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Twitter y la ira

1 marzo, 2023

Fuente: http://www.eldiario.es

  • Las redes sociales, por su diseño y por su negocio, se han mostrado no solo como un obstáculo para el buen periodismo, sino también como un grave problema para la convivencia

Pascual Serrano

Joe Kahn, director de The New York Times.
Joe Kahn, director de The New York Times. Celeste Sloman (GTRES)

28 de julio de 2022 22:44h. Actualizado el 29/07/2022 10:49h 

El flamante nuevo director de The New York Times, Joe Kahn, que tomó posesión de su nuevo cargo el pasado mes de junio ha recomendado a sus periodistas que no usen Twitter “demasiado”. Así lo explicaba en una entrevista en el diario ABC: “no queremos que la gente se tome Twitter como si representara a la audiencia, que es mucho más amplia y rica. Deberíamos estar siempre dispuestos a escuchar las críticas, pero en las redes sociales no son tan útiles y tampoco son representativas. Queremos que los periodistas sigan su misión periodística al margen de las redes”. Según Kahn, la recomendación “es un mensaje para que los periodistas se centren en lo importante. Twitter genera debates muy tóxicos y no deberíamos utilizarlo como una especie de barómetro de lo que es bueno y lo que no”. 

Ya son muchos los especialistas que llaman la atención sobre la estrecha relación entre las redes sociales -y especialmente Twitter- y la ira. O más bien, la explotación de la ira como gancho para conseguir usuarios y actividad en las redes. Toda la vida existieron los cotilleos, primero en las sociedades, y después en la prensa que descubrió que las emociones disparaban las audiencias. Ahora las redes saben que los contenidos que incorporan emociones morales, y en especial la ira, generan más likes, más retuits y, por tanto, más caja. La neurocientífica estadounidense Molly Crockett, especialista en estudiar la moralidad, señala que las redes sociales son superestímulos para la indignación moral y la disparan por encima de lo que sucede en la vida real, sobre todo en Twitter. 

El psiquiatra Pablo Malo, en su obra “Los peligros de la moralidad” explica que para expresar la indignación moral contra alguien, en la vida real hay que enfrentarse cara a cara con los malos o incluso llegar a la agresión física, lo que implica riesgos. Pero en el mundo digital se puede expresar la ira tecleando una frase en un momento desde la comodidad de nuestra habitación. No somos igual de beligerantes con el que nos indignamos si viaja con nosotros en el metro, que el que nos indigna cuando estamos frente al ordenador. De ahí que el umbral para expresar la ira es mucho más bajo en el mundo digital. Todos conocemos algún amigo, usuario de Twitter, que, en persona, es mucho más sereno y conciliador que en sus tuits. 

Y es que, según Malo, “el diseño de una red como Twitter favorece el enfrentamiento y el conflicto”. Por eso ya va siendo habitual en Twitter impedir que los usuarios puedan responder a tus tuits, bloquear masivamente o denunciar a algunos usuarios que insultan o amenazan. Si a ello le añadimos la capacidad que tiene la red social para descontextualizar y manipular, entenderemos que el director de New York Times pida a sus periodistas que no tenga mucho en consideración Twitter. 

Ingenuo, Pablo Malo plantea que los ingenieros de las redes deberían “buscar diseños que favorezcan el diálogo sin acaloramiento y la cooperación constructiva en las conversaciones y debates”. 

Le llamo ingenuo por dos motivos que, creo, hacen imposible que eso suceda. En primer lugar porque, como también analiza en su libro, hemos llegado a una sociedad hipermoral donde necesitamos potenciar todos nuestros instintos y actitudes destinadas a lograr la aceptación grupal y, al mismo tiempo, la sanción contra el no aceptado. Es decir, una sociedad del postureo meritorio/castigador. Ahora comer o no carne, reciclar o no, llevar la mascota al veterinario o no, y hasta encender el aire acondicionado se ha convertido en una cuestión moral que puede provocar la sanción social. Para ir repartiendo sanciones y poniéndose medallas se necesitan las redes sociales. Y todo eso lleva incluida la ira contra el díscolo. 

Por otro lado, como también afirma Molly Crockett, “en cierta manera podemos decir que las redes sociales hacen negocio con nuestra indignación moral igual que las webs de pornografía hacen negocio con nuestra sexualidad: se aprovechan de una tecla de la naturaleza humana”.

Visto lo visto, uno diría que las redes sociales, por su diseño y por su negocio, se han mostrado no solo como un obstáculo para el buen periodismo, sino también como un grave problema para la convivencia. Y no parece que ninguna autoridad esté dispuesta a ponerle el cascabel gato. 

