Archive for febrero 2015

Las promesas incumplidas de Rajoy y que más frustración han generado

28 febrero, 2015

Fuente: http://www.eldiario.es

Impuestos, pensiones, educación, sanidad o abaratamiento del despido son algunas de las áreas en las que el Gobierno se desdijo de lo que había anunciado en campaña.
En referencia a Syriza y Podemos, el presidente aconsejó desde Atenas no comprometerse antes de las elecciones «a hacer lo imposible».

Luz Sanchis, 17/01/2015 – 19:20h

El presidente del Gobierno se permitió aleccionar sobre el peligro de que los políticos se llenen la boca en campaña electoral de grandes promesas que saben que no podrán cuando llegan al poder. Estaba en Atenas para dar su apoyo al primer ministro conservador, Antoni Samaras, ante las inminentes elecciones en Grecia. En su comparecencia conjunta ante los medios de comunicación, Mariano Rajoy defendió que sus reformas habían sido la mejor receta para sacar a España de la crisis. Para desautorizar a Syriza por comprometerse a renegociar las condiciones de pago del rescate griego, Rajoy aconsejó no hacer promesas electorales en vano.

«No conviene decir que se va a hacer lo imposible porque eso acaba generando muchas frustraciones y muchos problemas», aconsejó el presidente. Estas son algunas de sus promesas incumplidas que más frustración y problemas han generado a los españoles en los últimos tres años.

El compromiso «irrenunciable» de no tocar las pensiones

Tras atizar duro a José Luis Rodríguez Zapatero por congelar las pensiones en mayo de 2010, el PP presumió de su compromiso con los pensionistas. «El PP está comprometido con el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones», aseguraba el programa con el que el PP ganó las elecciones generales. «No voy a tocarlas. Para mí son un compromiso irrenunciable», aseguró Rajoy en su debate televisado con Alfredo Pérez Rubalcaba en noviembre de 2011.

Cuatro días antes de las urnas, insistió en que eran su prioridad y en que «a partir de ahí, habría que recortar en todas las partidas». Ya en el Gobierno, el sistema las desligó del IPC, lo que supuso una caída del poder adquisitivo. La subida para 2014 fue la mínima posible, un 0,25%, igual que para este año.

«Ni voy a subir el IRPF ni voy a subir el IVA»

«Subir los impuestos hoy significa más paro y recesión. Es darle una vuelta más a las maltrechas economías de las familias y las empresas», decía Rajoy en la oposición. Hizo lo contrario nada más llegar a la Moncloa. En el Consejo de Ministros de 20 de diciembre de 2011 se aprobó gravar más las rentas del trabajo y las del ahorro. El Gobierno intentó dulcificar la subida del IRPF llamándolo «recargo temporal de solidaridad». Hacienda obtuvo así 4.100 millones de euros más de los asalariados y otros 1.250 del ahorro, que subió del 2% al 6%. La subida del IVA, «el sablazo de mal gobernante» que Rajoy dijo que no aplicaría, lo elevó del 18% al 21%.

Educación y Sanidad, las «líneas rojas»

La educación fue una de llamadas «líneas rojas» por el propio Rajoy. Cuando aún no era presidente prometía «una mejorada educación obligatoria y gratuita» y no meter ahí la tijera. El recorte en esa partida y en Sanidad fue de 10.000 millones y afectó a tasas y matrículas, profesores, becas y número de alumnos por aula, entre otros aspectos. Su negativa a dar explicaciones provocó una escena insólita en el Senado cuando se paró ante los periodistas y, sin pronunciar palabra, les dio la espalda y huyó. En lo que llevamos de legislatura, el presupuesto enviado por el Gobierno central a las comunidades autónomas para estas partidas se ha reducido en 570 millones.

Sanidad menos universal y gratuita, pero con copago

La sanidad que iba a seguir siendo pública universal y gratuita se redujo para los inmigrantes sin papeles, que perdieron sus tarjetas sanitarias, y se vincularon a la cotización en la Seguridad Social. Las privatizaciones y el copago tampoco se hicieron esperar, aunque la entonces ministra del área, Ana Mato, lo negó.

La promesa de reformar el aborto

La reforma de la ley del aborto dio lugar a un culebrón dentro del Gobierno y del PP que acabó con la carrera política de Alberto Ruiz-Gallardón. El primer ministro de Justicia de Rajoy emprendió una especie de cruzada personal, y en su empeño en impedir que las mujeres decidieran sobre la interrupción de sus embarazos, provocó grietas en el Ejecutivo, en el partido y en el grupo parlamentario. Una vez retiradas la iniciativa y el propio Gallardón, el Gobierno se limitará a cambiar lo que respecta al permiso de los padres en el caso de las menores. En cualquier caso, tampoco será «con consenso» como se prometió. El PSOE y las formaciones de izquierda mantienen su oposición.

«El PP no va a abaratar el despido»

Un mes antes de las elecciones, Esteban González Pons negó que estuviera en las intenciones del Gobierno hacer más barato el despido de los trabajadores.

Cuatro meses después, el Gobierno generalizó los 20 días por año trabajado y rebajó de 45 a 33 días la indemnización para los contratos indefinidos. Como había avanzado Luis de Guindos a Jean Claude Juncker, fue «extremadamente agresiva».

Las mentiras del PP sobre el aborto

27 febrero, 2015

Fuente: blogs.publico.es

19 feb 2015

“Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. […] Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”. Esto es lo que decía el programa electoral del Partido Popular (PP) en 2011, ese por cuyo cumplimiento ahora está tan preocupado su portavoz parlamentario Rafael Hernando. Ojalá le hubiera preocupado en algún momento el cumplimiento del resto de su programa, pensarán sus propios votantes.

Ayer, como sólo la cobardía aconseja, el Gobierno eludía registrar en el Congreso una proposición de ley para reformar la actual legislación del aborto y prefería hacerlo a través del Grupo Popular. Debió salir escaldado el año pasado, cuando en noviembre el Consejo de Estado tiró por tierra sus planes de modificar la ley mediante un rodeo legislativo con una ley de infancia. Sea como fuere y en pleno año electoral, los de Rajoy están decididos a contentar a su ala más dura, obligando a las jóvenes de 16 y 17 años a contar con el permiso de sus padres o sus tutores para poder abortar.

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, manipulaba la información ayer mismo al asegurar que “se trata de garantizar que los padres acompañen a las niñas”. Se equivoca, lo que hace su propuesta es imponerlo, independientemente de las circunstancias personales de las mujeres. Ello puede llevar a que una joven, a la que la legislación vigente no obliga a abortar, sí sea obligada a dar a luz por las creencias religiosas de sus padres o por situaciones derivadas de familias desestructuradas -que el austericidio del PP ha incrementado- con violencia o alcoholismo de por medio.

Así las cosas, de nuevo incumple el PP su programa, porque no parece que ésta propuesta “proteja especialmente a las mujeres embarazadas que se encuentran en situaciones de dificultad”, más bien al contrario, agudiza su dramática situación. Por otro lado, ni siquiera contenta a su ala dura, puesto que ayer algunas de las organizaciones bautizadas como ‘pro-vida’ calificaron la proposición del PP de “tomadura de pelo” y reclamaron “castigo electoral” para los de Rajoy.

Llegados a este punto, ¿en qué se basa el PP para querer imponer su voluntad a las mujeres? En nada, más allá de sus creencias. Como sucede cada vez que las estadísticas estorban, los populares se las quitan de en medio. Lo vimos cuando intentaron privatizar la Sanidad alegando que la gestión privada era más rentable y de mayor calidad que la pública y no aportaron una sola cifra que avalara tal afirmación… Lo hemos visto más recientemente cuando, después de más de un año, el ministerio que lidera Alfonso Alonso no había movido un dedo para censar a los enfermos de Hepatitis C en España. Lamentable.

