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Ana Messuti: «Venceremos la impunidad: 10 años es poco para hacer justicia por 40 años de crímenes franquistas»

16 septiembre, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

  • La abogada de la Querella Argentina se queja del escaso apoyo de España en el proceso judicial: «A partir de 2016 se ordenó a la Justicia española no colaborar con la jueza argentina»

Juan Miguel Baquero 2 de mayo de 2020 21:46h 

@JuanmiBaquero

«Diez años es poco para hacer justicia por 40 años de crímenes». Algunas frases pueden resumir el esfuerzo trabajado en la denominada Querella Argentina. Como hace la abogada Ana Messuti, que hace una década era parte de las primeras demandas en el único juicio abierto en el mundo contra los crímenes del franquismo. La pandemia amenaza a los impulsores de la Memoria Histórica: «Hay una generación que no puede esperar más» SABER MÁS

Las víctimas precisaban un giro de timón. Doblegar la impunidad del régimen franquista. «Necesitábamos un Garzón argentino». Y ahí, en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Número 1 de Buenos Aires, estaba la jueza María Servini de Cubría, que abrió el proceso 4591/2010 por delitos de «genocidio» y crímenes contra la humanidad cometidos en España desde 1936 a 1977.

Una causa que sigue viva, «abierta y activa», recuerda Messuti en esta entrevista con eldiario.es. Y esto constituye, en sí, «toda una proeza». Porque la Justicia argentina apenas» cuenta con colaboración del Estado español. O «incluso peor», atina, que en momentos «había prohibido» toda ayuda. El diagnóstico, tras un largo camino lleno de obstáculos y victorias como la exhumación de Timoteo Mendieta, mira al cambio de Gobierno en el país como giro de bisagra con una meta clara: «En algún momento se vencerá la impunidad del franquismo».

El 14 de abril de 2010 estaba en Buenos Aires en el inicio de la Querella Argentina. ¿Cómo recuerda aquel día?

La pregunta suena como si me encontrara casualmente allí, pero no. Ya desde hace un año por lo menos, nos reuníamos en Buenos Aires el equipo de abogados que nos ocuparíamos de esa querella. Fue durante mi estadía en Buenos Aires en ese período que decidimos presentar la querella. Teníamos la idea, el querellante –Darío Rivas–, la voluntad de presentarla, pero faltaba el detonante. Y este se presentó en la figura de Carlos Slepoy, el admirado luchador por los derechos humanos, que poco antes, en un diario argentino había dicho, refiriéndose a la reacción de la justicia española ante la iniciativa de Baltasar Garzón: «Necesitamos un Garzón argentino». Es decir, compartíamos la misma idea: que la justicia argentina se ocupase de las víctimas del franquismo como la justicia española se había ocupado de las víctimas de los militares argentinos.

¿Y cómo fue aquella jornada?

El día de la querella fue un día muy esperado, fue el día que nos habíamos fijado para presentarla ante la Cámara Federal de la Capital, donde sería turnada al juzgado que se ocuparía de ella. Habíamos trabajado sin parar en elaborar esas 92 páginas, basándonos en los autos del juez Garzón de finales de 2008. Pocos días antes habían pasado a firmarla, y sumarse a Darío Rivas e Inés García Holgado, los dos primeros querellantes individuales, unos 10 representantes de asociaciones de derechos humanos argentinas y una española: la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que había enviado su representante.

Tras una década de lucha contra la impunidad del franquismo desde Argentina. ¿Cuál es el diagnóstico del proceso?

Son difíciles los aniversarios, porque llaman también a una rendición de cuentas, a un balance. Y eso puede ser muy desalentador, o menos. Los que somos conscientes, en mi caso por el contacto que he tenido con los querellantes, de todo el tiempo pasado y silenciado, y comparamos, nos decimos: diez años es poco para hacer justicia por 40 años de crímenes, o más. Ya una causa que tuviese unos 340 querellantes más unos tantos denunciantes podría llevar, tan solo en la fase de instrucción, unos 10 años sin sorprender a nadie.

