la lectura en pequeños grupos se utilizaban hasta cuatro salas a la vez. Esto permitía disponer de un espacio más íntimo y tranquilo. Al terminar esa tarea se preparaba un aula amplia con sillas en círculo para que se sentaran las personas mayores, mientras el alumnado lo hacía en el suelo.

También se tenía muy en cuenta el itinerario dentro del propio centro, ya que se facilitaba el uso del ascensor a las personas con mayores dificultades de movilidad. Asimismo se fomentaba el protagonismo del alumnado como guía de la actividad: preparaba dinámicas de presentación y cierre  supervisadas por el equipo docente y el educador de la entidad Kokuk.

Se acordó realizar una sesión semanal de una hora de duración. Además, tanto las personas mayores como el alumnado debían preparar estos encuentros con antelación mediante actividades de selección de lecturas paralelas junto a su grupo de iguales a lo largo de la semana. Todos los textos se seleccionaron con el objetivo de posibilitar una reflexión grupal final, poniendo sobre la mesa temas como la amistad, la soledad y el respeto.

Relaciones positivas, confianza y cariño

Durante todo el proceso se ha podido observar cómo han ido surgiendo relaciones positivas entre los niños y las personas mayores. Este vínculo se ha ido forjando desde la confianza y el cariño. Los niños que han participado en la experiencia verbalizan lo positivo que es para ellos tener contacto con personas mayores:

“Yo he aprendido también mucho de esta experiencia, porque antes las abuelas, las señoras mayores, no aparecían en mi vida, y desde que estoy en esta actividad con las señoras mayores he empezado a relacionarme más.” (Alumna de 6ª Educación Primaria)

Asimismo, han creado una relación con las personas mayores que les ha ayudado a descubrir maneras de vivir diferentes:

“Yo he descubierto que en las generaciones es todo muy diferente, ya que los señores mayores han vivido antes y es muy diferente a lo que vivimos ahora. Antes no había ni internet, ni televisores, ni teléfonos móviles; ahora hay aparatos que nos facilitan la vida. Y las generaciones, aunque sean diferentes, para mí son muy iguales, aunque los señores mayores cuando eran pequeños eran iguales a nosotros, solo que con menos recursos.” (Alumno de 6ª de Educación Primaria)

Mayor optimismo

Por otro lado, las personas mayores perciben que la participación en la experiencia ha influido en su estado de ánimo, ya que han participado con entusiasmo y satisfacción en la experiencia. De hecho, han expresado la pena que les suponía que la actividad se acabara con el curso escolar:

“Estaría todos los viernes; estaría porque he sido felicísima; me da pena que se termine.” (Participante de 70 años)

En la misma línea, la promoción de la interculturalidad y el sentirse parte activa de la sociedad son las ventajas más destacables de participar en las experiencias intergeneracionales, según sus propias palabras:

“Aprender de otras culturas, convivir con niños, poder enseñarles lo que yo sé. Sobre todo, dar cariño.” (Participante de 86 años)

Todo ello ha supuesto una experiencia de generatividad, donde ambos colectivos se proyectan y son útiles para otras personas, además de beneficiarse del vínculo afectivo bidireccional.

Un enlace entre la academia y la realidad

Cabe destacar que durante todo este proceso de colaboración entre la academia y la vida real ha sido posible retroalimentar dicha colaboración con la creación de redes y planes de mejora, tanto en el desarrollo como en la evaluación de las actividades.

En definitiva, el proyecto intergeneracional se erige como una magnífica oportunidad de crear sinergias que permitan aprender, enseñar y crecer. Porque a través de la convivencia y la lectura, el alumnado y los mayores se abren a nuevos y gratificantes modos de aprender a conocer, hacer, ser y vivir juntos. Reflejo de ello es la reciente obtención del sello de calidad como proyecto intergeneracional pionero otorgado por la entidad europea TOY.


Este artículo y el proyecto mencionado se han realizado con la participación de Asier Manero Oliva, coordinador de BIZAN San Martín, y Javier Gómez de Arteche Gondra, Coordinador de Programas de KOKUK y Educador Cocurricular.

En el proyecto han participado el Colegio de Educación Infantil y Primaria Santa María de Vitoria HLHISirimiri Servicios Socioculturalesla Asociación en intervención socio-educativa Kokuk, los Centros BIZAN de Landázuri, El Pilar y Coronación del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz mediante el programa “Activa tu barrio” y el grupo de investigación KideOn.