Ahora, si uno acude a las cifras oficiales de interrupciones voluntarias del embarazo puede comprobar que el Gobierno no tiene ni idea del número de mujeres de 16 y 17 años que abortan, pues las agrupa en menores de 15 años y, a continuación, de los 15 a los 19 años. Lo que uno sí puede comprobar es que desde que tuvimos en España un año completo con la ley de plazos en vigor en 2011, el número de abortos ha caído en más de un 8%.

Dado que el Gobierno no facilita datos, para saber cuántos abortos se practican en jóvenes de 16 y 17 años hemos de acudir a informes como el que presentó a finales de 2014 la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI). Datos fiables, por otro lado, porque en nuestro país y según el propio ministerio de Sanidad, más del 91% de los abortos se realizan en clínicas privadas. Pues bien, este informe revela que el número de interrupciones voluntarias del embarazo entre mujeres de 16 y 17 años no sólo es bajo (tan sólo un 3,60% del total) sino que, además, de ese escaso número casi el 88% lo hace con el consentimiento de sus padres. Es decir, que el PP quiere cambiar una ley que no afectará a 9 de cada 10 jóvenes que abortan y a la que afecta, lo hará muy negativamente, condenándola en muchos casos a las clínicas clandestinas poniendo en peligro su vida.

Todas estas cifras no las escucharán en boca del PP y mucho menos del Gobierno. No interesa, no forma parte de su realidad, que moldean a placer para adaptarla a sus fines particulares. Y tanto la han manipulado, que se les escurre entre los dedos, adentrándose cada vez más en el fanatismo y la represión que, a buen seguro, se volverá en su contra.

El ataque del gobierno de Rajoy al pueblo griego (y al español)

26 febrero, 2015

Fuente: http://www.vnavarro.org

Publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 19 de febrero de 2015.

Este artículo muestra la falsedad de los argumentos utilizados por el gobierno de Rajoy poniendo los intereses de los españoles y los griegos en conflicto.

El desastre al cual nos han llevado en Europa la aplicación de las políticas neoliberales impuestas a las distintas naciones y pueblos de los países de la Eurozona por parte de partidos gobernantes de sensibilidad conservadora como la democracia cristiana, o por parte de partidos liberales o partidos de tradición socialdemócrata que hicieron suyo el socioliberalismo imperante (abandonando cualquier vocación transformadora que hubieran tenido) explica que hayan surgido movimientos contestatarios de protesta, portadores de visiones y propuestas distintas, cuando no opuestas, a las dominantes. Algunos de estos movimientos son claramente de izquierdas que, o bien nuevos o reciclados de partidos existentes, representan una esperanza de cambio que está canalizando el gran enfado de las clases populares (que constituyen la mayoría de la población) en estos países, y que han alcanzado unos niveles de apoyo popular que los establishments financieros y económicos que instrumentalizan los poderes políticos y mediáticos de tales países han considerado alarmantes, tal y como ocurre en España. Y lo que más les ha asustado es que, lejos de la imagen del revolucionario bolchevique dispuesto a tomar el Palacio de Invierno, estos movimientos son movimientos pacíficos, no violentos, que exigen democracias denunciando el régimen llamado democrático surgido en el caso español de una Transición inmodélica de la dictadura a la democracia, por sus enormes limitaciones y por el abusivo control que se ha hecho de las instituciones llamadas representativas por parte de aquellos poderes financieros, económicos y mediáticos. Tales movimientos han sido exitosos en desenmascarar el discurso oficial supuestamente democrático, que contrasta tan claramente con sus prácticas y políticas públicas, de claro corte antidemocrático. En este contexto, exigir democracia real es una demanda revolucionaria hoy en estos países, incluyendo España.

Predeciblemente, tales establishments han respondido con una enorme agresividad (sin precedentes desde la revuelta militar y la represión que le siguió en el año 1936) que no tiene límites, en sus manipulaciones, mentiras y falsedades. Ejemplos hay miles de ellos. El Presidente Rajoy, jefe de un partido profundamente afectado por la corrupción, continuador de la derecha que controlaban los aparatos del Estado dictatorial, alarmaba hace unos días a la población, presentando estos movimientos contestatarios prodemocráticos como portadores de valores peligrosos subrayando que “no podemos volver a las ideas que fueron liquidadas cuando cayó el muro de Berlín”, presentándoles como proponentes del régimen soviético que había existido al este de tal muro. La desvergüenza de tal personaje no tiene límites, pues seguro que sabe que las demandas de tales movimientos distan mucho, y en realidad son opuestas, a las que se dieron en aquella parte del continente europeo.

Lo que ocurre es que las fuerzas dominantes en Europa, desde la Sra. Merkel al Sr. Rajoy, han sido responsables de unas políticas que han dañado enormemente el bienestar de la población, y los movimientos populares que están surgiendo, desde Syriza en Grecia a Podemos en España, desean interrumpir tales políticas, realizadas todas ellas sin mandato popular, para, a través de nuevas instituciones auténticamente democráticas, permitir el desarrollo de propuestas de orientación socialdemócratas, olvidadas y abandonadas por los partidos que llevan tal nombre, bajo el argumento de que el desarrollo de tales políticas era y es imposible de realizar en el mundo actual. Así, el Presidente Zapatero congeló las pensiones para ahorrar 1.500 millones de euros, cuando podría haber conseguido ahorrar mucho más eliminando la bajada del impuesto de patrimonio, con lo cual hubiera conseguido 2.100 millones de euros. Y el Presidente Rajoy recortó 6.000 millones de euros de la sanidad pública española para pagar la deuda cuando podría haber conseguido casi la misma cantidad revirtiendo la bajada de impuestos de las empresas que facturan más de 140 millones de euros al año (que representan el 0,18% del total de empresas), consiguiendo así una cantidad semejante. Presentar estas alternativas como bolcheviques habla mucho del presentador y de su capacidad de falsificar la realidad.

El argumento que aduce la imposibilidad de estas políticas de corte socialdemócrata es político y no económico o financiero. Este último discurso se utiliza para ocultar el primero. En realidad, muchas de las políticas propuestas se están realizando en varios países.

La división entre los pueblos como su estrategia

Una manera de que tales establishments conservadores y liberales se perpetúen y reproduzcan es intentando dividir a las clases populares, utilizando un nacionalismo excluyente que sitúa a unos ciudadanos en contra de otros. El gobierno Rajoy está utilizando una visión nacionalista españolista que excluye cualquier visión plurinacional del Estado español, presentándose como los únicos defensores de la “patria”, un mensaje que contrasta con sus comportamientos de docilidad (antipatriótica) hacia aquellos intereses extranjeros que, en defensa de sus propios intereses, están dañando profundamente el bienestar de los españoles. Es vergonzoso que se hayan convertido en los máximos defensores de las medidas de austeridad impuestas con gran dureza y mezquindad al pueblo griego (y al español) por presiones del establishment alemán (ver “El ataque frontal del gobierno alemán y el BCE a Grecia”, Público, 18.02.15).

Este comportamiento se ha reproducido en intentar crear un enfrentamiento entre las clases populares españolas (los pensionistas y los parados, en concreto) y las griegas. Hemos visto estos días, de nuevo, al Presidente Rajoy, a los Ministros Montoro, de Guindos y al Sr. Margallo, repitiendo que los pensionistas y los parados han visto recortar sus beneficios para que España pudiera ayudar a la población griega en un acto de solidaridad que el gobierno Syriza griego violaría si el gobierno griego dejara de retornar el dinero que fue prestado por los pensionistas y por las personas en paro en España al pueblo griego. El nivel de sinvergonzonería alcanza unos niveles que no se había visto desde tiempos de la dictadura. Por desgracia, el economista de El País, el Sr. Díez, asesor del señor Zapatero, añadió su voz a tal argumentario: “la quita supondría una pérdida de unos 400 euros para cada ciudadano alemán y unos 300 euros para cada ciudadano español” (“El avispero griego”, El País 12.01.15).