Una causa que además se ocupe de crímenes cometidos a miles de kilómetros de distancia, hace muchos años, en el caso de algunos crímenes más, en otros menos, ya que el arco temporal que abarca, de 1936 a 1977 es amplio. Que apenas en contados casos ha podido contar con la colaboración del país del lugar donde se cometieron los crímenes, incluso peor, que llegado determinado momento, no sólo no podía contar con esa colaboración sino que se había prohibido toda colaboración con esta causa, y a pesar de ello siguiera abierta y activa, y con proyectos importantes para su avance, resulta toda una proeza. Y el diagnóstico, dado el cambio de gobierno en el país que debe colaborar, debería ser positivo, es decir, que en algún momento se vencerá la impunidad del franquismo.

¿Qué hitos destaca en estos diez años?

Hay muchos momentos que pueden considerarse hitos, también ello depende del observador, del momento, de lo que cada uno pide a la causa. Hay hitos de carácter judicial, otros de carácter social y otros de carácter internacional.

Por ejemplo, de carácter judicial, en referencia a los casos de tortura y privación de la libertad producidos en el tardofranquismo, la jueza Servini pidió la detención preventiva internacional de unos 18 imputados con fines de extradición para poder tomarles declaración indagatoria. Las órdenes de detención aún están vigentes.

Si bien el Gobierno negó las demás extradiciones, los casos de dos de los imputados de torturas se presentaron a la Audiencia Nacional, que también las denegó. Pero el «paso por la Audiencia», el hecho de que estas dos personas, tuviesen que asistir, no a la entrega de premios por su desempeño profesional, sino a un acto judicial para decidir si serían extraditados para ser juzgados como autores de crímenes internacionales, ya era un avance.

Como lo fue la toma de declaración a víctimas.

Otro hito que puede considerarse de carácter judicial, son las declaraciones que muchas víctimas pudieron hacer por primera vez ante un juez penal. Muchas se produjeron en Buenos Aires, cuando viajaron para ese efecto unas 13 personas, entre ellas Ascensión Mendieta. Pero otras fueron tomadas por jueces españoles, en presencia de la jueza argentina, durante la visita que hizo en 2014. La visita en sí fue todo un acontecimiento, sobre todo porque estuvo en varios sitios emblemáticos, desde Guernica hasta la Audiencia Nacional.

Aún más importante fue el hecho de que, una vez partida a Buenos Aires la jueza, nuestros querellantes declararan ante un juez penal español, que los escuchaba, con mejor o menor disposición, pero en cumplimiento del Tratado de Cooperación que vinculaba a ambos países.

¿Y los logros sociales?

Entre los de carácter social podemos referirnos a la incorporación a la querella de una asociación como La Comuna y la posterior constitución de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CeAQUA), que le dieron un gran impulso en el ámbito regional, municipal e internacional. Y me parece importante no olvidar la enorme repercusión social que ha tenido en todo el mundo el documental El silencio de otros, que no sólo ganó el Goya sino muchos premios internacionales, y se proyectó en las Naciones Unidas, en Nueva York. Y también, con anterioridad, el documental La causa contra Franco de Lucía Palacios y Dietmar Post.

Y en el ámbito internacional, las visitas de querellantes a organismos de derechos humanos de Ginebra (ONU) y Bruselas (Parlamento europeo), las recomendaciones hechas por dos Relatores especiales sobre derechos humanos de las Naciones Unidas al Gobierno de España de que no pusiera trabas a la causa argentina. Para nombrar lo esencial.

Un hito muy especial, porque reviste carácter social, judicial e internacional a la vez, es la exhumación del padre de Ascensión Mendieta.

¿Colabora España, el Estado y sus instituciones, incluidas las judiciales, con la Querella Argentina?