¿Qué queremos decir cuando hablamos de educación ‘útil’?

22 septiembre, 2022

Fuente: http://www.theconversation.com

Publicado: 19 abril 2022 19:03 CEST

Autoría

  1. Francisco Esteban Bara. Filosofía de la Educacion, Universitat de Barcelona.

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Francisco Esteban Bara no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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La búsqueda de una educación que sea útil nos ha preocupado toda la vida. Le angustiaba al joven que preguntó a Euclides qué ganancia se podía obtener con el teorema que estaba explicando; y al ministro franquista José Solís Ruíz, que para defender un proyecto de ley que otorgaba más horas escolares al deporte que a las lenguas clásicas cuestionó que para qué servía el latín.

El padre de la geometría ordenó que le dieran a aquel joven tres óbolos (monedas), “ya que necesita sacar algún beneficio de lo que aprende”; y el susodicho ministro recibió la siguiente respuesta por parte del Adolfo Muñoz Alonso, catedrático de filosofía y antiguo rector de la Universidad Complutense de Madrid: “Por de pronto, señor ministro, para que, a su señoría, que ha nacido en Cabra (municipio de la provincia de Córdoba), le llamen egabrense y no otra cosa”. Es fácil saber cómo se podría llamar a alguien nacido en Cabra si no existiese su gentilicio latino.

Hay muchos más ejemplos que demuestran que el asunto de la utilidad de la educación nos lleva por el camino de la amargura. Vivimos en un mundo incierto en el que casi todo está en movimiento; los políticos y sus asesores, expertos en educación, no se han quedado de brazos cruzados. Tienen respuestas para que la educación sea útil a niños y jóvenes, para que no puedan decir que la escuela sirve de poco.

No obstante, no está de más pensar qué tipo de respuestas son esas, si mundanas o trascendentales. Veamos a qué nos estamos refiriendo.

Desenvolverse en el mundo

Las respuestas mundanas podrían resumirse así: hay que educar a las personas para que se desenvuelvan en el mundo que les va a tocar vivir, la educación demuestra su utilidad si quienes la reciben consiguen adaptarse a la realidad que les aguarda. Y las competencias son el quid de la cuestión.

Entre otras situaciones que sustentan este razonamiento, señalamos tres que no deben resultar extrañas:

  1. Muchos de los contenidos escolares, por no decir todos y más, están en Internet. No perdamos más tiempo entonces enseñando cosas que no sean estrictamente necesarias, mucho menos obligando a memorizar nada. ¡A eso ya no hay que dedicarle ni un solo minuto! Lo más útil es que uno aprenda a buscar información o, siendo más puristas, que se muestre competente a la hora de navegar y encontrar lo que necesita según sean sus necesidades.
  2. Cada vez es más difícil saber dónde acabará uno porque, en esta vida, ese uno puede acabar siendo varias cosas. Las competencias para reinventarse, empoderarse y ser resiliente son hoy más útiles que nunca. Así las cosas, no tiene sentido una educación que suspenda a nadie. La escuela y los maestros no están para cortar alas o sembrar desilusiones, a lo sumo, para sugerir que se necesita mejorar.
  3. Resulta evidente que existe una diversidad de proyectos de vida, opciones morales, modos de pensar o como se le quiera llamar. La educación, especialmente la pública, debe considerar esa heterogeneidad y potenciarla. Y para ello no hay nada más útil que educar en competencias y valores como son el respeto, la tolerancia o la convivencia. No es necesario cambiar de manera de ser, lo que hace falta es que no nos hagamos daño los unos a los otros.

Una visión más trascendental

Hay respuestas más trascendentales que no anulan las anteriores, pero van por otro camino. Están pensadas con vistas a una educación útil diferente. Digámoslo así: hay que educar a las personas para que desarrollen su naturaleza humana; la educación es útil cuando consigue que niños y jóvenes se orienten en el enmarañado mundo que les va a tocar vivir, y, en no pocas ocasiones, a pesar de él.

Visto así, la educación útil es más una brújula que una serie de competencias.