La falsedad del argumentario neoliberal

La impresión de que los pensionistas y los parados tienen reducida su cobertura y beneficios porque el Estado le ha prestado dinero al pueblo griego, implica que, en el presupuesto del Estado español, ha habido un ítem de 26.000 millones de euros (la cantidad supuestamente prestada) que se han utilizado para prestarlos a los ciudadanos griegos a fin de que puedan atender a sus necesidades, a costa de no subir las pensiones (que podrían haberse subido un 38% según Margallo, en caso de que no hubiera habido tal transferencia). Esto no es cierto. Es una falsedad y es imposible que el Sr. Margallo y todos los otros ministros previamente citados no lo supieran. Es condición para ser Presidente y Ministro conocer un mínimo las cuentas del Estado. Y aun cuando el nivel de exigencia para tales Ministros del gobierno popular no es muy alto, seguro que saben que ello no es cierto.

En realidad, la gran mayoría de estos fondos son bonos públicos del Estado español, asignados por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera que facilitaron que el Estado griego pudiera pagar las deudas, consecuencia, en parte, del rescate a los bancos tanto griegos como alemanes, franceses y españoles en su famoso rescate del 2011 y 2012 que, por cierto, aumentó enormemente la deuda pública griega. También estos y otros fondos fueron utilizados como avales para que fueran utilizados por empresas, incluyendo españolas, en su negocio en Grecia. Estos bonos y avales, por cierto, generan beneficios al Estado español y a sus compradores.

Es más, el Estado español, bajo el mandato del Sr. Rajoy, de los Ministros Montoro, de Guindos y el Sr. Margallo, ha apoyado el gasto de millones de euros para rescatar el sistema bancario español. Según datos del Banco de España de más de 61.000 millones de euros de fondos públicos aportados desde 2009 para la reestructuración del sistema financiero español, hasta la fecha no se han recuperado ni 2.000 millones. Y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), la entidad pública creada exclusivamente para rescatar la banca privada española, ha admitido haber perdido ya más de 37.000 millones de euros.

Con este dinero podrían haberse subido las pensiones y aumentado la cobertura del paro. Las palabras de todos estos personajes no son más que un intento de manipulación fallida. Y lo más ofensivo de todo esto es la bajeza de intentar enfrentar a españoles y griegos recurriendo al sufrimiento de tantos hogares en España que se encuentran en una precariedad sin precedentes por culpa única y exclusivamente de las políticas austericidas implementadas y promovidas por el gobierno del que forman parte.

En base a esta experiencia, que el gobierno popular se presente como salvador de la población griega, a costa de la población española, es una falsedad como un templo. Han movido cielo y tierra para apoyar al gobierno alemán en su dureza y mezquindad, negando el respiro que pedía Syriza para poder atender el desastre humano que las políticas neoliberales promovidas por Merkel y Rajoy han impuesto en aquel país. Estas políticas alcanzaron niveles de crueldad, en un caso de terrorismo financiero, dificultando a la vez que pudieran también cambiarse las políticas de austeridad en Grecia.

Una última observación. Sería importante que los dirigentes del gobierno popular conocieran mejor los sistemas públicos que están destruyendo. Cuando Margallo indicó que con los 26.000 millones supuestamente prestados a Grecia “se podría haber aumentado un 38% las pensiones públicas” muestra su grado de ignorancia. El gasto en pensiones según el presupuesto de 2015 es de 131.658 millones de euros. Un 38% más de esta cantidad (la sugerida por el ministro) son 50.030 millones más, no 26.000 millones como él indica. ¿Qué no conoce el presupuesto del gobierno?

La sabia naturaleza

25 febrero, 2015

Fuente: EL PAÍS SEMANAL

La sabia naturaleza

PACO ROCA 13 ABR 2014 – 00:00 CET

Paco Roca (Valencia, 1969) comenzó en la revista Él víbora y ganó el Premio Nacional de Cómic con su novela gráfica Arrugas, sobre la vejez, la soledad y el alzhéimer. Su adaptación cinematográfica obtuvo los Goya en 2012 al mejor guion adaptado y mejor largometraje de animación. Roca es, junto con el dibujante Max y de manera alternativa, uno de los dos encargados de la sección de cómic de El País Semanal.

La revista continúa animando a sus lectores para que compartan su talento y nos envíen sus trabajos. Sin tema predefinido, con estilo libre, en blanco y negro o en color, con muchas o con una sola viñeta, el único requisito es que brille la creatividad. Invitamos a todos aquellos dibujantes que lo deseen (profesionales o aficionados) a participar en esta sección y a enviar sus propuestas. Lo pueden hacer a través de elpaissemanalcartas@elpais.es o rellenando el formulario de cartas en nuestra web. El equipo de la revista valorará en última instancia su publicación.

Gestionar el sufrimiento

24 febrero, 2015

Fuente: EL PAÍS SEMANAL

Si damos vueltas siempre a lo que no funciona, acabaremos agotados mentalmente.
Controlar los pensamientos negativos y tomar perspectiva posibilita el cambio y aminora el dolor.

MIRIAM SUBIRANA 13 ABR 2014 – 00:00

Sufrimos frustrados por lo que desearíamos que fuera y no es, por lo que esperábamos que hubiera sido y no fue, por lo que queremos que sea y no llega. Generamos pensamientos negativos repetitivos y nos anclamos en sentirnos víctimas, nuestro pesar aumenta y se vuelve adictivo. Cuando cavilamos mucho sobre lo que no funciona, nos agotamos mental y emocionalmente, acumulamos malestar y no podemos decidir con claridad. Si además nos anclamos en preguntas como “¿por qué sigues cometiendo los mismos errores?, ¿por qué me toca vivir esto?”, sentimos dolor, pena y rabia.

Podemos cambiar de rumbo si prestamos atención a lo que nos aporta bienestar, preguntándonos y conversando sobre qué solución nos beneficiaría más, adónde nos gustaría llegar, qué es lo que nos ilusiona. Según sea nuestro discurso interior, contribuimos a sufrir más o menos.

«La mayoría de las personas tienen miedo de volver a sí mismas, porque temen enfrentarse al dolor que hay en su interior” (Thich Nhat Hanh)

Cuando uno padece, suele tener más preguntas que respuestas. Si se repite la pregunta que le lleva a la tristeza y a la decepción, se queda atrapado en el pozo del sufrimiento. Para no incrementarlo, seamos conscientes de los interrogantes que nos planteamos y elijamos bien el que conviene.

Es necesario controlar nuestros pensamientos para que no provoquen un efecto de martillo sobre el clavo que a base de golpes profundiza en el agujero. Lo que ocurrió ya pasó, pero dejó herida, y con los pensamientos recurrentes de angustia, rencor o culpa nuestra herida no se cura. Entonces intentamos huir del sufrimiento. Huimos de él absorbiéndonos en las acciones. Lo ocultamos con consumismo, juegos de azar, adicciones, acontecimientos deportivos. Tomamos decisiones por miedo a sufrir o huyendo, y dejamos conflictos por resolver. No afrontamos lo que nos ocurre, no nos permitimos sentirlo. Escapándonos del dolor, este se acumula en nuestro interior, hasta que uno se encuentra deprimido o con necesidad de explotar.

No incrementemos el sufrimiento dándole vueltas en nuestro interior. Los primeros pasos para sentirnos aliviados son escucharse; luego, comunicarse, escribir, pasear por la naturaleza, rodearse de buenos entornos donde haya silencio y así dejar que salga lo que hay dentro para conseguir clarificarnos. De otra forma, las sombras internas se convierten en monstruos. Y como consecuencia, uno se siente impotente con los sentimientos que le acechan.