No se puede dar una negativa total a esta pregunta. Las primeras comisiones rogatorias que solicitaban las tomas de declaraciones fueron admitidas y se les dio curso, bien aceptando la presencia de la jueza argentina en juzgados españoles, bien cuando la jueza ya había partido, la toma directa de declaraciones testimoniales en varios juzgados españoles. Fue a partir de octubre de 2016, con la instrucción de obligado cumplimiento que emitió la Fiscal General del Estado ordenando no colaborar con la jueza argentina porque no actuaba «en interés de la justicia», que se interrumpió abruptamente esta colaboración.

Esto lo he vivido personalmente, porque a pesar de tener cita en el Juzgado de Oviedo para que declarara Gerardo Iglesias, me negaron el acceso al juez y toda explicación que era más que debida por respeto al declarante, que había tenido que superar problemas de salud para desplazarse.

¿Para qué está sirviendo en cuanto a reparación a las víctimas, sirve el solo hecho de presentar una querella, de dar ese paso?

Ello depende de cada una de las víctimas. Algunas se conforman con haberse presentado, sí. Pero es muy injusto decir «se conforman». Son ellas precisamente quienes nos dan una muestra de conciencia jurídica, de que es importante recurrir al derecho cuando hay asesinatos, asesinos y asesinados. Que ninguna reparación es suficiente porque si bien se puede hasta cierto punto reparar lo sufrido, no se puede deshacer el hecho de haber hecho sufrir de esa manera, y la única forma que tenemos es que se pronuncie la justicia y califique a lo irrevocable como crimen, que diga con todas sus letras: ese hecho, que no se puede deshacer, ha sido un crimen.

Y precisamente porque no se puede deshacer es un crimen. Por otra parte, el hecho de presentar la querella no es individual, es un hecho de carácter social, porque no se trata de crímenes aislados los contemplados en la querella sino de crímenes contra la humanidad, que pertenecen a un mismo contexto. La querella individual que se incorpora a la causa se añade a la querella madre, aquella presentada hace 10 años, y a partir de entonces todo lo que se logre con cada una, es un logro para todas, y todo lo que se logre con la querella en general, será un logro de cada una de ellas.

¿Y ve cercano el inicio de algún proceso judicial, de sentar en el banquillo a algún acusado?

Para ello debemos esperar que se tome declaración indagatoria a algún imputado.

Carlos Slepoy decía que cada paso es una pequeña grieta en el muro de la impunidad del franquismo. ¿Cuánto de resquebrajada está esa muralla?

Tenía toda la razón: cada paso es un avance. Digo esto porque mi visión no es de una muralla sino de un camino o de una travesía. O todos caminamos juntos, o navegamos en el mismo barco, pero cada pequeña cosa que hagamos bien, sin duda ayudará a derrumbar la muralla, llegar a la meta, o desembarcar en buen puerto.

Como Slepoy, otros actores principales como Darío Rivas, primer querellante, han desaparecido estos años. ¿Qué recuerdo tiene de Darío?

Darío era un caballero español. Una persona cuya victimización había durado su vida entera, porque así vivió la pérdida de su padre, sumada a la de su país, su pueblo, su familia cercana. Pero la figura de Darío también tuvo otro significado para la querella. Darío ya había exhumado los restos de su padre, ya le había hecho un homenaje institucional en Castro de Rei, donde su padre había sido alcalde, no tenía intención de presentar querella contra los asesinos, que ya no estaban vivos, y, sin embargo, comprendió que debía presentarse. Porque no había que reclamar algo personal, particular, para ser querellante, había que tener la voluntad de luchar contra la impunidad de los crímenes, había que hacer decir a la justicia lo que debe decir, para ser justicia y no injusticia disfrazada de justicia.

La última perdida ha sido Chato Galante…

Es una inmensa pérdida, desde todos los puntos de vista.