Volvamos a las situaciones anteriores:

  1. Los contenidos escolares, que no dejan de ser una pequeña pero importantísima representación de la ciencia y la cultura, no están para consultarlos según convenga, sino para hacer crecer a la persona, son uno de sus alimentos básicos. La educación está para hacerse con ellos, sí, para estudiarlos y hasta memorizarlos. No se conoce a nadie que haya acudido al médico por haber hincado los codos y sí a multitud de personas que lo han hecho y gozan de una salud intelectual, y probablemente anímica, envidiables. Internet es un recurso más, y flaco favor hacemos a los alumnos si les damos a entender que saben muchas cosas porque las tienen colgadas en un mundo virtual.
  2. La vida es complicada a más no poder y no es de recibido escondérselo a nadie, por ejemplo, disfrazando las malas calificaciones. Explicar a fulano y a mengano el nivel en el que se encuentran no significa dejarlos en la cuneta, sino ayudarlos, es más sensato y justo que darles a entender que nadie es mejor que nadie o que todos tenemos las mismas capacidades. Es tan importante poder decir yo valgo para esto como yo para esto no valgo. Uno de los mejores aprendizajes que hay en esta vida es saber identificar a los que destacan en algo y, claro está, admirarlos. ¿No es bueno fijarse en personas brillantes en asuntos que a nosotros se nos ponen cuesta arriba o en los que directamente naufragamos? El filósofo pitagórico Demócrates decía que todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa. Eso fue en el siglo I (a.e.c.). Quién sabe lo que diría hoy.
  3. Lo que nos lleva a la tercera cuestión, sobre el todo vale: educar es apostar y no por cualquier cosa. Cuesta imaginar que haya un maestro que no trabaje para que sus alumnos acaben siendo mejores personas que cuando los conoció, quizá por eso la educación es más un arte que una ciencia. Habrá que aceptar que hay proyectos vitales o modos de pensar que vale la pena perseguir y otros de los que hay que huir; también que las personas más respetuosas, tolerantes y que mejor saben convivir son las que aspiran a lo mejor de lo mejor y no se conforman con cualquier opción de vida. Tampoco entra en la cabeza que la educación se ahorre trabajar este asunto, por ejemplo, borrando del mapa a la filosofía, el campo en el que se cultivan esas cosas tan humanas y humanizadoras.

En fin, habrá que decidir si nos bastará con las respuestas mundanas, con una educación que sea útil para salir del paso que marcan las actuales circunstancias o si también necesitamos una educación útil para andar entre ellas con paso firme; o, por qué no decirlo, si será suficiente dando pan para hoy y hambre para mañana.

La lotería siempre vuelve a casa por Navidad

21 septiembre, 2022

Fuente: http://www.elliberal.com

La lotería siempre vuelve a casa por Navidad. © El Fisgón Histórico.

Por Javier Santamarta

20 de marzo de 2022 – 12:07 PM

Divulgando que es historia

Aún queda tiempo para que el día 22 de diciembre oigamos el pistoletazo de salida a las fechas navideñas en forma de cánticos infantiles de cifras y euros. Es el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad.

Pero la lotería es algo mucho más antiguo. Ya el Rey Sabio, Alfonso X, que además tenía manía persecutoria con las codificaciones jurídicas, dictó unas ordenanzas que reglamentaran las apuestas y los juegos de azar, así como las casas públicas en las que se realizaban. Y así, en 1276 se publica el Ordenamiento de las tahurerías con el objetivo de legalizar las apuestas y, de paso, gravarlas con impuestos a favor de la siempre necesitada Hacienda Real. Quizá por ello la idea fracasó y las casas públicas de apuestas tuvieron que cerrar. Es de suponer que las no «públicas» siguieran con tan lucrativo, pero ya clandestino negocio.

La necesidad de fondos de la Hacienda Real ha sido un mal endémico. Y allá por el Siglo XVI, con los Austrias reinando sobre un Imperio en el que nunca se ponía el Sol, pero en el que había más guerras que garbanzos en un kilo, necesitándose en Flandes de forma urgente provisión de fondos, se pensó en crear un sistema de loterías. El asunto fue muy bien acogido, y en 1519 se realizó el primer sorteo con gran participación de propios y extraños. En la península hispana, sin embargo, la Iglesia ponía ciertos reparos morales.