Creemos tiempos y espacios para tomar perspectiva respecto a lo que vivimos. Paremos unos instantes varias veces al día y respiremos centrándonos de forma consciente en este acto. Practiquemos mirar y escuchar sin juzgar. Observemos. Reflexionemos. Meditemos. Tomemos distancia para no ahogarnos. Con la práctica de la atención plena y de la meditación generamos una actitud que nos permite reconocer y abrazar nuestro sufrimiento transformándolo.

Si vivimos obsesionados por la satisfacción de lo inmediato y estamos permanentemente huyendo de los inconvenientes y de las adversidades, nos debilitamos. Una sociedad que elimina el sufrimiento huyendo de él es frágil porque se siente permanentemente amenazada. La sociedad occidental está orientada hacia el éxito. Sufrir se asocia a fracaso, a ser flojo, a no llegar, a sentir que uno no forma parte del sistema productivo y no sirve.

Tememos lo que desconocemos, lo que no tiene forma, lo que está en nuestra sombra, diría Carl G. Jung. Permitirnos espacios y tiempos para estar solos de vez en cuando facilita establecer un diálogo interno con el cual descubrir y conectar con nuestra fuerza personal. Si uno está bien consigo mismo, le será más fácil estar bien en el entorno y con los otros. Si uno se siente cómodo, no huirá de sí mismo. Gozará estando solo y también en compañía. Es en la soledad cuando uno puede escucharse mejor. El sufrimiento emocional nos indica que quizá estamos aguantando algo que deberíamos soltar. Tal vez hemos de aprender a decir no o sí, o a poner límites; tal vez debemos cuidarnos más, o necesitamos más silencio.

Al no escuchar lo que el abatimiento nos señala, llega un momento en que se produce una grieta interna. Hemos huido de nuestra propia voz interior que nos quiere comunicar algo. El desconsuelo indica la posibilidad de un cambio latente. Cuando encontramos el sentido de nuestra angustia, esta se transforma.

Con motivación se atraviesan las dificultades que se presentan para lograr nuestro objetivo. Cuando la serpiente tiene que desprenderse de su piel vieja, escoge transitar por dos piedras próximas que le aprieten, le rasquen y le ayuden a eliminar su piel. Ese tránsito le provoca dolor, pero le ayuda a deshacerse de lo viejo para dar lugar a lo nuevo. Es el final de un proceso y el inicio de otro. Y en ese tránsito sufrimos. Si nos resistimos a atravesarlo, la angustia se incrementa, pues no soltamos lo que ya no nos aporta, lo que necesitamos, ni damos espacio a lo que quiere nacer. Uno puede enquistarse en ese dolor, alargando el padecimiento y haciéndolo agónico.

«Cuando el ser humano tiene un para qué, puede atravesar cualquier cómo” (Viktor Frankl)

El sufrimiento nos indica que algo nuevo está naciendo. Si mantenemos puesta la marcha atrás, no avanzamos, podríamos decir que la herida se infecta. Si asumimos y pasamos el dolor, dejamos paso a lo nuevo. Hay que fluir aunque sea en mitad de la incertidumbre. No sabemos lo que nos espera después de ese cambio, y esa inquietud nos puede provocar una falta de fuerza interior. Sin embargo, desprenderse de lo que nos daña es lo que nos libera, nos fortalece y nos hace libres.

Por ejemplo, uno puede sentirse invadido por el sufrimiento que le provoca la pérdida de un ser querido y estar años y años padeciendo. O bien, aunque haya perdido a un hijo, a una madre, a un gran amigo, puede conectar con los momentos llenos de sentido y felicidad vividos con ellos, y aunque probablemente habrá una sombra de dolor con el recuerdo, este no ocupará ni nublará todo. Uno sentirá el agradecimiento por esos momentos.

Para conectarnos
LIBROS
‘Después del éxtasis, la colada’
Jack Kornfield
‘La liebre de marzo’ y
‘Estás aquí. La magia del
momento presente’
Thich Nhat Hanh
PELÍCULA
‘En busca de la felicidad’
Gabriele Muccino

Cuando atravesamos el sufrimiento, nadie puede responder por otro. Este es un sentimiento intransferible y, aunque nos demos cuenta, nadie puede hacer nada, cada uno debemos recorrer ese camino por nosotros mismos. Si, para evitar que una mariposa sufra al salir del capullo, le ayudamos a abrirlo, la mariposa no utiliza su propia fuerza, sus alas se debilitan y se muere. Es ella la que debe atravesarlo para fortalecerse y así poder volar. Cada uno tenemos que salir de las propias redes que nos envuelven y reforzarnos en el tránsito.

Sin embargo, compartir la dificultad, darle nombre y expresarla, aligera la carga. Es más fácil si lo identificamos, lo nombramos, lo escuchamos, lo miramos cara a cara y lo humanizamos. Lo que ocurre a veces es que la vergüenza o el miedo a lo que pensarán al ver nuestra vulnerabilidad o debilidad, o a que nos etiqueten como alguien fracasado, dificulta que compartamos nuestro sufrimiento. Debemos aprender a acompañar al que se encuentra en esta situación sin juzgarle. Una mirada amorosa que acoge ese dolor y no juzga cuando uno se abre a ser escuchado y a compartir ayuda a expresarse para soltar el dolor acumulado en nuestro interior. Y cuánto más hayamos pensado que seríamos juzgados, si descubrimos en el otro ternura y comprensión, eso es profundamente liberador. Tener dónde expresar y manifestar lo que nos angustia descarga nuestro peso.

Para aligerar, nos ayudará también escribir. Elaborar una carta dirigida a uno mismo, en la que se conversa con la parte que sufre y está herida. Ejercitando la verdadera presencia, conseguimos aliviar la angustia que hay en nuestro interior.

Se trata de transformar las adversidades y los monstruos, que son nuestros miedos, en aliados sobre los que cabalgamos. El mito de san Jorge es un ejemplo de transformación: el miedo y el dolor que simboliza el dragón se convierten en una cabalgadura que libera a la princesa. San Jorge no mata al dragón, sino que monta sobre él porque lo ha integrado.

«En una sociedad que nos prohíbe nuestras debilidades, ¡qué liberador es manifestarse vulnerable!”
(Javier Melloni)

Entregarse en el tránsito que implica el sufrimiento y no eludirlo hace que aquello que parece un obstáculo y una gran devastación se convierta en una oportunidad. No es fácil dar este salto. Pero la clave está en confiar. En un espacio en el que impera este clima se crean nuevas dinámicas liberadoras que nos revitalizan y nos abren al sentido de vivir. Creemos que a cada instante respiraremos, que a cada paso que demos el edificio aguantará, que cuando lleguemos a casa nos encontraremos con la persona a quien hemos dejado. Nuestra vida está hecha de confianza. Cuando nos convertimos en seres recelosos, nos deshumanizamos. La confianza nos humaniza. Vivamos en la fe radical de que todo tiene sentido más allá de lo que podemos percibir con nuestras cortas miradas.

El enorme crecimiento de las desigualdades: reflexiones a partir del libro de Thomas Piketty sobre el Capital en el siglo XXI

23 febrero, 2015

Fuente: http://www.vnavarro.org

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 16 de octubre de 2014.

Este artículo señala la importancia del libro de Piketty, que demuestra las grandes debilidades y fallos de la teoría neoliberal, lo que ha sido causa de una crítica muy maliciosa por parte de los medios neoliberales, incluida la televisión pública de la Generalitat de Catalunya, TV3. Este artículo también muestra algunas de las limitaciones de tal libro.