Chato fue víctima de Billy el Niño. ¿Cómo un presunto torturador franquista no acabe respondiendo ante un tribunal y sigue libre y disfrutando medallas policiales pensionadas?

Se pueden dar respuestas desde el punto de vista jurídico. Uno podría hablar mucho de las posturas dogmáticas de un derecho que atiende sólo los argumentos que lo cierran a la normativa internacional, de un derecho que no mira la realidad de los hechos, que no ve algo tan grave como crímenes contra la humanidad, y sólo es capaz de ver delitos aislados, para beneficiarlos de la prescripción y la amnistía. Pero hay algo mucho más grave, que esas posturas respondan a una voluntad política de impunidad.

¿Alguna posible novedad futura con respecto al proceso abierto contra Billy el Niño?

No tenemos noticias concretas.

Otro de los nombres propios entre los acusados es el exministro Martín Villa. Lleva la jueza María Servini varios años intentando tomar declaración indagatoria. ¿Ocurrirá?

Predecir el futuro no es mi fuerte: no podemos hablar aún de acusados, se trata de imputados, porque aún no se ha podido tomar ninguna declaración indagatoria. Y para ser precisos, no es solo la jueza que intenta tomar esa declaración, sino el mismo Martin Villa que ha manifestado en varias ocasiones su intención de declarar.

Sin duda uno de los nombres propios de estos años es Timoteo Mendieta. ¿Qué ha significado para la Querella Argentina?

Timoteo Mendieta, el padre de Ascensión, ha significado un primer logro tanto jurídico como social, e incluso internacional. Desde el primer aspecto porque no hubiera sido posible sin el auxilio judicial internacional prestado por los jueces de Guadalajara, principalmente el juez decano. Y eso para la situación de falta de cooperación que denunciamos, es una excepción muy importante.

Desde el aspecto social, la solidaridad, eficiencia y abnegación de la ARMH y sus socios y profesionales ha sido ejemplar, impresionante. Y también la importancia de este caso reside en que no sólo se exhumaron los restos de Timoteo sino de otras 39 personas. Como era la voluntad de Ascensión: «quiero que los saquen a todos». Y dije que también había sido un logro internacional, porque el nombre de Timoteo y de Ascensión se universalizaron, como la justicia que habían logrado.

Y para usted, ¿qué ha significado ese proceso, ayudar a Ascensión Mendieta a resolver esa herida que parecía irreparable?

Los años dedicados a este caso, por los que no descuidé otros, fueron difíciles, porque los vivía siempre con el temor de que Ascensión se nos fuera sin que hubiésemos podido entregarle a su padre. Hasta que en uno de sus cumpleaños, ya pasados los 90, me dijo al oído: «Hija, no te sientas comprometida. Has hecho lo que has podido». Más tranquila, sí, pero me seguí sintiendo comprometida, y cuando después de la segunda exhumación y consiguiente análisis de ADN le anunciamos la buena nueva, sentí que había valido la pena todo lo hecho, por lo que significaba para la causa, por supuesto, pero también para que Ascensión nos iluminara con su sonrisa maravillosa.

Publicado el 2 de mayo de 2020 – 21:46 h

Ascensión Mendieta: esa gigante civil que dio a todos los gobiernos lecciones de dignidad

27 enero, 2020

Fuente: http://www.eldiario.es

Ascensión Mendieta (1925-2019) aguardaba sentada junto al nicho del Cementerio Civil de Madrid, en el que estaba a punto de ser enterrado su padre, Timoteo, un sindicalista asesinado por la represión franquista, el 15 de noviembre de 1939, identificado casi ochenta años después. Aunque no se publicitó la hora del entierro, cientos de personas aparecieron para acompañarla en ese momento. Había pasado muchos años luchando, muchos gobiernos democráticos para los que ella fue insignificante, muchos menosprecios parlamentarios, como el de Rafael Hernando, y toda clase de obstáculos que consiguió sortear gracias a un amor y una dignidad que la hicieron invencible ante todos los impedimentos que se interponían a su deseo de dar una sepultura digna a su padre.