Antes de que se tiren a degüello contra los teólogos, hay que romper una lanza en su favor, porque los reparos tampoco eran demasiado serios, pues no se condenaba el juego en sí, sino sólo a los excesos o abusos que se pudieran cometer. Esta ha sido la línea de la Iglesia desde los tiempos del Decreto de Graciano, de principios del Siglo XII, que condenaba a clérigos y laicos que se dedicaran «desmedidamente» al juego de dados, seguida por Santo Tomás en su casi ininteligible y escolástica Summa Teologica, donde vino a sancionar que lo ilícito no era el juego en sí mismo ni las ganancias en él obtenidas (los que ganasen, claro), sino el exceso del juego y, ojo al dato, las ganancias obtenidas con trampas o el aprovecharse de terceros. El dominico (orden inquisitorial donde las haya) Domingo de Soto en su obra De iustitia et iure llega a las mismas conclusiones que el de Aquino, aunque en un prurito jurídico adelanta ya la consideración contractual del juego diciendo «Yo expongo mi dinero, para que tú, a la vez, expongas el tuyo. Y tan grande es el peligro de uno como el de otro». Hay más: Francisco de VitoriaLuis de Molina, etc., pero la conclusión es la misma. Así que, ya ven, no eran tan ogros los teatinos.

Pero la lotería tal y como la conocemos hoy en día llega a España como casi todo el mundo sabe, de la mano de Carlos III, quien la importa de una tradición napolitana. El 30 de septiembre de 1763 crea por Decreto la lotería con la garantía de la Real Hacienda. Y el asunto era serio, porque según el citado Decreto, el sorteo se debería realizar en la Sala de Gobierno del Consejo de Hacienda y a él deberían acudir el Gobernador de dicho Consejo, cuatro Ministros de Capa y Espada, tres Togados y uno de los Fiscales de Hacienda, así como dos Ministros de Castilla. ¡Casi nada! La finalidad del juego no podía ser más plausible, pues era, según la dicción real en el meritado Decreto, «para que se convierta en beneficio de Hospitales, Hospicios y otras Obras pías y públicas en que se consumen anualmente muchos caudales de mi Real Erario».

El primer sorteo tuvo lugar el 10 de diciembre de 1763, y ya desde entonces empezaron a aparecer sesudos trabajos sobre el juego y sus entresijos. Por ejemplo, el Libreto nel quale si da el modo facilisimo che si ha de tenere per giocare al nuevo Lotto o sia Beneficiata di Madrid, escrito en julio de 1763 por don José Peya, director del juego de Nápoles, al que el Marqués de Esquilache encomendó organizar el juego español. La traducción española lleva por título Demostración en que se da un método fácil para jugar a la nueva Lotería de Madrid. Y hubo muchísimos más. Ni que decir tiene que, al final, el resultado es el mismo de quien asegura tener un método infalible para jugar a la ruleta: que pierde. Lo ideal, como siempre, está en el justo medio tan difícil a veces de encontrar. Y así lo decía una coplilla popular que, incluso, se atribuye al propio rey Carlos III: «El que juega mucho es un loco, pero el que no juega nada es un tonto».

Y llegamos a la lotería tal y como la conocemos hoy, que nace, no podía ser de otro modo, en Cádiz, pues los padres de aquella Patria en guerra contra el invasor francés tuvieron tiempo para, entre las discusiones previas a la Constitución liberal llamada «la Pepa», y para aportar fondos a la maltrecha Hacienda Real, exhausta por el conflicto bélico, crear la Real Lotería Nacional de España, a instancias de don Ciriaco González de Carvajal, mediante Instrucción de 25 de noviembre de 1811, como «medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes». El primer sorteo se celebró el 4 de marzo de 1812, quince días antes, tan sólo, de la promulgación de la Constitución Liberal. De Cádiz y San Fernando pasó a Ceuta, y luego a toda Andalucía. Y a medida que se fueron retirando las tropas francesas, al resto del territorio nacional, siendo el primer sorteo en Madrid el 28 de febrero de 1814.

A la llegada de Fernando VIIel rey felónse cambió el nombre a la lotería, que pasó a ser la «Lotería Moderna». El Trienio Liberal volvió a denominarla «Nacional». De vuelta el absolutismo, en aquella época que fue llamada «la Década Ominosa», nuevamente se la denominó «Moderna». Por fin, a la muerte del nefasto monarca, definitivamente y hasta hoy, «Lotería Nacional». Y así se llamó, incluso, durante nuestra contienda fratricida, si bien ambos bandos tenían la suya propia.

Lo único que hay que agradecer al rey Deseado es el hecho de que fue él, ¡quién lo iba a decir!, el que instituyó el Sorteo Extraordinario de Navidad, que, desde entonces, con calvo o con cantantes de postín o con lo que se les ocurra ya cada año, vuelve siempre a casa año tras año, obviamente, por Navidad. ¡Buena Suerte a todos! Y mucha salud… Casi mejor.