El libro de Thomas Piketty titulado Capital in the Twenty-First Century ha tenido un gran impacto en el mundo académico de habla inglesa, y es probable que lo tenga en el de habla castellana cuando se publique en tal idioma este año (se publicará una versión en catalán esta semana, y otra en castellano el próximo mes). Una causa de dicha notoriedad se debe a que muestra, con gran cantidad de datos, muchas de las falsedades que se han reproducido en la sabiduría convencional del conocimiento económico, donde las creencias neoliberales han sido las dominantes. La gran cantidad de evidencia científica presentada en el libro le da una credibilidad y un rigor que han puesto al pensamiento neoliberal a la defensiva, ya en sí muy tocado por el gran fracaso que la aplicación de las políticas públicas basadas en este pensamiento ha tenido, siendo una de las principales causas de la Gran Recesión (para una mayor discusión del libro, véase mi artículo “El porqué de las desigualdades: una critica del libro de Thomas Piketty, Capital in the Twenty-First Century”, Público, 15.05.14).

Uno de los postulados característicos del dogma neoliberal, destruido por el libro de Piketty, es aquel que sostiene que el capitalismo, sin ningún tipo de regulación pública, no lleva a una mayor concentración de la riqueza. Ha sido y continúa siendo parte del dogma neoliberal creer que el capitalismo, dejado a su propia lógica, sin ningún tipo de intervención pública, se regula a sí mismo reduciendo las desigualdades. Los datos de Piketty desmontan claramente este componente del dogma. Ha sido solo en momentos históricos de gran intervencionismo público (el periodo 1932-1980) cuando las desigualdades de riqueza y de renta han disminuido.

Otro de los postulados del dogma neoliberal, que los datos presentados por Piketty también destruyen, es el que sostiene que las políticas neoliberales (que sistemáticamente favorecen a las rentas altas y a la propiedad del capital) son necesarias para estimular el crecimiento económico y la creación de riqueza. Piketty muestra cómo la tasa de crecimiento económico fue mucho más elevada cuando la carga fiscal al capital y los impuestos a las rentas superiores fueron más elevados (durante el periodo 1932-1980) que después (en el periodo 1980-2008), cuando los impuestos al capital y a las rentas superiores fueron mucho (pero que mucho) más bajos que en el periodo anterior.

Estos y otros componentes del libro explican la hostilidad de los autores y medios neoliberales en EEUU hacia el libro de Piketty. El Wall Street Journal (máximo exponente en EEUU del pensamiento neoliberal) llegó a definir el libro como un “panfleto comunista”. Y es más que probable que la gran mayoría de fórums neoliberales españoles –desde Nada es Gratis a Actualidad Económica- lo pongan verde. En realidad, en Catalunya, el programa neoliberal “Classe d’Economia” (Clase de Economía) de la televisión pública catalana, TV3, protagonizado exclusivamente por uno de los economistas más neoliberales en el país, también intentó cargárselo (sin permitir, por cierto, que voces alternativas cuestionaran elementos de ese dogma neoliberal. La falta de diversidad en este medio y en otro medio público radiofónico, Catalunya Ràdio (que le hace una entrevista a este mismo economista cada dos semanas sobre la situación económica) en áreas económicas es abusiva y antidemocrática en exceso, puesto que no se concede ni el derecho de réplica ni la posibilidad de presentar otras alternativas en tales programas. Tales medios televisivos y radiofónicos, que son financiados públicamente, están claramente instrumentalizados por el pensamiento neoliberal con escasa vocación democrática.

En realidad, una muestra de la derechización de la vida intelectual, política y mediática en España es que el dogma neoliberal continúe promoviéndose en los mayores medios de difusión y persuasión en España, incluyendo Catalunya, a pesar de que la evidencia de su fracaso sea tan robusta y convincente. El libro de Piketty es un documento más, de los muchos que se están publicando ahora, que muestra la gran falsedad de tal dogma, mostrando que “el rey está desnudo”. El hecho de que el libro esté escrito de una manera muy amena y clara se añade a su atractivo.

Algunos puntos débiles del libro de Piketty

Particularmente interesante para aquellos que trabajamos en instituciones académicas a los dos lados del Atlántico Norte –EEUU y Europa occidental- es su crítica a las instituciones académicas estadounidenses, que en sus áreas de conocimiento económico muestran una gran insensibilidad hacia el contexto político que condiciona el fenómeno económico. El énfasis metodológico que domina la producción de dicho conocimiento en aquel país oculta la falta de una visión más completa y acertada de la realidad económica, crítica que podría hacerse a todas las ciencias sociales, y no solo a la economía.

Pero como varios autores hemos indicado (véase mi artículo “No se puede entender el mundo del capital sin entender el mundo del trabajo”, Público, 11.07.14, y también el de David Harvey “Afterthoughts on Piketty’s Capital in the Twenty-First Century” en Challenge, octubre 2014), Piketty parece caer en el mismo error cuando sintetiza todo su trabajo en una fórmula matemática en la que muestra que la rentabilidad del capital (r) es siempre mayor que la tasa de crecimiento de la economía (g). Según él, esta realidad, definida en esta fórmula, es la que ha causado la enorme concentración de la riqueza en el 1% de la población (tanto en todo el mundo como en la mayoría de países capitalistas desarrollados) hecho denunciado por el movimiento Occupy Wall Street, inspirado, a su vez, por el movimiento español del 15-M.

Dicha fórmula matemática, sin embargo, describe pero no explica esta realidad. Como bien señala David Harvey, por qué el capital se está concentrando es la pregunta clave. No es suficiente con escribir que ello se debe a que la rentabilidad del capital crece más rápido que el crecimiento de la economía. Lo que hay que explicar es porqué ello ocurre. Y ahí es donde el contexto político en el que ocurre esta concentración es determinante. No puede entenderse la evolución del capital sin entender su relación con el mundo del trabajo. El periodo post II Guerra Mundial (1945-1980) se caracterizó por un Pacto Social entre el mundo empresarial (propietario y gestor del capital) y el mundo del trabajo y sus instrumentos políticos y sindicales. Tal Pacto dio lugar a que las rentas del trabajo (como porcentaje de las rentas totales) alcanzaran unos niveles elevados (alrededor del 70 al 75%) de la renta nacional en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte (EEUU y Europa Occidental). Fue, también, durante este periodo, cuando las políticas fiscales fueron claramente progresivas, con un elevado gravamen en las rentas derivadas de la propiedad del capital. Fue en esta época también cuando el Estado del Bienestar se estableció y expandió, estando su expansión directamente relacionada con la fuerza del mundo del trabajo. A mayor poder de este último, mayor extensión del Estado del Bienestar, siendo los países escandinavos (donde el mundo del trabajo alcanzó mayor poder) el mayor exponente de esta situación.

Este Pacto Social se rompió con la elección como Presidente de EEUU de Ronald Reagan (el gran gurú de los neoliberales) y de la Sra. Thatcher como Primera Ministra del Reino Unido, cuyo objetivo era recuperar el poder del capital a costa del debilitamiento del mundo del trabajo. Alan Budd, el consejero económico de la Sra. Thatcher, lo dijo claramente: las medidas neoliberales tomadas por el gobierno Thatcher “tenían como objetivo aumentar el desempleo, lo cual era muy importante y deseable, a fin de reducir la fuerza de la clase trabajadora…. Lo que hicimos era lo que Karl Marx definió como crisis del capitalismo, que consiste en expandir el desempleo (reserve army), lo que permite la bajada de salarios y el aumento de la rentabilidad del capital a partir de entonces” (The Observer, 21.06.92). Esta fue la causa de que las desigualdades crecieran enormemente. La diferencia entre lo que ingresaba un trabajador promedio y el director delegado de las grandes empresas pasó de ser de 30 a 1 en 1970 a 300 a 1 ahora. Estaba claro que, como bien dijo Warren Buffett, “seguro que hay una guerra de clases (class war) en este país. Y mi clase, los ricos, son los que la están haciendo y ganando diariamente” (New York Times, 26.11. 06). El punto débil de Piketty es que no hace referencia a este contexto político. Analiza la evolución del capital, sin analizar su relación con el mundo del trabajo.