Cuando el ataúd con los restos genéticamente idenficados de Timoteo fue depositado en el nicho, estalló en la garganta de Ascensión un grito terrible, un profundo lamento que llevaba setenta y seis años incrustado bajo uno de sus pulmones, enquistado por un duelo nunca elaborado, por el transcurso de lustros repletos de abandono institucional, en los que la familia fue muriendo y depositando en ella la responsabilidad de dar nombre y digna sepultura a los restos de su padre.

Timoteo Mendieta le fueron a buscar a casa después de comer. Su participación sindical le había puesto en el punto de mira de los fascistas de Sacedón. Llamaron a la puerta y una niña de trece años, Ascensión, la abrió y cuando preguntaron por él señaló la habitación en la que estaba durmiendo la siesta. Se llevaron a Timoteo por la fuerza y lo encerraron en la cárcel de Guadalajara hasta el día en que lo sacaron para asesinarlo y lo enterraron en una fosa común.

Su viuda tuvo que empezar de cero, señalada, vigilada y castigada, viajaba a Madrid para vender, hacer trueques y conseguir algo que sus hijos se llevaran a la boca. Averiguaron dónde podía estar enterrado Timoteo, pero durante años tuvieron que tirar flores por encima de una tapia, porque los salvadores de España les impedían acceder a ese lugar.

Llegó la democracia y la ausencia del padre siguió presente, sin que el final de la dictadura hubiera supuesto la atención debida por parte del Estado democrática y oficialmente ‘reconciliado’. Ascensión y su hermana Paz iniciaron la búsqueda de ayuda en las instituciones, querían saber, querían terminar con la incertidumbre de ese padre que, como dijo Ascensión, «había pasado toda la vida bajo tierra», toda la que le quitaron.

Falleció Paz y Ascensión no cejó en su empeño, acosada por un reloj biológico que no entendía de leyes de memoria, que no le sirvieron para nada, ni de vagas promesas políticas. Pasaron los años y fue capaz de cumplir los 88 subida en un avión, camino de Buenos Aires, para sumarse a la causa argentina abierta contra el franquismo el 14 de abril de 2010, interpuesta por Darío Rivas –recientemente fallecido– y por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Allí pidió ayuda a una jueza argentina que en aplicación del principio de jurisdicción universal había abierto una causa penal contra los crímenes de la dictadura.

Meses después, la justicia argentina ordenó la exhumación de Timoteo. Tras esquivar retrasos de la justicia española y del Ayuntamiento de Guadalajara, gobernado entonces por el Partido Popular, los voluntarios de la ARMH iniciaron la búsqueda, pero descubrieron que los restos de Timoteo no estaban donde el registro del cementerio aseguraba. Así que se llevó a cabo una segunda exhumación y entonces las pruebas genéticas, hechas con urgencia, dijeron quién era y dónde estaba Timoteo.

La exhumación fue financiada por la ARMH, por el sindicato ELOGIT de electricistas noruegos y la ayuda del Equipo Argentino de Antropología Forense. Colaboraron en ella forenses españoles, británicos y portugueses y entre el resto de personas voluntarias las había de varias nacionalidades. Faltaba, como había faltado en toda una vida de búsqueda, el Estado.

La lucha de Ascensión simbolizó el desamparo de las víctimas de la dictadura y la fortaleza de quienes vivieron vidas arrasadas por el fascismo. Su imagen frágil y su dulzura al hablar de su lucha empujaron a muchas otras familias a iniciar la búsqueda de un ser querido.