Del Damero Maldito al Wordle: historia de un crucigrama

13 junio, 2022

Fuente: http://www.eldiario.es

  • El último reto viral en Twitter es, en realidad, el reflejo de una larga tradición de quebrarse la mente con juegos de palabras iniciada por Arthur Wynne en 1913
  • Opinión — El tesoro de Wordle
Resolviendo el Wordle del día en el segundo intento
Resolviendo el Wordle del día en el segundo intento J. A. L.

José Antonio Luna

5 de febrero de 2022 22:17 h. Actualizado el 06/02/2022 05:30 h 

En la década de 1920 los crucigramas ya habían invadido el planeta. Era extraño el rotativo que no los tenía entre sus páginas, la editorial Simon & Schuster publicó los primeros libros de pasatiempos y hasta se estrenó una obra en Broadway llamada Puzzles of 1925. Pero había un periódico reticente a ellos, uno que los catalogaba como “un ejercicio mental primitivo”. Se trata del mismo medio que recientemente ha decidido comprar el juego viral de Wordle por un precio no desvelado que “supera ligeramente las siete cifras”. Es The New York Times. 

La historia de Wordle, el juego viral que triunfa porque «no quiere atraparte» SABER MÁS

Tal y como cuenta la revista TIME, los editores del periódico neoyorquino consideraban que debían atraer a sus lectores sin necesidad de caer en una práctica que veían propia del periodismo amarillo, alejada de sus altos estándares. Hubo que esperar hasta 1941, tras el incidente del Pearl Harbor, para que los crucigramas aparecieran en su cabecera. Fueron un éxito inmediato y lo convirtieron en marca de la casa incluso en el campo digital, como demuestra el juego The New York Times Crosswords que en 2007 publicaron en Nintendo DS. Los crucigramas ya no eran frívolos y la fijación por ellos perdura hasta la actualidad. 

En un contexto en el que el acceso a distintas formas de ocio es más amplio que nunca, con miles de películas, libros y videojuegos al alcance de la mano, lo que ha mantenido ocupado a gran parte de Internet durante el último mes ha sido un sencillo juego de palabras. Wordle no envía notificaciones ni tiene anuncios. Su propuesta es sencilla: hay que descifrar una palabra de cinco letras en seis intentos. El periódico neoyorquino promete tras su adquisición que “seguirá siendo gratuito” y que no se realizarán cambios, pero también que pretende impulsarlo para alcanzar los 10 millones de suscriptores en 2025. 

Cuadrado de Sator en Oppède (Francia) M Disdero | Wikimedia Commons

Josh Wardle, ingeniero informático, lo diseñó como un pasatiempo para su pareja, aficionada a los crucigramas del mismo periódico que ahora lo ha comprado. Pero el juego con palabras es algo que ha cautivado a la humanidad casi desde el origen de los tiempos. Es lo que por ejemplo se puede comprobar con los cuadrados de Sator hallados en diferentes yacimientos arqueológicos, tales como las ruinas de Pompeya. Ya entonces se disponían letras en una matriz cuadrada para obtener un multipalíndromo: una palabra que se lee igual en dos sentidos como TENET, que precisamente fue el título de la última (y confusa) película de Christopher Nolan

No obstante, el padre de los crucigramas tal y como lo conocemos hoy día es Arthur Wynne. Fue director editorial de la sección de entretenimiento en el New York World de Joseph Pulitzer y fue precisamente en el suplemento dominical de este periódico, el 21 de diciembre de 1913, donde por primera vez se propuso un enigmático juego al que llamó FUN’s Word-Cross Puzzle. Un error tipográfico en las semanas posteriores cambió el título a Cross-Word (palabras cruzadas), siendo este el apodo que finalmente pasaría a la historia. Fue un éxito inmediato y se hicieron variantes de todo tipo, convirtiéndose en un formato fijo en secciones de entretenimiento de periódicos y revistas.

Sin embargo, la verdadera propulsora del género fue la mujer que sustituyó a Wynne: Margaret Petherbridge. “Empezó como secretaria de redacción en 1921 y en 1924 publicó el primer libro de crucigramas en Simon & Schuster, lo que provocó un fenómeno global en esa década de los felices años 20. En pocos meses saltó a casi todas las lenguas europeas”, explica a elDiario.es Màrius Serra, crucigramista de La Vanguardia junto a Jordi Fortuny, creador de Verbalia y analista del ludolingüismo en numerosos libros y artículos. La fiebre por estos pasatiempos fue tal que generaron un pánico social que llevó, tal y como publicó el periódico Harrisburg Telegrah en 1924, a que los profesores de la Universidad de Michigan prohibieran los crucigramas en sus clases. 