Pero este silencio de Piketty tiene también un coste, pues no hace ninguna referencia a las consecuencias de esta concentración. Es cierto que este autor habla del impacto negativo que tal concentración tiene sobre la salud e higiene democráticas, pues tal concentración afecta y deteriora la calidad democrática de las sociedades capitalistas desarrolladas. Pero, además de ello, esta concentración de la riqueza y de las rentas y el consiguiente aumento de las desigualdades, ha sido una de las mayores causas de la Gran Recesión en la que se encuentran tales países. Tal empobrecimiento del mundo del trabajo creó un gran endeudamiento de la mayoría de las clases populares, que obtenían sus rentas del trabajo, y, más tarde, un grave descenso de la demanda, que es lo que causó la Gran Recesión. La evidencia de ello es abrumadora. El promedio de renta del trabajo pasó de representar el 72% de la renta nacional en los países de los dos lados del Atlántico Norte en los años setenta, a un 61% en el año 2010. En realidad, en España el porcentaje ha sido menor, un 52% (ver mi artículo “Capital-Trabajo: el origen de la crisis actual”, Le Monde Diplomatique, julio 2013). Este enorme descenso determinó la crisis económica, y también causó la crisis financiera, pues la enorme expansión del sector financiero, fruto del endeudamiento generalizado y la escasa rentabilidad de las inversiones productivas (resultado de la escasez de la demanda) potenció el incremento de las inversiones especulativas, creándose el capitalismo del casino, cuyos estallidos originaron la crisis financiera. De esto, Piketty tampoco dice nada. Ahora bien, estos silencios o limitaciones no diluyen la importancia de su texto. Su publicación contribuirá al tan necesario descrédito del pensamiento neoliberal que todavía domina los centros de producción y reproducción del conocimiento económico. Aconsejo su lectura.

¿Qué es el Trabajo o Empleo garantizado?

22 febrero, 2015

Fuente: http://www.lamarea.com

09 de octubre de 2014, Eduardo Garzón.

El Trabajo Garantizado o, siendo más rigurosos, Empleo Garantizado (EG, en adelante) parte de la premisa de que si bien es cierto que hoy día en nuestras sociedades hay muchísimas personas que no están ocupando ningún puesto de trabajo, también es cierto que hay mucho trabajo por hacer en nuestras comunidades. Que no haya empleo no quiere decir que no haya trabajo. Es profundamente absurdo y contraproducente en términos económicos y sociales que mantengamos inactivas a personas que pueden y desean trabajar mientras las necesidades de nuestros conciudadanos y de nuestro medio ambiente no estén cubiertas. En la actualidad necesitamos que cuiden de nuestros mayores, de nuestros hijos y de nuestros enfermos, que aumenten los servicios de ocio, deporte y cultura, que se cuiden las infraestructuras, pavimento y fachadas de muchos barrios de nuestras localidades, que se reforesten enormes extensiones de terreno, que se cuide la fauna y la flora de nuestro entorno, que aumenten y mejoren los servicios sanitarios, que se defienda a los grupos discriminados y a los más vulnerables, que se construyan y mantengan centros de producción de energía renovable, que se habiliten edificios para ganar en eficiencia energética, etc…

Por lo tanto, con un EG el Estado ofrece un empleo a cualquier persona que esté preparada y dispuesta para trabajar, sin importar su experiencia profesional, cualificación, sexo, renta o edad (Mitchell, 2013). Se trata de crear un puesto de trabajo acorde a las habilidades y conocimientos del desempleado en cuestión, y/o de procurarle la formación necesaria para llevar a cabo el tipo de actividades que haya decidido realizar –dentro de unos límites previamente fijados– (Minsky, 2008). Las tareas llevadas a cabo en el EG generalmente no deben competir con las actividades realizadas por el sector privado y por el sector público tradicional. Allí donde al empresario privado no le resulta rentable llegar y allí donde el Estado no ha decidido llegar, el EG encuentra su ámbito de aplicación. El control público permite reducir la discriminación racial, sexual y de cualquier otro tipo, a diferencia de lo que ocurre en el ámbito privado donde resulta más complicado supervisar al empleador en cuestión.

El Estado se encarga de remunerar el trabajo directamente mediante un pago a la cuenta bancaria del participante del EG, de forma que se eviten intermediarios y tentaciones perversas en la gestión del dinero. La retribución no es sólo salarial, sino que incluye también otros pagos no salariales como cotizaciones a la Seguridad Social, ayudas para transporte, permiso por vacaciones, por paternidad y maternidad, por enfermedad, etc. Mientras la financiación se centraliza en el Estado, la gestión y aplicación de los programas de empleos corresponde a las administraciones públicas locales y a las instituciones sin ánimo de lucro, que son las mejores conocedoras de las necesidades sociales y económicas concretas de las localidades, así como las que mayor experiencia tienen en el terreno (Tcherneva, 2012). No obstante, todo ciudadano u organización civil tiene derecho a proponer y decidir sobre el diseño concreto de los programas de empleo.

Al mismo tiempo que se logra el pleno empleo se satisfacen multitud de necesidades sociales, económicas y ecológicas. Los beneficios del EG son innumerables: producción de bienes y servicios (y por lo tanto aumento del PIB), generación de renta y riqueza, alivio de la pobreza, más y mejores construcciones comunitarias y redes sociales, mayor estabilidad social, política y económica, alivio de las enfermedades sociales derivadas del desempleo (problemas de salud física y mental, maltrato conyugal, consumo de drogas, delincuencia, etc; Cook et al, 2008; Wray y Forstater, 2004), además de otros numerosos multiplicadores sociales. El impacto económico y social global es superior a la suma de los impactos individuales debido a las sinergias y círculos virtuosos que se generan en un ambiente de mayor cohesión y paz social (Murray, 2013).

De hecho, algunas estimaciones apuntan a que cualquier programa de EG tiene un coste económico inferior al coste que supone lidiar con los problemas derivados del desempleo a través de prestaciones sociales como las de desempleo, ayudas a familias sin recursos, apoyo psicológico, servicios penitenciarios, etc (Harvey, 1995; 2011).

El salario en cualquier programa de EG ha de ser uniforme y debe establecerse a un nivel que permita unas condiciones de vida dignas (Minsky, 2008; Mitchell y Watts, 1997). La uniformidad es condición indispensable para evitar la competencia a la baja en los salarios, logrando que ese nivel de remuneración haga las veces de salario mínimo por debajo del cual ninguna persona trabajaría en el sector privado al tener la posibilidad de acogerse a un programa de EG de mejores condiciones. Los empleadores del sector privado se ven obligados a ofrecer salarios iguales o superiores a los ofrecidos en el EG, logrando así acabar de facto con todos los puestos de trabajo en los que no se garantizan condiciones laborales dignas. Algunos autores sugieren la posibilidad de que dentro del EG haya más de un tipo de remuneración (dos o tres), de forma que se pueda distinguir por niveles de experiencia y cualificación (Kaboub, 2013; Harvey, 2013), al modo en el que se hace en la esfera pública convencional. Según su visión, lo importante para evitar la competencia a la baja en los salarios no es que éstos sean uniformes, sino que sean fijos en cada uno de sus tramos.

Como consecuencia de la aplicación del EG buena parte de la economía sumergida afloraría, puesto que muchas actividades ocultas y que no se benefician de los derechos laborales vigentes serían abandonadas al existir una alternativa de empleo garante de derechos y estable (Wray, 2012). Ello aumentaría la recaudación tributaria del Estado, tanto por la vía de reducción de la economía sumergida como por el incremento en el número de trabajadores y del consumo derivado del mismo. Por otro lado, el EG logra reducir el coste por prestaciones de desempleo y otras ayudas públicas, de forma que el impacto en el saldo fiscal es menor de lo que a primera vista podría parecer.