En el funeral de Timoteo, se oyó a Ascensión dar las gracias «por venir a un acto tan triste». Su lucha permitió además identificar a otras treinta personas asesinadas en condiciones similares a las de su padre. Cuando el 19 de mayo de 2018 se entregaron en Guadalajara 25 cuerpos identificados, todos los familiares, al recibir los restos, agradecieron a esa frágil y enorme defensora de los Derechos Humanos de Sacedón la oportunidad que había creado con su lucha.

Durante muchos años, Ascensión vivió pensando en cómo habría muerto su padre; si fue al instante, si lo dejaron herido y ocurrió lentamente, incluso si pasó frío. Cuando no podemos despedir y cerrar el duelo tras la muerte de un ser querido, hay piezas que no encajan y que pueden ser arrastradas toda la vida. España es un país en el que cientos de miles de ‘Ascensiones Mendieta’ han muerto ignoradas por el Estado, escuchando discursos políticos que hablaban de reconciliaciones y de transiciones ejemplares mientras nadie les garantizaba verdad, justicia y reparación.

Cuando en el Cementerio Civil de Madrid, Ascensión sea enterrada junto a su padre, Timoteo, el eje del mundo se habrá desplazado una diminuta distancia para acercarse a la justicia. Pero seguiremos viviendo en un país en el que ninguno de los asesinos, que arrancaron de su siesta a personas que defendían el bien común para asesinarlos, se habrá sentado en un banquillo como acusado. Y esa realidad, esa terrible e insoportable injusticia, seguirá siendo una causa fundamental de muchas de las debilidades de nuestra democracia.

La exhumación de Timoteo Mendieta y 21 personas más, 80 años después

26 julio, 2016

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net

Por orden de la juez María Servini, y con cerca de dos años de retraso, hoy han comenzado los trabajos de exhumación de la fosa en la que la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica espera encontrar el cuerpo de Timoteo Mendieta y otras 21 personas ejecutadas por el franquismo en Guadalajara.
José Carmona 19/01/16 · 17:18

Álvaro Minguito

La Asociación por la Recuperación por la Memoria Histórica (ARMH) ha iniciado hoy la exhumación de una fosa común en el cementerio municipal de Guadalajara donde parece que se encuentran los restos de Timoteo, padre de Ascensión Mendienta, un mujer que ha dedicado su vida entera a una búsqueda, que ahora con 90 años parece que puede ver finalizar.

Así, la ARMH dará un paso fundamental en la recuperación de la historia de España, ya que la búsqueda de Timoteo ha sido larga, con trabas judiciales e incluido un bloqueo institucional que se rompió gracias a que una jueza argentina, María Romilda Servini, a través en un exhorto, hizo efectiva la apertura de la fosa en el cementerio de Guadalajara. Pese a que la orden se dio en 2014, han tenido que pasar muchos meses para que en España se atienda la petición y se tome en serio desde el Ayuntamiento de la provincia.

Timoteo Mendieta fue fusilado por ser leal a la República y participar en movimientos sindicales, principalmente en UGT. Pese a la victoria de la familia gracias a la intervención de la jueza, no hay que olvidar las dificultades que ha tenido el caso, incluyendo la declaración del juzgado de Guadalajara donde afirmaba que tras una inspección ocular, se concluía con que no era exacto que hubiese una fosa común en ese cementerio.

A las 8.30 de la mañana y a dos grados de temperatura por encima de cero, el equipo de la asociación llegaba al cementerio para preparar la exhumación, aprovechando así al máximo rendimiento todas las horas de luz posibles, ya que por las noches la falta de medios complica el trabajo de campo. Aun así, no se pudo tocar nada hasta que llegó el juez para que hiciese oficial el comienzo de la excavación y poder así empezar a trabajar, algo que ocurrió en torno a las nueve de la mañana. Minutos antes llegaba Ascensión acompañada de sus hijos, dispuesta a no perderse ni un minuto de los acontecimientos tan trascendentales que se irán desenvolviendo a lo largo de los días. La propia ARMH se ha dado un plazo de entre tres y quince días para finalizar todo el trabajo.