La llegada de los crucigramas a España

Serra destaca que en España el primer crucigrama se publicó el 22 de marzo de 1925 en la revista Blanco y Negro, fundada por Luca de Tena, con el nombre de Palabras cruzadas. Pero luego también llegaron muchas variantes del mismo, que modificaban algunas reglas o bien inventaban otras nuevas. “La actriz Conchita Montes, tras viajar a Hollywood con Jardiel Poncela en 1941, importó el formato denominado Damero y lo adaptó en su famoso Damero maldito de La Codorniz”, aprecia el especialista.

No es la única figura a destacar. También está Pedro Ocón de Oro, que inventó pasatiempos tan reconocidos como la Sopa de letras e importó a España el crucigrama blanco, el cual aumentaba la dificultad de los acertijos al eliminar los cuadrados negros que separaban las palabras. Sus hijas, Chelo y Paloma Ocón, son las encargadas de proseguir con el oficio iniciado por su padre: “Voy por la calle y voy contando las palabras, solo que yo las apunto en el móvil”, dijo la primera de ellas en un artículo publicado por ABC.

Sopa de letras creada por Agustín Fonseca Imaginarte Juegos

Agustín Fonseca, por su parte, es fundador de Imaginarte Juegos y lleva más de 30 años desarrollando pasatiempos para todo tipo de empresas, medios y editoriales. Entre las muchas anécdotas vividas recuerda con especial cariño El juego más difícil del verano, propuesto por El País Semanal iniciado el verano del 92 que llegó a tener sucesivas ediciones. Era una especie de yincana por la que se avanzaba resolviendo acertijos y, quien llegara antes al final, recibiría un premio de 10 millones de pesetas.

“Aquello fue un antes y un después en el sistema de juegos. No había un control como ahora podría haber del número de jugadores, pero hubo una estimación de que habría detrás unos 100.000”, rememora Fonseca. El teléfono y la enciclopedia eran fundamentales para resolver algunos de los acertijos, lo que provocó un aluvión de llamadas hasta el punto de colapsar el sistema. “Hubo gente que se pedía las vacaciones en agosto para poder jugar. Algunos organismos públicos, como el Ministerio del Interior, nos dijeron que los jugadores estaban bloqueando sus centralitas con tantas llamadas y que estaban impidiendo la comunicación con los espías”, comenta entre risas. 

Crucigrama diseñado por Agustín Fonseca Imaginarte Juegos

El crucigramista también fue responsable de potenciar en España otro pasatiempo, con un éxito relativamente reciente: los sudokus. El primero publicado en España fue en 2005 por el periódico El Mundo, pero la fiebre rápidamente se extendió al resto de cabeceras. “Cuando vi que iban a funcionar hablé con la editorial Aguilar por si les interesaba hacer un libro de sudokus, pero no tenían ni idea de qué les hablaba y me dijeron que no les interesaba. Sin embargo, parece que tras colgar el teléfono investigaron el tema y acabaron pidiéndome que preparara un libro en solo una semana con 100 sudokus de diferentes niveles”, señala Fonseca.

El reto ahora es conseguir que las nuevas generaciones también compartan la pasión por los acertijos lingüísticos. Màrius Serra tiene claro que el éxito de Wordle no es una burbuja, sino “un síntoma de que los entretenimientos verbales para todos los públicos que llenaban los centenares de revistas de quiosco, con papel de calidad baja para garabatear en él, ya son accesibles desde el móvil”. Toca adaptarse a los nuevos tiempos y parece que, más que el contenido, lo que cambia es el formato. Porque, como culmina el ludolingüista, “el nuevo paradigma es el juego verbal digital compartible por las redes”.

La democracia es desinformar sobre Cuba

26 noviembre, 2021

Fuente: http://www.eldiario.es

  • Basta con observar cómo, en nombre de la libertad y la democracia que algunos piden para Cuba, se está sembrando de mentiras y engaños los medios de comunicación y las redes.

Pascual Serrano @pascual_serrano

La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa/Archivo
La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa/Archivo

19 de julio de 2021 22:17 h 

A veces creo que no sé si hemos evolucionado del todo. Hemos pasado de unas dictaduras donde se ocultaba la información en nombre de la seguridad del Estado a unas «democracias» donde se difunde información falsa en nombre de la «libertad». 