Otros beneficios derivados de la aplicación del EG es que los participantes del programa mantienen y/o desarrollan sus conocimientos y habilidades (a diferencia de lo que les ocurriría estando desempleados), lo que permite a) incrementar la productividad del trabajo y b) mantenerse preparados para acceder a puestos más cualificados y de mayor remuneración (Mitchell, 2013). Cuando los empresarios del sector privado necesiten contratar a nuevos trabajadores, pueden acudir a la cartera de participantes del EG. Esto ocurrirá en períodos de expansión económica. En cambio, en tiempos de recesión ocurrirá el proceso contrario: los empresarios despedirán a sus trabajadores y éstos tendrán la posibilidad de acogerse a un programa de EG, donde no perderán sus hábitos y prácticas. Las oficinas actuales del desempleo pasan a convertirse en oficinas de empleo, donde efectivamente conectan demandantes de empleo con oferentes.

Referencias bibliográficas

Cook, B., Mitchell, W., Quirk, V. Y Watts, M., (2008). Creating Effective Local Lbaor Markets. A New Framework for Regional Employment Policy, Centre of Full Employment and Equity, Newcastle, Australia.

Harvey, P. (2013). “Wage Policies and Funding Strategies for Job Guarantee Programs”, en The Job Guarantee. Toward True Full Employment, editado por Murray, M. Y Forstater, M., Palgrave Macmillan, Nueva York.

Kaboub, F. (2013). “The Low Cost of Full Employment in the United States”, en The Job Guarantee. Toward True Full Employment, editado por Murray, M. Y Forstater, M., Palgrave Macmillan, Nueva York.

Minsky, H. (2008). Stabilizing an Unstable Economy (2nd ed.), McGraw Hill, New York.

Mitchell, B. (2013). What is a Job Guarantee?, artículo publicado en Billy Blog el 5 de mayo de 2013.

Mitchell, W. Y Watts, M. (1997). “The Path to Full Empoyment”, en The Australian Economic Review, 30(4): 436-443.

Murray, M. (2013). “Effective Demand, Technological Change, and the Job Guarantee Program”, en The Job Guarantee. Toward True Full Employment, editado por Murray, M. Y Forstater, M., Palgrave Macmillan, Nueva York.

Tcherneva, P. (2012). “Evaluating the economic and enviromental viability of Basic Income and Job Guarantee”, en Environment and employment: A Reconciliation, edited by Philip Lawn, Routledge, Londres.

Wray, L. y Forstater, M. (2004). “Full Employment and Social Justice”, en The Institutionalist Tradition in Labor Economics, Editado por Champlin, D. Y Knoedler, J., Sharpe, Nueva York.

Wray, L. (2012). Modern Money Theory. A primer on Macroeconomics for Sovereign Monetary Systems, Palgrave Macmillan, Nueva York.

[Eduardo Garzón es autor del blog Saque de Esquina]

Un país que no conozco

20 febrero, 2015

Fuente: http://www.eldiario.es

Dejemos de intentar explicarle a Rajoy cómo las pasan putas los excluidos, la escoria, los de la mugre, la costra. Son otro país que no es el suyo. No son su patria. Su patria son los intocables del despachazo, el sueldo nescafé y la cuenta en Suiza.

JAVIER GALLEGO, 12/02/2015 – 09:28h

Cayo Lara se dirige al presidente del gobierno en la última sesión de control. Rajoy se refugia en sus papeles como un ratón en su madriguera pues ya sabe la pregunta y tiene escrita su respuesta. El coordinador general de Izquierda Unida le pide su parecer sobre el informe de la Red Europea de Exclusión y Pobreza, órgano consultivo del Consejo de Europa, que acaba de publicar que en España hay un 27%, 13 millones de personas excluidas, 5 en exclusión severa.

Lara le recuerda que somos el segundo país europeo en pobreza infantil, que hay 9 millones en situación de pobreza energética, 80 mil parados más en enero, 200 mil cotizantes menos y un tercio con sueldos de calderilla. “Esta es la España real”, le dice mientras le enseña una camiseta en contra del ERE de 200 personas que prepara la empresa valenciana Bosal. Cayo se la acerca hasta su escaño y vuelve para escuchar la respuesta. Rajoy, puesto en pie, empieza: “Me pinta usted un país que no conozco, señor Lara”.

Lo que nos temíamos. El presidente no conoce el país en el que vive. No vive en el país que vivimos nosotros. Niega la mayor porque él vive en un país que se parece más a Suiza que a España. Como el PP gallego, el de su tierra, que el martes se negó a admitir una propuesta de ley del BNG para proteger a las familias en “pobreza energética”. Rechazaron incluso el término. Prefirieron llamarlos “consumidores vulnerables”. Como si en lugar de un parlamento, aquello fuera Endesa. Consumidores, clientes: no ciudadanos. No pobres: vulnerables. Vulnerable es el que puede ser herido. Pobre el que ya lo está. Pero en España no hay pobres, no hay heridos. No en la España del PP.

Dejemos de intentar explicarles cómo las pasan putas los excluidos, la escoria, los de la mugre, la costra. Son otro país que no es el suyo. No son su patria. Su patria es la de los invulnerables, los intocables, los privilegiados, los del despachazo, el sueldo nescafé y el coche oficial con los cristales tintados para no ver lo que ocurre fuera y para que nadie vea al que va dentro, en su país burbuja donde no hace frío y el único viento que sopla es el aire caliente que el chófer ha puesto a todo trapo.

Su patria es la del nuevo rey que se baja el sueldo para ganarse el aplauso de los vasallos aunque en realidad ha repartido el dinero sobrante entre el resto de partidas de Casa. Su patria es la de los viejos reyes que siguen recibiendo cada uno un sueldo de seis cifras al año aunque no tienen otra cosa que hacer que ir a ver a su hija y a su yerno que se esconden en Ginebra, claro: es la única patria que reconocen. Su patria es la Lista Falciani que Zapatero regularizó y la lista de evasores a los que ha amnistiado Montoro, el ministro que presume de tener una lista de listillos de aquí a Urano a los que, sin embargo, no persigue como debe porque está más ocupado en amenazar a periodistas, actores y Monederos.

Su patria es la de los que tienen cuenta en Suiza a salvo de los pobres, la de quienes se llevaban el dinero fuera para no contribuir mientras los demás pagábamos hospitales, escuelas, obras públicas y tapábamos los agujeros del hundimiento de todo. Hasta que no pudimos taparlos y nos fuimos al carajo. Yo sí que no conozco este país -lo están dejando tan desfigurado que está irreconocible- ni conozco el país del que me habla el presidente en sus psicotrópicas ensoñaciones de recuperación que no consigo ver ni aunque me ponga hasta arriba de porros.

Ni colocado imagino a Rajoy con la camiseta de Bosal que le regaló Cayo Lara. Se la habrá dado a un asistente para que se deshaga de ella. Estará en algún cubo de la basura. Junto al país que el presidente dice desconocer.

Javier Gallego es director de Carne Cruda. Puedes escuchar el programa todos los martes y jueves, a partir de las 12:00, en http://www.carnecruda.es

Jueces para la Democracia crea un Observatorio contra la corrupción ante la inacción del Gobierno del PP

19 febrero, 2015

Fuente: http://www.elplural.com

“La acometida contra la independencia judicial se está haciendo de modo directo, abrupto y sin subterfugios”

AURORA MOYA | 02/02/2015

Los jueces progresistas que componen la Asociación Jueces para la Democracia ha acordado crear un Observatorio contra la corrupción “ante la gravedad de la situación actual y ante la falta de medidas por parte del Gobierno y otras instituciones”, han hecho público en un comunicado en el que denuncian además: “La acometida contra la independencia judicial se está haciendo de modo directo, abrupto y sin subterfugios”.