El equipo de trabajo se encontró a la entrada en el cementerio con pancartas reivindicativas en las que se leían frases como “Fosa común, víctimas de la represión franquista” o “Ejecutados por defender la libertad, la justicia y la democracia”, que, según trabajadores del cementerio, fueron colocadas el lunes. Se trata presuntamente de la organización de Foro por la Memoria, que también busca la justicia para los asesinados tras el Golpe de Estado de 1936.

Tras aliviar las tensiones emocionales lógicas en estos trances, el equipo pudo empezar a trabajar correctamente en torno a las 10.00 de la mañana en trabajos previos para ir sentando del todo la toma de contacto. En los trabajos relacionados con la difusión y tratamiento a los afectados, la ARMH colocó una mesa para atender a posibles familiares del resto de cuerpos encontrados en la fosa, dando accesibilidad también a fichas oficiales de la ONU para denunciar desapariciones forzosas. Hasta allí se trasladó una sobrina de uno de los hombres que presuntamente se encuentran en la fosa desde el 16 de noviembre de 1939, asesinado con 27 años.

El alcance mediático de este trabajo será mayor que el de otros por toda la polémica con la familia Mendieta, por lo que esperan que de los 22 cuerpos que encuentren, haya familiares que se acerquen hacia el cementerio durante estos días. Y es que esta asociación no sólo hace trabajo de campo, sino que también trabaja la pedagogía de la situación de cara al público para los curiosos y los interesados, además de facilitar documentación oficial de denuncias internacionales a los que quieran ayudar a la causa.

Pese a la cinta que acordonaba la zona facilitando el trabajo y alejando a la prensa por respeto de las víctimas, María Molinero, auxiliar de arqueología de la ARHM cuenta a Diagonal que Ascensión se mantuvo toda la mañana cerca para no perderse detalle. Bordeando la una de la tarde, la ARHM hacía oficial el encuentro de un primer cuerpo, confirmando entonces que la fosa corresponde a fusilados. Por tanto, a partir de aquí solo queda seguir trabajando en la misma zona, ya sabiendo cómo es más o menos la colocación de los asesinados.

Según vayan sacando los cadáveres, el forense de la ARMH irá analizando los cuerpos para ir teniendo más pistas al respecto y poder sacar a la luz las identidades, aunque será un trabajo que necesitará más reposo. Los datos claves para saber qué cuerpos son los que saldrán de la fosa son la edad y la altura. La edad, hemos sabido gracias al equipo de trabajo en Guadalajara, se puede saber por el estado de los huesos. Timoteo Mendieta, el protagonista de todo esto, fue asesinado a la edad de 40 años cuando su hija Ascensión tenía 13 años, sin poder llegar a conocer al benjamín.

En los días venideros se irá teniendo más información y se sabrá por fin si Ascensión cierra la historia de su vida y su padre puede descansar al fin donde su familia pueda visitarlo. Poco a poco, las fosas van abriéndose y descubriéndose sus localizaciones, y el Estado español sigue sin poner de su parte para que la memoria sea reconstruida en un país donde el número de fosas comunes sin abrir sólo es superado por la Camboya de Pol Pot.

Más información:

http://www.publico.es/politica/ascension-mendieta-mas-cerca-recuperar.html

http://www.eldiario.es/clm/Guadalajara-exhumacion-Guerra-Civil-argentina_0_474902861.html

http://www.eldiario.es/clm/Ascension-Mendieta-llegado-deberiamos-anos_0_475253199.html

http://www.elplural.com/2016/01/19/ascension-cumple-su-sueno-y-recupera-los-restos-de-su-padre-enterrado-en-una-fosa-comun-en-guadalajara/?utm_source=Newsletter&utm_campaign=cd67385a14-Newsletter_20_01_20161_19_2016&utm_medium=email&utm_term=0_416b6732d3-cd67385a14-219047589