Basta con observar cómo, en nombre de la libertad y la democracia que algunos piden para Cuba, se está sembrando de mentiras y engaños los medios de comunicación y las redes. La propia agencia Reuters titulaba así un análisis al hilo de los recientes acontecimientos cubanos: «Fake news muddies online waters during Cuba protests» (Las noticias falsas online enturbian las aguas durante las protestas en Cuba). Claro, que Reuters deja caer las opciones de que esas fake news pueden estar sembradas por la oposición o por el gobierno cubano. Sería el único caso en la historia en que un gobierno siembra las noticias falsas de que sus ministros huyen y airea fotos de manifestaciones masivas de apoyo presentándolas como de opositores. Vamos, que un gobierno siembra noticias falsas en su contra. 

Porque una de las falsedades más espectaculares fue la de incluir imágenes de manifestaciones de apoyo al gobierno y a la revolución como manifestaciones de protesta contra el gobierno. Sobre ellas, el diario La Nación, de Argentina, titula a gran tamaño «Una multitudinaria e inédita protesta en las calles sorprende al régimen cubano», pero la imagen que incluye es de una manifestación de apoyo, eso sí, con un pie en letra pequeña que dice «Defensores del régimen salieron a marchar después de un llamado del presidente Miguel Díaz-Canel».

La Nación.

Igualmente el diario El País no precisa que esta foto es de seguidores de la revolución como se evidencia al portar la bandera del 26 de julio, la organización guerrillera que lideró Fidel Castro. La información incompleta es, también, información sesgada.

El País.

En esta imagen de La Sexta sobre noticias de manifestaciones de la oposición y entrevista a un opositor, la imagen que se utiliza también es de manifestantes de apoyo al gobierno con la bandera del grupo guerrillero de Fidel Castro. Y, claro está, como viene siendo la tónica general, no se aclara de dónde es la imagen.

La Sexta.

Si alguna vez se reproduce una foto de una manifestación de partidarios de la revolución, como en esta de El País, la imagen se limita a una persona y el pie reza «una mujer grita». Es decir, un caso aislado y único de apoyo al gobierno, una sola persona que grita. 

El País.

Una televisión chilena insertó una imagen de heridos por sangre durante el referéndum de Cataluña en la noticia sobre las manifestaciones en La Habana. Se trata del programa Mucho Gusto, del canal Mega. 

TV chilena.

El diario ABC difundía la noticia de la dimisión del viceministro del Interior de Cuba, en desacuerdo por el uso de fuerza excesiva contra los manifestantes. Algo que se desmintió, pero la noticia sigue colgada en su web. ¿Rectificaciones? Ni están ni se las espera.

En The New York Times los manifestantes pasan de ser cientos a miles en la misma noticia por arte de magia. Primero publicaron la noticia diciendo que eran «hundreds» y después la retocaron para decir que eran «thousands».

NYT.
NYT.

En la cadena estadounidense de noticias Fox News decidieron pixelar las pancartas de los manifestantes a favor del gobierno para que no se pudiera leer que ponían «Las calles son de los revolucionarios», y presentarlas como manifestaciones de oposición.

Si lo anterior sucede en la prensa, que es un medio que se juega su credibilidad, imaginen lo que puede suceder en redes, donde nada pasa factura, ni hay filtro de veracidad. Todo vale para atacar la revolución cubana, desde una foto de la manifestación del 1 de mayo en La Habana hace unos años que se hace pasar por actual con manifestantes contra el gobierno. Veamos más ejemplos.

Malecón.

Una foto muy difundida en redes decía corresponder a una protesta «en el malecón de Cuba» y aparecían cientos de miles de manifestantes. El equipo de AFP Factual, un servicio de verificación de noticias de la agencia AFP, descubrió que se trataba de una foto de Associated Press de una movilización en Alejandría el 11 de febrero de 2011, tras la caída del régimen de 30 años de Hosni Mubarak en Egipto. Reuters también tuvo que desmentirla

Se hacen collages de fotos de heridos ensangrentados que ninguno era de Cuba. Se utilizan niños heridos en un tiroteo por delincuencia común en Caracas o las imágenes de un torturado acusado de pertenencia a ETA en Euskadi.  