“Desde Jueces para la Democracia consideramos necesario recordar que la corrupción existente no es un fenómeno puntual, sino que tiene carácter sistémico” explican los jueces de JpD que añaden: “Las prácticas políticas delictivas se encuentran plenamente instaladas en el sistema, como queda evidenciado por la elevada extensión de las mismas a lo largo de todo el territorio, de todos los niveles institucionales y de gran parte de las fuerzas políticas”, continúan.

Defender el sistema democrático
Esa es la razón por la que han considerado crear este organismo ya que “la sociedad necesita de las aportaciones de un instrumento como este Observatorio contra la corrupción para poder defender con más recursos nuestro sistema democrático”.

Sin medios y con presiones
“En estos momentos se tramitan centenares de procedimientos por corrupción en nuestros órganos judiciales y los magistrados instructores de nuestro país están haciendo un gran esfuerzo, sin apenas medios, y a menudo sometidos a todo tipo de presiones que erosionan el principio de independencia judicial”, dicen los jueces.

Perspectiva global
Este Observatorio será en su opinión un importante elemento de referencia “para poder ofrecer una perspectiva global en la lucha contra esta forma de delincuencia”. Una batalla que ya ha hecho aflorar problemas y contradicciones en el sistema judicial, según señalan.

Problemas para enjuiciar
Enumeran: la insuficiencia de los medios de investigación, persecución y enjuiciamiento, la ausencia de policía judicial y de expertos en contabilidad y finanzas, la complejidad de los delitos económicos, la capacidad obstaculizadora de las defensas penales para privilegiados, la falta de preparación técnica de estructuras judiciales acostumbradas a operar con ilícitos poco elaborados o el incremento de los macroprocesos…

Falta de voluntad política
“Y, sobre todo, la falta de voluntad política para afrontar la corrupción, responsabilizar a los infractores y desplegar los declarados fines preventivos de las penas” denuncia JpD que apunta además a que esta situación “está incrementando el enfrentamiento de los tribunales con los otros poderes públicos y con los poderes corruptores”.

Contra la independencia judicial
Prosigue la crítica de los jueces progresistas: “La acometida contra la independencia judicial se está haciendo de modo directo, abrupto y sin subterfugios. Los niveles que ha alcanzado la investigación de los delitos de corrupción están agravando la crisis de la política de partido y del sistema de representación, lo que hace previsible el intento de politización de los procesos penales”.

Jueces, fiscales y expertos
“El Observatorio contra la Corrupción estará formado por jueces, fiscales y otros expertos en esta materia. Sus objetivos serán los siguientes: a) recopilar información sobre las causas en fase de instrucción y de enjuiciamiento por delitos de corrupción; b) analizar la información; c) emitir informes periódicos; d) identificar ataques contra la independencia de los tribunales; y e) activar mecanismos de respuesta y proposición de soluciones”, explican.

Ruptura de las reglas democráticas
Para Jpd la corrupción supone una gravísima ruptura de las reglas del juego democrático. “Significa el apoderamiento de los recursos públicos para el enriquecimiento de una minoría y, en ocasiones, para que unas fuerzas políticas obtengan una ventaja ilegítima en perjuicio de otras. Además, provoca el descrédito de las instituciones y la desconfianza de la ciudadanía hacia la vida pública”.

El fin del plan perfecto de la impunidad

18 febrero, 2015

Fuente: http://www.eldiario.es

No hay precedentes para la imputación de 16 guardias civiles por el caso de las muertes de Ceuta.

Durante 10 años, las muertes en la frontera han tenido la misma explicación oficial: ha sido Marruecos, ha sido «por apelotonamiento», no tiene que ver con nosotros.

Especial: Las muertes de Ceuta.

Juan Luis Sánchez, 11/02/2015 – 21:32h

Un protocolo regulará la actuación de fuerzas de seguridad en Ceuta y Melilla.

Nos dijeron que no había cámaras de seguridad en la zona. Nos dijeron que la guardia civil no había intervenido. Nos dijeron que los marroquíes se habían ocupado de todo.

Y todo era mentira. Creímos que este caso sería un caso más sobre derechos humanos y fuerzas de seguridad donde un gran manto de silencio, confusión, opacidad, cubre el empeño de periodistas o activistas por descubrir la verdad.

Hay que escarbar mucho en la hemeroteca para encontrar una imputación simultánea de 16 guardias civiles en España. Mucho. Y, desde luego, no hay precedentes relacionados con la frontera, con la violación de derechos humanos, con la inmigración. Y no será porque no hay episodios que son poco claros, que habrían merecido una investigación más seria. En todos se aplicó la misma plantilla, el mismo plan perfecto para la impunidad.

Como el caso de la patera de Lanzarote arrollada por una patrullera de la Guardia Civil, que hizo saltar por los aires a sus tripulantes. Cinco muertos y un único imputado: el inmigrante que conducía el motorcillo de la patera. Y eso que había un vídeo tan claro como los que vemos hoy sobre Ceuta.

La jueza concluyó que «la culpa exclusiva fue del patrón de la patera», que «interceptó la trayectoria de la patrullera».

O como aquella muerte en Melilla de un inmigrante hospitalizado por «graves problemas respiratorios». Minutos antes, la guardia civil había utilizado material antidisturbios en un intento de salto, pero la Delegación del Gobierno dijo que lo había investigado y que no había relación entre ambas cosas. Sin juicio. Circulen.

O como aquel terrible 2005 en el que murieron decenas de personas en las vallas. Un reguero de sangre inocente provocado en ocasiones por disparos de bala, de bala real, no de pelotas de goma. De aquello, de nuevo, solo se hizo responsable a Marruecos: las autopsias marroquíes dictaminaron por los orificios de bala que los disparos se realizaron desde su lado; el tipo de munición, se dijo, no se usa en las armas de las fuerzas españolas, etc. De los muertos aparecidos en la parte española, también siempre la misma explicación: apelotonamiento, asfixia, etc.

En España, desde luego, no ha ocurrido hasta ahora, pero jamás supimos si alguien pagó ante la justicia marroquí para depurar responsabilidades. Solo se recuerda una sentencia al respecto: un tribunal de Nador, en Marruecos, dictaminó que la muerte de un joven aparecido en el lado marroquí de la valla, apaleado con culatas de fusiles, era responsabilidad española, cuyos agentes habían luego abierto la puerta de la valla y arrojado al otro lado. Meses después, la justicia española decidió abrir un caso sobre esa muerte (no sobre el resto, por esa) y dictaminó que los responsables fueron los gendarmes marroquíes. Es uno de esos momentos donde se descontrola la coordinación entre España y Marruecos y por esas grietas se cuela la evidencia de una pasmosa omertà.

Obviamente no es lo mismo ser el autor material que no serlo, pero aunque todas las muertes producidas en la valla durante una década fueran cosa solo de Marruecos, eso no exime de responsabilidades a España: Marruecos está ‘defendiendo’ nuestra frontera –no la suya– para evitar que personas que ya viven en su país pasen al nuestro. Se quedan con ‘el problema’ a cambio de nuestra cooperación política en otros asuntos, y la coordinación entre policías y Gobiernos en esta materia es total. Marruecos nos hace el trabajo sucio y España participa del plan de impunidad.

Parte del plan es decir siempre que la culpa la tiene Marruecos. Y eso nos dijeron el 6 de febrero de 2014: fueron los marroquíes. No nos lo creímos. Hoy tenemos sobre la mesa la imputación de 16 guardias civiles y los goterones de sudor frío del ministro de Interior.