Incluso Naciones Unidas difundió en Twitter como imagen de las protestas a unos manifestantes que se movilizaban en sentido contrario. Uno de ellos lo denunció en las redes y la reacción de Twitter al entrar en su perfil fue insertar este mensaje: «Precaución: Esta cuenta está temporalmente restringida. Estás viendo esta advertencia porque se detectó actividad inusual en esta cuenta». La ONU terminó retirando el tuit. 

En redes también circuló la noticia de que Raúl Castro huía a Venezuela y tuvo que ser desmentido por los verificadores de noticias. La foto que se difundía era de la llegada de Castro a Costa Rica a una cumbre que tuvo lugar en 2015.

Raúl Castro.

Se utilizó una foto de nicaragüenses rezando en 2018 para superponer una bandera de Cuba y afirmar que eran cubanos «clamando a Dios».

El servicio de verificación de noticias de RTVE desveló el origen trucado de un mensaje aparecido en redes sociales que expresaba «Cuba despertó ¡Abajo la dictadura! ¡Abajo el comunismo! ¡Libertad para Cuba! #SOSCuba», acompañado de una fotografía donde se ve a un joven encapuchado y con la cara tapada, arrojando una botella incendiaria. Tras él se observa una pared con la fotografía del Che Guevara y la frase «No más comunismo». Se trataba de un montaje a partir de una instantánea del fotógrafo estadounidense David McNew que se tomó el 30 de mayo de 2020 en Los Ángeles, California, en EEUU, durante las protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd. 

Los analistas y tertulianos no se escapan de esas “mentiras” recurriendo a argumentos y falsedades. Un columnista de Voz Populi que ostentó cargos de subdirección de Informativos de TVE y fue director-editor de la Primera Edición del Telediario afirma que “En Cuba el régimen hace desaparecer a las personas, como también sucede en Venezuela con la impunidad de quien ejerce la fuerza tras desmontar la democracia liberal”. No existen desapariciones forzadas en Cuba reconocidas por las instituciones internacionales, más allá de que algún detenido durante unas horas no se informe de su paradero, de igual modo que ocurre en nuestro país tras determinadas detenciones. En España también puede suceder que un detenido se traslade de centro y durante unas horas la familias no sepa en que comisaría se encuentra. 

En una tertulia de La Sexta dicen que la prueba de democracia es la frontera si no dejan salir es una dictadura. Obviando que los países que blindan fronteras son los ricos, como Estados Unidos o la Unión Europea y olvidando que desde hace años los cubanos pueden salir de su país sin problema, que la  dificultad con la que se encuentran para hacerlo es conseguir un visado del otro país.

Sorprende la atención que han recibido en los medios las manifestaciones en Cuba mientras esos mismos medios han pasado de puntillas sobre el asesinato a tiros del presidente de Haití, o han callado ante la represión en Colombia con 63 personas asesinadas en dos meses. Sin ir más lejos, ese mismo fin de semana murieron 72 personas por disturbios en Sudáfrica. Si hasta ha ocupado Cuba más que las noticias sobre el enriquecimiento de Juan Carlos de Borbón con la venta de armamento. 

Y volviendo a Cuba, no han aparecido las posiciones de responsables del gobierno, miembros del cuerpo diplomático ni de portavoces de las cientos de organizaciones de apoyo a la revolución cubana que hay por el mundo. 

Tampoco, y al hilo del sufrimiento del pueblo cubano por la pandemia que sí se usó como argumento para las críticas, no se ha comentado suficientemente el papel del bloqueo impuesto por Estados Unidos. Los mismos analistas y medios que informaban sobre rebeliones en Cuba y hacían llamamientos para solidarizarse con ellas no denunciaban que debido al bloqueo comercial han tenido graves problemas de suministros sanitarios para luchar con la pandemia. Las organizaciones MediCuba Suiza y Suiza-Cuba denunciaron en un comunicado que en abril del pasado año el bloqueo impidió transferencias de dinero para que Suiza pudiera vender respiradores a Cuba. Igualmente, el multimillonario propietario de la plataforma de comercio electrónico Alibaba, cuando decidió donar mascarillas y kits de diagnóstico Covid a 24 países de América Latina comprobó que el material no pudo llegar a Cuba porque viajaba en una aerolínea que, aunque colombiana, tenía capital estadounidense y tenía prohibido comerciar con Cuba. 

Recordemos que la Asamblea de las Naciones Unidas, como todos los años, votó masivamente en contra de ese bloqueo el pasado mes de junio. Solo Estados Unidos e Israel votaron en contra de la resolución de rechazo al embargo, que contó con el apoyo de 184 países. 

Quizá, además del debate de si Cuba es una dictadura o no, podríamos mirar la viga en el ojo propio y debatir si una democracia puede llamarse así si los ciudadanos no están informados o son engañados. Porque en las dictaduras la gente sabe que no está informada, pero en nuestros sistemas actuales creemos que sí y tampoco lo estamos. 

Publicado el 19 de julio de 2021 – 22:17 h

New York Times publica la lista de mayores defraudadores españoles

22 noviembre, 2014

Fuente: http://www.bolsaclick.com

Emilio Botín y su familia, José María Aznar, Dolores Cospedal o Rodrigo Rato son algunos de los nombres de la lista de defraudadores.

28 enero, 2013

Aclaración: este artículo fue escrito hace ya medio año en base al oportunismo de algunos, que modificaron un artículo del profesor Vicenç Navarro y que numerosos medios, incluidos algunos partidos políticos, confundieron por el artículo genuino. Desde Bolsaclick lamentamos que haya ocurrido este suceso y toda la confusión que pudo crearse a partir de esta noticia.

Emilio Botín y su familia, José María Aznar; Dolores Cospedal; Rodrigo Rato; Narcís Serra; Eduardo Zaplana; Miguel Boyer; José Folgado; Carlos Solchaga; Josep Piqué; Rafael Arias-Salgado; Pío Cabanillas; Isabel Tocino; Jordi Sevilla; Josu Jon Imaz; José María Michavila; Juan Miguel Villar Mir; Anna Birulés; Abel Matutes; Julián García Vargas; Ángel Acebes; Eduardo Serra; Marcelino Oreja, son algunos de los 569 españoles que depositaban su dinero en en el extranjero sin que éste fuera declarado en España.

Así lo asegura una información publicada por el rotativo más prestigioso del mundo, The New York Times, en una serie de artículos sobre el Presidente del Banco Santander, Emilio Botín.

En el último capítulo que ha visto a la luz de este serial versa sobre el ocultamiento por parte de Emilio Botín y de su familia de unas cuentas secretas establecidas desde la Guerra Civil en la banca HSBC.

Al parecer, en esta entidad financiera había 2.000 millones de euros que nunca se habían declarado a las autoridades tributarias del Estado español y que ahora ha salido a la luz a merced de la acusación realizada por un empleado del banco que se ha decidido a publicar los nombres de las personas que depositaban su dinero en la entidad sin que éste fuera declarado en los países de origen de los señalados.

Entre ellos había nada menos que 569 españoles, incluyendo a Emilio Botín y su familia, con grandes nombres de la vida política y empresarial como los citadas en la introducción. Habrá que esperar a las primeras reacciones.

Resumiendo

29 septiembre, 2014

Fuente: diario EL PAÍS

ELVIRA LINDO 14 ABR 2010

Por primera vez en mucho tiempo, el New York Times le ha dedicado un editorial a España. Por primera vez en mucho tiempo, el asunto a tratar no han sido los toros, la tomatina o el jamón de bellota. Simultáneamente, hemos encabezado secciones internacionales de periódicos argentinos, chilenos, ingleses o franceses. Si queríamos que nuestro país ocupara un lugar notable en la prensa del mundo con un tema que no fuera folclórico lo hemos conseguido. Lástima que el resultado sea para recibir el pésame más que la enhorabuena. A estas alturas, extranjeros de aquí y de allá observan atónitos una noticia que para ellos se resume de la siguiente manera: dos organizaciones franquistas llevan a los tribunales al juez que ha querido fijar las responsabilidades de la represión y dar honrosa sepultura a los muertos que aún permanecen enterrados en fosas comunes.

Los españoles llevamos siguiendo los pormenores de este caso más de un año, conocemos (aunque sea por encima) las razones por las que, al margen del asunto de la memoria histórica, hay quien está deseando que Garzón abandone la Audiencia Nacional; pero para alguien que no se revuelque a diario en la charca de nuestra actualidad no sólo resulta inconcebible que un juez de tan dilatado prestigio sea apartado de su carrera de por vida, hay más. Este desgraciado asunto ha sembrado la idea de que en 30 años de democracia los españoles hemos sido incapaces de lidiar con el pasado, que la Transición fue una bajada de pantalones, que la Guerra Civil es un tema tabú y que hay una parte de la derecha que sigue siendo franquista. No sé si estarán de acuerdo con este balance aquellos que hicieron posible la Transición, pero finalmente esto es lo que a ojos de los demás ha quedado. Sea como sea, hay que darle las gracias a la justicia española por permitirnos hacer el más grande de los ridículos.